Partida Rol por web

Oromis ha muerto...

Glaedr ha muerto también...

El más antiguo Jinete y el más antiguo Dragón, muertos a manos de Galbatorix y sus lacayos...

Las imagenes han dejado de llegar a vuestras mentes cuando todo acabó, pero la guerra continuaba... sin la ayuda del Jinete, los dragones de Galbatorix han regresado a su guarida, pero los Úrgalos y un Sombra, siguen luchando contra los Vardenos en ese lugar... sin más ayuda que la protección que dan las montañas...

Los elfos están intranquilos, sencillamente, creen que todos sois muy buenos Jinetes, pero que os falta experiencia... pero el tiempo corre en vuestra contra y entre más tardéis, más vidas segarán los Úrgalos entre los Vardenos.

Hablan de Nasuada, la hija de Ajihad, una fantástica guerrera. También hablan de su padre, que no dará la ciudad por caída hasta que el último de los Vardenos no caíga... pero todo tiene un límite... y el límite es el tiempo...

El Consejo se reune esta misma mañana, de urgencia, con todos vosotros como testigos...

La protección de los Vardenos cae en vuestras manos, Jinetes. Ahora que Oromis está muerto, debemos dejar que Eärwen tome su lugar en vuestro entrenamiento, según las indicaciones de Elenwë. Dijo Muerte hablando para todos.

Como he dicho, está en vuestras manos, pero no podemos obligaros a participar en una lucha que no querráis luchar. Así que, Jinetes, ¿qué haréis en este momento de desesperación?

He llorado en privado, para que nadie me viera, pero se nota en mis ojos. Casi ni le conoci pero me ha dolido, me ha costado comprenderlo y ahora.

MIro al resto mientras hablan, mientras esperan que tomemos una decision, solo espero que la acaten.

Luchare. Ire a la batalla a luchar, puede que no este preparada, pero dare lo mejor que hay en mi para acabar con todo esto.

Eärwen sí lo conocía. Y aquella noticia había caído como una losa encima de ella... lo peor es que tendría que hacerse cargo de los nuevos jinetes, ella... realmente no sabía ni por donde empezar. Intentó hablarlo con Elenwë, pero la decisión estaba más que tomada... así que no le quedaba otra.

Después de haber hecho su entrenamiento matutino y haberse serenado, se mostró a los jinetes impasible e incluso con una leve sonrisa que destilaba seguridad... aunque en su mirada se pudiera reflejar un poco de miedo.

Escucha a Illyanna y asiente.

Bien, entonces intentaré prepararos lo más rápido que pueda... - no sabía qué opinarían ellos de que ella fuera su entrenadora... pero intentaba repetirse que aquella cuestión, ahora, no importaba. 

¿Oromis había muerto? No era que le conociera demasiado, pero justo acababa de hablar con él y algo mal sí le había sentado. Oye a sus compañeras y se lo piensa.

Cierto era que desde que se había encontrado con Eragon, Micah no había hecho más que sufrir, pero igualmente aunque se lo llevara lejos de ahí ahora y huyera con él, Micah no mejoraría porque ella no sabía cómo hacer que se recuperase. Solo allí sabían como. A pesar de que el error había sido del chico, Bella debía hacer todo lo que pudiese para que Eragon no se preocupase tanto por Galbatorix y se centrase en su "hermano".

Yo también iré. Tampoco pensaba quedarse esperando de brazos cruzados esperando a que curasen a Micah. Si en la espera podía ayudar a aquella buena gente que los habían acogido, se sentiría empatada y no debería nada a nadie.

Sendas lagrimas recorrieron las mejillas de Pàris mientras la oscuridad se hacía en su mente debido a la muerte de Oromis. Un sentimiento de odio empezó a crecer poco a poco, debido a que por fin podía haber visto la imagen del maldito impostor, de aquel al que daría muerte llegado el momento. Sabía que la tristeza que sentía ahora era normal pero no se dejaría llevar por ella.

-Estoy de acuerdo con todo, tenemos que defender todo lo que podamos, tenemos que llegar hasta Galbatorix llegado el momento

A Freya le había impactado ver como alguien tan poderoso como Oromis sucumbía ante la fuerza de Galbatorix. Se había tomado sus buenos minutos para calmarse y procurar no estallar en rabia para romper algo. Y al fin se había presentado ante el consejo. Eärwen los entrenaría. Sería la primera vez que tenía a una mujer como entrenadora... quizá fuera incluso mejor. Nada de distracciones.

Pero todo el dolor y la rabia que había sentido, se habían guardado en el centro de su alma. Ahora se presentaba tan segura de sí misma como siempre, con la barbilla bien alta y esa mirada de prepotencia que nadie podía quitarle de encima.

A mí no tenéis que preguntármelo. Yo estoy aquí para ser la mejor. Mejor incluso que ese viejales de Galbatorix. Y demostrarlo.

La pelirroja podía ser muy educada cuando quería... pero también tenía palabras duras y de desprecio hacia sus enemigos sin cortarse ni un pelo. Esboza una sonrisa de suficiencia mientras pone sus manos en su cintura.

¿Oromis?..¿caído en combate?.. imposible. - pensaba el joven jinete mientras se dirijía hacia el consejo. En parte estaba disgustado por haber perdido a un guerrero tan eficiente pero, al ver como pudieron con él le hace ver que hay gente más poderosa que su ex-entrenados y eso hace que le hierba la sangre..
Una vez dentro, Adam escucha las propuestas y metas de sus "compañeros". Aunque el chico mira un poco de arriba abajo a Eärwen y no muy convencido dice; - Está bien, todos estamos aquí por algo que nos ha traído.. así que sigamos adelante.

Y que así sea. Dijo Elenwë mientras sonreía ante cada palabra de los Jinetes.

Eragon no dijo nada. Simplemente se quedó callado en un rincón, mirandose las manos como si no tuviera algo mejor que hacer.

Los del Consejo se pusieron de pie todos juntos y os saludaron con una reverencia. Por fin os habéis ganado su respeto y eso vale mucho en la ciudad de Ellesmera.

Pero ahora queda mucho camino por recorrer, por suerte, todos poseéis excelentes monturas en las cuales podréis volar rápido y muy lejos.

Podéis partir esta misma terde hacia el sur. Eärwen os guiará hasta las montañas y allí, podréis encontraros con los Vardenos y sus líderes.

Freya asiente y responde a la inclinación del consejo con otra igual hacia ellos.

¿Hay algo más que debamos saber o algo que debamos hacer antes de esta tarde?

Pregunta, conteniendo su impaciencia y sin quitar las manos de su estrecha cintura.

Una leve inclinacion de cabeza a su reverencia mientras respiro hondo. Debo despedirme de mi padre, preparar todo y...bueno pasaremos un tiempo lejos, pero eso no es importante, nos veremos pronto lo se.

Espero la respuesta antes de irme. Creo que alguien me va a dar una reprimenda pero no me importa.

Pâris se quedó donde estaba, no tenía de nadie de quien despedirse y tampoco habia entablado alguna amistad duradera de la cual se sintiera orgulloso. Ahora el unico sentimiento que tenía era el de afan de superación. Tenía una meta aclara y llegaría a ella costara lo que costara

Su menton se levantó orgulloso de lo que era mirando hacia Elenwe mientras esperaba el movimiento que empezara por llevarles hacia su nuevo objetivo

Eärwen asiente a las palabras de Elenwë, y mira a los jinetes, sonriendo levemente y percatándose de la mirada que le echa Adam, no obstante, no dice nada. Se fija en Freya.

Será mejor que aprovechemos para hacer el equipaje - le respondió - y para afilar vuestras armas.  

Bella escucha todo atentamente y cuando ya solo quedan dudas, da unos pasos hacia atrás y se mueve discretamente hasta situarse al lado de Eragon.

¿Qué haces aquí en vez de arreglar tus errores? Voy a luchar para que no tengas tantas preocupaciones y puedas centrarte en Micah. Más te vale que cuando regrese él esté bien o yo seré la próxima "Galbatorix". Amenaza algo cabreada y no es para menos cuando su hermano se encontraba en esa situación por su culpa y más aún cuando iba a sufrir por ellos.

Luego vuelve a alejarse un poco, para escuchar la respuesta e irse ha hacer el equipaje y despedirse de su hermano.

Elenwë responde a Freya, diciendo que no saben absolutamente nada desde que perdieron la conexión con Oromis en el momento de caer y que no puede ayudarlos más. Sin embargo, a todos os desea la mayor de las suertes en la empresa que vais a cumplir.

Eragon, en cambio, se mantiene callado ante las palabras de Bella y no dice absolutamente nada, ni siquiera con gestos. Parece como si realmente le dolieran las palabras de Swan, pero no puede hablar ya que sabe que ha sido su error y tiene que subsanarlo.

Cada uno os retiráis a vuestros lugares para preparar todo y tras una hora, os encontráis todos en la plaza central del pueblo, montados en vuestros dragones, menos Eärwen que viaja en un unicornio blanco bellísimo. Eragon también os acompaña, llevando a un enano detrás, cubierto con una capucha para que no pase frío.

Pero mientras estáis allí, veis como todo el pueblo de Ellesmera comienza a prepararse para la batalla. Elfos con armas y armaduras relucientes os salen a despedir, y cientos de elfos extraños, con formas que nunca habéis visto, se acercan al claro para daros su bendición.

Ahora tan sólo tenéis que viajar al sur... durante un par de días... y rezad por que los Úrgalos no hayan masacrado a los bardenos.

Pâris se subió a Isilro tranquilamente mientras miraba a su alrededor y descubria los cambios sutiles que se estaban llevando a cabo en la ciudad: las expresiones, los gestos, las armas...

-Ellos se estan poniendo en movimiento, nosotros tendremos que esforzarnos al máximo, quizas de ellos dependa que logremos encontrar el descanso que busco y la paz interior que anhelo, bien, dejemonos de infulas y despeguemos hacia nuestro nuevo destino... es extraño como he cambiado en este tiempo. El dia que sali de mi pueblo me entristecio y me afecto durante bastante tiempo, ahora que dejo este lugar donde habia encontrado algo de paz solo siento un debil sentimiento...sera porque seguro que volveremos aqui algun dia cuando todo haya cambiado

-Vamonos al cielo Isilro, disfrutemos de un buen vuelo

Freya había llegado a la hora en punto al lugar de partida, con sus andares sensuales y provocativos, aunque no hubiera nadie a quien quisiera provocar. Por algún motivo, la pelirroja parecía más malhumorada de lo que era habitual, aunque intentara disimularlo. Ninguno de sus compañeros jinetes sabía qué había empleado ese escaso tiempo que habían tenido para echar un vistazo al estado de Robert, el chico al que rescató, y en tener una corta charla con Ryan, otro de los habitantes.

Ese cretino... Ni siquiera ha vuelto para despedirse. Él se lo pierde.

Piensa para sí, sabiendo que ese pensamiento estaría compartido con su dragona. Kirah suelta un gruñido para saludarla cuando la ve llegar, y la pelirroja esboza una leve sonrisa mientras acaricia con la yema de los dedos las escamas del cuello de su montura y compañera.

¿Preparada, encanto?

Le pregunta, mientras de un ágil salto, después de sostenerse con una mano a su cuello y un gesto de la dragona con éste para impulsarla, se sube a su silla, acomodándose con naturalidad. A pesar de sus vestiduras, una falda corta y un ligero top que cubría sus partes más pudorosas, acompañado todo de un abrigo largo (alguien le había aconsejado que obtase por cubrirse algo más a la altura a la que iban a viajar...), todas las prendas de cuero negro, consigue que no se vea nada más que parte de sus muslos.

La pelirroja ya estaba preparada para emprender el vuelo, con toda su pasión y fuego habituales en su interior.

Adam con tranquilidad sale del establecimiento y se coloca su sombrero otra vez, tiene sus modales y bajo techo siempre se lo quitaba. Ve a Altaïr tan majestuoso como siempre parado junto a los demás dragones y su amo sonríe, se dirige hacia él y lo mira.. como si le dijera unas palabras que sólo él y su criatura entienden.
Acto seguido, ese ser se arodilla para que el caballero pose un pié en su pata y de un salto quede a lomos del mismo. Se vuelve a incorporar y bate sus alas a modo de calentamiento..

Estamos listos.. - les dice a los demás de forma divertida y sujetándose el sombrero a lo cowboy.

Voy a despedirme de mi padre, le doy un abrazo y le prometo que me cuidare, que todo saldra bien y que tengo quien me cuide.

Vuelvo a mi cuarto y miro la ropa que traje de mi mision negra, un recuerdo  y un regalo. Me la pongo y sujeto el arco con fuerza tras comprobar el carcaj, que tiene bastante, una daga en las botas y mi pelo recogido en una trenza hasta la cintura.

Salgo y voy donde estan los dragones, miro a Skie a los ojos y solo inclina la cabeza, preparo su silla como he visto que lo han echo antes comprobando que este bien, acaricio su gema y luego apreito mi colgante, el anillo que lleva.

Lista, vamos a acabar con todo esto. Hermano

Monto con un gracil salto y los mio Lista cuando querais.