Partida Rol por web

como inquisidor has oído hablar antes sobre las falsas criptas, ya que son una práctica bastante común entre los inquisidores de Pharasma dejar objetos de utilidad contra entidades no-muertas en los cementerios. Los inquisidores suelen poseer un detallado mapeado de tales puntos francos, pues no son fáciles de encontrar por los no iniciados.

Por otro lado, según tus propios conocimientos y las anotaciones del profesor Lorrimor en cuestión, parece difícil discernir los objetivos exactos de la Senda Susurrante, pero todo apunta a que algunos líderes de la secta están creando liches e ingenios que permitan liberar al Tirano Susurrante. Agentes de la Senda frecuentemente viajan hasta zonas con rumores de embrujos o posibles amenazas de no-muertos, para mejorar su campo de investigación, pero a veces también para cazar algún especimen único. El símbolo de sus agentes es un cráneo amordazado, y aquellos que fisgonean en los asuntos de la Senda, habitualmente son asesinados y sus bocas y lenguas mutiladas con tal de impedir que los cuerpos inertes donen información, considerada como secreta por la sociedad mediante conjuros tipo hablar con los muertos¹.

Mientras divagas en tus pensamientos, revisas desde tu lugar los otros dos libros del cofre y ves algo raro en uno de ellos que te llama poderosamente la atención. Es el Manual de la Orden del Ojo Palatino, un tratado cuyas cubiertas de color púrpura, se hayaban selladas por un broche de bronce, con forma de escarabajo y un único ojo centrado. Las cubiertas del libro se encontraban bordeadas por acero pulido y cerradas por un pequeño, pero a la vez compleja cerradura. Dicha cerradura poseía un orificio para una llave con contorno triangular. No había rastro de la posible llave en el interior del cofre².

El inquisidor optó por acercar hacia sí mismo el cofre para poder ver con detenimiento el resto de libros. Él era el más resistente de todos, fruto del especial entrenamiento necesario para obtener su "título". Estaba preparado para enfrentarse a todo tipo de presiones, tentaciones o sucesos estresantes.

- Voy a deciros lo que sé acerca de la Senda susurrante. Todo apunta a que algunos líderes de la secta están creando liches e ingenios que permitan liberar al Tirano Susurrante. Agentes de la Senda frecuentemente viajan hasta zonas con rumores de embrujos o posibles amenazas de no-muertos, para mejorar su campo de investigación, pero a veces también para cazar algún especimen único. El símbolo de sus agentes es un cráneo amordazado, y aquellos que fisgonean en los asuntos de la Senda, habitualmente son asesinados y sus bocas y lenguas mutiladas con tal de impedir que los cuerpos inertes donen información, considerada como secreta por la sociedad, mediante conjuros tipo hablar con los muertos.

Aquello no era de dominio público porque podía causar pánico entre los ciudadanos, pero tampoco era confidencial y podía relatarlo.

- Como veis esta gente lleva tiempo siguiendo sus planes. El profesor sin embargo no tenía la lengua cortada.

Estando allí la hija diría algo si así fuera. Esperaba por otra parte no estar siendo demasiado directo.

Evaluando los libros, se detuvo en concreto en el Manual de la Orden del Ojo Palatino, que estaba sellado por un broche de bronce, con forma de escarabajo y un único ojo centrado. Las cubiertas del libro se encontraban bordeadas por acero pulido y cerradas por un pequeño, pero a la vez compleja cerradura. Dicha cerradura poseía un orificio para una llave con contorno triangular.

Hugh colocó el tomo delante suyo.

- Si no cuenta con esta llave triangular, señorita, tendremos que tratar de abrirlo usando maña o fuerza.

El conocimiento encerrado en los libros nunca habia gustado a Mondo, aunque habia recibido una esmerada educacion en su infancia antes de que todo se fuese a la porra. Como odiaba el libro de geografia de Cheliax, se sonrio para sus adentros mientras miraba.

Yo podria intentar abrir el libro, pero como ultimo recurso, dijo a sus compañeros, podria estropear el libro al intentarlo. Es mejor esperar a ver si aparece la llave.

- Mañana me pasaré por la taberna, a ver si puedo sonsacar algo a algun parroquiano, los libros me suelen dar alergia, hizo una mueca, no puedo ser de mucha ayuda

La joven Kendra palidecía ante tantos conocimientos y lo macabro que era aquella sociedad secreta que Huhg conocía de primera mano. No pudo dejar pasar las palabras del inquisidor, pues algo de ellas le habían llamado poderosamente la atención por lo que describían.

- Me temo que no he visto ese libro hasta este momento y no tengo ninguna llave, si es que no está en el cofre de mi padre. - Anotó, antes de continuar. - Bocas y lenguas mutiladas... Pues ahora que lo dices... Padre tenía la cara completamente destrozada y la mandíbula arrancada, es por eso que no me dejaron verlo... - Afirmó al tiempo que una frígida sensación le atenazó el corazón. - Según el alguacil Caeller, que fue el que encontró el cuerpo, cuando cayó de uno de los balcones de las ruinas, se golpeó contra una gárgola de sus muros... - Comentó apesadumbrada.

Después, escuchando las diferentes propuestas de los allí presentes, la joven se echaba las manos a la cabeza al oír algunas, sobre todo la que implicaba profanar las Restlands.

- Por Pharasma... ¿Os habéis vuelto locos? ¿Profanar las Restlands para buscar una cripta? Creo que deberíais hablar con el padre Griborrow, el es el sacerdote jefe del templo de Pharasma, será fácil encontrarle. Por otro lado. - Dijo mirando a Mondo. - Puede que Zolkar, el hombre que acudió al entierro con su hijo, pueda ayudaros con vuestas preguntas, o incluso el alguacil. Pero se hace tarde, me temo que debo ir a descansar, ha sido un día duro para mí. Si me disculpáis. Pasad buena noche y mañana os veré en el desayuno. - Se despidió del resto.

No tenía muy claro que el alguacil no estuviera implicado. Muy pronto había encontrado una explicación accidental a lo que era un asesinato de esa senda susurrante.

- Buenas noches, señorita, yo también iré a descansar en unos momentos.

El inquisidor tomó el libro cerrado con llave.

- Debe tenerla por aquí, en alguna parte. Escondida. El mero hecho de que esté tan bien protegido es indicativo de que tiene conocimiento subversivo, pero necesitamos confirmarlo. Y yo no quiero dañarlo por si es necesario cerrarlo de nuevo.

En principio nada les impedía, desde el punto de vista legal, abrir el libro. Así que el inquisidor insistió.

Tras pasar unos instantes Myldre propuso: Si no encontramos la llave ni ninguna forma de abrir el libro siempre podemos intentar comprar un pergamino de abrir cerraduras. Desconocía las capacidades de su grupo y, si bien era consciente de que mucha gente podría llegar a ser capaz de abrir esa cerradura sin dejar rastro, no conocía a mucha gente que fuera capaz de hacer eso.

Cuándo todos se hubieron retirado a dormir, ojeó durante unos instantes el libro que había cogido pero tras un sonoro bostezo se estiro y decidió que era momento de ir también a la cama. 

Antes de acostarse ella misma pasó por la habitación de Kendra para asegurarse de que su amiga estaba bien tras un día tan duro. 

A la mañana siguiente, se levantó pronto para ayudar con el desayuno a la hija del profesor. Mientras desayunaban comento con los demás: Va siendo hora de que decidamos finalmente que hacer. ¿Vamos juntos o separados? Y ¿qué queréis hacer primero?

Nerthen ya estaba en el umbral para irse cuando todavía los demás siguen hablando y Kendra proporcionando información, por lo que reitera sus palabras.

Como dije, mi propuesta es que mañana vayamos todos juntos al ayuntamiento, al templo y a la tienda que comenta Kendra. Después de lo ocurrido hoy, casi mejor que vayamos todos juntos. Pensando en ello, dice ladeando la cabeza y mirando a Hugh, quizá deberíamos postergar los estudios a la mañana; o bien ir ahora y dormir hasta el mediodía. Así todos descansamos, Mondo tiene ocasión de ir a la taberna, y después de comer hacemos las gestiones que he comentado. Tras una pausa, añade, temeroso de ser demasiado tajante. Si os parece bien.

- Con el dia que hace prefiero dormir, dijo Mondo para acto seguido bostezar.

- A la cama !, dijo mientras se metia en su cuarto y se zambullia en la cama. Habia sido un dia extraño pero lleno de oportunidades. Afortunadamente se durmió rapido y placenteramente mientras soñaba en como gastaba sus monedas de platino en unas cuantas CENSURADO, un monton de CENSURADO y algo de CENSURADO

El pícaro se escaqueaba, negándose a abrir el libro del escarabajo. Hugh prefiriendo no forzarlo de mala forma se dedicó a guardarlo todo en el cofre y cerrarlo de nuevo. A falta de otro guardián, guardó él la llave. De hecho cogió el cofre para llevarlo a su habitación y poder así protegerlo.

- Mañana iremos a investigar. Hemos de ser precavidos porque la senda susurrante puede estar infiltrada. Buenas noches a todos.

Antes de marchar se aseguró de que las puertas estaban bien cerradas, así como ventanas. Al llegar a su habitación dejó arma y escudo al lado de la cama.

Tras debatirlo, todo el grupo decidió dejar los libros y seguir el mismo camino que la dueña de la casa. Todos os fuíesteis a dormir pensando que mañana sería otro día.