Partida Rol por web

- ¿Una casita al lado del muelle? Bien, vamos para allá- se dirigió junto a Cerebro a la dirección que le habían dado, mirando a cada lado y quedándose resguardados para ver la casa desde lejos.
- Hay que mirar que no tenga compañía... estoy seguro de que les revientas la boca a todos si quieres, pero es mejor no arriesgarse- Nabo parecía precavido, el error del carro aún le rondaba en la cabeza, y quería hacer esto bien para intentar olvidarse de los toneles de whisky que tanto le atormenaban.

Moviéndose entre la muchedumbre, deambulando de aquí para allá. Recogieron buena información.

_ Shnich!! Tienes razón, iremos primero a ver a ese tal Krage. Y tu guasa no está del todo desencaminada, pero deberás añadir algo mas a ese Señorito. Yo me haré pasar por tu mozo. En principio no debe haber problemas, nos presentaremos allí como un terrateniente y su mozo, que quieren establecer un puesto en el mercado. Yo entraré primero, solicitando un encuentro para presentar respetos. Ya que son los dos únicos vendedores de grano, eso les hará sentirse importantes y no sobresaltará cuando entres y le hagas preguntas por el motivo por el cual están acumulando tantas reservas.

_ ¿Te parece bien o es demasiado problemático?  Shnich... Ojete miraba mas allá de Caralombriz como si no estuviese allí, mientras se hurgaba en los dientes con el dedo índice.

Mmmm Tulm, ese es el que nos dará problemas. La torre no quiere que vayamos al recinto y justo uno de los dos comerciantes tiene una mansión enfrente. Problemas, problemas... Algo me dice que allí los encontraremos y preferiría que Cerebro y el Pichabrava estuvieran con nosotros cuando le hagamos la visita.

_ Shnich... Pues si no hay nada mas que añadir, pongámonos en marcha. me gustaría descansar y tomar algo caliente antes de que se nos pase la noche entre estas calles... Si al Señorito Shitfield le parece correcto. Concluyó esbozando una amplia y siniestra sonrisa.

No es dificil encontrar a Krage, aunque no es uno de los "grandes", su imperio se empieza a expandir. Prostitución, usura, contrabando, sicarios y otros negocios son su especialidad. Se puede decir que Krage es uno de los capos menores de la ciudad. Antes trabajaba para un tipo llamado Trump, pero hoy en día rige su propio negocio y parece irle bien. Unos matones de considerable tamaño os hacen pasar a una especie de "sala de espera", los enormes tipos no os dejan solos y os tienen vigilados. Cuchillos y dagas asoman en los cintos de los tipos, no parecen de aquellas personas dispuestas a discutir las cosas frente a una taza de te.

Finalmente, una voz fuerte llama a uno de los guardias. Este vuelve y os indica que paséis con el dedo pulgar. Al entrar en la oficina veis al tipo calvo que hablaba con Nabo, sentado en un escritorio mientras otro tipo delgado y con cara de idiota contaba monedas en una mesita auxiliar. Dos tiparracos estaban detrás de la mesa.

Bien, me han dicho que queréis hacer negocios dijo Krage con una sonrisa viperina, cualquiera con dos dedos de frente sabría que no tiene intención de jugar limpio. Esta clase de gente nunca lo hace, básicamente porque saben que tienen la sarten por el mango. Bueno, hablenos ¿Señor....?

Lo había dejado en el aire, con intención de que alguien se presentase. Si tenéis algo de sesera, sabréis que un nombre es una herramienta peligrosa. Un nombre abre y cierra puertas, un nombre puede llevarte a la tumba... ten cuidado con los nombres que usas. Krage esperaba con calma, pasase lo que pasase, porque sabía siempre sacaría provecho.

Cerebro no terminaba de entender todas las pesquisas y sospechas que tenía el cabrón desconfiado del Sireno, él sólo quería liberar un poco de Adrenalina y le daba igual como.

Por ello, se apresuró a seguir al ninfómano en cuanto se puso en marcha. Parecía más bien el guardaespaldas de su compañero, él se ocupaba de averiguar los datos y el gigantón se limitaba a seguirlo y a asentir para asegurarle que todo le quedaba claro, aunque alguna que otra vez le costara un poco...

Una vez se acercaron a la casa en cuestión, ante la advertencia de Nabo se limitó a "decir":

- Juuum -dijo con su carraspeo gutural, dando a entender a su compañero que le parecía bien.

Por ello, se acercó sin llamar la atención a la casa, dio un rodeo por la zona, y finalmente echó un vistazo al interior de la misma a través de alguna ventana o abertura. Tras ello, se volvió a reunir con el salido, y esperó su señal para echar abajo la puerta o para que le indicara algún plan más elaborado que la simpleza de su mente no alcanzaba a elaborar.

-¡Claro que tengo razón! ¡Siempre la tengo! ¿Crees que aquí no hay ná? -Podía notarse el tono sarcástico al decir aquello y acompañó sus palabras con unos toques de su puño sobre su cabeza.- Pues entós tu serás mi mozo y yo un terrateniente de importancia que quié vender el grano. Todo entendido, chupao Ojete, ¿O debo llamate mozo? -Con los detalles listos ya podían poner en marcha su plan, solo faltaba que ese tal Krage se lo tragara.- Señorito Shitfield, me gusta. Y sobre ese tal Tulm, lo dejamos pa otro día, hablamos con el fulano este hoy y volvemos a hablar con el Cabo pa comentale donde vive el otro y si quié que vayamos, deberíamos tener tiempo de sobra pa descansar.

Aquel tipo al que iban a ver tenía todo un historial tras de si, aunque no les asustaban los tipos duros, ellos también lo eran, de los más duros del ejército de la Dama, no se iban a amilanar por unos delincuentes de poca monta que vivían en el culo del mundo. Tras encontrar donde estaba y decir a que venían finalmente los hicieron pasar. Caralombriz reconoció al tipo calvo que había visto hablando con Nabo y alguno de sus enormes matones.

¡Maldita suerte! Este es el tipo pal que trabaja Nabo, habrá que decirle que no le hable ná de nosotros o se nos vien abajo la tapadera.

Se maravillaba de como su compañero había sido capaz de pisar la ciudad y comenzar a trabajar para uno de los tipos importantes de la escoria de allí, sin lugar a dudas tenía un don. Ahora tocaba presentarse e intentar que aquel tal Krage se lo tragara.

-Señor Shitfield, encantao. Este es Jun, mi mozo. -Caralombriz sonrió intentado parecer bobo, tenía que hacer pensar al calvo que iba a hacer un gran negocio con él. Le tendió la mano tímidamente.- He venio a Juniper a negociar la venta de mi trigo, alguien me dijo que aquí me pagarían más que en otros laos. Al preguntar por ahí nos dijeron que usté podía estar interesao.

Krage enarcó una ceja con interés. Mientras cruzaba sus manos en su escritorio y apoyaba la cabeza en el respaldo del asiento.

Bueno, si es posible que quiera comprar dijo sonriente ¿Donde tenéis la granja, Señor Shitfield? ¿Cuando podríais traer ese trigo y en que cantidad?

Os miraba como el gato que observa al ratón. Confiando en que estabais bajo sus garras.

La casa, destartalada y medio derruida, se encuentra en medio de un montón de ruinas abandonadas. El lugar perfecto para este miserable. No hay nadie cerca, no hay ventanas y la puerta está medio caída por culpa de la carcoma.

Ojete lanzó una mirada buscando permiso para hablar, así como lo haría alguien de rango inferior. Cuando Caralombriz le hizo un gesto con la cabeza este comenzó a contestar las preguntas.

_ Señor Krage, mi patrón tiene las tierras al sur de aquí en Wist. Dijo de formas tranquila y serena, como si estuviese acostumbrado a tratar esos temas continuamente. Ya se, ya se. Puede que la distancia que nos separa sea larga para un viaje a lomo de una montura. Pero gracias al transporte fluvial, podríamos reducir el tiempo de entrega.

Sireno tomo un respiro y volvió a lanzar otra mirada a su compañero. Mas para calmar los nervios, pero iría bien en su interpretación. Pues daría la impresión de estar preguntando si dar o no la cantidad de la que poseen.

_ Pero como bien sabrá, al realizarlo de esta manera, los envíos no deben ser cuantiosos. Ya que si las barcazas sufrieran un percance perderíamos toda la entrega.

Joder... este tío tiene la mirada casi mas fría que ese puto hechicero de la torre. Casi no puedo mantenerla, espero que esto cuaje... si no, las ratas se hartarán con nuestra carne. Puta mierda, puto ejército y puto capitán, teníamos que ser nosotros lo que viniésemos a este pueblo perdido en el culo del mundo.

Pues si tu quies comprar, nosotros quieremos vender, todo sea por complacer al puñetero Cabo.

Caralombriz sonrió como si las palabras de Krage y su interés sobre la posible compra le satisfajeran, intentaba meterse lo máximo posible en su papel, no solo por cierta satisfación personal, no le apetecía que Ojete y él tuvieran que salir de allí a cuchilladas, diestros en la lucha o no, les superaban en número. Hizo un gesto a Ojete de Sireno para que tomara la palabra como buen ayudante.

-Si quié comprar yo puedo venderle grano Señor Krage. Semos de Wist como dice el mozo, y mis tierras dan el mejor grano de toa la región. -Era muy típico entre agricultuores y ganaderos pensar que lo suyo siempre era mucho mejor que lo del resto.- Normalmente no vendo en Juniper, pero man dicho que podía ganar buen dinero viniendo aquí. Si llegamos a un acuerdo el mozo y yo lo organizamos tó pa traer el trigo de inmediato. ¿Cuanto trigo necesitaría? Si el precio es bueno no hay problema, nosotros le suministramos.

Supuso que cualquier terrateniente importante podría distribuir unos cuantos carros de trigo, solo tenía que hacerse el interesante a la hora de fijar un supuesto precio, el transporte a Juniper no sería barato y la oferta debería reflejar el sobrecoste, si aceptaba algo muy por debajo del valor podría resultar sospechoso, además todos los granjeros y ganaderos estaban acostumbrados a regatear en estos casos.

El gigantón viendo el silencio de su compañero, lo interpretó como el que calla otorga, por ello se dirigió a la puerta, echó último vistazo a Nabo, y tras ello le dio una soberana patada a la puerta derribándola en el acto, causando un gran estruendo y alertando a todo el que estuviera dentro; y acto seguido gritó con voz poderosa:

-¡¡ASSAAAAA!!

Empezaba la diversión para Cerebro, aquello le encantaba. No obstante, su actitud pendenciera disminuía aún más sus facultades mentales, y por ello no se esforzaba en observar si había trampas, si habría sido mejor algo de sigilo o si todo aquello era una estratagema del calvo... Muchas ideas que a alguien normal se le ocurriría prevenir, pero no al pobre Animal.

Un tipo flaco, delgado, maloliente y desdentado asomó por la puerta. Puso cara de incomprensión y se quedo mirando sin saber que decir.

Nabo se golpeó la frente con la mano al ver la estupidez de su compañero. El factor sigilo quedaba anulado, ahora habría que usar lo poco que sabían de diplomacia... y sino, en última instancia, haríamos las cosas al modo de Cerebro, y se acabaría la historia.
- Disculpa a mi amigo, es un poco... espeso- dijo dibujando una sonrisa en su boca, que intentaba ser tranquilizadora al principio.-Buscamos a Assa, ¿eres tú, no?- su mirada empezó a ser amenazadora, mientras escuchaba a su lado el crujir de los puños de Cerebro.

Os miro con cara de extrañeza. Empezaba al mostrar signos de desconfianza.

¿Wist?... Un poco lejos para trasponer hasta el Coturno dijo con rintintín Esta bien... digamos que tenéis grano en Wist, os daría cinco levas de bronce por cada celemín. Aunque os la pagaría al recibirla y al contado.

Os mira con seriedad, parece que piensa que el ya ha dicho todo.

Caralombriz sabía que Wist quedaba bastante lejos, lo suficiente para que nadie pudiera conocerlos.

-Pa mi no tá lejos si el precio es bueno, por eso toy aquí y no en los mercaos de mi ciudad. El transporte pue ser rápido si contratamos alguna barcaza, por el río se tarda menos, pero es más caro. -Dejó caer su disconformidad con el precio, por la distancia y el transporte que alguien tendría que pagar para llevar hasta allí el grano ese precio era demasiado bajo, si ya no le había gustado que fueran de tan lejos aceptar un precio tan bajo les haría aún más sospechosos.- Señor Krage, si quié el trigo rápido y que yo corra con tós los gastos hasta aquí tendrá que subir su oferta, en Wist obtendría un beneficio parecido y vine aquí pa hacer negocios. Creo que con un poco de esfuerzo ambos podemos ganar mucho dinero ¿Que le paez?

Tampoco se atrevió a fijar un precio, quería que fuera Krage el que se mojara y si subía la oferta haría como que se lo pensaba un poco y luego aceptaría para que el calvo pensara que estaba haciendo buen negocio y se había salido con la suya.

Krage se levantó y se colocó de espaldas a vosotros, mirando por el ventanal de su oficina.

Es muy sencillo, todos quieren grano en este agujero de ratas...todos dicen querer comprarlo, pero si lo hacen les sacaré las tripas. sin volverse, con su mano derecha señaló a uno de los matones. Asi que las opciones son: o vendéis al precio que os ofrezco, os largáis a vuestro agujero para endogámicos u os saco las tripas y os las hago comer por gilipollas.

Se dió la vuelta, sonriendo triunfalmente, sabedor de que esta sarten solo tenía un mango y lo tenía agarrado con firmeza.

Así están las cosas, amigos.

El hombrecillo pareció añadir un nuevo sutil aroma a su colección mientras os miraba totalmente acongojado y demudado. Se intentó apoyar en el quicio de la puerta, falló por centrimetros y casi cae al suelo. Su cuerpo queda apoyado contra la pared mientras se desploma lentamente al suelo, agarrandose el pecho con la mano contraria. Sus ojos estaban algo vidriosos y su mirada desenfocada. La mancha en su pantalón delataba que el maltrecho desdichado se había defecado encima, confirmando vuestras sospechas.

Unas piezas de plata cayeron al suelo, de una bolsa en su cinturón. Mientras el cadaver seguía allí, podéis apostar a que en unos días sería un maremagnun de olores nauseabundos.
 

Cerebro no se podía creer que alguien pudiera ser tan débil, le repugnaba la debilidad, para él sólo debían sobrevivir los fuertes, y aquel tipo era una vergüenza, sin duda estaba mejor muerto...

Por ello, mirando con desprecio al cadáver, le escupió y cogió la bolsa de dinero, esperando que aquello acabara su encargo. Él no pensaba cachear a alguien tan miserable, ni quería permanecer más tiempo en aquel tugurio, por ello salió al exterior, no sin antes decirle a Nabo:

-Estoy fuera... -dijo en tono seco, denotando que no le importaba lo más mínimo el cadáver, y cuando parecía que no iba a añadir nada más, añadió- registra tú si quieres... -y acto seguido se colocó en la fachada de la casa, vigilando que nadie echara ninguna mirada indiscreta.

Ojete no daba crédito a la proposición de Krage y estaba claro que no se le podía sacar ninguna información.

_ Larguémonos Señor, no hemos venido desde tan lejos para que nos insulten de esta manera. Seguro que el señor Tulm nos hace una oferta mejor y con mejor trato.  Soltó Sireno mientras se levantaba de la silla, intentando aparentar ofensa y miedo. Esto último no le fue demasiado difícil.

_ Adios sñor Krage, muchas gracias por atendernos y discúlpenos por haberle robado su tiempo. Espetó de despedida.

Krage os despide con un gesto del brazo y uno de los matones, del tamaño de Cerebro y menos inteligente aún si cabe, os acompaña hacía la salida.

Nabo observó perplejo como el individuo que habían venido a buscar caía muerto en el suelo. Buscó una cuerda mientras su compañero cogía la bolsa de dinero que portaba el cadáver.
- Espérate, me tienes que ayudar a levantarlo. No podemos dejar a un tipo muerto y una puerta reventada, pedazo de animal- Nabo ponía una soga alrededor del cuerpo del fallecido.
- Tú tienes más fuerza, cuélgalo de alguna viga, yo voy a intentar arreglar esta puerta. No voy a tocar nada más, a ver si tenemos suerte y todo el mundo cree que el imbécil este se colgó dentro de su casa- Nabo no paraba de mirar e intentar recolocar todo, que no se notase su presencia.