Partida Rol por web

Me gire de sopeton hacia el elfo con la demencia febril del oro anhelado brillando en los ojos maldiciendome sin palabra alguna por haberme olvidado de la otra puerta que esperaba no condujera a la misma sala en la que nos hallabamos

Enarque una ceja y mire largamente al elfo tras sus palabras zalameras ¿acaso intentaba engatusarme con alguna artimañana de su ladina raza? Me mese la barba un segundo, dudando entre espantarlo de mi lado con alguna demencial maldicion o dejarlo venir... opte por lo segundo

Esta bien, elfo -conteste remarcando la ultima palabra - Pero de haber oro alli yo sere el primero en poner las manos sobre él ¿queda claro?

Avance un par de pasos hacia la salida, rumbo a la otra sala, cuando me pare de golpe mirando al padre Oddo y al resto que quedaban en la sala

Si se os ocurre despertar a ese ser mientras estoy fuera os juro por Gimnir que os encierro aqui dentro con él- adverti sin un apice de humor en el tono. Si aquella criatura del Caos revivia seria conmigo delante para enfrentarla

- Hijo ya os conté todo lo que sé sobre el amuleto. Lo único que he tenido han sido visiones acerca de él. Hay que recogerlo, guardarlo y custodiarlo de vuelta al templo de Ulric. -

Kurdrim, con cautela, avanzó, seguido por Shurtugal, hasta la entrada de la sala que les faltaba por explorar. Cuando llegó al umbral se detuvo un instante para inspeccionar la sala que se abría ante él. El tamaño era muy similar a la del sarcófago, pero a diferencia de esta, lo que se encontraba ante sí, eran montones más altos que él donde se apilaban armas rotas y trozos mellados de armaduras, posiblemente trofeos de victorias. Las paredes estaban decoradas con estandartes ajados de unidades imperiales derrotadas.

Su experta mirada le reveló que aquello era basura sin valor salvo para un chatarrero. Ya estaba a punto de darse la vuelta cuando algo llamó su atención. En uno de los montones, le pareció ver un arma de manufactura enana. Posiblente era algo que habría pasado por alto si no fuera porque la piedra contrastaba con el metal de las mayoría de las armas que allí se encontraban.

Sin olvidar la cautela que el dar un paso en falso podría suponer, el matador avanzó hasta situarse justo delante del arma y con cuidado la extrajo e inspeccionó. Sus ojos brillaron mezcla admiración por el hallazgo e ira por el lugar donde lo había hecho. En sus manos tenía parte un martillo enano quebrado, un martillo mágico sin duda por las runas que portaba. Sin pensarselo dos veces se puso a rebuscar en el montón las partes restantes y allí estaban. Al final en su poder tenía tres grandes trozos que encajaban perfectamente formando la cabeza de un martillo. Un martillo que sin duda debía haber pertenencido a algún dignatario de las Montañas Negras.

Mientras Kurdrim estaba absorto en su búsqueda, Shurtugal se adentró también en la instancia, con paso sereno, despreocupado, mirando con curiosidad los estandartes que allí se encontraban y paseando su mirada por las armas y armaduras apiladas. Nada de aquello parecía tener valor excepto para su legítimo propietario y nada parecía estar en un estado que permitiera identificarlo, ¿nada? nada no, un estandarte con el mástil roto, situado bajo otro estandarte parecía estar en mejor estado y lo identificó como un estandarte de los caballeros del Lobo Blanco. También reconoció, en bastante buen estado, un yelmo con la forma de cabeza de hombre bestia de los caballeros Pantera. No estaba seguro de cómo había reconocido aquellos objetos, ya que pertenecían a órdenes de caballería del imperio, sin embargo lo había hecho.

Thorsten, atento a no tocar nada, se acercó a la tumba y la inspeccionó con detenimiento mientras Qress y Urodar esperaban pacientes a que acabara su examen.

La exploración de los contornos exteriores no le reveló información alguna, así que contempló el interior. Dentro del sarcófago llacía inerte la figura de un guerrero del caos, vestido en su negra armadura, con un escudo descansando sobre su pecho con el símbolo de Khorne y una gran espada a su lado. Del cuello colgaba sujeta por una pesada cadena de hierro negro la calavera de bronce de las visiones del padre Oddo.

Nada más pasar la vista sobre ella, su vista arcana reveló la magia en el objeto, observando que había runas grabada en ella.

Ninguna sorpresa parecia esperarnos en aquella nueva sala a excepcion de grandes pilas de armas rotas, estandartes ajados y toda clase de botines de batallas pasadas a modo de trofeos; sin duda un macabro recuerdo de las victorias de aquel odioso paladin de los dioses oscuros.

Patee con frustracion un pedazo de armadura oxidado y abollado en mitad del pecho, donde habia una gruesa hendidura, descargando mi rabia al no encontrar una sola moneda de oro o algun arma aprovechable. Siquiera estaba alli el mencionado demonio al cual habia venido a enfrentarme.

El mero recuerdo me hizo apretar los puños, girando bruscamente con toda la intencion de ir a pedirle explicaciones al viejo sacerdote cuando, de repente, algo capto mi atencion por el rabillo del ojo, en el borde de mi campo visual. Al girarme lentamente hacia aquello que me habia distraido entrecerre lo ojos mientras me acercaba intrigado

¿Acaso es posible que ...? -murmure para mi mismo mientras me agachaba a recoger lo que parecia un objeto de manufactura enanil

Un arrebato de sentimientos enfrentados recorrio mi espinazo al sopesar y escudriñar lo que era, sin lugar a dudas, un pedazo de la cabeza de un martillo runico, muy posiblemente perteneciente a algun clan de las Montañas Negras, que ahora se encontraba quebrado y tirado por alli como una simple espada humana normal y corriente.

¡Esto es una ignominia!- brame indignado mientras rebuscaba entre los montones los restantes pedazos hasta haber completado el arma, reuniendo los tres fragmentos - ¡Esto no permanecera en esta crita impia!- gruñi a la par que lo guardaba todo en la mochila y me volvia a colocar en la espalda

¡Mago!¡¿Donde diablos estas?!- dije llamando a voces a Thorsten - ¡Quema este lugar y acabemos con esto! No dejare los restos de guerreros caidos a merced de los poderes oscuros que aqui actuan- indique a Thorsten; si bien en lo queria o no podia estrellaria contra el suelo, en alguna zona cercana a los estandartes, alguna de las lamparas que portaramos, si acaso teniamos, y sino le prenderia fuego a las telas formando una pira en el centro.

Ningun adorador del Caos se mofaria mas de mi pueblo, o de los humanos, empleando aquellos restos... y si con ello provocaba la furia de algun demonio que saliera del infierno en el que habitaba a pedirme cuentas

Thorsten percibió el poder latente de aquel colgante, pudo observar que tenía runas inscritas por toda la superficie, Thorsten las inspeccionó una a una, buscando algún tipo de trampa.

Al no hallar indicios de peligro, Thorsten cogió el amuleto y lo envolvió rápidamente en un trozo de tela, alejándose de aquel guerrero del caos.

- Estoy de acuerdo con el maese matador - dijo dirigiéndose a los que estaban con él en la sala aun a sabiendas de que hacer arder una cripta escavada en roca era imposible - lo mejor seria que el fuego purificara este maldito lugar. Marchémonos mientras aún podamos.-

Cuando cogiste el medallón este te pareció demasido pesado para su tamaño y materiales. Luego lo envolviste en un trozo de tela.

Shurtugal avanza tras los pasos de Kurdrim sintiendo como la sensacion de agobio y la de peligro aumentaban. Y eso que aun no habian encontrado lo que el Padre Oddo les habia indicado. Tras entrar en una sala que parecia un cajon desastre por todo lo que habia espero que Kurdrim avanzara y tras sus pasos Shurtugal se movio hacia el interior extrañado por la gran cantidad de objetos de la sala.

Algo le llamo la atencion, no sabia el que hasta que lo tuvo mas cerca, acerco sus mano a ambos objetos, un estandarte y un yelmo. Los roco con los dedos esperando ver si sentia el extraño picor que otros objetos le habian causado a veces la misma sensacion. Y tras eso los envolvio y los dispuso a guardar en la mochila. Ya veria que hacia mas adelante con ello.

Tras envolver y guardar los distintos objetos encontrados, y con la clara intención de pegar fuego a los restos mortales que se apilaban alrededor del trono, Kurdim ayudado de los demás tomaron los estandartes y todo aquello que fuera capaz de arder, para hacer una pira funeraria.

Hacer esto les llevó un rato, y el trabajo fue más arduo de lo que normalmente hubiera supuesto, pues tras el subidón de adrenalina, aquella actividad relajante devolvió a vuestros cuerpo la capacidad de sentir y el cansancio acumulado de los días y de los combates, unido a las heridas, hacían que vuestros cuerpos se quejaran con cada movimiento.

Conformada la pila e insertados los fragmentos de telas entre ellas para que la combustión fuera duradera y tornara en cenizas aquella macabra visión, Qress se encargó de pegarle fuego.

Esperaron unos segundos alerta, mientras las llamas empezaban a lamer los huesos, mas cuando las lenguas de fuego empezaron a alzarse, decidisteis abandonar aquella cripta, pues ya tenías lo que habíais venido a buscar.

Con cautela Kurdrim, encabezando la expedición, como era ya habitual, asomó la cabeza bajo el monolito, atento a cualquier movimiento en la espesura. Todavía era de noche y quedaban varias horas antes de que amaneciera. El objetivo parecía claro, volver a Middenheim a devolver aquél objeto maldito.

Alli no habia mas que hacer y, desde luego, nada mas que matar con lo que mientras las llamas de la improvisada pira ardian con fiereza abandonamos la cripta con la sesacion de haber hecho algo que, en definitiva, no era tanto como parecia. o al menos asi lo creia.

Asomando mi crestada cabeza por el agujero que daba paso al complejo subterraneo me cercione que no quedaban enemigos a la vista, y tras, salir el resto, me encare con el padre Oddo sin mas miramientos ni concesiones. Se me habia engañado para ir a buscar algo que desde luego no estaba

¿¡Y bien, sacerdote!¿¡¿donde diablos esta ese guerrero poderoso!?¡¡¿Y mi demonio?!! Se me prometio toparme con un ser de maldad creciente nacido en las entrañas de la oscuridad y lo unico que he podido matar ha sido una vaca hiperdesarrollada, unos engendros de colores vistosos y un monton de huesos animados... ¡y todo para recuperar una cabeza pelada!- gruñi enojado por la clara tergiversacion de los hechos para animarme a unirme a aquella empresa descabellada - Espero que haya una buena compensacion al llegar a la ciudad... no esperaba semejante engaño por un seguidor del Portador del Martillo, humano

Estaba claramente decepcionado y enojado, aunque el hecho de haber encontrado los fragmentos de un arma ancestral paliaban en cierta manera aquella sensacion. No habia tenido un combate serio, no uno epico al menos, y el recuerdo de los problemas que nos habian causado los no muertos no hacia mas que acrecentar mi enfado

¿Al menos alguien tendra cerveza...?- añadi mirando a los presentes, obviando a los elfos, mientras cruzaba mis brazos cubiertos de heridas sobre el pecho, intentando que no se notara el cansancio y el dolor en mis palabras

- No ha habido engaño alguno, maese enano, en todo momento, fuimos tras la visión que ha estado perturbando mis sueños, y esta no era sino la calavera de bronce, un poderoso artefacto del caos que había que evitar a toda costa que cayera en malas manos - respondió el padre con firmeza - si en vuestra cabeza habíais imaginado vuestro fin en una lucha épica con un demonio no es algo que me concierna. Habéis servido bien y seréis recompensado por ello. En cuanto lleguemos a Middenheim no dudéis que habrá cerveza suficiente para calmar tu sed. Te diría que antes si encontramos una posada, pero el peligro todavía acecha, así que preferiría que os mantuvierais sobrio. Nada más deshonroso que morir  sin acabar de cumplir una encomienda por estar borracho.- concluyó.

- ¡A Middenheim decís! - exclamó el elfo - ¡ni hablar! Shurtugal ya hemos acabado lo que había que hacer aquí, y se ha limpiado un importante mal de este bosque. Es hora de volver con los nuestros y ocuparnos de nuestras cosas. -

Mire al padre Oddo con los ojos entrecerrados, intentando discernir si acaso intentaba mofarse de mi o lo que salia de sus labios no era mas que la verdad... mas cuando aun estaba por decantarme por una u otra uno de los elfos abrio su bocaza para dejar claro lo que ya sospechaba desde un primer momento

¡JA! Ya me extrañaba a mi que aun siguierais aqui ¡Los elfos y su grandiosa raza unidos al destino del resto por amor al arte... ¡JA!- dije mientras lanzaba un escupitajo despectivo ante sus pies - Largaos, largaos por donde habeis venido si esto es todo lo que podeis aportar; solo os acercais al resto cuando sois incapaces de hacer bien vuestro trabajo. Ya lo dicen los mios y que razon tiene ¡La unica verdad en este mundo es que el oro brilla y que no puedes fiarte de un elfo! - rezongue airado - Yo acompañare a los humanos, no os preocupeis (como si fuerais a hacerlo) y me encargare de cualquier bestia que nos salga al paso; no necesitamos de pomposos orejas picudas a nuestro lado... en marcha humanos, aun queda largo trecho que recorrer y mi estomago tiene hambre

Añadi mientras me giraba, tomando ahora la gesta de los humanos como propia mas por despecho y para llevar la contraria a los elfos que por verdaderas ganas

Shurtugal observaba los actos y las acciones de todos con ojo critico. Tras lo cual parecia que habian terminado con la tumba maldita, decidido pues y con los objetos que ya habia extraido salieron al exterior donde una charla animosa entre el Matador y el Padre Oddo puso una espina en su mente, mas aun cuando las palabras de Urodar y Kurdrim surgieron.

 - Lo siento Urodar, pero acompañare a los humanos y al enano hasta su destino. Estos actos que han surgido en este lugar deben ser respondidos y solo el Padre puede darme esas respuestas. Ve con los nuestros, yo ire con ellos. - comenta mientras se despide de su hermano de guerra. Tras ello se encara al resto y sobretodo para incordiar un poco al Matador. - Padre Oddo me gustaria viajar junto a vosotros, necesito sus respuestas a este suceso y creo que usted es la mejor forma de hallarlas. Ademas asi podre acompañaros para que no os encontreis con mas de los mios, aunque creo que a Maese Kurdrim le encantaria estar rodeado por unas pocas decenas de los mios, y narrarnos las aventuras que haya vivido.

La respuesta de Shurtugal a Urodar me hizo mirarlo por encima del hombro mientras ya me alejaba, rumbo a Middenheim, con un claro gesto de desconfianza.

(Un elfo que desprecia seguir su camino junto a los suyos para ir junto a humanos y enanos en busca de respuestas... este seguro que quiere algo mas, pero no sera este Enano quien se confie, pense malhumorado al cercionarme que el elfo, finalmente, nos acompañaria)

Solo habria una cosa que relatar si en verdad me encontrara en esa situacion y seria mi amiga la que hablara, te lo aseguro- replico con malas pulgas mientras doy un manotazo al mango de Fillo Argenteo, dejando ya atras la cripta y al otro elfo... aunque lamento el quedarme con las ganas de ver la cara que pone por el desaire de su igual

Thorsten envolvio aquel pesado medallón en un trozo de tela de un estandarte viejo y descolorido al ver que nada malo parecía suceder. Ayudó a sus camaradas para amontonar todo aquello que pudiera ser usado como combustible, para destruir aquel lugar, mientras hacia acopio de madera, telas etc, Thorsten prestaba atencion para ver si encontraba algo de utilidad entre todo aquello.
Una vez prendieron fuego, salieron a toda prisa de la cripta. Parecia que el trabajo estaba cumplido, Thorsten estaba deseando volver a la civilizacion y descansar un poco, escuchó estoico la retahila de Kurdrim, cuando este terminó de llenarles de saliva con tanto grito, Thorsten habló - A mi tambien me hubiera gustado medirme a un poder del caos, pero viendo que unos simples esqueletos animados casi nos destruyen, doy gracias a Sigmar de que no fuera asi, volvamos a Middenheim lo mas rapido posible, tengo cosas que hacer en la civilizacion... -