Partida Rol por web

No has oído bien la voz, por la distancia y los muros interpuestos, pero teniendo en cuenta que han salido de las dos puertas que hay entre tú y las escaleras, que no venía de las de en frente y que ha sido un grito relativamente cercano, debería de ser uno de los dos individuos.

Grabado sobre tu pecho, ocupando la mayor parte de la parte superior delantera de tu cuerpo, negros surcos recorren tu piel por debajo de la dermis. Parece pulsar momentaneamente, como si sangre independiente recorriera las ensortijadas líneas del tribal. Extrañas runas recorren sus bordes, adentrándose hacia el centro en una lenta espiral, que termina en un ojo con unas runas más nítidas marcadas en su niña.

Alguien ha dicho algo en el pasillo, pero nos has llegado a comprender lo que decía.

La verdad es que pocas vces has visto algo que te deje tan frío en cuanto a conocimientos. Está calro que alguien ha intentado imitar un ojo con considerable feaciencia, y es claramente patente la formación espiral. Ahora que sabes de lo que los Simmons hablaron sobre la zona izquierda del tatuaje, sí que ves algunos tribales con una ligera fornma de corazón; aunque bien podrían ser meros manchurrones latentes.

Lo que está claro es que las runas de la niña no siguen el mismo estilo en absoluto: son mucho más lineales. De hecho te dan la sensación de que estuvieran atrapadas en el resto del diseño.

No, no se parece a nada que conozcas. Tal vez a algunas representaciones de tribus naturistas de la jungla, que has visto de pasada en alguna exposición posiblemente; aunque no consigues recordar nítidamente ninguna en la que hayas estado.

Anoche, muerto de sueño, pero con pocas ganas de dormir sobre un traje y que estuviera como un higo al día siguiente, estuviste dándole vueltas al asunto del armario. Al final caíste en la cuenta de la pequeña llavecita de hierro colado de tu bolsillo interior, la probaste en el armario y descubriste que era para ello.

El armario se abrió con un chirrido siniestro, y en el pudiste observar un par de zapatos de vestir "Oxford", un traje oscuro de cachemir, una camisa de vestir de popelín, una corbata de seda oscura, un sombrero de copa de fieltro y un maletín abierto en el que asoma una libreta de apuntes (sin apuntes), una pluma estilográfica, una lupa y un abrecartas de acero. Ni rastro de pijama.

Eso no te dejó más posibilidad que dormir en ropa interior. Siendo poco digon salir al baño así, te vistes el pantalón, los calcetines y los zapatos, y te vas en camisweta interior al baño, para asearte antes de vestirte la camisa.

Cuando sales al pasillo ves al sr. Davourier en perfecto estado de revista y a Vanzetti también vestido completamente, pero con un mugriento y viscoso trapo que parece haberse enngrecido, envuelto alrededor de la mano derecha. Ambos hablan tranquilamente ante la puerta de este segundo.

- No, espere; usted es uno de los del periódico. Uno de los desaparecidos de expedición. ¡Cielos santo!Ha tenido que ser horrible... espero que se encuentren bien. ¿Se alojan en la universidad, verdad? Claro, ahora entiendo la dirección del sobre. ¿Y dice que ha recibido esa broma de mal gusto? Es realmente intrigante. Y además es tomarse muchas molestias para nada. Porque a usted el mensaje tampoco le dice mucho ¿o sí?

Examinas los dos pisos, sin encontrar nada que te indique que haya algún ocupante en alguna de las habitaciones; hecho que no acaba de resultarte muy normal. CUando te dispones a hacer la segunda ronda, te encuentras con Patrick, Gianni y Pietro, a la altura de la sección de escaleras que sube de la recepción.

ZZZZZZZZ

A pesar de todas las emociones vividas en el día, de la inquebrantable e intarnquilizadora capa de misterio que os envuelve, por fin pareces caer rendido. Nuevamente tu vida onírica se transforma en un pozo de oscura negrura, dirías que considerablemente oscilante, si eso fuera posible. Te parece oir chasquidos distantes, como si un tubo inestable pasara a gran velocidad a tu alrededor, golpeando contra bordes invisibles y dejandote en el centro.

Cuando despiertas, recibes el quedo sol de la mañana aliviado.

Me levanto con tranquilidad, me observo por si algo me hubiera ocurrido y si está todo bien me voy al cuarto de baño a asearme.

Espero que este día traiga alguna respuesta y ninguna pregunta nueva.

Digo en voz alta para mí mismo.

Tras comprobar que, afortunadamente, nada parece haber cambiado en tu estado físico, te diriges al baño a asearte con calma, cosa que no te lleva demasiado tiempo.

estás terminando de asearte cuando Pietro entra en el cuarto de baño, con la evidente intención de ducharse.

Cruzas los dos niveles de pasilllos desde tu cuarto hasta la vacía recepción y el iluminado jardin, que ya empieza a amenazar con un nuevo día de bochorno, poco indicado para la ropa masculina de principios de siglo.

Cuando accedes al comedor del edificio Locksley hace tiempo que el olor a gachas te ha saciado lo suficiente como para saltarte el desayuno. Pocas mesas ya están también ocupadas por madrugadores como tú: los simmons en su esquina habitual, Rosemary tratando de agriarle el desayuno al rector, que trata de evadirse en el periódico matinal, que hojea con preocupación evidente y un solitario Ali en la mesa de los "disidentes". La mesa de Peter, Conny y Nadia muestra un bol vacío en el habitual asiento de Peter, que posiblemente haya ido a hacer algo de footing, pero no hay ni rastro de las mujeres.

Me acerco a la mesa en la que Ali desayuna en solitario.

Buenos días, observo que el sitio está desocupado. ¿Le importaría si me sentara con usted y compartiéramos el desayuno a pesar de que sean estas insípidas gachas?

Antes de que me responda, vuelvo a hablar.

Por cierto, aunque según me han dicho nos conocimos en el pasado, creo no recordarlo. Mi nombre es Kurt Homburg, o eso creo...

Y le tiendo la mano.

-Ali... Alí Ben Shalak.- dice el habitualmente carismático y hablador joven, aparentemente sin saber qué decir.

Te queda claro que algo grave preocupa a este hombre, y que lo tiene muy descolocado. Instintivamente repasas su cuerpo tratando de encontrar algo anormal, pero no parece tratarse de eso.

Visto que no se opone, tomo asiento.

A lo mejor me estoy metiendo donde no me llaman, pero no parece usted muy en forma. ¿Le ocurre algo?

Si veo a nuestra querida camarera por ahí le llamo la atención para que me traiga unas gachas.

-No, eh... nada en particular; una mala noche solamente. Con tantos cambios y emociones es difícil dormir bien. Me ha parecido oir ruidos en sueños, pero no sabría decir de qué; seguramente es lo que no me ha dejado pegar ojo.- dice Ali, como buscando las palabras, entornando los ojos a la izquierda.

A mí también me resulta difícil conciliar el sueño. Después de todo por lo que hemos pasado...

Como tranquilamente una cucharada.

¿Qué tal lo lleva usted? ¿Ha podido ocuparse en algo desde que recuperó la memoria? Algunos de nuestros compañeros lo han hecho, otros estamos todavía conmocionados y no tenemos claro nuestro futuro...

-Por la parte externa confío en el sistema: imagino que la policía o la universidad tarde o temprano encontrarán nuestra procedencia.- revuelve su propio bol y añade -Por la interna dejo trabajar a Wilbur. Es quien se encarga de la investigación de campo; aunque aún no ha descubierto nada importante.- termina esta vez ya con más cara de poker.

El tipo traga una cucharada de gachas, pone cara de disgusto y deja el cubierto en el bol, casi lleno, limpiándose con la servilleta:

-Bueno, el menú no es exactamente el que esperaba, y he tenido una noche horrible, así que, si me disculpa, trataré de dormir un poco más, aprovechando que es domingo.- dice antes de levantarse y dirigirse hacia el exterior, con un correcto saludo.