La mansión de la familia Drachensturm está a unos cuatro kilómetros al este de Delberz, es fácil de encontrar. Vengan hoy por la tarde o por la noche. Alguien les recibirá, y habrá promesas de oro y libertad.
Hugo se acercó sin más miramientos. una vez descubierta su presencia, no tenía ningún sentido espiar la conversación de Johannes con aquel extraño, más aún ahora que por lo que acababa de escuchar, aquello no parecía la promesa de más problemas.
De momento. Pensó mientras se acercaba.
-¿Qué ocurre Johannes? ¿Quién es este hombre? Tenemos que marcharnos de aquí cuanto antes. Le dijo entrometiéndose en la conversación con nerviosismo. La amenaza de la guardia seguía estando muy presente, y si sus compañeros no se movían, él no se quedaría a esperar.
—Entendido. —fue lo único que respondió al extraño, dando por acabada la conversación— Vamos, Hugo. Tienes razón en que debemos marcharnos. Cuando estemos lejos de aquí lo explicaré todo.
El ladrón dejo que el pequeño Halfling marcara el camino y le siguió.
—¿Y los demás?
Pff, Delberz. Todo el mundo sabe que está lleno de orcos, mutantes, herejes y malhechores. Y un gallardo inquisidor.
-Sí, será mejor no entretenernos más. Ya habrá tiempo de que nos cuentes quien era ese tipo cuando nos hayamos alejado de aquí. Hugo señaló hacia atrás por encima del hombro con el pulgar, sin darse la vuelta. Siguen ahí abajo, registrando los cuerpos de los que nos han atacado. Espero que suban en seguida, por que yo no pienso quedarme en este sitio ni un momento más.
El halfling, echó a andar de nuevo, escaleras arriba y se giró.
-¿Vamos? Si nos pilla el toro tendremos más oportunidades fuera que aquí. No podremos huir a ningún sitio como la guardia llegue y sigamos aquí dentro.
Pff, Delberz. Todo el mundo sabe que está lleno de orcos, mutantes, herejes y malhechores. Y un gallardo inquisidor.
El hombre se alejó a paso ligero del lugar
Pues entrad. Postead para todos. En realidad no han hecho nada
Tras ver la ejecucion a sangre fria realizada por Rainer a aquel pobre desgraciado, estaba claro que ya no podríasmos sacar nada de informacion de un cuerpo sin cabeza. - Bien hecho, si señor muy astuto y muy sutil de tu parte Rainer - pensaba Eldar - Bien como os iba diciendo que yo me voy de aquí, ahora esta claro que no tenemos nada mas que hacer aquí - El elfo se ajustaba su capa y su cinto y salía del bar mientras agradecia al posadero sus servicios. - La comida ha sido exquisita señor, espero volver a repetir. -
Cuando Johannes se asomó a la entrada de la taberna encontró una situación dantesca: el elfo presentando su enhorabuena al dueño mientras el pobre infeliz, que estaba desangrándose cuando el ladrón salió, yacía muerto y no por la perdida de sangre.
—¡¿Pero qué dem...?! —empezó a decir atónito antes de detenerse y suspirar— No importa, ¡tenemos que irnos YA!
Acto seguido se escabullo por donde había venido.
No pienso quedarme más tiempo aquí.
Hugo siguió a Johannes hasta abajo de las escaleras, pero no llegó a entrar, quedándose tras el hombre mientras este les decía al resto de compañeros que se dieran prisa en salir de allí.
No dijo nada, en cuanto Johannes se giró, el halfling salió a la carrera subiendo las escaleras de dos en dos para igualar su paso con el del humano, y salir de allí cuanto antes.
-¡Venga, vámonos!
El posadero no supo, o no pudo, responder a Wolfgang y Eldarendil que felicitaron al mesonero por la comida, aún con sangre en las armas. El charlatán salió cuando Johannes y Hugo hacían acto de presencia para meter prisa a los demás. Cuatro de ellos salieron a una desierta calle en la que no había gente. Sólo al final de la misma se veían personas recorriendo una de las grandes avenidas, atentas a sus cosas ajenas a la carnicería que se había producido en el mesón. Mesón en el que aún seguía Rainer.
No sé si a Ulric le gustará tu actuación, tendré que consultarlo con el capítulo de Religión
—¿Pero qué cojones le pasa al clérigo? —gruñó Johannes a sus compañeros. Volvió a asomar la cabeza al local— ¡Eh, que nos vamos! Lo que sea que estés rumiando puedes hacerlo de camino.
El ladrón observó la calle con todos sus músculos en tensión, como un resorte a punto de saltar. A la más mínima presencia de la autoridad.
—Pongamos tierra de por medio —sentenció. Si Rainer no quería salir allá él.
—¡No podemos dejar a Rainer ahí! —Contesto a Johannes. Lo de dejar tierra de por medio está claro lo que significa, pero no pienso dejar al clérigo por el camino. Y mucho menos, cuando él es el más diestro del grupo en el manejo de las armas.
Rápidamente, vuelvo dentro del restaurante y agarro a Rainer del brazo, mientras tiro de él. Desde luego, no es fácil mover por la fuerza a esa masa de músculos y mala leche, por lo que le digo—. ¡Creo que no es el momento para quedarse pensando, clérigo! ¡Lo que tengas que hacer, o que pensar; es mejor que lo hagas fuera!
Viendo que no reacciona, vuelvo a tirar de él, gritándole por última vez—. ¡Por Sigmar, reacciona! ¡Hazme caso y vámonos de aquí antes de que sea tarde! —Al ver que sigue sin reaccionar, decido que tal vez mediante la lógica haga un poco de caso a mis palabras— ¡Piensa cómo será de importante que nos marchemos, que ni siquiera estoy contando una de mis historias!
Tras decir esto, le suelto el brazo, y espero que se mueva. Si sigue ahí parado, me temo que tendré que abandonarle a su suerte, muy a mi pesar. Antes de irme, dedico de nuevo un saludo al posadero, y le pido perdón de nuevo por los desperfectos.
Al ver que sus compañeros reaccionaban Hugo exclamó:
-¡Ya era hora!
Wolfgang azuzó a Rainer para que espabilara, de modo que el halfling no esperó más, y dándose media vuelta, puso rumbo a la salida.
Al salir de la posada, las calles estaban desiertas un suave brisa de calma acariciaba el rostro del elfo, al cual no le había echo mucha gracia la actuacion de Rainer, pero no porque no mereciera una ejecución si no por el lugar. - Estoy contigo Wolfgang - asintió Eldar tras las palabras de este - Esperaremos aquí mientras traes al clerigo, pero no tardes mucho, creo que ahora mismo corremos peligro en cualqueir sitio en el que nos encontremos y mejor seria que no nos separaramos mucho - Eldar tenia todos los sentidos puestos en el lugar puesto que no se fiaba, podían emboscarlo de nuevo y si no estaban todos podría ser bastante malo.
Rainer, terminó de rezar a Morr por las almas de los difuntos y, dando gracias a Ulric por esta gran victoria abandonó el asfixiante mesón.
Vayamos a un lugar apartado
Una vez en la calle se encontró con sus compañeros y se dejó llevar por Wolfgang por la desierta calle. Se alejaron varias calles más del lugar, en muchas había gente y aunque eran un grupo bastante pintoresco: sacerdote, elfo, halfling y dos hombres de humilde condición; a nadie pareció importarle. En la esquina donde se cruzaban varias calles, uno de ellas transitada por obreros, peones, criados y alguna carreta estuvieron seguros de que nadie les había seguido.
PNJ
Qué cara he puesto al escribir lo de...dando gracias a Ulric por esta gran victoria
Bien señores, ahora qué. Creo que Hugo y Johannes tienen algo que decir.
Jadeando algunos, nerviosos otros e indiferente el sacerdote los cinco amigos, quizá prematura incluir a Hugo en esa categoría, buscan entre la gente una cara de pocos amigos o un vigilante urbano. Sin encontrar ni uno ni otro.
Seguimos. Ankara PNJ hasta que...hasta que vuelva.
Hugo miró a ambos lados de la calle, buscando a unos perseguidores que no aparecían. Tenía los nervios a flor de piel, y todavía no estaba seguro de que se hubieran librado de la que les podía caer despues de lo ocurrido en El Cordero Lechal.
Se giró para mirar a sus compañeros, y habló sin dejar de vigilar.
-Creo que de momento nos hemos librado. Pero no voy a estar tranquilo hasta que no dejemos este sitio. ¿¡Se puede saber por qué os buscan!? Preguntó asustado. ¡Pardiez! ¡Esos hombres tenían carteles con vuestra cara, y buscaban una recompensa!
De no ser por que esta gente me rescató de las mostruorratas, ya habría puesto pies en polvorosa, nadie tiene su cara dibujada en un cartel de "Se Busca" sin un buen motivo. Pensó. El hafling estaba nervioso, y la confianza en sus compañeros se había visto afectada tras lo ocurrido, pero esa gente lo había salvado antes, y de no ser por eso, ya habría puesto tierra de por medio entre él y ellos, de modo que le parecía adecuado esperar a una explicación.
Y de todas formas, en cierta forma él también era un fugitivo en su propia tierra, y sospechaba que aquel suceso con un cubo de leche, 6 gallinas y a la mujer de Edward le privaba del derecho a juzgar a Rainer y compañía.
—Es una historia bastante larga —respondió Johannes—. Hace unos meses estuvimos en Nuln y tuvimos problemas. Al final hubo un pequeño altercado en el puerto y se nos echó la culpa, a pesar de ser inocentes. Así que nos marchamos cagando leches —sonrió recordando los viejos tiempos, aunque no hacia tanto de ellos.
Se volvió al resto de compañeros. Ahora que estaban lejos de la taberna podían hablar tranquilamente. Al menos con toda la tranquilidad que les traía una calle en una ciudad extraña.
—Tengo algo que contaros. Mientras estaba fuera un hombre me abordó: el criado de un señor. Ambos estaban en la taberna y salieron un rato antes de que llegaran los cazarecompensas. No se si os fijásteis —como ladrón que era Johannes siempre estaba al tanto de posibles objetivos, y eso incluía a los ricos nobles—. Me contó que su señor, un tal Wolfgang von Drachesturm, tenía una oferta de trabajo para gente con nuestras habilidades. A cambio de ayudar al noble éste haría desaparecer —bajó la voz y se aseguró que no había nadie cerca— los carteles con nuestros rostros, además de recompensarnos ampliamente. No explicó en qué consistía el trabajo, salvo que tendríamos que encontrar a una persona desaparecida y sus papeles. Si queremos más detalles deberemos acudir a la hacienda Drachesturm, a unos kilómetros al este de Delberz, durante esta tarde.
Dejó que sus compañeros rumiaran lo que había dicho antes de continuar.
—¿Qué pensáis? Podría ser una trampa del cazarecompensas para atacarnos a las afueras. Desde luego el nombre del noble suena a broma. Pero... ¿y si es verdad? ¿y si puede hacer desaparecer... eso? No se vosotros, pero no me apetece pasarme el resto de mi vida mirando tras el hombro. En cualquier caso, no quedarnos mucho más en la ciudad. Si no hay más carteles, tras el problemilla en la taberna seguro que harán nuevos.
Si pasas una tirada de Sabiduría popular (el Imperio) rutinaria +10 recordarás esos acontecimientos.
—Espera... ¿Estás diciendo que es un nombre ridículo? ¡Pero si es un gran nombre, un nombre digno del más noble y poderoso de todos los nobles! —respondo al comentario de Johannes sobre mi tocayo. ¡Un nombre ridículo, qué tontería!
Tras esto pienso un poco en lo dicho por el ladrón. Puede que en parte, tenga algo de razón, aunque...— No creo que a priori, se trate de una trampa. No. Si quisieran capturarnos, seguramente mandarían a unos cazarecompensas mejores, o algo así. Puede que ese tipo tenga algo que ofrecernos, pero tampoco podemos fiarnos. Por mi parte, creo que lo mejor sería ir a ver que quiere. Sería curioso que por hacer algo que seguramente sea de dudosa moral, podamos limpiar nuestro nombre. Qué irónica que es la vida...
Hugo se posicionó con los brazos en jarra y habló.
-Vaya, así que se trataba de eso. Pues no se que tipo de altercado es ese del que hablas, pero por las recompensas y las ganas que os tenían esos hombres, cualquiera diría que amenazasteis a ese que los humanos llamais emperador. Comentó.
Su compañero no se había extendido en la respuesta, y no dió ningún detalle, algo que hizo sospechar a Hugo, pero tal vez simplemente no quisiera recordarlo. En el fondo no tenía motivos para pensar mal de quienes lo habían salvado y la nueva notiocia que ahora explicaba Johannes le hizo brillar los ojos al halfling.
-Hummm... Se masajeo la barbilla pensativo. ¿Y yo qué gano? A mí no me buscan, pero supongo que tratándose de un noble, podrá permitirse pagar mis servicios en monedas ¿No?
Motivo: Sabiduría Popular
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 20 (Exito)