Partida Rol por web

Otro jinete cae derribado de su montura por el proyectil de Sulthalas, y entre las filas de los asaltantes se observa alguna vacilación, pero de su retaguardia surgen voces de añiento e imprecaciones por un igual, que consiguen que redoblen sus esfuerzos.

Turno de Ireth.

Lo siento master, pero como as podido ver cada ves dispongo menos tiempo para ver la partida por lo que me voy quedando muy resagado en la misma...asique creo que lo mas responsable seria salirme (contando que me quedara menos tiempo que ahora)...espero que no te forme ningun problema, o dificultad...disculpandome denuevo por tener que dejar esta excelente partida...gracias por tu paciencia conmigo
Illidanhi...
espero verte en otros tiempos mejores para mi tiempo =)

Lanzo un proyectil magico

Cita:

Cae al suelo otro de los asaltantes, y los que quedan echan a correr hacia sus filas, sin que los gritos de ánimo y las imprecaciones de sus líderes consigan impedirlo.

Se hace el silencio sobre el campo de batalla, sólo interrumpido por los gemidos de los heridos. El metálico olor de la sangre llena vuestras fosas nasales y oís que alguien por detrás, pasado el subidón de la batalla, vomita ruidosamente.

Me tomo un momento de respiro y después bajo del tejado donde estaba encaramado, me acerco a los demás, y pregunto ¿estáis todos bien?

Oskar se limpia la sangre de Xvart que le cubre y descansa el martillo en el suelo mientras recupera el aliento. Mira hacia las filas enemigas y despues se vuelve a sus compañeros.

¿Hay alguien herido?-dice con intenciones de ayudar-.

-Grrumpf. Urgk aguanta bien.

El imponente personaje resopla, y sacude su cabeza, contrariado.

Los incursores, que calculáis habrán perdido una cuarta parte de sus efectivos (entre el combate directo y el de proyectiles), se retiran al lindero del bosque donde conferencian durante bastante rato.

Un par de horas más tarde, se internan en el bosque.

Urgk se sienta, repasando su arma. Saca de su bolsa una piedra de afilar, un paño y aceite, y se dedica a afilar la hoja con movimientos lentos y extrañamente suaves para un semiorco como él.

Oskar vuelve a preguntar por heridos que necesiten curación.Al pasar a entres su filas y ver que no hay muchos que hacer se dirige hacia un rincón a meditar un rato y pedir el favor de moradin. Dejando su martillo y escudo en el suelo se arrodilla a orar en silencio.

Puf, ya se fueron otra vez,aunque es un poco extraño, todavía eran muchos, así que supongo que volverán.A ¿alguien le apetece salir en su búsca?
Oye Ireth, si te parece bien creo que nos sería útil que volvieras a pedir a tu amigo el pájaro que eche un vistazo desde las alturas, sería una gran ayuda saber si están quietos esperando o si se dirigen hacia algún sitio.

El halcón surca los cielos en respuesta a las indicaciones de Ireth, y se interna en el bosque en busca de respuestas a vuestras preguntas.

Al cabo de un par de horas vuelve. Los incursores se han instalado a una cierta distancia bosque adentro, probablemente para reorganizarse y atender a sus bajas. Nada indica que estén pensando en largarse de vuelta a sus territorios de origen.

Bueno gente, parece que seguimos como antes, quizá un poco mejor por los bichos que ya hemos liquidado, pero no nos podemos descuidar. Creo que sería positivo hacer como la otra vez, reponer la estacada en lo que se haya estropeado, mantener algún vigilante y aprovechar para descansar y recuperarnos al máximo. ¿qué os parece?

Los lugareños atienden a sus heridos con la ayuda del padre Jeffrey (que os atiende primero a vosotros: curáos todos los pg que tengáis perdidos), y se ponen a reparar diligentemente la estacada y a reforzar los puntos de las defensas que se revelaron como más débiles en el último ataque.

Podéis descansar y recuperar conjuros.

Amanece un nuevo día y los vigías divisan a lo lejos la masa de los incursores, que se acerca de nuevo desde el lindero del bosque. Esta vez rodean el pueblo amenazando todo el perímetro a la vez, y se detienen a distancia de proyectil.

Cada media hora se entretienen en tirar una andanada de flechas bombeadas sobre el pueblo, algunas incendiarias, retirándose acto seguido a una distancia segura.

¿Aguantáis estoicamente la lluvia de flechas o hacéis una salida para acabar con el hostigamiento?

El enano clerigo da un paso al frente y le grita a sus compañeros.

Ya estoy cansado de estos malditoooooss peeerros, salgamoss y acabemos con ellooos.¡POR MORADIN!-esto ultimo lo dice como si fuera un rugido que sale de su boca-.

Adelantándose con aire dispuesto, Urgk da un cabezazo afirmativo, y palmea su espada al cinto.

-Si. Vamos.

Después de que un par de flechas me hayan pasado rozando, no estoy dispuesto a esperar más aquí parado. Sí, vamos, será lo mejor, además no me gusta que la gente del pueblo se pueda quedar sin casas, después de lo bien que han luchado.

El padre Jeffrey, cuando ve que queréis cargar contra el grueso de los incursores, corre a disuadiros.

¿No veis que hasta que lleguéis a donde están os habrán cosido a flechazos? Esta batalla la ganará el más astuto, no el más impulsivo. Tenemos agua para remojar los tejados gracias al pozo, y si se ponen a distancia de tiro, nosotros también les tenemos a tiro de nuestros arcos.

Y, mirando hacia el grupo de incursores: No veo que lleven ningún carro de suministros, a lo sumo lo que quepa en las alforjas de las ratas gigantes, y eso no da para muchos días tanta gente. Esperemos a que estén hambrientos y quizá empiecen a tomar decisiones equivocadas.

OSkar se detiene ante las palabras del padre Jeffrey y bajando su martillo dice.

Es muy cierto y nuestro padre Moradin señor de la guerra nos dice que las luchas no se ganan solo con la fuerza de nuestros brazos sino con la de la mente también.-dice el enano-Asi que mejor esperemos a que vengan por nosotros