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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

20. La Expedición

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13/06/2014, 21:18
Sila Tavarius

CORRED—repitió Sila en un tono férreo que no dejaba lugar a discusión.

La enana lo miró durante un instante con sus ojos oscuros y apretó los labios en una fina líena, comprendiendo algo. Luego giró sobre sus talones soltando una maldición y os siguió todo lo deprisa que se lo permitían sus piernas.

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13/06/2014, 21:22
Narrador

Como invocada por su descubrimiento, la entidad de llamas brotó escupiendo fuego con un rugido espeluznante del interior del edificio.

Medía casi dos metros y no parecía tener piernas (y si las tenía, desde luego no las veías entre el remolino de llamas que era su parte inferior) Se desplazaba como si fuese un tornado. Lo que si distinguías eran los dos brazos increíblemente largos y rematados en espeluznantes zarpas que sobresalían de un torso de roca fundida y lava envuelto en lenguas de fuego. No veías una forma de cuello; simplemente la parte superior de la criatura era redondeada y en ella brillaban dos chispas  luminiscentes que debían ser los ojos.

A su paso dejaba un rastro de de hollín, ascuas al rojo y piedra fundida. El aire ondulaba de puro calor en torno a aquella cosa.

Por suerte, todo lo que tenía de perturbador, no lo tenía de rápido puesto que pese a que se desplazaba con agilidad, vosotros erais más veloces, incluso los enanos. Si vuestro plan era correr hasta el túnel de salida y dejarlo atrás, podíais conseguirlo.

Podíais, por supuesto, porque si algo tienen los planes, es una capacidad innata para torcerse en un abrir y cerrar de ojos.

Un crujido atronador retumbó en toda la sala a tus espaldas y tuviste la escalofriante sensación de que el suelo se inclinaba hacia atrás. Braceaste desesperadamente y justo cuando ibas a caer de espaldas alguien te empujó, no supiste quién fué pero aterrizaste de bruces rodando hacia adelante mientras oías un grito y una maldición en enano. Te giraste sobre el suelo y pudiste contemplar con horror el motivo de que el suelo se hubiese inclinado ligeramente hacia atrás: la sala se había partido literalmente en dos.

Una grieta enorme había cruzado de cabo a rabo la zona como una siniestra boca que se abriese a vuestros pies y que se tragaba los regueros de rocas que se desprendían del techo pillando justo en medio a los enanos que en aquel momento luchaban por mantener el equilibrio. El suelo volvió a temblar y tu "lado" de la sala ascendió bruscamente, cosa que provocó que los tres se cayeran por el borde.

El soldado herido fué quien menos suerte tuvo puesto que se precipitó gritando hacia la más absoluta negrura ¿Qué había abajo? ¿Nada? ¿Lava? ¿Otra sala subterránea? ¿Un abismo sin final? No tenías ni idea.

El breve alivio que te provocó ver que tanto Sarkee como Parholl habían logrado agarrarse al borde se te amargó en el momento en que comprobaste que Sila se había quedado al otro lado.

Aquello se os estaba cayendo encima y las cosas parecían no poder ir a peor.

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14/06/2014, 00:31
Tal'vashoth

Un borrón gris pasó a toda velocidad junto a ti. Era Tal'vashoth.

Iba directo hacia el túnel de salida y de hecho en principio creíste que iba a salir simplemente corriendo por allí pero entonces viste el pedrusco que caía rodando por la pared lateral directo a taponar la entrada y cómo el gigante gris se colocaba justo debajo para evitarlo; la roca cayó sobre sus espaldas con un sonido sordo y lo hizo soltar un gruñido, las rodillas se le doblaron temblando y amenazando con ceder al peso pero finalmente aguantaron y el kossith gruñó de nuevo para afianzar su posición, sosteniendo la roca que era dos veces él.

(Qunari) ¡Stel brak!—maldijo entre dientes—. ¡Daros prisa!

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14/06/2014, 00:44
Sila Tavarius

¡Por todos los dragones durmientes!—maldijo Sila al ver a los dos hermanos agarrándose a duras penas a la cornisa sobre el vacío—. ¡Trasus, ayuda a esos dos y salid de aquí! ¡YA!

Se dió media vuelta encarándose al demonio y murmurando algo que no llegaste a entender mientras hacía un par de pases cabalísticos frenéticos pero no por ello menos precisos. Justo en el mismo momento en que la bestia escupía una llamarada colosal, el mago extendió ambos brazos y ésta se estrelló contra un muro invisible.

Sila había creado un escudo que aquella cosa por el momento al menos no podía atravesar.

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14/06/2014, 01:50
Parholl Hierroardiente

¡Trasus, maldita sea, saca a mi hermana de aquí!—jadeó Parholl—. ¡Como le pase algo te JURO por los Paragones que no te lo perdonaré jamás! ¡Es todo lo que me queda!

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14/06/2014, 01:56
Sarkee Hierroardiente

¡Que te rapen las barbas, Parholl, pedazo de idiota!—masculló Sarkee sudando a mares en la lucha por mantenerse agarrada—. ¡Sé cuidarme sola! ¡¿Yo no tengo derecho a preocuparme o qué?!

Cutri esquema para que te ubiques un poco

El qunari está como Atlas sosteniendo el mundo el pedrusco en la entrada de la caverna.

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17/06/2014, 00:27
Trasus

El demonio de la cólera que amenazaba al aislado Sila era la menor de las preocupaciones. La caverna estaba a punto de cerrar sus fauces, devorarlos a todos y digerirlos en su magma gástrica. La carne y sangre de Park solo habían servido para abrirle el apetito, y quería más más.

Al menos todos se lo pasaban bien en sus últimos momentos. Los hermanos de amigable conversación, Tal’Vashoth entrenando y Sila emulando a los magos de las historias, que se enfrentaban al ser de fuego al borde del abismo, y regresaban unos días después con la túnica limpia para dar el pego.

Podía imitarles y dedicarse a algo interesante. Bailar desnudo y tocar y cantar una de las viejas canciones de taberna, de sexo y embriaguez, de ventura y dicha, y vida.

Vida… Recordaba ese pasadizo. Bajo la roca que sujetaba Tal’vashoth sobre sus hombros, la tentación. Era la oscuridad intuida bajo las faldas remangadas de la mujer de un hombre con demasiado poder. Trasus había pasado por ese momento en numerosas ocasiones. En esta, sin embargo, no era la lujuria quien susurraba desde la negrura, sino el miedo. Las rodillas del kossith cederían bajo el inconmensurable peso de la tierra, y el mundo se asentaría sobre su espalda de titán.

Deberían embotellar estos gases. Se adueñan de la mente más rápido que el extracto de adormidera.

Gracias al conjuro de Sila, no había perdido más que un segundo. Todavía había tiempo. Incluso para sacar de allí a los Hierroardiente. O no.

Si lo pensaba un segundo más, se marcharía tras los pasos de Valérica, dejando en la estacada a sus compañeros de fatigas. Así que no lo pensó.

En alas del conjuro de aceleración, Trasus alcanzó el borde del desfiladero, se arrodilló y agarró a Sarkee por los hombros. Nunca había sido un hombre fuerte, y la enfermedad que le había consumido durante los últimos meses lo había convertido en un hombre débil, como cuando era un adolescente con menos carne que las sobras que se echaban a los perros. No podía alzar a la robusta enana y su coraza por sí solo, pero confiaba en que el apoyo fuera suficiente para que ella hiciera el resto del trabajo.

—Más vale que aguantes, Parholl —gruñó, apretando los dientes—. No quiero que tu hermana me dé una paliza. A menos que sea en el lecho.

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21/06/2014, 00:46
Sarkee Hierroardiente

¡No!—protestó Sarkee cuando la escogiste a ella en primer lugar—. ¡Ayuda a mi hermano!

No obstante, tampoco es que estuviera dispuesta a forcejear contigo o si no acabaríais los dos precipitándoos al abismo. Soltó un gruñido que no sabías si era por exasperación o por el esfuerzo de impulsarse hacia arriba pero viste por el rabillo del ojo que Parholl soltaba una mano sólo para agarrarla de un brazo y empujarla a subir.

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21/06/2014, 00:46
Parholl Hierroardiente

Tenías la sensación de que se te fueran a caer los brazos al suelo  cuando finalmente lograste (lográsteis) arrastrar a la enana hasta suelo seguro.

Si quieres ayudarme, córtale el gaznate a esa furcia—gruñó el menor de los Hierroardiente—. ¡Ella mató a Park!

A Sarkee sólo le dió tiempo a poner cara de "¡¿Qué?!" porque la susodicha palabra quedó ahogada por un repentino y espeluznante crujido que hizo sacudirse la sala. De nuevo volvísteis a terminar espatarrados por el suelo con brazos y piernas sacudiéndose en el aire como sendas tortugas del revés.

Entre la confusión, vislumbraste que el borde de la grieta se hacía pedazos. Escuchaste el grito de sorpresa de Parholl... y nada más. Ningún prolongado chillido hasta el infinito. Pero tampoco veías al enano así que no tenías ni idea de si se había agarrado a alguna parte más abajo, si se había caído sin chillar o si te habías quedado sordo.

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21/06/2014, 00:46
Sila Tavarius

Sarkee maldijo algo en enano referente a las tumbas de los antepasados de su hermano pero Sila volvió a gritaros desde el otro lado de la sima.

¡Largáos YA!—vociferó para que se le escuchase por encima de todo el estruendo. Tenía el rostro tenso pero sabías que era más por lo peligroso de la situación que por imposibilidad de retener al demonio el cual rugía y escupía fuego con impotencia contra el escudo mágico que le impedía devorar a aquel maldito humano con sus llamas—. ¡Ya encontraré una forma de salir de aquí! ¡MARCHÁOS!

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21/06/2014, 17:28
Sarkee Hierroardiente

¡MALDITA SEA ESTA EXPEDICIÓN!—rugió Sarkee en un tono que era la mezcla compacta de la impotencia, la exasperación, la pena, la frustración y el cabreo más monumental que se había agarrado nunca.

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21/06/2014, 17:34
Narrador

No tenías ni idea de dónde sacó las fuerzas pues estaba sudando y resollando como un caballo de carga pero se las apaño para ponerse en pie y ponerte en pie a ti tirándote del pescuezo de la camisa (en honor a la verdad, prácticamente te arrastró antes de que lograras ponerte en pie a trompicones debido a una cuestión de altura racial)

De aquella guisa embestisteis contra el túnel donde Tal'vashoth luchaba por sostener la roca y, en cuanto cruzásteis el umbral, escuchaste un gruñido del kossith seguido del estruendo de la susodicha al caer. Una explosión de polvo te golpeó por la espalda y todo se volvió gris. Tropezaste con algo que no sabías qué (o quién) era y te volviste a ir por tercera vez de bruces al suelo.

Alguien más se cayó a tu alrededor pero no pudiste saber quién puesto que estabas demasiado ocupado tratando de no asfixiarte; necesitabas aire pero no hacías más que tragar polvo. Te escocía la garganta, te ardían los músculos y te lagrimeaban los ojos. No tenías ni idea de cuánto tiempo estuviste así pero fuiste consciente de ello confome el temblor del ambiente comenzaba a convertirse en un murmullo retumbante.

Bien, primera buena noticia entre todo aquel espanto: no se te iba a caer el túnel encima.

Cuando por fin lograste abrir los ojos sin pestañear setenta veces, te los tuviste que limpiar con la manga... y sólo lograste meterte más tierra en ellos con lo que volviste a lagrimear. Cuando giraste la cabeza, viste a Tal'vashoth sentado contra la pared y cubierto de una fina capa de polvo marrón con chorretes de sudor. Sarkee presentaba exactamente el mismo aspecto tan solo unos metros más atrás, apoyada contra la roca que acababa de sellar el túnel.

Lo único que se oía eran vuestras pesadas respiraciones.

Por enésima vez... siento el railroading pero todo sea por juntar al grupo de una vez y que podáis rolear en paz. Te dejo este trozo para que al menos puedas tener algo que decir.

Y perdona también el delay de 1 o 2 días, me cuesta un poquito volver a pillar ritmo tras el parón, especialmente en una escena tan "densa" ^^U

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24/06/2014, 00:01
Trasus

En algún momento, el polvo se aposentó, la mayor parte aparentemente sobre su piel y ropas. Había terminado de escupirlo y toserlo, así que sus cavidades faciales volvían a estar expéditas para el paso del aire.

Todavía a cuatro patas, echó un mirada a su alrededor. La caverna se había derrumbado tras ellos, en el lugar donde el tal’vashoth había mantenido abierto el paso, pero no sobre ellos, ni había bloqueado su salida.

Parholl y Sila habían quedado atrás. El mercenario precipitándose hacia el vacío, aparentemente. El mago enfrentándose a un demonio de la cólera mientras la caverna amenazaba con tragárselo. Estuvieran vivos o muertos, no tenía sentido mantener ningún tipo de esperanza.

Tal’vashoth, Sarkee y él mismo habían escapado con vida. Y Valérica, probablemente, fuera quien fuese.

—Podría ser peor —alcanzó a decir cuando por fin recuperó el aliento—. Estamos vivos.

Se limpió los labios y los párpados con un pañuelo y se puso en pie.

—Deberíamos alejarnos. Los terremotos naturales suelen repetirse en los alrededores. No sé si ocurrirá lo mismo en este caso, pero prefiero comprobarlo desde un lugar seguro.

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24/06/2014, 21:11
Sarkee Hierroardiente

¿Podría ser peor?—musitó Sarkee con la voz rasposa por el polvo y aún entre jadeos—. ¡¿Podría ser peor?! ¡Acabo de perder a mis dos hermanos ahí atrás!

La enana le pegó un puñetazo a la piedra cuyo sonido metálico quedó flotando en el aire.

¿Seríais tan amables de decirme qué coño habéis hecho ahí dentro para que se viniese abajo toda la cueva? ¿Por qué ha salido esa maga corriendo como si se la llevasen los demonios? ¡¿Qué ha querido decir Parholl?!

Estaba enfadada, por supuesto, pero también tenía mezclada en el enfado parte de la expresión de congoja de alguien que sabe que se acaba de librar de la guadaña por muy poco.

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26/06/2014, 22:42
Trasus

Trasus cerró la boca y se calló durante el despliegue emocional de la enana. No iba a darle una esperanza que acabaría resultando fútil, y no podía ofrecerle consuelo. Qué podía decir. Lo ocurrido momentos antes había sido un desastre, y solo cabía regocijarse en la supervivencia y recordar a los menos afortunados.

—Una trampa.

Explicar lo que había pasado no iba a dar marcha atrás al tiempo, pero no podía negárselo.

—Sila estaba buscando parte de un bastón. Desconozco los detalles al respecto. Mi trabajo era otro, y estaba pidiéndole explicaciones cuando... Valérica sacó el fragmento del lugar donde estaba oculto y la caverna comenzó a temblar. Algún tipo de mecanismo, destinado probablemente a evitar que quien desconociera la forma de desactivarlo fuera sepultado.

»Valérica trató de huir —prosiguió—. Al parecer, no era parte de la expedición, así que presumo que su intención era robarlo, aunque por su expresión, no esperaba que ocurriera algo así. Park fue tras ella y la alcanzó. Forcejearon. El suelo se resquebrajó bajo los pies de ambos y tu hermano se precipitó en la lava. Lo demás ya lo has visto. Un demonio de cólera y el techo desplomándose sobre nuestras cabeza...

Trasus suspiró. Solo dos personas podían iluminarle sobre lo ocurrido. Una probablemente estaba muerta, y la otra se había dado a la fuga.

—Tenemos que movernos —repitió—. Como he dicho, no es seguro que ya estemos a salvo. Y deberíamos encontrar a Valérica, recuperar el ástil de bastón y pedirle explicaciones.

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30/06/2014, 13:37
Sarkee Hierroardiente

Sarkee cogió mucho aire como si fuese a soltar otra retahila de reniegos pero en el último segundo lo dejó ir en forma de borrascoso suspiro. ¿Qué sentido tenía? Además, llevabas razón en lo referente a la seguridad.

Ya creo que le pediré explicaciones—dijo masticando las palabras—. Y por su bien más le vale que sean condenadamente buenas. O va a desear estar antes con el Demonio de la Cólera que conmigo.

Se puso en pie con un gruñido sacudiéndose en la medida de lo que pudo el polvo de lo alto.

—Larguémonos de este agujero de mala muerte antes de que se nos caiga encima.

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30/06/2014, 13:40
Narrador

Desandasteis el camino hasta llegar de vuelta al campamento... sólo para descubrir que los bachilleres y el par de enanos que habíais dejado en él debían haber salido pitando en cuanto empezaron los temblores. Estaba totalmente abandonado, salvo por Siestecitas, que permanecía en su jaula observándoos con aquellos ojos maliciosos.

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30/06/2014, 13:41
Tal'vashoth

Típico... —resopló Tal'vashoth, quien al parecer no se extrañaba de una reacción que para él debía ser "cobarde" o algo así.

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30/06/2014, 13:42
Sarkee Hierroardiente

Volvamos a la superficie—propuso Sarkee con un suspiro de resignación—. Aquí no queda nada salvo esa bestia apestosa. Y lo siento mucho, Trasus, pero no pienso cargar con ese armatoste de jaula. Así que o lo haces tú, o la dejas aquí, o acabas con su miseria o lo que se te ocurra. Pero no perdamos tiempo.

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03/07/2014, 00:22
Trasus

A pesar de la brevedad de la ausencia, el campamento base estaba completamente abandonado cuando llegóel trío. Presumiblemente, los efectos del temblor de tierra habían alcanzado al equipo de trabajadores de la universidad, y suponiendo que las consecuencias de un terremoto, que en la superficie podían ser terribles, serían fatales bajo tierra, desmontaron las tiendas y se pusieron en marcha con tanta rapidez como fueron capaces. Aun así, podían habernos esperado. ¿Dónde ha quedado la lealtad a los colegas?

Solo el engendro tenebroso capturado permanecía en el campamento, mudo testigo del pánico injustificado. Ah, querido Siestecitas, ¡hemos pasado tantos buenos momentos juntos! Seguía bajo los efectos de las drogas que lo mantenía dócil; no sería una amenaza mientras proseguían el camino hacia la superficie. Pero era un riesgo que no podían correr siendo ya solo tres, o más bien dos, considerando que uno de ellos era fundamentalmente inútil. Acabar con él era la alternativa más razonable.

—Yo… no puedo, pero si me hicierais el favor… —pidió, con gesto compungido.

Nadie escucha como tú, Siestecitas.