Partida Rol por web

Días extraños

La sangre llama a la sangre

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20/11/2009, 17:14
Carolina

Carolina le miró como si le fuera a degollar. Y no sería el primer ser vivo que degollaba.

- Fernando, ella es MI mujer y tiene nombre. Y como es MI mujer y legalmente es madrastra de Sofía nos repartimos el trabajo. Yo no podía ir así que fue ella, y un loco se saltó un semáforo y la atropelló. Así que Ana no tiene la culpa. Y si alguien tiene la culpa de que la niña no fuera de la mano de quien estaba su cargo eres tu por dejar que siempre haga lo que le de la gana y darle todos los caprichos que quiere en vez de educarla como es debido. Así que ni se te ocurra montarme la de Dios en público.

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20/11/2009, 17:17
Fernando

Fernando se puso muy rojo. No podían concretar si era de ira o de vergüenza, pero hinchó el pecho dos veces, con los ojos fijos en Carolina. A saber lo que se fraguaba en su mente. Pero en lugar de empezar a gritar como un energúmeno (algo así había sido todo el proceso de divorcio), su rostro se congestionó en una mueca, como si intentase no llorar, se dio media vuelta y se fue de la sala de espera.

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20/11/2009, 17:19
Director

Un doctor joven, de pelo negro y ojeras marcadas, llegó con noticias. Miró extrañado la marcha repentina de Fernando y se dirigió a Ana en primer lugar.

-Señora, tengo noticias sobre su hija. Acabamos de sacarla de quirófano y está en la UVI. Tiene dañados los órganos internos y ha sufrido una grave hemorragia. Estamos haciendo lo que está en nuestra mano.

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20/11/2009, 17:27
Carolina

Carolina observó como Fernando se iba. No era la primera vez que lo hacía así que no le dio demasiada importancia por el momento. Cuando escuchó la voz del médico se giró de inmediato.

- ¿Se pondrá bien? ¿Cuándo podemos verla?- preguntó con nerviosismo.

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20/11/2009, 17:28
Director

-¿Quién es usted? -preguntó el médico enarcando una ceja.

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20/11/2009, 17:30
Carolina

Asombrada y descolocada por la pregunta abrió un par de veces la boca sin saber qué contestar. Después cambió el peso a la otra pierna y puso los brazos en jarra.

- ¿Cómo que quién soy? Su madre. La madre de la niña.- dijo claramente enfadada y con las mejillas encendidas.

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20/11/2009, 17:33
Director

El médico carraspeó.

-Perdone. Bueno, como ya le he dicho, estamos haciendo todo lo posible. Me temo que no es posible que pasen a verla todavía. Su estado es crítico y hasta dentro de unas horas no sabremos con seguridad cómo va a evolucionar.

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20/11/2009, 17:34
Carolina

Aquello se le escapaba de las manos. Miró a Ana mordiéndose el labio y se volvió al médico de nuevo.

- Gracias por... eso. Avísennos con cualquier novedad, por favor- pidió todavía con un tono de voz alterado.

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20/11/2009, 17:38
Ana

El médico asintió y se volvió rápidamente. Tenía mucho que hacer, claro.

Ana tiró de ella para que se sentase a su lado y le pasó el brazo sobre el hombro con afán protector. Le limpió las lágrimas cuidadosamente y le dio un beso en la mejilla.

-Hay que esperar y pensar cómo vamos a hacer para sacarla de aquí. Vamos a tener que llamar a Chus. Y supongo que podría intentar un hechizo para favorecer su supervivencia. No tendrá todo el efecto de un ritual como Dios manda, pero... -Ana suspiró-. No te preocupes, ¿eh? Todo va a salir bien.

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20/11/2009, 17:51
Carolina

Carolina miró el suelo pensativa dejándose mimar por Ana y alzó la cabeza cuando ella empezó a hablar.

- Ay, Ana… ¿Y si no sale bien? Yo no sé que haría si se… va.- se calló al sentir que su voz se rompía de nuevo. Tantas emociones de golpe eran un caos. Respiró un par de veces y rebuscó en el bolso- ¿Puedes llamarla tu? ¡Ay! ¿Y Héctor? ¿A qué hora había que ir a buscarlo? Puedo… Creo que a Jesús no le importaría ir a recogerlo.

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20/11/2009, 17:52
Ana

-Carolina, iré yo a por Héctor. Pasaré por la Capilla y hablaré con Chus y con los demás para ver qué hacemos. Espero que no te importe quedarte sola con tu ex... -Ana suspiró-. Pero escúchame bien: el destino de Sofía no es morir hoy. Estoy segura. Tendrá una vida larga y sana. Ese hijo de puta que se fue a la fuga no es más que un percance, ¿entiendes? Tus hijos son afortunados. ¿No te acuerdas del nacimiento de Héctor? ¿No recuerdas de lo que dijo Mari Carmen?

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20/11/2009, 17:59
Chus

Carolina empujaba con todas sus fuerzas, con el cuerpo partido en dos por el dolor. Notaba la piel desnuda rasguñada contra la corteza del árbol que le servía de apoyo, el musgo y la humedad impregnando su espalda. Su cábala, sus hermanas, se arremolinaban en torno a ella, murmurando cánticos a Hera. Ana le servía de apoyo para cuando las piernas, temblorosas por el esfuerzo, le fallaban.

Chus, la líder de los Seguidores de Hera, apoyó su mano en el vientre de Carolina.

-El niño está luchando por nacer, pero tienes que ayudarle. Utiliza toda tu fuerza, Carolina. Usa la fuerza de tu Avatar.

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20/11/2009, 18:22
Carolina

Carolina intentaba respirar rítmicamente, empujando para que el niño saliera. Pero era imposible. En algún sitio había visto que los partos de pie eran más fáciles por la ley de la gravedad, pero aquello no tenía nada de sencillo. Las piernas le fallaban y el niño parecía haberse agarrado con todas sus fuerzas a su estómago y se negaba a soltarlo.

La verbena apretó los puños, sudorosa y con lágrimas en los ojos, empujando todo lo que podía como le indicaba Chus. Era muy fácil decir eso de "la fuerza de tu Avatar", pero hacerlo era muy distinto. Emitió una especie de gruñido indescifrable y se aferró al brazo de Ana, que era lo único que podía consolarla en aquel momento.

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20/11/2009, 23:45
Ana

-Vamos, cariño, un último esfuerzo -murmuró Ana junto a su oído, apretándole la mano para brindarle fuerzas-. Es hora de ver a Héctor, ¿eh?

Ana puso los dedos sobre el vientre y se volvió hacia Chus.

-Creo que el niño tiene problemas para salir. Hay que hacer algo.

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20/11/2009, 23:48
Chus

Chus chascó la lengua y asintió. Alguien puso un conejo blanco en sus manos, uno de los que salían de las chisteras de los magos. Sacó el athame y pronunció las siguientes palabras:

-Madre Hera, escucha mi plegaria. Ayuda en el parto a tu hija Carolina y a su hijo, Héctor, para que todo vaya bien y fluya como es debido. Te entrego este sacrificio para que des fuerzas a Carolina y haya vida a cambio de muerte.

Dicho esto, apuñaló al roedor en el cuello y dejó que la sangre regase la tierra, negra en la oscuridad de la noche.

La Madre Hera escuchó a Chus, pues los músculos de Carolina se relajaron recolocándose y se contrajeron con fuerza. Notó cómo el niño se desplazaba por el canal de parto con suavidad, como el flujo de un río por un lecho pedregoso.

-Ya casi está.

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21/11/2009, 00:04
Carolina

Carolina gritó de dolor sintiendo como el bebé por fin había cedido y salía de su vientre abriéndole las entrañas a su paso. Empujó con todas sus fuerzas aferrándose a la mano de Ana y con la otra arrancando pedazos medio sueltos de la corteza del árbol bajo el cual estaba dando a luz. Luchó por mantenerse en pie en el último tramo, todo iba terminar enseguida pero las piernas parecían no aguantar más. Apretó los dientes cerrando los ojos empujando de nuevo hasta que al fin sitió como Héctor salía de su interior. Sintió como si se mareara después de semejante esfuerzo, y se agarró al tronco para no caer al suelo, respirando por fin con algo de regularidad.

Acababa de dar a luz a se segundo hijo, y sintió como una calidez la invadía ante ese pensamiento. Tomó aire y abrió los ojos de nuevo estirando el brazo para que alguien la guiara.

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21/11/2009, 00:13
Ana

Ana recogió al niño una vez abandonó el útero que lo había albergado nueve meses y lo miró, llena de orgullo. Era un bebé sano que lloraba con fuerza aún unido al cordón umbilical, con el pelo castaño claro y pegado a la cabeza. Se lo entregó a Carolina de inmediato y le pasó el brazo por la espalda para ayudarla a bajar al suelo y poder descansar.

Las Verbena ya estaban preparadas para todo lo que seguía. Cortaron el cordón y ayudaron a Carolina a realizar el alumbramiento de la placenta lo más fácilmente posible. Tras esto, se apresuraron a guardar todo lo que podría serles útil y a cuidar de la madre y el niño bajo el castaño y la luz de la luna.

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21/11/2009, 00:17
Mari Carmen

Después de todo aquello, Mari Carmen tomó el cadáver del conejo y lo abrió en canal para hacer un augurio. Removió las tripas y las observó, pensativa, tras lo cual miró a Carolina y dijo:

-Felicidades, Carolina, tu hijo crecerá sano y fuerte y vivirá muchos, muchos años. Tu matriz da lugar a hijos afortunados. Eres una madre natural.

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21/11/2009, 00:45
Carolina

Carolina cogió entre sus brazos al niño y le contempló sonriente mientras le apartaba un mechón pegajoso de la frente. Lloraba mucho, pero eso indicaba que estaba sano y que tenía buenos pulmones. Se sentó en el suelo junto a Ana y la miró radiante, era su hijo y juntas lo cuidarían. Al escuchar las palabras de Mari Carmen, la maga no pudo más que respirar profundamente y sentirse orgullosa por la larga y afortunada vida que sus hijos iban a tener. No había mayor regalo para una madre más que saber que sus hijos crecerían sanos y fuertes. Agarró fuerte la mano de Ana y le tendió al niño para que lo cogiera. Sabía que le querría tanto como ella.

La verbena abrió los ojos de nuevo en la sala de espera, Ana ya se había ido hacía rato y ella se había quedado sola, pensando. Aquel recuerdo le hizo sonreír de nuevo; tanto a Sofía como a Héctor les quedaba una larga vida por delante. Si había algo en lo que tenía fe era en la sabiduría de sus hermanas.

Se levantó del asiento y consultó la hora. Tenía algo de hambre, aunque llevaba el estómago revuelto así que prefirió no comer, pero se sacó un café de la máquina y salió a fuera, donde estaba Fernando. Quizás se hubiera pasado un poco con él, pero es que no cedía ni un ápice con lo de Ana, y eso que ya no recordaba lo de que fuera maga. Si hubiera sido menso escéptico y un poco más entregado a su familia hubiera seguido con él sin dudarlo. Pero no lo había sido, y el amor no era eterno, y mucho menos incondicional.

- ¿Quieres un café?- le preguntó en tono amable.

Estaba bastante más tranquila, y los Seguidores de Hera conseguirían que Sofía se pusiera bien. Estaba segura.

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21/11/2009, 00:48
Fernando

El ex marido de Carolina se encontraba fuera, fumando. La última vez que lo había visto hacerlo tenían veintipocos años. Lo había dejado al nacer Sofía. Aceptó el café con rigidez y dio una última calada al cigarrillo antes de tirarlo.

-He hablado con los médicos hace un rato. Hay que esperar, me han dicho... -Fernando miró el vaso de plástico, abatido-. Siento haber sido un idiota, pero a veces la presión me mata.