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CENIZAS DE MIDDENHEIM

Capítulo I-VI El juicio de fuego.

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15/10/2014, 00:33
Zacarias

Al fin parecía que teníamos algo de buena estrella, gracias a Sigmar, Thorsten había recordado el salvoconducto que tenía y el cual nos había proporcionado poder pasar a través de los guardias camino de nuestros compañeros...demonos prisa en llegar hasta nuestros compañeros, tengo una pequeña intuición de que las cosas se van a precipitar muy deprisa, y no me gustaría perdérmelo, le guillo un ojo a Thorsten mientras caminamos con los guardias.

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15/10/2014, 15:40
Dieter el quebrantahuesos

A ti te corresponde salvar el mundo, amigo mío.

Lo dijo en un tono de amabilidad, con plena confianza en que el enano sumaría otra piedra más a la titánica obra que ya había llevado a cabo para salvar a la Iglesia de Sigmar.

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07/11/2014, 07:43
Narrador

Las palabras del sacerdote vinieron acompañadas de una inesperada aparición. Tras ellos, acompañados por dos guardias se presentaban Zacarías y Thorsten, que al igual que ellos habían conseguido abrirse paso entre la multitud y franqueado el cordón de seguridad. 

Los dos guardias que los acompañaban, al ver que era evidente que conocían a gente allí dentro, saludaron y volvieron a sus puestos. 

Mientras, el juicio continuaba guiado por las palabras de Sumo sacerdote en funciones Liebniz mediante el aporte de pruebas incriminatorias contra Bauer.

- Esta persona, ¡qué digo persona!, esta escoria adoradora del caos, fue hallada por nuestra guardia local, como luego podrán atestiguar en posesión de este prohibido libro del Caos. Aprovecho para aportalo como prueba documental en este momento. - dijo mientras acercaba al tribunal el profano volumen sin tocarlo directamente con las manos sino a través de un pañuelo y con evidentes muestras de repugnancia. - De la naturaleza corrupta de este libro podrán dar fe algunos de los miembros más distinguidos del Colegio de Teología. 

- La mera posesión de este manuscrito es ya de por sí merecedora de castigo, pero la práctica de su culto, es merecedora de la hoguera y es eso lo que demostraremos ante este Tribunal a lo largo de este juicio, cómo la marca del Caos a corrompido este alma que necesita de purificación a través de las llamas. -

Tras el alegato inicial y volver a su puesto en la tribuna llegó en turno de la defensa, en manos del Alto Capitular Stolz. - Este hombre - dijo señalando a Bauer, que hacía evidentes esfuerzos por mantenerse erguido - que ahora magullado, encadenado y falsamente acusado se presenta ante este tribunal, no es otro que un miembro de la Ordo Fidelis, una orden dentro de la Iglesia de Sigmar dedicada a perseguir y a exterminar la amenaza del Caos. Jack Bauer, lleva años sirviendo con honor y mérito como cazador de brujas acreditado y autorizado, y si fue apresado con ese insidioso volumen, no fue sino por que lo llevaba para ser adecuadamente destruido tras descubrir un culto al caos aquí, entre nuestros ya maltrechos muros de Middenheim. A lo largo de este proceso demostraremos precisamente que el acusado se encontraba de servicio y que ese es el único motivo por el cual fue hallado en posesión del libro proscrito.- 

Tras los alegatos iniciales llegó el momento de los testigos de parte:

Por cuenta del fiscal se presentó a los miembros de la guardia que habían apresado a Bauer, que indicaron que lo encontraron medio catatónico en medio de la calle, ensangrentado y con el libro fuertemente agarrado entre sus brazos, sin duda debía haber participado en algún ritual del caos para hallarse de tal manera. También testificaron varios miembros del Colegio de Teología para atestiguar que efectivamente, el libro encontrado en su poder era el Liber Caothis, un libro proscrito en el imperio.

Por cuenta de la defensa, Stolz llamó a Bauer para que contara su versión de la historia. Cuando esta acabó y llegó el turno de Liebniz para interrogar al acusado señaló - qué oportuno para este hereje, traidor al imperio y consorte del Caos que un supuesto templo del caos en la ciudad. Pero es que incluso aunque fuera cierto, el acudir solo a dicho templo cuando debería haber reunido a más hombres para asaltarlo, no hace sino reforzar el hecho de Bauer se escuda en su posición de cazador de brujas para adorar al Caos, persiguiendo a otros y evitándose así molestas intromisiones. ¿Qué mejor tapadera? -

Tras Bauer, Stolz llamó a Kurdrim* para que narrara bajo qué circunstancias conoció a Bauer y como ayudó a combatir a los hombres bestias que encontraron en el Darkwald, lo mismo que haría con Thorsten después. 

Igualmente, y habiendo sido puesta en tela de juicio la existencia del Templo del Caos, les preguntó, primero al enano y luego al aprendiz de mago que indicaran su localización, y así lo hicieron, diciendo que se encontraba bajo la taberna la Espada y el Mayal.

En este punto del interrogatorio Liebniz se limitó a indicar que Bauer, para el mantenimiento de su tapadera tiene que mantener las apariencias delante de la gente y es normal que en compañía de otra gente luche contra el Caos, pero eso no prueba que él no sea un cultista.  

Por último Soltz subió al estrado a declarar a Johann Opfer que aparte de describir los horrores de su encierro a manos del culto al caos bajo la taberna citada, narró como el acusado se enfrentó a lo que allí le retenían, pero viéndose superado en número y tras haber luchado más allá de todo valor, delante de sus propias narices les arrebató su libro sagrado cortando con su espada la cadena que lo unía al atril en el que se hallaba. 

Con este testimonio el Alto Capitulas era consciente del golpe de efecto dado y que las pruebas contra el cazador de brujas estaban a su favor, esperando ya casi que el juicio quedara visto para sentencia. Sin embargo, el Sacerdote en Funciones de la Iglesia de Ulric le llamó a declarar. 

Sorprendido se sentó y escuchó las preguntas que Liebniz tenía para el.

- Recientemente - empezó - ha sido robada de vuestro templo una reliquia de Sigmar, ¿no es así? - 

- Así es. - respondió el Alto Capitular suspicaz. 

- ¿Entonces reconoce esto? - preguntó acercando con la misma cara de asco con la que sostuviera el Liber Caothis un icono con la imagen de Sigmar.

Slotz no fue el único en sorprenderse, Thorsten abrió los ojos como platos - ¿cómo demo...? - empezó a susurrar, y a Kurdirm casi se le sale el corazón del pecho al verlo y solo la fuerza conjunta de Zacarías, Dieter, Thorsten y el otro joven sacerdote que los acompañaban impidieron que el matador desenfundase a filo argento y cargase contra Liebniz.

- ¡Sí, es la reliquia robada, ¿cómo...? - empezó a preguntar cuando fue interrumpido por el Sumo sacerdote en funciones. 

- ¿Si esta es una reliquia de Sigmar como se explica esto? - dijo girándose hacia la multitud y enseñando el reverso del icono. Al hacerlo la multitud enloqueció alzando sus voces en un clamor, y no fue sino cuando giró el icono hacia el Stolz cuando todos pudisteis ver que tras el icono del Sigmar, se hallaba el símbolo de la calavera roja. - EL CULTO DE SIGMAR ESTÁ INFECTADO POR EL CAOS! - gritó alzando su voz por encima de la de la muchedumbre.

La insinuación de que el culto a Sigmar pudiera ser un culto al caos hizo que la histeria se apoderase de la multitud, transformando la plaza en un pandemonio. Ante aquella situación el Comandante Schutzman interrumpió el juicio, - RÁPIDO, TODOS AL PALACIO. GUARDIA, REPLIÉGUENSE MIENTRAS CUBREN NUESTRA RETIRADA. RÁPIDO, RÁPIDO, VAMOS - dijo mientras desenvainaba su espada. 

La guardia de Ulric rodeó rápidamente a su dignatario y espadas en mano empezaron a encaminarse hacia la seguridad del palacio junto con el resto de dignidades. A la vez la muchedumbre, se abalanzó a ocupar el espacio donde se celebraba el juicio, siendo contenido a duras penas por la guardia y por aquellos de vosotros que al igual que el Comandante habíais desenfundado vuestras armas.**

Notas de juego

*Espero que no os importe, dado el tiempo que he estado sin escribir, que agilice esta parte.

** ¿Y ahora qué, seguís en retirada hacia la seguridad del palacio, os enfrentáis a la multitud, os lanzáis en combate contra Liebniz y sus teutones?

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07/11/2014, 11:49
Kurdrim Barbahierro

Turno VI 41
 

El juicio parecía ir bien encaminado, pues tras el testimonio de Thorsten y el mío propio, así como al desdichado que habíamos sacado de aquel antro dedicado a los Dioses Oscuros, todo parecía indicar que Bauer quedaría libre y el templo de Sigmar limpio de toda duda... pero Liebniz aun tenía un as en la manga que hizo que me encendiera cual antorcha

Aquel cerdo mentiroso había empleado el emblema que rescaté del cadáver del moribundo sacerdote para mancillar no solo su memoria sino todo lo que él representaba... y estaba convencido que aquel medallón no tenía marca alguna en el reverso

¡CERDO MENTIROSO!¡TE VOY A TROCEAR!- rugí intentando desenfundar el hacha mientras aquellos que me rodeaban lo impedían. Algo más allá la multitud había enloquecido y se ordenó retirarnos hacia el interior del palacio -¡DEJADME! ¡SOLTADME ALFEÑIQUES! ¡VOY A MELLAR EL HACHA CONTRA SU CRÁNEO!- vociferé mientras una multitud de manos me agarraban para impedirme hacer lo que debería haber hecho nada más llegar allí y toparme con aquel rufián

Ahora, el muy idiota, había desatado la ira del pueblo sobre Bauer y la iglesia de Sigmar y, por ende, iba a desatar la hecatombe que habíamos intentado detener... pero ya era tarde. La rata cobarde se escabullía rodeado de sus guardias hacia la seguridad del palacio, junto a los jueces y al acusado.

Me había vuelto a negar el darle un buen escarmiento

¡BASTA!- gruñí liberándome de un brusco tirón de quienes me sujetaban. Ya no tenía sentido forcejear por sacar el hacha pues ahora mismo el único sentido para ello sería trocear a la multitud enloquecida... y eso solo añadiría más leña al fuego - Me las va a acabar pagando, de un modo u otro- añadí en un tono bajo y amenazante mientras, bajando el cuerpo ligeramente para embestir todo lo que se me pusiera por delante, inicié un trote salvaje en pos de quienes se retiraban hacia el castillo...*

 

Notas de juego

*Por el momento me contento con seguirlos. Los guardias de Ulric no tienen culpa de tener a un jefe tan hij...a y, si los mato, estaría acabando con inocentes que solo siguen órdenes; por mucho que me pese, y mira que me pesa, me guardo las ansias de matar hasta coger a Liebniz en un aparte... además, ahora habrá que ver como quiere que actuemos el Alto Capitular, porque se ha liado parda, y eso sin haber tenido yo culpa alguna, que ya es raro xD

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07/11/2014, 22:37
Zacarias

Por fin conseguimos llegar junto al resto de nuestros compañeros, el juicio parecía que poco a poco caía de nuestro lado, pero como no en el ultimo momento todo se torció por las malas artes de Liebniz, la muchedumbre empezó a enloquecer con las calumnias allí vertidas y nosotros bastante teníamos con sujetar a Kurdrim, de dejarlo libre ya habría despezado a ese mentiroso, pero por desgracia no era el momento ni el lugar, poco a poco la muchedumbre avanzaba hacia el estrado mientras retrocedíamos hacia la seguridad del palacio.

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08/11/2014, 12:54
Dieter el quebrantahuesos

Las circunstancias del juicio desencadenaron en un motín. Peligroso. Eran espontáneos, pasionales, violentos y extremadamente peligroso para quienes eran el objeto de los ataques. En este caso la Iglesia de Sigmar. La guardia trató de frenar a los violentos mientras los notables de la ciudad huían para refugiarse en el palacio. Inocentes y culpables.

Para Dieter ya quedó demostrado que la Iglesia de Ulric estaba corrupta, las luchas de poder con al Iglesia de Sigmar les había llevado a buscar la ayuda de los Poderes Ruinosos, y todos los buenos imperiales que profesaban la fe de Ulric podían ser arrastrados a una guerra civil que desangraría un ya de por sí malherido Imperio.

Liebniz era el responsable de todo.

Dieter tiró del enano para llevárselo al palacio, pero no hizo falta: el sentido común le había invadido y estaba haciendo lo más sensato. No se preocupó demasiado sobre los demás, supuso que estarían bien, al no ser blanco de los amotinados.

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10/11/2014, 07:38
Thorsten Donhart

TURNO VI 41

- ¡MALDITO HIJO DE PERRA! - grite con fuerza al ver la reliquia ultrajada, todo estaba ya más que claro, el maldito Liebniz era el jefe del culto al caos y usando su posición había conseguido poner contra las cuerdas a la iglesia de Sigmar. Kurdrim enloqueció, le sujetamos el tiempo suficiente para que entrará en razón y nos retiramos todos juntos huyendo de aquella turba enloquecida. - Aún debe de haber algo que podamos hacer - los pensamientos se agolpaban en mi mente a toda velocidad - Debe de haber algo... -