Partida Rol por web

Al ver el carromato en llamas y a los dos hombres, hago un rápido movimiento para ordenar a mi montura que reduzca la marcha, mientras me acerco no puedo evitar arrugar la nariz ante el olor.
Al ver la reacción amenazante de los dos hombre seguida por la respuesta de Erackand y Amon, decido hacer lo que me corresponde y avanzo hasta la vanguardia del grupo sin vacilaciones.

- Los que tenéis que dar explicaciones sois vosotros ¿Qué ha pasado aquí?¿Quienes sois?. Yo de vosotros contestaría rápido, os superamos en número y como podéis ver mis compañeros están de muy mal humor, están deseosos de entrar en combate. Continuo dirigiéndome a los dos hombres mientras voy preparando la ballesta y colocando un virote en ella. Además, como os imaginareis ese humo a llamado mucho la atención en la aldea y nosotros solo somos la avanzadilla, pronto llegaran más. Como veis no es vuestro día de suerte ¿Qué va a ser entonces palabras o sangre? Decidid rápido.

Con cierta dificultad, observaba un fuego cercano a dos figuras montadas que habían detenido a sus compañeros, rápidamente su vista buscó el castillo del antiguo bann, donde se suponía que estarían sus compañeros hablando. Si el humo que los había traído hasta allí era ese alto en el camino al menos por el momento no tendría más motivos por los que preocuparse. Fuera como fuera, tarde o temprano gran parte del pueblo estaría por allí, debían de actuar pronto.

Se sorprendió al ver el hermoso brillo que reflejaba la mano de Amon, por lo que la desconfianza provocó acudir a su cintura para preparar una de sus hojas.

-Es bueno tener tantos compañeros habladores me ahorran palabas... je- Hiuz se queda al fondo de su grupo toma su arco, sin apuntar a nadie pero prepara una flecha por alguna emergencia

-Mercenarios- Dijo uno de aquellos jinetes armados al otro escupiendo al suelo despectivamente mientras enfundaba su espada de nuevo.
-Deberías decirle a tu compañero que cuide su lengua mujer, podrían cortársela por error de tan larga que esta- clamó el otro jinete apuntando con su espada a Amon para luego enfundarla también. –Supongo hablan de los mercenarios que trabajan para el Bann y que el Manor mando a llamar. Ven esa columna de humo sobre la fortaleza del Manor Krole- Indicó aquel hombre con su brazo, a algo que los legionarios no habían notado; en gran medida por que conforme se acercaban la pequeña columna de fuego producida por los carromatos incendiados bloqueaba la visión de la fortaleza y al densa columna oscura de humo que se cernía sobre ella y que realmente era la que habían visto desde Logerswold. –Quizá aquellos quienes buscas yazcan allí en cenizas, o quizá no; no lo sabemos, nosotros hemos estado aquí desde el ataque a los carromatos- culmino sin mirar a los presentes y dando la vuelta a su corcel.
Su otro compañero sin embargo, se detuvo a indicarles algo mas antes darles la espalda para partir también. –Uno de esos mercenarios, estuvo con nosotros aquí varios minutos atrás; partió a la fortaleza en cuanto divisamos el humo. Nosotros nos dirigimos hacia allí ahora.- Concluyó, dando la vuelta también.

Sonrio de forma desafiante mientras guardo también mi vara. Las palabras del hombre son ciertas, pero no me considero un tipo fácil de vencer y aun menos de intimidar. Aun no me queda del todo claro lo que ocurrió aquí, pero estoy seguro de que estos tipos no son quienes me darán las respuestas.

Continúo el camino a caballo lo más rápido que puedo, esperando a que mis compañeros me sigan, pues el tiempo apremia y no podemos dejar a nuestros compañeros tirados si es que necesitan de apoyo. Por otro lado, nuestro líder puede estar en aprietos o incluso muerto, lo que no se vería muy bien para sus acompañantes. Quiero aprobar este maldito examen y si ese idiota muere, no creo que lo logre.

¿ Solo uno ? ¿ Y cómo era si puede saberse ?

Aquello era extraño. Una de las cosas que habían quedado claras al separarse era que por motivos de seguridad evitasen separarse.

El enano no tuvo tiempo de escuchar la respuesta. Amon, impulsivo, había salido disparado de modo que el enano volvió a montar y le siguió. No debían separarse.

Al tiempo que parecía alcanzarlos, el poseedor del don emprendió la marcha, por lo que ajena a los restos humanos que ardían en la linde del camino, prosiguió al galope hacia el castillo intentando mantener el ritmo mientras se mantenía alerta fruto del fervor del combate.

Antes de seguir hacia el castillo hago que mi montura se detenga junto al carromato y lo observo pensativa. Espero que se encuentren todos bien.
Con un movimiento preciso hago que mi caballo reanude la marcha y sigo por el camino junto al resto de mis compañeros.

El grupo acelero a todo galope tras la reacción inesperada de Amon. El tiempo apremiaba y quizá su reacción impulsiva estaba completamente justificada, aunque en el fondo eso no lo sabrían hasta llegar a la fortaleza. El humo seguía surgiendo desde la fortaleza, aunque ahora algo menos espeso, señal de que aquello que estuvieran produciendo esa alta columna de humo, ya se estaba apagando.

Erackand siguió trotando intentando seguir a Amon.

¡ No os quedéis atrás !

Dijo a los que le seguían.

El enano se decidió a tener una conversación con Amon en cuanto tuviese oportunidad, cosas como no correr como un loco de cabeza a una posible trampa o hacer planes antes de llegar a un lugar peligroso.

Siguió cablagando atenta a la retaguardia algo confusa por la demora del resto, pero en cuanto el camino se despejaba incitó al caballo a subir el ritmo para llegar presto al castillo.

Intento hacer que el caballo vaya lo más rápido posible, pero no tengo mucha costumbre con los animales de monta, así que hago lo que puedo. Lo único que está en este momento en mi mente es el hecho de que nuestros compañeros pueden estar en peligro y no debemos dejarlos a su suerte. No podemos.

"Quizás fue una reverenda estupidez eso de separarnos. Puede que nos hayamos confiado con toda la aparente seguridad del pueblo, pero no sabía que la casa de Krole quedaba tan lejos. Bueno, solo espero que aun estén vivos, del resto me encargo yo."

Mantengo mi galope lo mejor que puedo intentando alcanzar el objetivo lo antes posible.

Oigo a Erackand gritando mientras me aferro a mi caballo y trato de mantener el ritmo para alcanzar al grupo. Delante de mi, mis compañeros cabalgan a toda velocidad ansiosos por saber la causa de esa columna de humo, que poco a poco empezaba a desaparecer.

Me agarro fuerte de las riendas y si puedo me adelanto un poco para explorar me adelantare para explorar y ver la situación .....

Los legionarios se habían tardado mas de lo que deseaban en el camino, sus dotes como jinetes dejaban claramente mucho que desear, sin embargo sabían que lo habían hecho lo mejor que podían y que ya se encontraba cerca de la fortaleza. Tenían ahora una visión clara de lo que podría estar sucediendo. Por sobre la muralla los guardias se mantenían vigilantes y al parecer ya los habían divisado pues las puertas de la fortaleza empezaban a abrirse para permitirles la entrada, mientras un par de jinetes se aproximaban a ellos desde la misma.
Algunos guardias parecían estar gritando cosas hacia el interior de la fortaleza, a la par se escuchaba mucho ruido caótico proveniente desde el interior. Sin duda algo malo había sucedido allí, y la densa columna de humo que ya estaba claramente menguando era una clara señal de esto.
-Quienes son ustedes y que desean- Se escucho la fuerte voz de uno de aquellos jinetes quienes les impedían la entrada a la fortaleza ahora abierta. Sobre los muros varios guardias les miraban atentos con sus arcos en las manos, listos para lo que pudiese suceder.

Frenar aquella bestia fue complicado tras un intenso galope que había disfrutado en manada. Se revoloneaba hacia los lados mientras el brazo de cassandra intentaba corregir la dirección para responder a los guardias. Somos mercenarios, venimos al encuentro de los tres que vinieron para hablar con el anterior bann a su petición. ¿Por dónde? Respondió veloz en un intento de no frenarse ahora que estaban tan cerca. Sus palabras eran tan rápidas como su agitada respiración, pues su cuerpo aumentaba el calor interior a medida que acortaban pasos.

Erackand refrenó el jumento no sin esfuerzo. El caballo se encontraba perlado de sudor. Mantuvo baja el hacha y se dio cuenta de que hacer cualquier cosa en esa situación era besar y casarse con la muerte de modo que relajó la mano del arma y la guardó con cuidado y sin hacer movimientos bruscos.

Luego miraba a todos lados con desfachatez como si los arcos y flechas que les apuntaban no le afectasen y esperó la respuesta de los guardias.

Se alegró de no ser el jefe. Intentaba escuchar o distinguir algo de los ruidos que se oían dentro.

Hiuz freno con dificultad al fondo de su grupo su montura estaba agitadq y relinchaba sin cesar. Escucho atentamente las palabas que decía la jefa.
EL ambiente era tenso agudizo la vista y preparo sus músculos para estar alerta a cualquier eventualidad. Mientras la jefa charlaba se dispuso a contar  y categorizar a los hombres que los observaban desde los muros.

-Valla , Valla que recibimiento no importa estoy aquí y debo estar atento por el bien de mis compañeros -

La voz de los guardias no me detiene como lo hace la visión de los arqueros. Muchas flechas apuntadas a mi cabeza a veces me baja la autoestima. Este es el caso.

Me detengo un poco más atrás, pues mi caballo olvidó lo que significa avanzar en lenguaje de riendas y ha sido más flojo en este último trayecto, lo que a esta altura no me molesta pues no querría haber llegado primero a este cálido recibimiento.

Escucho a Cassandra responder y hago gesto de asentir para apoyar mis palabras mientras intento parecer amenazante y temible, como el mercenario que se supone que soy. Mientras tanto espero una respuesta esperando que no sea hostil, pues no me gusta pelear en situaciones de desventaja táctica.

Ante las palabras de Cassandra, uno de los Jinete que parecía estar a cargo le hizo una señal a un sirviente que se encontraba dentro de la fortaleza para que se acercase. Lo que le ordeno no lograron escucharlo, pero era claro que el sirviente había sido despachado para avisar de algo.
Aquel jinete giro su rostro casi de inmediato en dirección a los recién llegados.
-He enviado a avisar al Manor de su presencia, si sus compañeros están aquí tal como dicen, pronto lo sabremos.- indicó dejando en claro que ponía en duda o no le agradaba la respuesta de Cassandra. –Sin embargo tendrán que esperar aquí a fuera, donde los arqueros pueden verlos con claridad-. Quizá sus acciones era justificadas, los legionarios no sabían que había sucedido allí y sin embargo el trato no era nada agradable.