Partida Rol por web

El clamor de los aplausos y el grito de las apuestas ahoga cualquier sonido ininteligible en este gran y repleto antro. Un acuario inmenso de 50' de lado domina la estancia, una criatura como una langosta del tamaño de un perro de color verde oscuro y un pez, con grandes mandíbulas, y con el tamaño de una persona dan vueltas amenazantes el uno al otro, de vez en cuando se lanzan alguna acometida. Un embriagador y care humo inunda el lugar y las suelas de vuestro calzado se pega al suelo por la cantidad de porquería y agua salada derramadas por el mismo.

Cerca del tanque central destaca una mujer bien vestida y de formas proporcionada, de pelo de ala de cuervo. A su lado una gigantesca mujer de 7' (2,10m) de alto, una idealización de la primera pero con aspecto de guerrera amazona. Ambas mujeres exhiben la misma runa brillante en la frente. Los corredores de apuestas difieren mucho de la pequeña mujer, y todos mantienen las distancias con su fascinante guardaespaldas.

La pelirroja sacerdotisa, con su paño sujetando su pelo se dirige hacia la barra y pide algo al tipo que hay tras la barra para prestar su atención en la pareja de mujeres, estudiando como visten, que tienen a la vista y en el trato que les muestran el restos de asistentes, también da un vistazo al aspecto del resto de los asistentes del lugar así como el del tipo de la barra, para hacerse una idea, en caso de que hubiera pelea, cuantos de esos tipos podrían intervenir en ella.

Cuando el tabernero se ausenta para buscar la bebida, la sacerdotisa pregunta al resto de compañeros, en tono confidencial.

-¿Sugerencias? Antes de liarla parda preferiría mirar de entendernos por medio de la palabra, pero antes siempre es mejor tomar medidas al respecto.

El brujo continuaba con su habitual rostro neutro pero ahora una mueca sería paralizaba su rostro. Miraba las criaturas en el gran tanque de agua como con cierto odio como si fueran despreciables seres que no merecieran morir. Lo cierto es que para sus adentros le daban tremenda lástima y su odio estaba dirigido a las verdaderas bestias que habían atrapado y encarcelado a estas espectaculares criaturas, su rabia crecía al escuchas a los contaminados borrachos apostando con superioridad sobre las vidas de unos seres  que podrían despedazarles si estuvieran en una pelea justa. Su desprecio no era sobre los animales majestuosos que luchaban obligados las circunstancias si no por las ... "personas" que se lucraban de este espectáculo tan antinatural y adulterado.

La voz de la sacerdotisa le trajo de nuevo entre sus compañeros y asintió ante la actitud de la sacerdotisa.

- Sí, será mejor esperar a que estén más ... accesibles.

Era evidente que una pelea aquí les encontraría en desventaja con toda esta chusma en medio, pero si lograban seguirlas y asediarlas en un lugar o memento más adecuado podrían tener mejor oportunidad de resolver el asunto. Por un solo instante miró de reojo a la pareja de mujeres, tratando que el odio no se revelara, solo para poder evaluarlas y saber a quien se enfrentaban.

Obviamente son runas mágicas y parecen emparentarlas. Pero poco más sabes sobre ellas.

En cuanto a las criaturas sabes que son una barracuda y una Garra de los arrecifes.

Estaré callada hasta que se necesite el plan B, no voy a provocar una sangría a menos que ellos den el primer paso. A tu señal, neutralizaré las amenazas.

Aquel lugar era un antro asqueroso. No había un calificativo más explícito que resumiera con tan pocas letras la sensación que ese sitio, podía despertar en el joven Vlado. A pesar de que los Varisios estaban habituados a lugares tan réprobos y dudosos como aquel, el pícaro no parecía disfrutar en un ambiente tan desenfrenado e hilarante como aquel. Fijó su mirada en las criaturas que se enfrentaban en un duelo leta, y en como el ebrio respetable espetaba sus apuestas tendiendo doblones de piezas de plata y oro... Por unos segundo estuvo tentado de jugar... Quizás, esa fuera una buena forma de no llamar la atención en un lugar donde borrachos y matones se apilaban por igual.

- ¡¡Una moneda de oro por el bicho de las pinzas!!- exclamó tendiendo una moneda, al tiempo que se adentraba y perdía entre la gentada que allí se concurría...

El corredor de apuestas te mira con una mezcla de ironía y sorpresa y luego mueve la cabeza en señal de negación. Al momento se gira cuando alguien le tiende una bolsa de la que dice que hay 100 po.

La solucion facil sería esperar a que no hubiera nadie aqui, y luego de someter a esa giganta, obligar a su hermanita menor a entregar la cura...si es que existe.
Ufff...pero nunca es tan simple... Rumia para si el explorador mientras se acerca a la dueña del lugar.

¿Lura Ichon verdad? Estoy buscando alguien interesado en comprar...hormigas gigantes. Y creo que llegué al lugar indicado.

Antes de que llegues ante Lura Ichon y puedas hablar con ella, Bellu (la imponente guardaespaldas), se adelanta s y se pone entre tú y Lura, alargando una mano hacia tu pecho para que te detengas. Luego intentas hablar con Lura y esta te mira con condescendencia y mueve su mano para que te vayas. Bellu entonces hace un poco de fuerza con su mano y te indica que te marches por donde has venido.

Khyron se alza de hombros, y retrocede un par de pasos, pero antes de regresar con sus compañeros le habla a la giganta.

Oye...Alguien debe estar acá a cargo de la compra de esas criaturas...para los combates. Dice señalando a los dos monstruos que estan por luchar.
No sabes con quien debo hablar para venderles unas hormigas gigantes??

Ailush intentaba pasar desapercibida en aquel sitio, en una esquinita, con una jarra de bebida ligera y un ojo puesto en Khyrom y sus estratagemas. Parecía un chico con iniciativa, pero sus acciones podían involucrarlos a ellos y eso debería haberlo pensado antes.

En cualquier caso la joven se mantuvo a parte, atenta, en estos momentos el tiempo corría a su favor, o eso esperaba.

Parece que la mujer sentada escucha tu proposición y lle dice a Bellu que te deje pasar y te hace una señal para que te acerques a ella.

Veís como la mujer de pelo negro y bienvestida le hace una señal a su guardaespaldas y le hace un gesto a Khyrom para que se acerque a ella.

Khyron, hace una pronunciada reverencia cuando la mujer-gigante le cede el paso.
Atrás, se imagina las miradas como agujas de varios de sus compañeros, pero logra disimular sin volver la vista.

La saludo honorable Lura Ichon. Dice bajando la mirada un instante. Mi nombre es Hasan. Agrega...Y creo que puedo tener unas criaturas que resultarán muy interesantes para...vuestro negocio. Hormigas gigantes, del tamaño de un perro algunas de ellas!

Inteligente aproximación la que ha escogido Khyrom. Quizás nos dé una oportunidad de enfrentarnos más tranquilos a estas mujeres.

El brujo esperó observando el atroz combate, simulando interés. Su presencia ya era lo bastante llamativa por lo que trató de pasar desapercibido sin separarse demasiado del resto del grupo.

La mujer te mira, te analiza y sonríe:

-Hasan...-dice con una voz dulce y atercipleada- ¿unas hormigas gigantes? Me gustaría poder tener una reina, o por lo menos un zangano...¿Puedes proprocionarme lo que deseo?...-te guiña un ojo, a lo que la guardaespaldas reacciona poniéndose tensa y mirándote mal.