Partida Rol por web

                      ¿sabe que le pasó al difunto.?

                                                   ¿ha visto usted el cuerpo del difunto o siempre ha estado tapado?

Los dos alguaciles se miraron rápidamente ante tus preguntas. ¿Qué haría un familiar o amigo en un velatorio si no conocía  cómo murió...? ¿o es que acaso no lo conocía? Esto pareció sorprenderles.

Al señor Mateo le asaltaron hasta darle una muerte horrible con cuchillo, señor -dijo el alguacil-. No tengo ni idea de como han sido sus heridas, ejem... -el tipo sabía que hablar tan a la ligera podría ser peligroso, dadas las circunstancias: allí había desde verdugos hasta otros jueces-. El señor juez, téngalo Dios en su Gloria, está envuelto en sudario, y como ve, luego en su caja. Nosotros tan sólo custodiamos.

El alguacil habla cortesmente, pero con cierta pizca de malestar en su voz: la cola no aguantaba, y no hacía falta mucho par cabrear un juez de una collación.

Apártese... señor, la despedida es requerida por el resto -te dijo finalmente de manera muy áspera-.

El criado notó rápidamente esa doble intención que Zaif habíale mostrado, y rápidamente, pese a ser y parecer alguacil, movió su tronco para retirársela.

Entonces Jimeno carraspeó fuertemente, claramente a propósito,y todos le mirásteis por un instante (criados incluidos), y éste miraba con cierto desdén (acompañado de cejas elevadas, es decir, cara de incredulidad) a Zaif...

No, lo siento... -respondió el muchacho-; no sé a qué se refiere... Se notaba que estaba molesto por las licencias que Zaif se había permitido, así de imprevisto. No... don Mateo no tenía hijos. Vivíamos los cuatro en ésta, su casa -respondió finalmente a la pregunta de Abid-.

Me quedé junto a Ahmed con los brazos cruzados, mientras le decía entre susurros:

-Igual deberíamos acercarnos a los alguaciles y caballeros a ver que están comentando. Peo no demasiado, si no queremos acabar ensartados en la plaza del pueblo. Caminemos arriba y abajo hablando de cosas para disimular, y si no nos dicen nada, continuamos haciéndolo.

Viendo que no iba a sacar nada más de aquellos alguaciles, y la insistencia de la cola, Duran se despidió de ellos.

- Muchísimas gracias caballeros y siento las molestias ocasionadas. Y diciendo esto, se santiguo educadamente.

No quería salir de allí sin obtener alguna información, decide dar una pequeña vuelta por la sala, e intentar escuchar las conversaciones de los presentes. Observa las caras y las distintas vestimentas de la gente allí congregada.

A Diego no le extraño el gesto de su  bastardo medio hermano ya que los árabes eran algo invertidos y solían saludarse con besos. Además Zaif había sido criado con mujeres,lo que enfatizaba más ese aspecto de su persona. Carraspeó el joven primero y luego,finalmente explotó.

Habrase visto.... un alguacil le hace una pregunta y no responde ¿Significa acaso que hemos de sospechar de vos? Responda ¿quienes eranlos amigosde su amo?

- A esperar se ha dicho entonces. Vayamos a ese rincón, ahí podemos esperar unas horas -y colocándose en el rincón que señalaba, empezó a limpiar el suelo de desperdicios con las botas para hacerse un hueco "limpio" en el que sentarse. Era de las cosas más asquerosas que había soportado en su vida, pero el acero...

Aquello era imposible. Era un velatorio, y todo el mundo intentaba dárselas de educado, pero ya se sabe, con tan misterioso y brutal asesinato lo único que salían de las bocas de los visitantes eran murmullos, imposibles de percibir. Sin dilación alguna saliste hacia fuera, donde te estaban esperando tus compañeros.

Mientras Yurem murmuraba algo cerca de la puerta de entrada a su compañero Ahmed, salía (al que todos habrían, debían, y tendrían su nombre que conocer) "El Errante" de la capilla. Habrían pasado unos diez minutos desde la entrada y la salida de éste. Los alguaciles de la entrada lo miraron de espaldas mientras salían, de abajo a arriba.

Mientras la situación parecía descontrolarse por momentos me acerqué discretamente a Casimiro y en un susurro le digo - Señor. Mis habilidades serán de más ayuda a su causa fuera de estos muros que aquí dentro. Si tiene a bien prestarme unos cuantos dineros puedo conseguir información de los vecinos chismosos. Información que no darán a un par de alguaciles.

Como decía mi abuelo, hay que preguntar a los del oficio por su oficio.

Al salir del recinto, me despido de los alguaciles cortesmente.- Hasta otra caballeros, espero verles en alguna situación más alegre.

Y con la mirada busco a mis dos compañeros de aventuras para contar lo poco o nada que había descubierto en ese velatorio. No tarada mucho en encontrarlos, y se dirige con paso tranquilo hacía ellos.

Espero para no parecer ansioso a que Durán se acerque a nosotros, y luego embozado en la capucha le digo escuetamente:

-Cuéntanos mientras volvemos.

Sí, ahora sólo quedaba esperar... aquello sin lugar a dudas resultaría tedioso pero necesario. Quizás el hombre que ocupaba aquella derruída casona les podría contar algo de interés.

Al igual que su compañero intentó limpiar un poco el suelo para poder sentarse, dando una patada a una rata que pasaba correteando a su lado. Poco a poco se había ido acostumbrando al hedor que manaba de aquel lugar, pero aún así no resultaba precisamente agradable. Se sentó mirando disimuladamente al hombretón que tenía al lado. Quién le iba a decir a él que compartiría trabajo y vigilancia con un infiel.

Acercándome a mis compañeros, les susurro lo poco que he averiguado y en voz baja, no vaya a ser que determinadas personas escuchen lo que digo.

- El sepelio lo ha organizado Cabildo Catedralicio, sin lugar a dudas la muerte ha sido cruel y la noticia ha corrido como la espuma. Se para un momento para cerciorarse de la atención de sus amigos.
La muerte como bien sabemos ha sido a cuchillo, y poco más, no he podido ver nada del cuerpo ya que estaba envuelto en un sudario y metido en una caja, a parte de estar custodiado por dos alguaciles. Paro un momento para tomar aire.

- Había muchísima gente, y había cola para dar el último adiós al cadáver. Con respecto a las conversaciones de la gente de allí no pude averiguar nada.

Sin decir nada ni dar mi opinión, me retraso un metro para ir tras Durán, y mientras escucho los pasos de mis botas, me hundo en mis pensamientos:

Lo sospechaba, igual deberíamos colarnos por la noche, o incluso exhumar el cuerpo una vez enterrado. Esperaré a ver que se cuentan los otros. Una recompensa, es una recompensa... Lo que no me cuadra es tanta custodia para alguien que no debería levantarse.

Ahmed enarcó una ceja. Desde las puertas y por el trasiego de personal se intuía que allí debía haber mucha gente, lo que las palabras de Duran no hacían sino corroborar. Sin embargo, en solo un rato el hombre ya estaba fuera. A todas luces, ni la paciencia ni el don de gentes contaban entre sus virtudes. No había remedio, en cualquier caso, ya que tanto a Yurem como a él mismo se les vetaba el paso.

-Tal ves lo importante no sea quién ha venido, sino quién falta –aventuró, encogiéndose de hombros-. Quisá en tabernas de mala reputasión se sepa algo de los asesinos. Quedémonos un poco más por aquí, escuchando y observando a los que vienen y van.

Viendo la reacción de mis compañeros apoyo el ofrecimiento de Ahmed y seguir investigando por los alrededores del sepelio.

- Sin duda alguna había mucha gente dentro, y al ser un velatorio las voces que salían de sus bocas eran murmullos, poco me pude enterar de lo que se hablaba dentro, pero puede que en las tabernas tengamos más suerte.