Partida Rol por web

Akira se hallaba de guardia, mientras acariciaba el mango de la katana y los ojos se le teñían de nostalgia, y algo de dolor por los recuerdos del hogar tan lejano. Sin embargo, no dejaba de estar alerta, y pudo escuchar a los félidos acercarse. Eran silenciosos, pero no lo suficiente, y rápidamente dio la voz de alarma. Corrió hacia ellos, pero, tras una solo descarga, los alienígenas se acobardaron y huyeron. 

Miró a su pelotón y vio que la mayoría habían recibido heridas, aunque por suerte tenían medigel de sobra. 

-Señor, los aliens se han ido. No quedan hostiles. 

¡Malditos bichos! Son rápidos, pero parece que se han arrepentido de su ataque. Curémonos los arañazos, y descansemos un rato hasta que amanezca.

- Bien hecho soldado, dice a Filofrío, mantenga su guardia.

Intentáis reanudar el sueño tras el asalto pero la tranquilidad dura apenas treinta minutos. Los félidos vuelven al ataque aunque parece que era algo predecible.

El sonido de combate en otros pelotones os alerta y reaccionáis cuando todavía el enemigo está lejos.

Al ver avanzar a Akira intento mantener su ritmo pero es mucho mas agil.

Como siempre, disparo para moverme a CD, intentando adelantarme a los malos.

A pesar de que su táctica no ha funcionado, los félidos demuestran una gran capacidad de adaptación atrincherándose en la larga distancia y utilizando mini cohetes para alcanzar las posiciones del Cuerpo de Exploración. Una especie de mini bombas de racimo provocan explosiones en grandes áreas desperdigando gran cantidad de metralla que si bien no es suficiente para matar si hiere y mutila soldados.

Veo que los aliens se apuestan a lo lejos, así que toca avanzar un poco más. Guardo momentáneamente mi arma enganchándola a mi espalda y comienzo a correr como una verdadera atleta, saltando piedras, y quedándome a una distancia media para tener mejor tiro. Al colocarme tras una especie de planta lo suficientemente dura para cubrirme digo por radio.- En posición.

La lluvia de los pequeños cohetes resultó devastadora, aquéllos félidos sabían lo que se hacía. Akira supo que tenía que alejarse de su alcance, así que corrió hasta recortar la distancia que les separaba, con el rifle preparado, y se cubrió tras un terraplén cubierto de arbustos. Se preparó para disparar en cuanto tuviera a alguno a tiro. 

El teniente se preparó para espantar a los félidos como la vez anterior  pero se vio sorprendido por el ataque lejano. Varios proyectiles cayeron a su alrededor perforando en diversos puntos su armadura y lo único que pudo hacer fue ponerse a cubierto.

Sheriff se levantó sobresaltado por el repentino ataque gatuno. Agarró su imponente armamento, y, como otra prueba más de que no iba a ser su día de suerte, chocó su cabeza contra la rama de un árbol, quedando momentáneamente desorientado, y sin una idea clara de a qué disparar, ni por qué ni por dónde.

Intento seguir a Akira en su avance, ella ha logrado sorprenderlos con sus movimientos, pero cuando lo intento me alcanzan sus disparos y las señales de alarma comienzan a marcar diversas partes de la armadura.

Maldita sea ese armamento es bueno, me gustaría conseguir una de sus armas. Pienso mientras me protejo detrás de uno de los grandes arboles.