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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

20. La Expedición

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03/04/2014, 23:50
Trasus

—¡Ah, ya lo tengo! —exclamó Trasus—. Un magister y un enano entran en una taberna. Es un chiste.

Trasus rió con su propia broma. Probablemente fue el único, pero no pudo comprobarlo. La tos rompió su carcajada y lo mantuvo doblado sobre sí mismo durante unos instantes eternos.

Cuando recuperó la compostura, todos se habían reunido alrededor de la tablilla, observando algo. El resto de runas, que el tiempo había desgastado aparentemente hasta la ilegibilidad, se habían iluminado.

Trasus levantó la mano derecha, que había apoyado en la tablilla, justo sobre la runa que significaba enano. Volvió a colocar la mano sobre ella, notando esa vez cómo cedía levemente bajo el peso. Probó con la runa magister, con el mismo resultado. Ambas podían pulsarse, y como resultado, sus detalles brillaban, perfectamente legibles.

—Ah, es como una mujer —dijo, sonriente—. No basta con usar los ojos. Son necesarias las manos.

Leyó las runas mentalmente. Todos, o casi todos, eran capaces de entenderlas, no era necesario hacerlo en voz alta. No era un texto, solo  palabras sueltas.

—Pero no al azar —murmuró entre dientes.

 Trasus manipuló las runas iluminadas. No era complicado. No había retribución para los errores, no parecía pensado para detener a un intruso. Su fin debía ser otro, ¿didáctico, quizás? Algunas de las runas podían pulsarse, como las primeras, pero a diferencia de aquellas, giraban sobre sí mismas hasta alcanzar una posición concreta. No tardó en reconocer el patrón: todas referenciaban las Marchas Exaltadas. No más de trecientos años habían pasado desde que se fabricó la tablilla.

El resto fue cuestión de segundos. Una docena de runas más cedieron, rotando hasta, entre todas, formar un Solar luminoso, el símbolo de la Capilla.

—Cuando todas las tierras bajo el sol acepten al Hacedor —recordó Trasus—, incluidos los enanos, por supuesto. Pero no hoy, y tampoco cuando se talló esto. Así que, dama y caballeros, creo que no soy el único en preguntarse qué hace aquí el símbolo de la Capilla.

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22/04/2014, 21:39
Sila Tavarius

Tal'Vashoth refunfuñó algo entre dientes aunque no lo llegaste a entender. No obstante, pese a la pose indiferente, estaba mirando de reojo lo que hacías de modo que en el fondo tanta indiferencia no parecía despertarle el hallazgo.

Sila por su parte pasaba de ocultar nada. El mago se agazapó junto a ti mirándote como si te hubiese crecido un ramo de flores en la cabeza.

—A este paso voy a pensar que tu intención oculta al llegar aquí era la de dejarme en ridículo—comentó—. El estrés del combate debe haberme disecado el cerebro como para no haberme fijado en eso.

Examinó la piedra.

En cualquier caso, esa si que es una buena pregunta—murmuró—. Magisters y la Capilla Andrastiana... dos cosas más contrarias no se me ocurren. ¡Y los enanos! Que ni tienen que ver con la magia ni con ella. ¿De qué va todo esto?

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22/04/2014, 22:07
Park Hierroardiente

A mí no me mires, yo estoy igual—rezongó Park—. Es la primera noticia que tengo de semejante cosa. Sea quien fuera quien hizo esto, no es algo de conocimiento popular en Orzammar.

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22/04/2014, 22:18
Bachiller Valérica

Al fin. Creí que no íbamos a encontrarlo nunca.

Mientras hablábais, no os habíais dado cuenta de una cosa... y era que, al tocar la piedra, la estatua había cambiado. Es decir, se había abierto. La única que parecía haberse dado cuenta era precisamente Valérica, la cual en algún momento se había deslizado por detrás del resto del grupo y en ese instante estiraba la mano para agarrar lo que había aparecido en el interior.

La cabeza de un bastón.

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22/04/2014, 22:37
Sila Tavarius

—¡No lo toques!

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22/04/2014, 22:38
Narrador

Tarde.

En cuanto la maga agarró el objeto y lo sacó del interior de la estatua, todo el edificio sufrió una sacudida monumental. Como si un terremoto repentino se hubiese producido justo debajo de los estratos que pisábais.

Todos os tambaleasteis en el sitio y todos los que no érais enanos os caísteis de espaldas. Habías leído cientos de cuentos bárdicos en los que el héroe huye del castillo del villano mientras éste se derrumba sin motivo tras la aniquilación del villano en cuestión... Pero el caso es que aquí no habíais aniquilado a nadie y todo estaba empezando a temblar de tal modo que no sabías si el propio edificio empezaría a derrumbarse.

¿Había saltado algún tipo de defensa establecida muy atrás por quienes habían dejado aquello allí?

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23/04/2014, 00:16
Park Hierroardiente

¡Eh, espera un momento! ¡¿Dónde crees que vas?!—exclamó Park al ver que la maga se apartaba de la estatua a trompicones—. ¡Quítale las manos de encima al premio de la expedición!

El suelo empezó a resquebrajarse inexplicablemente, o quizá no tanto teniendo en cuenta que los cimientos del edificio temblaban cada vez más. Lo que ya no te hizo tanta gracia fue comprobar que por algunas partes de las grietas que se extendían como rayos dibujados por el suelo emanaba un brillo anaranjado acompañado del calor de la lava.

No obstante, el mayor de los Hierroardiente parecía tener ventosas en los pies puesto que cruzó la sala entre todo aquel caos y agarró por el repulgo de la capa a Valérica que a su vez sacudió los brazos para no caerse.

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23/04/2014, 00:25
Bachiller Valérica

Un pedazo de suelo crujió sonoramente y se levantó formando una extraña loma de losas desconchadas bajo los pies de ambos. Valérca se agarró con la mano libre a la "cima" para no salir rodando hacia atrás pero aquello sólo logró que la capa se tensara tirándole del cuello.

¡Suéltame idiota!—jadeó—. ¡Me vas a estrangular!

El enano por supuesto se negó a hacer tal cosa con lo que al final la muchacha se giró y le soltó una patada. La capa se rasgó sonoramente y Park salió dando trompicones hacia atrás con ella en la mano.

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23/04/2014, 00:30
Narrador

Lo siguiente pareció ocurrir a cámara lenta.

Habían empezado a desprenderse pedazos de piedra del techo, el suelo continuaba resquebrajándose y ahora podías ver claramente los charcos borboteantes de roca fundida empezar a rezumar lentamente en algunos puntos. Pero lo peor fue cuando Park chocó de espaldas con la estatua y ésta explotó. Sobre todo cuando Park chocó de espaldas con la estatua y esta explotó.

Lo hizo con un estallido de lava fundida que surgió como un géiser del espacio que había ocupado, llegando hasta el techo y enviando una bofetada de calor por toda la sala. Te quedaste de piedra cuando viste que el chorro en cuestión parecía tomar la vaga forma de... a saber el Hacedor qué. Pero era algo viviente. ¡Podías ver unos ojos candentes como ascuas entre las llamas! La entidad emitió algo que sonó como el rugir del fuego al ser arrojado a chorro y literalmente engulló al sorprendido enano que no tuvo tiempo ni de gritar.

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23/04/2014, 00:36
Parholl Hierroardiente

—¡¡NO!!—exclamó Parholl, horrorizado—. ¡Por el amor de todos los Paragones!

El enano hizo ademán de correr hacia su desaparecido hermano pero era evidente que nada podía hacer ya. La criatura pareció erguirse todavía más entre chorros de fuego y lava que saltaban en todas direcciones, como si saliese de una tumba o algo así. El menor de los Hierroardiente se volvió hacia Valérica destilando ira por los ojos.

—¡Has matado a mi hermano!—gritó—. ¡MALDITA SEAS!

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23/04/2014, 01:09
Valérica

A Valérica sólo le quedaba media capa rasgada colgando de uno de los hombros pero ahora se veía mucho más de su aspecto.

Vestía con la sencilla armadura de cuero que bien podía llevar cualquier viajero. La melena de un rabioso color anaranjado como el fuego caía en bucles hasta la mitad de la espalda aunque se la sujetaba sobre la cabeza con unas de gafas de cristal coloreado que antes no se veían por culpa de la capucha.

En aquel momento miraba lo que acababa de ocurrir con una mezcla de espanto y estupefacción. Aun agarrada a la loma que había formado el suelo.

—Yo... —titubeó.

Cuando Parholl se abalanzó sobre ella sin embargo reaccionó, saltó de allí y echó a correr por el pasillo de salida. ¡Se os venía encima el edificio!

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23/04/2014, 01:18
Sila Tavarius

¡¿Quién era esa?!—jadeó Sila aún horrorizado por lo que acababa de pasar pero poniéndose rápidamente en pie en vista del cariz que estaba tomando el panorama.

Lo corto aquí ya que, pese a ser el railroading que comentamos, al menos que Trasus pueda reaccionar a las cosas que pasan, pensar o hablar si tiene algo que decir.

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27/04/2014, 00:04
Trasus

Todo aquello era una lástima.

Era una lástima lo que le había ocurrido a Park. El mayor de los Hierroardiente no era su amigo, ni se caían bien, pero no merecía morir devorado por una criatura hecha de lava.

Era una lástima aún mayor que la criatura en cuestión fuera hostil. Era un espécimen que, en una situación más sosegada, hubiera disfrutado observando más cuidadosamente. Puede que incluso fuera capaz de comunicarse. Se podía intuir cierta inteligencia en esos ojos ardientes. Y esta vez, Trasus estaba convencido de que la razón no era que intuyera inteligencia en cualquier criatura.

Era una lástima que Valérica se marchara corriendo. Parecía una muchacha encantadora, aunque Sila no la conociera y, por tanto, era presumible que hubiera estado mintiendo respecto a su identidad hasta ese momento.  O hubiera robado el bastón, y por lo tanto fuera una ladrona. No podía culparla de vicios en los que él mismo había incurrido repetidamente en el pasado, e incurriría de nuevo en el futuro.

Era una lástima, de hecho, que quizás no fuera a incurrir en dichos vicios, u otros cualesquiera en el futuro. Porque la propia existencia de un futuro, al menos para él, no para el resto del mundo —cuyo destino, en ausencia de su persona, le preocupaba lo bastante poco como para sentirse avergonzado de su egoísmo—, era incierta.

Era una lástima la destrucción del edificio. El bastón sin duda sería valioso, pero no tanto como la huella de los constructores de aquel lugar. Quizás las únicas evidencias que podrían resolver el enigma de la presencia del solar de la Capilla en un thaig enano abandonado estaban siendo destruidas irremediablemente.

—Si nos apresuramos, puede que aún podamos preguntarle —sentenció, tirando de la manga de Sila—. Pero fuera de aquí. ¡Todos!

Y se echó a correr, más allá del monstruo de lava, el suelo que se hacía pedazos bajo sus pies y el techo que le daba la réplica sobre sus cabezas. Corrió, forzándose a mantener los ojos abiertos, a pesar de que la tentación de cerrarlos, cortar el suministro de imágenes de la pavorosa visión, era abrumadora.

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30/04/2014, 20:07
Narrador

Salisteis pitando como alma que se llevaban los engendros en un revoloteo de túnicas mientras los extraños y antinaturales rugidos "ardientes" de aquella cosa resonaban a vuestras espaldas. Tal'Vashoth maldijo algo en su idioma aunque no llegaste a escuchar exactamente lo que era pero le viste correr con su mandoble desenvainado por si afuera os esperaban más sorpresas.

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19/05/2014, 01:13
Sarkee Hierroardiente

Afuera la primera sorpresa que te topaste fue con Sarkee espatarrada por los suelos y expresión confusa como si algo la hubiese atropellado, concretamente debía haber sido Valérica porque la enana se había quedado sentada en la escalera descansando y no debía haberla visto salir (ni la maga a ella sentada)

¡Pero bueno, ¿se puede saber qué prisa os ha agarrado?!—rezongó pataleando como una tortuga panza arriba hasta que logró darse la vuelta y empezó a ponerse en pie—. ¡¿Qué rayos habéis tocado allá adentro que está temblando toda la caverna?!

Viste de fondo que Valérica había enfilado hacia el corredor por el que habíais accedido a la enorme estancia. Definitivamente a ella tampoco debía darle buenas vibraciones el hecho de que todo se estuviese derrumbando a pedazos.

Antes de que a nadie le diera tiempo a contestar, Parholl cruzó a tu lado rojo de pura rabia y, como era evidente que sus cortas piernas no eran rival para las largas zancadas de la maga, arrojó su hacha hacia adelante. El arma salió volando por el aire emitiendo un zumbido grave y le acertó a Valérica en uno de los costados. No se clavó puesto que había pasado rozando pero era tal la fuerza que llevaba que el tajo que dejó a su paso desequilibro violentamente a la muchacha. Viste claramente salir una generosa salpicadura de sangre.

Valérica soltó un alarido y tropezó cayendo de rodillas mientras se agarraba el costado con la mano libre. Tras unos instantes se arrastró como buenamente pudo y se levantó a trompicones para continuar medio corriendo medio cojeando, decidida por todos los medios a salir de allí antes de que se le cayese la caverna encima. Cuando finalmente llegó al arco que conducía al corredor por el que habíais llegado, se detuvo un instante y miró hacia atrás.

Te miró a ti, y te fue imposible discernir si el modo en que apretó los dientes fue un gesto de dolor, de rabia, o de remordimiento.

Luego desapareció por el túnel.

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08/06/2014, 15:04
Parholl Hierroardiente

—¡HIJA DE MIL PADRES!

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08/06/2014, 15:31
Sarkee Hierroardiente

Sarkee no daba crédito a lo que acababa de pasar y miraba alternativamente el túnel de salida y a vosotros.

¿QUÉ ocurre aquí?—repitió.

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10/06/2014, 14:46
Trasus

Trasus no corría.

Expliquémonos mejor. En esta ocasión sí lo hacía, como si lo persiguiera un demonio o el marido de una amante con la lengua demasiado suelta. Corría tan rápido como le permitían sus piernas delgadas y blandas, a medio camino entre el mimbre y la mantequilla caliente.

Normalmente no lo hacía. No era difícil averiguar la razón, viéndole resollar como un caballo reventado cuando solo había recorrido un puñado de metros. En cualquier momento se le pararía el corazón. Con suerte, antes de que eso ocurriera daría de bruces en el suelo, con los ojos abiertos, la lengua fuera y el contenido de las tripas repartiro entre la tierra alrededor de su boca y las calzas.

—¡NO!

Parholl estaba fuera de sí. La brevedad de sus piernas solo debía añadir madera a la frustración que sentía, y trató de resolver la huida de Valérica de una sola vez, lanzando su hacha contra la maga.

Incluso en su situación, se las arregló para contener la respiración mientras el hacha trazaba círculos por el aire, acortando distancias con la pelirroja como la inexorable cuchilla de una guillotina, hasta que, cuando estaba a punto de conectar con ella, un giro afortunado la apartó de la trayectoria. La golpeó aun así, de refilón, lo suficiente para hacerla sangrar, pero no para dejarla su cadáver en el suelo. La mirada que le dedicó antes de desaparecer en la caverna era difícil de descifrar a esa distancia.

No disponía de suficiente aliento como para suspirar, así que se visualizó mentalmente a sí mismo haciéndolo. En su imaginación, estaba en una taberna con una jarra de cerveza en la mano, apartando a una moza que trataba de sentarse en sus frágiles rodillas.

Sarkee increpó a los corredores, exigiendo saber lo que ocurría.

—Luego —alcanzó a murmurar al pasar junto a la enana, señalando con el dedo hacia el lugar por el que había huido la maga. Le hubiera gustado explicarse, pero en ese momento tenía la sensación de que no había bastante aire en el mundo como para hacerlo—. Corre.

No se trataba solamente de alcanzar a Valérica. El temblor afectaba a la caverna en la que se encontraban. Por mucho que su cuerpo se lo estuviera rogando, no podía detenerse todavía.

—Sil... a —llamó al maestro tevinterino, entre jadeos— ¿No pue.. des acelerar... nos?

O sacarnos de aquí de alguna manera que no implique mi próximo fallecimiento por colapso, sea de la caverna o de mi organismo.

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13/06/2014, 21:00
Sila Tavarius

—¡Ast cepat mayat!

Aquella frase apurada entre jadeos fue la respuesta a tu pregunta. Rápidamente te sentiste más ligero, como si con muchísimo menos esfuerzo pudieses dar el doble de zancadas que te llevasen el doble de lejos. Gracias a aquello podrías aguantar la carrera infinitamente más.

Sin previo aviso, un trozo de piedra tan grande como tú se estrelló a vuestro lado haciendo saltar polvo y lascas en todas direcciones. El temblor estuvo a punto de haceros tropezar mientras salíais de la humareda manoteando el aire.

¡Corred!—jadeó el magister—. ¡Eso de ahí atrás es un demonio! ¡Un Demonio de la Cólera!

Sila lanza Acelerar.

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13/06/2014, 21:16
Sarkee Hierroardiente

¡¿QUÉ?!—a Sarkee le salió un tono tan agudo que entre eso y la polvareda rompió a toser mientras corría—. ¡Por la Roca! ¡Al abismo con esa cosa! ¡¿Dónde está Phark?!