Partida Rol por web

Los datos del escáner son realmente preocupantes, parece que estamos en el centro del punto de reunión de los alienígenas. Antes de poder decir nada, Pedraforca habla por el canal con urgencia. Akira miró de nuevo el escáner y propuso:

-Señor. Esa no es mala idea, pero si son muchos podemos terminar rodeados igual. Ya que vienen alienígenas por ambas puertas de delante, pero no por las de atrás,sugiero que nos retiremos por el pasillo hasta la pasarela o la puerta. Ahí, como son sitios estrechos, podremos emplear la táctica del cuello de botella y evitar que nos rodeen, al mismo tiempo que podremos con todos porque no podrán pasar simultáneamente.

Akira preparó el rifle de energía comprobando la munición y pasó revista a los sistemas. Hicieran lo que hicieran, debían hacerlo ya.

Sheriff escuchó las propuestas de la tropa, y tuvo una revelación. Se flipó recordando una película clásica, de hace no sé cuantos siglos, en la que un grupo de tipos en gayumbos contenían a una horda de innumerables engendros en un acantilado.

"Retrocedamos a la puerta, y los masacraremos allí, y desde ahora la llamaremos la Puerta Caliente"

Asiento con la cabeza y ratifico las ordenes de nuestro sargento.

Mi opción era algo arriesgada como ha indicado Akira.

– Soldados, ya habéis oído las ordenes del sargento. Retrocederemos con las armas apuntando hacía aquí. Vigilar no chafar alguno de esos seres o sus fluidos al caminar hacía atrás.

La escuadra recula hacia la Puerta Caliente y toma posiciones esperando que la avalancha de enemigos llegue hasta su posición pero no entran en tromba como ellos habían pensado. En su lugar una barrera de energía tapa completamente el espacio de la puerta del pasillo y detrás un par de alinígenas manipulan un dispositivo suspendido por algún tipo de campo antigravitatorio que la genera.

Tras unos segundos de tocar botones, encender luces y amplificar la potencia de la barrera ésta comienza a avanzar por el pasillo ensanchándose para abarcar todo el ancho, una especie de ariete que carga parsimoniosamente contra los soldados.

Todos retrocedieron, pero la estrategia no pareció salir como habían pensado. El dispositivo de los alienígenas parecía peligroso, y Akira no quería descubrir qué pasaría si les tocaba. Sin muchas esperanzas, abrió fuego con su rifle de energía contra la barrera, mientras decía por el canal de comunicación:

-Señor, tenemos que retirarnos antes de que nos alcance esa barrera. Retrocedamos hasta la pasarela.

Dejarles la iniciativa puede tener estas consecuencias, pero no es momento de hablarlo ahora.

Mientras estoy planteándome si esperar a que el sargento nos de nuevas ordenes o darlas por mi cuenta Akira me hace volver al presente.

Activando las comunicaciones del pelotón. – Tiene razón soldado Filofrio, retrocedamos al área de aterrizaje.

Miro por un instante al sargento por si da una contraorden.

El sargento asiente, mirando a Pedraforca. "Vamonos fuera y los machacamos allí"

Conforme os replegáis recordáis que la puerta de la pasarela se cerró antes del combate anterior. Filofrío se acerca con el dispositivo alienígenas pero parece que la han bloqueado desde otro sitio. La barrera de energía va avanzando conforme los bichos empujan el dispositivo y el resto de seres entra en tromba en el pasillo por detrás de la barrera con sus armas preparadas. La distancia que os separa son escasos 10 metros.

Lanza pone su rifle en automático y comienza a disparar contra la barrera: ¡Morid cabrones!

Bien, no podemos seguir retrocediendo....Fuego a discreción, caballeros. No dejemos a ningún tío feo respirando.

La estrategia de retirada no dio muy buenos frutos, ya que la puerta estaba cerrada. La barrera se acercaba inexorablemente y no había manera de sortearla. Akira pensó que tal vez las armas láser no tenían la potencia suficiente, así que pensó en atacar un poco más fuerte. Al fin y al cabo no iban a perder nada por intentarlo, y debía hacerlo antes de que la barrera se acercara más, así que sacó una granada dd su cinturón, la programó para que explotara con el impacto y la lanzó a la barrera.

Ante las nuevas ordenes coloco el rifle de energía en soporte, de paso va recargando para volver a tener la carga al máximo, y empuño mi flamante cañón de energía centrándolo en uno de los que están controlando la barrera de energía.

Con suerte algún haz de energía pasara y por lo menos buscara cobertura.

Antes de que repita las ordenes del sargento veo que Akira ya ha lanzado una granada. Activo el canal por los restantes. – Piñeiro, Lanza abran fuego también intentemos sobrecargarla. Ya oyeron las ordenes del sargento Sheriff.

Piñeiro dejó de retroceder a trompicones y apoyó la rodilla en el suelo. Quitó el limitador de disparo con un gesto indolente. 

Sudaba copiosamente :

-¡A la MIERDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! -rugió soltando una tromba interminable de balas. 

La escuadra comienza a descargar toda su potencia de fuego contra la barrera de energía que no para de arrinconarlos contra la puerta de la pasarela. Los disparos impactan provocando ondulaciones en el muro defensivo de los alienígenas que parece que no cede incluso bajo esa demostración de fuerza.

Entonces Lanza comienza a disparar contra la zona baja y centrada, donde flota el dispositivo que genera la barrera. Filofrío lanza una granada pero parece que la onda expansiva se disipa por la superficie energética.

- Concentrad el disparo en un punto, nada de explosiones - dice mientras empieza a avanzar a su vez mientras veis como la superficie comienza a parpadear por sus impactos. Fijaros en que no puede disipar la energía de los disparos rápidos en un solo punto, cuanto más cerca mej.....

Antes de que pueda terminar la frase, cuando ya está casi tocando la barrera de energía ésta se colapsa y los disparos de Lanza impactan contra el artefacto que la estaba generando. Los alienígenas, sorprendidos por la táctica del soldado, no son capaces de reaccionar a tiempo contra él y abren desorbitadamente los ojos.

El generador comienza a crepitar y en un segundo estalla en una bola de rayos que os lanza contra la pared mientras que a los alienígenas los quema y electrocuta.

Lanza no puede prever el efecto de su acción y es engullido por los rayos; su cuerpo se convulsiona hasta que las granadas que porta explotan uniéndose al caos del pasillo.

El arma de Piñeiro hizo click y se quedó vacía. Había forzado demasiado sus municiones.