Partida Rol por web

Al finalizar la reunión, te dan un periodo de tiempo para prepararte tras el cual van a recogerte. Te suben en un coche y te ponen camino al aeropuerto, donde allí te subes a un avión privado del NGT.

Durante el trayecto, nadie se dirige a ti ni nadie habla contigo, solo las azafatas te ofrecen algo de beber o de comer, pero poco más.

Y, en apenas un par de horas, llegas a tu destino: Nuevo Londres.

La oscuridad reina en el firmamento mientras las pequeñas luces de la ciudad iluminan la tierra. Nuevo Londres... Una de las mayores ciudades de la tierra, situada en un punto estratégico. 

Poco a poco el avión va descendiendo hasta que aterrizas en una pequeña explanada, con el espacio justo para posarse. Allí, un coche te espera. Te montas sin preguntar nada y el conductor se pone en marcha.

No hay charla ni palabras vacías en el trayecto, solo la limpia ausencia del silencio. Y cuando llevas unos 20 minutos, el coche empieza a internarse en una zona abandonada a las afueras de la ciudad. Solo hay edificios derruidos y abandonados, sin el menor toque de tecnología ni nada similar. Hasta que el coche se detiene en frente de uno.

El conductor frena un poco hasta que ves como, parte de los escombros, se alzan para dejar a la vista la entrada de un garaje. El coche entra sin dudarlo y recorre un pasillo inmenso de hormigon y, tras un par de minutos, se detiene ante una puerta. Allí una joven te espera.

- Acompáñeme por favor.

La joven te conduce hasta un ascensor, el cual empieza a bajar y bajar, hasta que se detiene en un pasillo. En sus paredes hay diferentes puertas y al final del todo una gran puerta doble de cristal opaco. La joven, te señala la puerta del fondo. 

Y, en apenas un par de horas, llegas a tu destino: Nuevo Londres.

La oscuridad reina en el firmamento mientras las pequeñas luces de la ciudad iluminan la tierra. Nuevo Londres... Una de las mayores ciudades de la tierra, situada en un punto estratégico. 

Poco a poco el avión va descendiendo hasta que aterrizas en una pequeña explanada, con el espacio justo para posarse. Allí, un coche te espera. Hilda se sube con vosotros y, una vez todos dentro, se pone en marcha.

No hay charla ni palabras vacías en el trayecto, solo la limpia ausencia del silencio. Y cuando llevas unos 20 minutos, el coche empieza a internarse en una zona abandonada a las afueras de la ciudad. Solo hay edificios derruidos y abandonados, sin el menor toque de tecnología ni nada similar. Hasta que el coche se detiene en frente de uno.

El conductor frena un poco hasta que ves como, parte de los escombros, se alzan para dejar a la vista la entrada de un garaje. El coche entra sin dudarlo y recorre un pasillo inmenso de hormigon y, tras un par de minutos, se detiene ante una puerta. 

Hilda baja del coche y os conduce hasta un ascensor.

Este empieza a bajar y bajar, hasta que se detiene en un pasillo. En sus paredes hay diferentes puertas y al final del todo una gran puerta doble de cristal opaco. 

- La reunión es allí. - Dice señalando la puerta. - Tener cuidado de lo que preguntáis y de la información que dais. Yo os estaré esperando cuando terminéis. 

Una vez cruzas las puertas dobles, te encuentras en una pequeña sala de conferencias.

En la larga mesa hay asiento para unas diez personas, aunque actualmente está vacía.

​Un camino largo, las últimas preguntas que se quedaron en el tintero en aquella habitación, espero que sean contestadas, llego aquella habitación mucho menos austera que la anterior, hay muchas sillas sin nadie, me siento en la silla más cercana de la puerta sin saber mucho que es lo que esta pasando y porqué estaba aquí...

Entré en la sala como pedro por su casa y me senté en una silla cualquiera. Le dirigí un breve saludo al tipo de la cruz en la frente. Parecía un tipo raro, pero ya conocía a demasiados por lo que otro mas no me sorprendería. No tenia ni idea de donde se habían metido los dos que iban conmigo pero me sentía algo impaciente por entrar en acción. Tal vez me habían perdido de vista. Adopté una postura ligeramente "pasota", deseando que acabase aquella reunion para largarme de allí. 

Me mantuve casi en perpetuo silencio durante todo el viaje hasta llegar a nuevo londres, cuyas vistas me parecieron impresionantes más por su colección de luces que por otra cosa, ya que en la noche no se apreciaba la estructura de la ciudad. Me subí sin preguntas en un coche y el paseo me parecio que iba desencaminado del destino cuando un monton de ruinas eran iluminadas por las sombrias luces del coche...

- Dios... Esta obra ruinosa pertenece a la guerra? o al abandono de la gente? - empezé a curiosear en mi mente... muchas cosas me pregunté pero aun asi me contuve en palabras con el conductor. Me impresioné cuando parte de esa ruina se levantó como un falso decorado para mostrarme un mundo totalmente diferente y profesional...

- Asi que... se guardan bien de ojos curiosos... que nos traeremos por aqui? - me pregunté de nuevo impaciente por empezar ...

Entré en una sala con una larga mesa, dos tipos algo excéntricos (me pareció) se sentaban cerca de la puerta aunque hace tiempo que la experiencia me habia enseñado a no juzgar a la gente por su apariencia, ya vería cuan útil serian aquellas personas para la división. Un leve asentimiento de cabeza fue mi saludo y me senté escogiendo al azar un asiento para esperar.

Nathaniel reflexionó durante el trayecto sobre la información de la que disponía. Ciertamente no era mucha, tan solo una confirmación de sus propias sospechas acerca de un empeoramiento de la situación en Nuevo Londres. Lo cierto es que le habría gustado poder hablar con sus nuevos superiores antes de acudir a aquella singular reunión.

Tras un rápido vistazo a la sala se sentó junto a Hollow. Aún no sabía que pensar acerca del asiático, pero era mejor dar una sensación de unidad. Todo su entrenamiento se rebelaba ante la idea de descubrir su naturaleza ante aquellos simples mortales, e instintivamente comenzó a estudiarlos uno a uno, usando su percepción sobrenatural para asegurarse de que se tratasen efectivamente de humanos. No sería la primera vez que un dohanoide lograba infiltrarse entre el personal del NGT.

Después de mi han entrado tres personas en la sala, uno pareciera chino o filipino, otro muy americano y otro más pueblerino, no digo nada, mi mirada se entrelaza con ellos para saludarlos y vuelve al vacío de la sala, ¿quién serán estas personas?, ¿habrán estado en la misma situación que yo?, me quedo cayado, pienso que el chino sabe de qué va esto, ya que tiene las piernas encima de la mesa, como si estuviera como por su casa, el americano parece también tranquilo y quien más miedo me da es el pueblerino, parece que estuviera escudriñando nos con la mirada, parece que no se fía de ninguno de los que hemos entrado en la sala, eso también me dice que entre ellos no se conocen y a mi sus caras tampoco me suenan... ¿Qué haremos aquí?...

Volver a ver a la ciudad donde se crio lo embargo de una mezcla de sentimientos, yendo desde la nostalgia hasta la desesperacion que lo oprimia: No podia dejar caer a la Nuevo Londres. Guardo silencio todo el camino en auto, sin dejar de mirar por la ventanilla en busca de aquellos sitios por donde habia correteado con Marie o John... Cuando finalmente llegaron, se dio cuenta que esa parte de la ciudad le era desconocida. Esto no le gustaba demasiado.

Maxwell entro a la sala justo detras de Nathaniel. Dio una rapida mirada al lugar, como solia hacer: Habito adquirido de alguien criado por miembros de la Sociedad. Se sento al lado de Talon, dejandolo en el medio. Procedimiento basico: La Sociedad era un grupo muy reducido, y la unica razon por la cual habian podido sobrevivir tanto tiempo a su guerra contra los cultos era gracias a la unidad de sus miembros.

-Buenas noches saludo con acento local, mientras inclinaba un poco la cabeza a manera de saludo.

Tras bajar del avion, me llevan a una casa en las afueras, si es que aquel monton de escombros se pueden catalogar como casa. Luego de entrar, bajo en un ascensor varias plantas. "Parece que mantienen la fachada en un estado lamentable para evitar sospechas, un buen sistema de seguridad, hay que reconocerlo" pienso para mi mientras me indican el camino hasta una elegante sala de reuniones que ya tenia varias personas en su interior.

-Saludos, caballeros-digo cuando entro en la habitacion. No parece que hubo mucha actividad social antes de mi llegada, por lo que trato de romper esta tension palpable, fruto del silencio, que se encuentra en la sala- Este tipo de reuniones suelen acabar con una alianza entre los presentes para formar un equipo, por lo que propongo presentarse para poder ponerle nombre a todos los rostros aqui presentes. Sere el primero en presentarse: Soy el comandante Alex Breaker, de la division de Mech.

Mark habia estado un poco en su mundo durante el vuelo,solo le daba vueltas a la idea de volver a ver a su hermana,ahora tiempo despues sabia a ciencia cierta que estaba viva.

Al entrar en la habitacion se fija en cada uno de los presentes,pone un poco de mala cara a ver a uno con los pies encima de la mesa,no le parecia serio ni profesional,despues ve los galones del comandante y su cara le parece conocida,con lo que se cuadra en la puerta

Con su permiso Comandante... se presenta el Capitan Mark Shaphire, division Merch ,Señor...

Se queda unos segundos en el marco de la puerta antes de decidirse a entrar y tomar asiento.

La gente estaba empezando a presentarse ante los otros. El primero fue un comandante de la división mech, y un subalterno suyo. Tal vez deberia presentarme antes de que mis compañeros la liasen de alguna manera, y asi proporcionarles tapadera. 

- Agente Stern, del AGI. - Fingir ser del AGI me abria bastantes puertas, y casaba con mi actitud. Además con las cosas raras que ocurrian en Nuevo Londres, a nadie le extrañaria que se presentasen varios agentes. - Y esos son el Agente Morgan y el Agente Winters. - Comenté señalando a mis compañeros, adelantandome a alguna posible cagada. Además quedaban bien nuestros apellidos con un "Agente" delante.

Al escuchar el nombre del comandante... Algo en tu cabeza parece que hace un Click.

No recuerdas ahora donde lo leíste exactamente, pero sabes que el Comandante Breaker es bastante famoso. Fue hace un par de años, cuando él solo logró defender una base donde se guardaban diferentes mechas y armamento de la NGT. Los Migou habían rodeado el complejo y había muchas bajas, sin embargo, pudo hacerse cargo de los enemigos gracias a un Mecha. A partir de ahí, le asignaron a diferentes misiones de primera línea, siempre dando los mejores resultados.

Mark camina hacia el comandante con cara de asombro e ilusion

Es usted el famoso Comandante Breaker,señor? * le ofrece la mano para estrecharsela, nunca pense que le conoceria en persona comandante,es un verdadero honor poder conocerle,señor.

El padre mira a los que han hablado y los que aún no han dicho nada, mi nombre es Merrin, padre Merrin, exactamente no se qué hago aquí, fui policía, cura y párroco, hace... unos... años, ahora estoy aquí sentado con ustedes, sin entender muchas cosas...

La puerta se vuelve a abrir.

- Perdón... Llego tarde...

En la sala aparece un joven de unos 20 años, con gafas, vestido con zapatos marrones, pantalón de pinza, camisa y jersey de cuadros. Lleva una mochila a la espalda y parece que no va armado.

- Vaya... Pues no... Aún falta gente...

Sin decir mucho más, cruza la sala hasta que llega a la parte de la mesa más próxima a la pantalla que hay en la pared. De su mochila saca un pequeño tubo circular, de unos 30cm de longitud, que coloca suavemente en la mesa. Tiene un único botón que, al pulsarlo, hace que aparezca una pequeña pantalla y un teclado. 

- Ups... - Y se acerca a la pantalla grande, concretamente a un lateral, donde parece que pulsa algo y esta se enciende. - Genial. 

Vuelve a su ordenador y, tras teclear un par de comandos, en la pantalla grande aparece una imagen.