Partida Rol por web

Vehexa se gira rápidamente y evita el embite del lancero, pero los otros dos guardias impactan con sus armas en ella... Aunque éstas rebotan en su piel sin causarle nada. Sorprendida por los efectos del animal que ha comido, decide dar unos pasos hacia atrás para orar un momento a sus dioses - ¡Deshkori, barj foedh!

Perfect! Pero... me espero a que postees tú o hago una dramatización ya, como Vehexa?

Los gritos de guerra, de dolor y el sonido de las armas entrechocando llenan la hasta ahora tranquila colina. Las enormes rocas que antaño sirvieron de lugar de culto a antiguos dioses de las cosechas son ahora un campo de batalla y su tiera, antaño sagrada, se mancha con la sangre de los que ahora luchais en ella.

Aldar corre sobre las piedras caídas con tres soldados tras él; El primero cae con una flecha que le atraviesa el estómago y los otros dos son incapaces de alcanzar al ágil cazador, que se escabulle entre piedras y matorrales. En el otro extremo, Loranda baila, dagas en mano y trata de incapacitar a uno de sus rivales cortandole en las piernas, pero la armadura de éste impide una lesión mayor y contraataca; Loranda evita el primer espadazo sin dejar de bailar, pero su optro adversario le golpea con tal fuerza en un costado que interrumpe la danza de golpe; Si el ceñido vestido de cuero negro fuese una prenda normal, el golpe habría sido mortal, pero, aunque dolorida y con la sangre deslizandose por su pierna izquierda, Loranda sigue bailando. Otra explosión de fuego alcanza la pierna del lancero, rival de Vehexa, al que ésta no consigue dañar pero que a su vez sale ilesa de los ataques de sus tres rivales gracias a la magia de los escarabajos. Erikand parece centrarse en acabar con los enemigos más débiles y golpea con fuerza a uno de los soldados con tan mala suerte que no solo no consigue derribarlo, sino que deja su guardia abierta; Al igual que a Vehexa, la mágia de Gorakiki le salva, pero descuida el flanco en el que el guardaespaldas de la armadura gira su espada para un golpe fatal... Hasta que algo aparece entre él y Erikand: Una mancha negra de puro horror se materializa ante el hombre y sus ojos se abren como platos, ante la visión que el espectro le proporciona y lucha por zafarse de él. Finalmente, Kenvent lucha contra Felkena, quien utiliza el mismo baile que Loranda, aunque con una habilidad superior; Mientras los soldados no consiguen atravesar su armadura Felkenna palidece, se lleva la mano al cuello y se da cuenta de que ese rasguño producido por la flecha del cazador era algo más que una simple herida; Consciente de que las cosas van a ir muy mal para ella, ataca al bárbaro con ambas armas, tratando de encontrar una fisura en su protección sin éxito. La espada de Kenvent le corta en una pierna y la lunar se balancea peligrosamente.

Esta noche intentaré postear dramatización y propósitos de Año... digo... de Asalto Nuevo. Solo una cosa... ¿he perdido los beneficios de estar a una altura superior? ¿por la esquiva? Es que ese 10% me daba la vida...

De todas maneras acataré tu decisión, o intrépido director de juego.

Creo que no, que no hay distancia mínima ni nada por el estilo. De hecho, hay incluso un conjuro divino aldryani, Trance Arquero, que te hace disparar obligatoriamente tu arco incluso si estás en cuerpo a cuerpo. Así que teóricamente puedo seguir disparando/esquivando. Porque con lanza NO SÉ DETENER, ni con daga, ni con nada. Solo mi 30% de esquivar. Por eso te insisto ¿puedo seguir sobre la piedra? Se trata de esquivar los ataques con ágiles movimientos de cadera, no tirándome entre los matorrales y perdiendo la posición de ventaja.

Otra cosa es que uno se suba, aunque estaría bien que le costara un poquito :P

Herida en el abdomen pero poseida por el espiritu de una bailarina, sigo danzando con la dagas en la mano. Sin ser consciente de la suerte de mis compañeros me centro en mis dos oponentes atacando de nuevo al que ya esta herido. 

Un profundo pozo negro se desdibuja flotando en el aire junto al hombre de la armadura pesada, mirarlo provoca una sensación de desasosiego a las almas más valientes. Un rostro pálido asoma al exterior desde él y unas manos esqueléticas tratan de aferrar el corazón de la víctima.

Poco después aparecen dos viejos conocidos, los amigos de Swen: Gunhar y Randan. El etéreo guerrero uroxi trata de arrebatar el alma del hábil lancero enfrentado a Vehexa mientras su desquiciada amiga posa sus cadavéricas manos sobre su cabeza tratando de absorber su vida.

Una sensación fría a la espalda de Kilder precede a la aparición de Swen, tráslucido, junto a él.

- ¿Que tal, pirómano?

Sus intangibles brazos parecen coger de un bolsillo de su capa aquella extraña piedra que usó para alumbrar la cueva del enorme gusano. Pero esta vez la irreal piedra parece rodeada por algún poder que absorbe el chamán para redirigir hacia uno de los oponentes de Loranda. Una extraña nube impalpable se desliza por el aire hacia él mientras va adquiriendo más y más luminosidad hasta impactar contra sus ojos.

Manteniendome siempre en el centro de todos los demás, no puedo evitar saludar a Swen:

-Saludos Loco de la pradera, cada día te veo mejor, Ignis -fogonazo-, se está caldenado el ambiente por aquí, pyram -fogonazo-, se está caldenado el ambiente por aquí, pyram. Me parece que el campeón de la armadura metálica tiene defensa, ya que no le ha hafectado mi hechizo que tan sobradamente manejo. Los de Vehexa son mios, ayudad a Loranda, que me parece que está un poco herida y no llego a curarla...

Calla, cenizo, que ahora pifio la esquiva y se acabó el chollo. De todas formas, es que de toda la vida lo que más me ha gustado del Rune es el rollo táctico que lleva, lo de proteger el flanco, atacar por un lado, subirse a sitios, arrojar platos a la cabeza, arrojar patos a la cabeza, etc.

Por eso soy tan peliculero. Bueno, vamos al tajo (nunca mejor dicho, porque ahora, gafe, me lo llevo fijo).

"Otro que sabe como hacer una buena entrada. Espero que no tengamos que salir de mala manera. De todas formas... bienvenido sea", pienso, mientras saco otra flecha y la coloco en el arco tras rodar por el suelo. Me he quitado de encima a uno... pero estoy teniendo suerte, demasiada. Cuando se acabe...

Tengo que decidir con rapidez. Podría intentar disparar dos flechas sin usar magia ni venenos pero su armadura es lo bastante dura como para que reboten o no les hagan más que arañazos, y seguiría en la misma situación: abusando de mi suerte. Sin embargo, si me concentro en un enemigo y le ataco con todo... Con un poco de fortuna solo me quedará ya uno por esquivar. Y sigo sobre la piedra.

¡Odayla dame fuerzas!

Susurro mi plegaria al Dios Cazador y disparo al más cercano, aprovechando que abre la guardia. Ahí, en el brazo del escudo, un punto sin protección en la axila. Sonrío cuando escucho el grito de dolor que me advierte de que he alcanzado mi objetivo... pero ahora el que ha abierto la guardia soy yo. Tropiezo y quedo expuesto. Si mi oponente acierta, estoy perdido.

Erikand aprovecha el momento. El hombre de la armadura parece estar siendo atacado por los espíritus de Swen. Así que balancea su arma con impulso buscando la cabeza del herido. El golpe ascendente es débil ante tanto movimiento y con los demás contrincantes buscando sus aperturas.

Al ver que mi adversaria sangra ya por dos heridas, sigo presionándola sin descanso, haciendo caso omiso de los ataques de los otros soldados. ¡Qué suerte que Erikand encontrara estos escarabajos mágicos! pienso para mí al comprobar cómo las armas no logran atravesar la gruesa armadura. Si logro hacer caer a Felkenna, la moral de sus guerreros se vendrá abajo, así que lanzo otro ataque dirigido contra la pierna de la bruja lunar.

-¡Uaaaaaarrr!