Partida Rol por web

Llegas hasta la calle y ves a Novaria.

No, está tranquilamente como esperando y mirando hacia adentro, por donde estáis vosotros. De vez en cuando resopla  y se acerca un poco más para mirar.

Khyron, abre un poco la puerta y se asoma saludando a Novaria.
Hey! Ven, ya puedes pasar, hemos acabado con el peligro! Vamos adentro. Ya acabamos con varias hormigas gigantes, y colocamos la locion en la entrada para que no vuelvan por un rato!

Se sobresalta y te mira y luego con una amplia sonrisa te dice:

- Claro que si, espera que llame a los obreros que deben tapiar el túnel.- se va unos segundos y vuelve acompañada de una serie de gente con herramientas de construcción.

- ¡Adelante, amigo!
 

Khyron espera a que lleguen los trabajadores, y junto a ellos se adentra nuevamente hacia el interior de la plantacion.
Una vez allí, les señala el gran boquete por el cual entraban las hormigas.

Es alli. Trabajen rapido para cerrar ese hueco. No sabemos cuanto tiempo nos dará el repelente, aunque nos quedaremos acá por si acaso. Les dice.

Ailush mira inquieta la apertura por la que llegaron las hormigas, esperando sinceramente que no vengan más, siempre podrían encontrar otro camino para dar con la bruja esa y lograr con un remedio para el hijo del semielfo. Pero en cualquier caso, se mantenía atenta por si aparecía alguna hormiga más.

Novaria y los obreros que van a tapiar el agujero entran en la sala donde os encontráis y sin perder un segundo empiezan a trabajar para tapar lo mejor posible el agujero.

Novaria os mira y dice:

- ¡Muchas gracias por vuestro trabajo! Obviamente no esperaba menos de vosotros. Os aseguro un descuento del 10% en todas vuestras compras de la Casa Cartahegn, presente en la mayor parte de Garund, y el suministro de víveres que necesitéis siempre tendrá prioridad ante otros pedidos, en la medida de lo posible.

Una vez los trabajadores se ponen a tapiar el agujero, la joven se relaja un poco, asintiendo ante el comentario de Novaria.

-Los Portadores de la Luz de Sarenrae somos un grupo comprometido. Será un placer tratos en un futuro, Novaria.-Sacando un pergamino con una lista extensa de provisiones, le dice a Novaria.- ¿Cuando crees que puedes tener listo este encargo?

- Para cuando lo necesitéis. Una vez haya sido solventado este problema toda la Casa Cartahegn en Cueva Sangrienta estará a vuestra disposición. Muchas gracias de nuevo por vuestra ayuda, tened cuidado ahí afuera.

La pelirroja muchacha asienta, cada vez más tranquila a medida que los trabajadores van tapando el agujero.

-La idea sería partir cuanto antes. Así que tan buen punto como tengáis el cargamento listo, nos pondríamos en marcha, Novaria.

Haciendo una pausa, acercándose a ella, para que los albañiles no puedan escuchar, añade.

-Parece que nos vamos a entender bien, además del mismo modo que ahora te hacemos esta comanda, la idea es que volvamos a recorrer a los servicios de la casa Cartahegn, siempre y cuando podamos estar atentos a los peligros que la vida de aventureras conlleva.-Mirando un momento a los albañiles antes de centrar de nuevo su atención en la portavoz, prosigue.-Gran parte del éxito en superar los peligros de la vida aventurera, es el conocimiento, el saber que peligros aguardan... de qué tener cuidado ahí fuera.

Termina la frase dando énfasis en las mismas palabras que ha usado la portavoz.

-Seguro que una mujer respetable como tú debes conocer los peligros de los que guardarse, tal vez nos pudieras dar algún... consejo.

Novaria te mira con media sonrisa y te dice en voz baja:

- Creo que ya sabéis de que os hablo. No os fiéis de nadie y vigilad vuestra espalda y los lugares oscuros.

Vlado contempló como trabajaban los albañiles afanosamente. Una vez más habían conseguido sobreponerse y vencer al peligro al cual se enfrentaban. Todo aquello le había abierto el apetito, pero todavía debía estar atento por si alguno de esos insectos decidía salir de su madriguera.

Luego contempló como Ailush charlaba con Novaria. La servidora de Serenrae usaba sus don de gentes para sustraer información a la portavoz de la casa Cartahegn, pero ésta era astuta y se resistía a decir una palabra de más.

- ¿Podremos comer algo después de esto, Khyrom?- preguntó al rastreador mientras su tripas emitían borborigmos y retortijones. - Es que... ¡¡Tengo mucha hambre!!- dijo con su habitual mirada estrábica.

Khyron busca una bolsa de azucar ya vacia por las hambrientas hormigas, y en ella mete algunos trozos de uno de los insectos a los que mataron.

Ante la mirada extrañada de sus compañeros, solo comenta.
Es que aun no quiero abandonar mi idea inicial...con la "jefa"...ejem...
Tras sus extrañas palabras, y luego de guiñar un ojo a Ailush y a Lirianne, susurra.
Me tengo fe.

De complicidad

El brujo observó cómo los trabajadores comenzaban a tapiar el túnel con una mueca de desconfianza.  Pensaba en las hormigas, trataba de ponerse en su pellejo, ser una de ellas. La recompensa es muy grande y las paredes no son gran obstáculo para ellas. En su interior Mensifo pensaba que no sería suficiente lo realizado para detener a la colonia pero se cuidó mucho de no decirlo. La patrona estaba contenta con el trabajo y solo habían tenido que matar a dos obreras.

Tras comprobar que los trabajadores están seguros y que el proceso de sellado del hueco avanza correctamente se vuelve al grupo esperando que esté todo el mundo listo para salir de allí.

Viendo la reacción de Novaria, y lo que le decía el instinto, la pelirroja muchacha sintió como le decía en el mismo tono confidencial y de complicidad... lejos del oído de los trabajadores.

-Tenemos un amigo que tiene problemas con Lura Ichon. Qusieramos ir hablar con ella pero parece muy inaccesible. ¿Sabes como podríamos tratar el asunto de forma confidencial con ella?

Te mra arqueando una ceja y responde:

- No, intento no mezclarme con según que personas.

La respuesta tajante de Novaria sorprendió a la joven sacerdotisa. Al parecer la tal Ichon tenía una fuerte reputación.

-Sea pues, espero que guardes la confidencialidad de la conversación.

Mirando al resto de compañeros, asintió y emprendió la salida de la Casa Cartahegn cuando Hasan ya tenía el saco colgado al hombro. Antes de salir preguntó.

-¿Cuando podremos disponer de los pertrechos?