Partida Rol por web

El hombre te mira  con una sonrisa, estaba pensativo.

El hombre te mira  con una sonrisa un poco placida, aunque seguía pensativo. Es obvio que debes consultar el asunto con tu representante, aunque  siento que ya es logro que alguien te busque, eso quiere decir que tu obra se conoce y… bueno, como artista es un alago. Te mira mientras se sienta, además, ese sujeto, Troy, de lo poco que conocí de él parecía ser un hombre correcto, aunque ¿exactamente que fue lo que te propuso?

Sonrie un poco

Sobre quedarme contigo, puede ser, sí… aunque debo trabajar, y tengo ciertos asuntos, posible luego de eso podamos pasar tiempo…

Dice caminando hacia donde tienes tu más reciente pintura

Wow es hermosa… te mira de reojo, aunque por tu cara parece que no llega a convencerte, ¿qué ocurre?

Ya distendida en el sillón intento relajarme mientras mi hermano continúa hablando sobre Troy. - La propuesta no es mala, en realidad me serviría para seguir mostrando mi talento al mundo con aquel tinte orgulloso de representar mi país. Aún así debo conversar esto con John... - voy explicando un tanto entusiasmada, la idea me agradaba y quería saber más de ello. 

-La propuesta es simple, participar en un evento de arte bastante importante sobre la diversidad cultural y me han invitado para representar a Oslo a través de mis pinturas. La idea es grandiosa. - comento un tanto alucinada mientras bebo un poco de café.

Otra sonrisa se escapa de mis labios al saber que se quedaría conmigo, al margen de cumplir con sus cuestiones personales y laborales. - Jummm ¿Qué otros asuntos? - pregunto entre risas cómplices. - Por cierto, es solo quedarte unos días conmigo pero sin dejar de hacer tu vida como siempre. -  aclaro por si las dudas manteniendo ese estado de ánimo típico de alguien feliz. 

Sólo que al preguntar sobre el cuadro, cambio la mirada radicalmente y respondo. - He soñado con una obra maestra pero no logro llevarla al lienzo, es frustrante. Necesito algo que me motive, me inspire lo suficiente. - confieso ya desganada, allí frente mío estaba la inspiración pero no podía decírselo. 

El te sonrie levemente mientras te dice, no creo que exista la pintura perfecta hermanita, pienso que la perfección esta en la mente. Te replica  de manera pensativa como si su mente estuviera cansada. A veces pienso que eres demasiado obsesiva con la perfección, y bueno, no soy psicólogo pero creo que deberias tomarlo con calma, el arte no fluye así lo sabes, bajo presión no hay belleza, posible unas vacasiones te vayan bien, o bueno, si  Jhon  logra algún acuerdo viajar seria bueno para ti... si... seria muy bueno.

Te sonrie, no creo que las cosas que estan fuera de ti te motiven lo suficiente, posible debas pensar en otra forma.

En esas se levanta y se dirge al baño, mientras en ese momento te entra un mensaje de texto. "Estoy a media calle de tu casa, ya llego" Jhon.

Ya sentada en el sillón con la taza de café en mis manos le dedico una mirada a mi hermano, un tanto sorprendida. - Vaya, no necesito un psicólogo contigo hermanito. - respondo entre risas mientras soplo suavemente el vapor que emana de la infusión. 

- La verdad es que siempre busco la perfección, es curioso porque en mi vida no existe pero en mis obras deseo encontrarla. Necesito ver reflejado en el lienzo mi verdadera esencia, no una explosión impulsiva de emociones agolpadas. - intento explicarle a Ivar mi postura con respecto al tema, no podía confesar mis sentimientos hacia él y admitir que mi última obra fue un viaje totalmente erótico, en donde me imaginé un momento sexual disfrutando de su compañía. - Sería demasiado fuerte. - murmuro al beber un sorbo de café. 

Al margen de ello, comprendía el verdadero sentido de sus palabras. - ¿Vacaciones? Si son contigo aceptaría. Nunca hemos tenido la posibilidad de conocer el mundo juntos, no estaría para nada mal hermanito. Piénsalo y me dices. ¿Ok?- no era mala la sugerencia y a través de ella tal vez ganaba un poco más de tiempo compartido junto a mi hermano. Sin dudas, era una fuente de gran inspiración. 

Una vez que se dirige hacia el baño, el móvil vibra anunciando la llegada de un mensaje. Al leerlo, automáticamente respondo. 

Oki. Estoy con mi hermano. Te espero. 

xoxo

Tras enviar el texto observo detenidamente la obra que allí estaba y sonrío por la picardía de mis pensamientos. - En verdad que deliré a lo grande con mis fantasías incestuosas.  - era inevitable pensar en ello. 

Jajaja-se rie él de  buena gana- vacasiones trabajando no son vacasiones, aunque tu sabras...- dice mirando su movil- no soy mucho de psicologos, mamá me llevó a uno de pequeño y no sirvio para nada- dice mirando el rostro.

Justo en ese momento timbran en la puerta, y ya sabes quien es, puedes ver como tu hermano se va  a la cocina con el movil mientras te diriges a la puerta abrir.

Qué día tan extraño-murmura

Hola querida- te saluda como usualmente lo hace y entra a la casa viendo que la sala esta vacia- ¿donde esta el sujeto del que me comentaste?

Casi inmediatamente entra al sector donde pintas como siempre evaluando todo lo que haces...

Mmm esto no esta mal... -dice con tu último cuadro- pero estarian faltando unos cinco más para la exposición...

El era así controlador y algo neurotico.
 

- No seas malo. - respondo entre risas sin quitarle la mirada. - A ver, nunca hemos viajado solos. Podrías pensarlo al menos. ¿No?-  sugiero con una sonrisa dibujada en mi rostro, no vaya a ser que me pierda una oportunidad de insistirle hasta el cansancio. La esperanza es lo último que se pierde. 

Y mientras mi hermano habla de algo que no logro captar, sólo me atrevo a dedicarle una mirada en la que dejo claramente lo mucho que estoy interesada, aparece John. - Vaya. Ni siquiera avisa al entrar, aún siendo consciente de que suelo pintar desnuda. - niego con la cabeza ante aquel pensamiento y lo escucho poniendo los ojos en blanco. 

- Hola John, ehmmm se fue pero aquí tienes su tarjeta. - me incorporo para besar su mejilla y luego le entrego la tarjeta del sujeto que nos visitó anteriormente. Sólo que cuando hace alusión sobre la falta de cuadros, doy un suspiro para luego responder. 

- Hoy por la noche o tarde tendrás otro... - respondo a regañadientes, necesitaba inspiración porque quería crear "la obra maestra" no esas porquerías que estaba haciendo. 

¿Otro cuadro esta noche?... genial, eso espero...

Tu hermano lejano de la situacion se encuentra en otro espacio mientras hablaban. La tarjeta estaba muy cercana de los documentos que él te habia entregado. Jhon era un hombre bastante rígido, era una buena persona pero tenia los pies mas en la tierra, en los negocios, y el arte era para el un medio. No era un desalmado, simplemente era un hombres bastante ocupado, a veces era como ese padre rígido que te ponia límites.

Se acerca a la silla luego de mirar la tarjeta y tomar el resumen leyendolo.

Vaya ... vaya...

Dice viendo el formato

¿qué piensas de esto querida?

- Si, otro. - respondo poniendo los ojos en blanco. Ni que fuera una máquina de pintar... - murmuro entre dientes luego de haber terminado mi taza de café. Lo cual me recuerda que no le he ofrecido nada a John. - ¿Café o té?-  pregunto esbozando una media sonrisa ya que su mera presencia, proyectaba responsabilidad, compromiso y pintura. Algo que en verdad me faltaba, mi vida era una pequeña locura. 

Cuando menciona sobre el folleto no dudo en responder. - Me interesa mucho la idea de representar a Oslo, llevar el arte para que todo el mundo pueda contemplarlo y conocerlo. -era sincera con ello, cuanto más personas puedan ver lo que hago mejor. Era una gran posibilidad para publicitarme. 

Café como siempre... gracias.

Se sienta mientras ve el folleto.

MMmm, pues a mi me parece una idea estupenda, aunque es un asunto muy largo, es casi  dos meses de gira, y son gastos.

Me pregunto si pagaran todo- te mira a tu rostro pensando si  tu sabias la respuesta pero obviamente tu no tenias ni idea- creo que es un asunto que debo investigar, creo qué...

Sin embargo en ese momento tu hermano interrumpe la conversación

Disculpa Jhon- dice tu hermano dandole la mano en forma de saludo- es que debo despedirme, dice el mirandote, surgió algo y debo irme, pero tratare de llegar más tarde, no puedo quedarme mucho, debo irme

Tu Hermano parece estar apurado por algo.

Prometo tratar de llegar temprano...

- Cierto, café... ¿Cómo olvidarlo? - respondo a John con una sonrisa, el problema es que mi distracción supera los límites de la fantasía y era por mi hermano que se comportaba un tanto misterioso. ¿Que le sucede? -me pregunto enarcando una ceja y le permito retirarse sin más. 

-Ivar... Vuelve pronto, tenemos que hablar. ¿Ok?- sentencio a mi hermano, nada se me pasaba por alto con él, luego el mundo podía estar patas para arriba que no me importaba nada. Así que, tras despedirlo con un beso en su mejilla regreso junto a mi representante para conversar sobre el asunto en cuestión. 

Ahora sentada en el sillón, medito sobre sus preguntas aunque las respuestas eran obvias. - Ni idea, vino habló algo y se retiró. Por esa razón te he llamado para que me ayudes a decidir si me conviene o no. - expreso un tanto dubitativa, estaba claro que nunca sé que diantres hacer y esta vez no sería la excepción. 

Pues hombre que te vaya bien. Dice el representante. Estamos en contacto.

Dice con una sonrisa, mientras  se ve como el joven te sonrie.

No te preocupes. Dice sonriendo. Estaré bien, llegaré más tarde hermanita, cuidate... Dice con una sonrisa sincera. la verdad me hace feliz que te hayan ofrecido eso.

La puerta se escucha cerrar y tu quedas con una sensación rara mientras escuchas a tu representante.

Pues  no te preocupes, le llamaré inmediatamente y trataré de tener una reunión con él de ser posible hoy. Dice riendo. Es muy raro que haya llegado esa oportunidad así, esa galeria a la que representa no es cualquier cosa, pero como siempre, necesitamos asegurarnos que no sea una estafa, y quiero que si te ofrecen eso estes bien atendida.

Te mira un segundo mientras se levanta dispuesto a marcharse.

¿Hay alguna cosa que te gustaría que preguntara en tu nombre?

Luego de dejarle un cariñoso beso en la mejilla a mi hermano,  continuo la conversación con mi representante. - Por eso mismo no le di una respuesta de antemano. Ya sabes, prefiero que te cerciores antes de caer en un saco roto. Poco conozco de este mundo y eres quien lo lleva a la perfección. - respondo ya apoyada sobre la puerta, cierto era que John se manejaba muy bien con los negocios y jamás tuvimos una discusión por estos temas. Confiaba plenamente en él y sabía que su opinión era muy válida. 

- La verdad,  solo saber como ha llegado a mi. Soy conocida en el mundo del arte,  este evento me serviría para promocionarme un poco más y también para enaltecer mi prestigio como artista. Me llama la atención su invitación, nada más. - explico en base a su pregunta mientras me preparo para despedirlo, sus visitas eran de minutos. 

Y ciertamente el hombre sale de tu casa con ese encargo, y en tu interior puede verse un poco de confusión habían sucedido muchos asuntos alrededor de esa extraña visita. Y pues lo peor de la exaltación de las drogas es que luego de un pico de creatividad caían en la horrenda realidad donde tenías que  asumir el espejo de tu otro yo culpable y poco creyente en ti. La depresión era usual luego de esos picos altos de estamina, en alguna oportunidad te dijeron que posiblemente sufrías de trastorno bipolar pero ese asunto poco te importaba, era normal para un artista ser así. Las punzadas en tus brazos demostraban lo mucho que te importaba tu arte, era lo único que te hacía sentir viva, eso, y tu hermano.

¿En qué momento tú te enamoraste de él?, bueno era difícil decirlo cuando en la infancia estaban siempre juntos y cuando en la adolescencia tenías crisis de celos si él tenía una cita.

Y ciertamente el asunto no fue tan evidente  hasta que comenzaste a tomar drogas y verlo de manera romántica… él era genial, pero, es tu hermano..

¿porqué los moralismos tenían que regir esto?

Sin embargo ciertamente lo moral, lo bueno y lo malo, a pesar de no ser de una familia creyente siempre estaban ahí…

Es entonces que luego de grandes rachas de deseo venían unos enormes momentos de frustración…. Cómo ahora que estabas sola en casa y él no llegaba a pesar de que te lo había prometido.

El tenía su vida, siempre fue muy independiente, aunque nunca dejó de lado a la familia, nunca. Te cuidaba de manera paternal, y es más, más que tu padre.

La depresión post droga hacia que sintieras la necesidad de inyectarte de nuevo, y justo cuando estabas a punto de hacerlo recibes una llamada de tu representante.

“Erikka,  he hablado con el representante de la galería, la verdad el asunto parece serio aunque aún no he aceptado nada por estrategia, no es bueno que nos vean desesperado, me comentó que  uno de los accionistas de la galería y gestor del proyecto con las Naciones Unidas desea conocerte, tiene una fiesta esta noche…¿esta bien si te recojo a las 9:30?, ¿te sientes bien para ir?”

El caos reinaba en este lugar, en mi interior e incluso en cada palabra que salía de mi boca. No soportaba esto porque resultaba ser frustrante, ortodoxo y demasiado cuadrado. Aquel toque mágico era esfumado por la realidad que me golpeaba una y otra vez en la cara, siempre intenté evadirla manifestando a través del arte la mayor de mis grandezas pero ni siquiera aquello me hacía en verdad feliz. 

Ahora caminaba por el departamento, todo un piso para mi y me siento tan ajena al hogar que yo misma he creado. Necesito a mi hermano, lo quiero de amante y disfrutar de una vida que anhelo tener de forma caprichosa como así también egoísta. Me encantaba el incesto y a pesar de que lo moral torturaba este quemado cerebro, allí estaba deseando lo imposible. Tanto como Don Quijote luchando contra molinos de viento. 

Odiaba mi vida pero amaba lo que mis manos podían hacer a través de cada pincelada. Y si, disfrutaba de una sensación extrema y nueva porque me daba mucha paz, también el vacío post elaboración era radicalmente perturbador. ¿A quién engañaba con toda esta exposición de locura? A nadie... Soy una loca, como tantos otros pintores... ¿Lo tengo asumido? Tal vez. ¿Quisiera arreglarlo? No, soy un vidrio roto. 

Y en ese interín existencial de tragedia, extrañeza, añoranza y dosis de heroína, mi móvil suena, desesperada atiendo al creer que podía ser mi hermano pero no, era mi representante. - Hola, sí. Ven a esa hora. -  respondo sin ganas de hablar más, no quería asistir pero al ser importante para mi Profesión debía aceptar. 

Ofuscada, voy inyectándome la droga y me acuesto en el sillón para saborear la sensación inicial mientras el mundo parecía estar patas para arriba. 

La sensación nuevamente de locura y frenesi se hacen presentes, pero esta vez te sientes ofuscada, ¿acaso la belleza y el arte no son suficientes para traerlo de vuelta?,  te sentias loca, desesperada, obsesiva, y triste,era una sensación bastante turbia, los colores de repente en esa oportunidad se tornan grises y la sensación usual de ánimo y de inspiración se hace cada vez más lentas.

Mientras tienes una visión.

Estas en una estación de trenes. Un tren va a la derecha, y otro a la izquierda. Se cruzan   y siguen su camino. Cuando a pasado el último vez a tu hermano en la otra acera, entre ambos carriles.  Ni siquiera nota que estas ahí.

Deliraba en potencia, el efecto adverso de la heroína hacía estragos con mi consciencia y también con un interior que comenzaba a caerse de a pedazos. Muy triste era la sensación que me doblegaba al punto de la depresión, no había magia ni arte, tampoco un vestigio de creación... Absolutamente nada. 

Cabizbaja susurro entre dientes, palabras que ni yo misma alcanzo a comprender hasta que una viva imagen surge en mi mente. Me detengo en ella como si de una película se tratase, contemplo la oscuridad, los tonos grises y el ruido de los trenes que anunciaban su cruce en los rieles. 

Todo iba bien, al menos eso quería creer, hasta que finalmente me detengo en una imagen. Era mi hermano de pie entre ambos carriles, la desesperación en conjunción con el no entendimiento de aquella escena me incitan a gritar. 

-¡¡¡¡Ivar!!!! ¿¿¿¿Qué haces???? - me hago visible, quería que me observara y tras aquella pregunta digo. - Siempre te he amado... - nada tenía que ver ni iba a cuento pero lo decía, por miedo, desesperación o la misma incoherencia de la situación.