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El agreste valle

Aventura | 7. El Puma y el libro

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18/10/2016, 00:59
Lirian Ventormenta

Viendo que el enano no había puesto objeciones acerca del hecho de llenarse los bolsillos, Lrian no perdió el tiempo y, una vez se hubo depositado todo el tesoro sobre el frío suelo de piedra del templo, el norteño comenzó a llenar la mochila con algunos cálices y todas las monedas que sus manos eran capaces de sostener. A medida que iba depositando aquellas riquezas en el interior de ésta la idea de una modesta flota pesquera con la que reflotar y fortalecer el negocio familiar en el Valle del Viento Helado se hacía más nítida. Con aquella fortuna los motivos de su autoimpuesto exilio parecían pesar mucho menos, desde luego mucho menos que su mochila, que ya para cuando volvió de sus ensoñaciones parecía estar a punto de estallar.

¿Creéis que le impor..importará  a su je...  a su je...  a su jefe si... si le quito un dien...diente? - Se refería a la cabeza de Escamanegra. Un colgante con el diente de un dragón, de un dragón que había matado junto a un famoso grupo de aventureros, no era algo que se viese todos los días. Sería un grato recuerdo, aunque dudaba mucho que aquella experiencia quedase relegada alguna vez al olvido.

Después, al escuchar a Dorn mostrarse interesado acerca de cuánto tiempo podrían los miembros del grupo aguantar la respiración, el norteño movió las manos y alzó las dejas en dirección a su compañera Morgan. - Puede que co...como ella. - A Lirian no le molestaba nadar en absoluto pero, si no quedaba más remedio, estaría dispuesto a sumergirse si con ello salían de allí sin más combates.

Notas de juego

Mi intención es coger un par de cálices y el resto en monedas hasta completar mi límite de carga media.

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18/10/2016, 00:59
Santuario enano abandonado

(1) A pesar del reproche del bardo, Morgan no renunció a las zarpas de Escamanegra, ni Lirian a ese diente que tanto le costó arrancar, golpeándolo con una piedra.

Esto no es correcto —musitó Abrahel. Estaba apoyada en una de las esquinas y observaba la escena con expresión ceñuda.— Su corazón era negro y no luchó con honor, pero… —Parecía no saber qué decir. Miró a la laguna.— No es correcto. No participaré en esto.

Y no participó. Quizás a ella, como yo, le habían surgido reparos morales, pero no veía ningún argumento sólido que impidiera aprovechar el cuerpo. Como solía decirme la hermana Breeza, «la carne es sólo carne, y hagas lo que hagas con ella, al final abonará los bancales de la Gran Madre». Es el alma la que se reúne con ella en los Sagrados Graneros del Elíseo. En cualquier caso, yo no quería nada de aquel cuerpo: teníamos la cabeza y la sangre, lo que habíamos venido a buscar. No recuerdo qué hizo Dorn -cuyas ofrendas sin duda agradaron a sus dioses-, pero sé que Kraum tampoco tomó nada.

Mientras tanto, Rivoel había observado como la pluma tomaba una dirección clara antes de desaparecer en el límite de la luz. El mestizo quería explorar esa vía, algo en lo que le apoyaban todos los demás. Por una vez, Kraum fue el único razonable.

(2) Antes de explorar, sin embargo, decidimos reunir las riquezas del dragón. Para ello, Morgan y Lirian nadaron hasta el islote con cuerdas y sacos mientras los demás nos quedábamos en el templo enano, sosteniendo el otro extremo de las cuerdas. De este modo, pronto tuvimos en marcha un sistema bastante ingenioso, idea de la guerrera: los sacos eran cargados de botín y atados a las cuerdas, que estaban atadas entre sí formando un círculo estirado; entonces, estos sacos cargados viajaban hasta el templo, donde eran vaciados y enviados de nuevo al islote, listos para ser rellenados. Durante un largo rato -o quizás no, pues en aquellas cavernas era imposible retener la noción del tiempo-, nos dedicamos a esta tarea, hasta que finalmente tuvimos todo aquel enorme montón de plata en el santuario. Todos cogimos lo que pudimos, y yo no fui el último, precisamente: con eso podría costear una capilla en Cataratas mucho más hermosa de lo que había planeado, o eso al menos fue lo que me dije. Una parte de lo que cogí era además para Abrahel, que no tenía dónde llevar nada.

Gracias, Códice —me dijo con una sonrisa sincera, aunque agotada, cuando se lo hice saber—Pero mi recompensa es saber que el deber ha sido satisfecho.

Aquello me chocó: recordaba a Abrahel deleitándose con unas piedras preciosas, hacía unas semanas -o un millón de años-, en las Colinas de la Daga. Allí sí que había celebrado la recompensa material a sus esfuerzos. ¿Qué había cambiado en ella? ¿Era que después de haberse dado a sí misma por muerta, cautiva y sometida durante semanas a los peores tratos por parte de una banda de salvajes viles y depravados, las riquezas ya no significaban nada para ella? Miré a Kraum, que le daba vueltas a una joya que había cogido del botín. Furioso por el estado de mi compañera, culpa de miserables como él, me acerqué y de un manotazo le arrebaté la pieza.

No ensucies con tus manos algo tan hermoso —le espeté, lleno de una furia apenas contenida. No supo que decirme, quizás porque los demás estaban conmigo.

Por supuesto, no pudimos llevárnoslo todo. Rivoel tuvo entonces una brillante idea: esconder el sobrante bajo el agua. No nos costó mucho encontrar, en ambos extremos del puente que llevaba al templo, algunos lugares donde meter la plata y cubrirla con piedras sueltas. No era una solución perfecta, pero era lo mejor que podíamos hacer.

(3) Finalmente, llegó el momento de explorar la laguna. El elegido no fue Lirian, en contra de lo que pudiera pensarse -por su armadura aún luminosa-, sino Morgan: ella no tenía luz, pero sí los dones de nuestra raza. Atada a las cuerdas, y dejando la mayoría de sus cosas en el templo, la mestiza se alejó nadando de nosotros. Cuando volvió, nos explicó que más allá de la luz de la linterna había empezado a notar corrientes ligeramente más rápidas en sus pies. Más allá de eso, había conseguido llegar a otra pared de la cueva, pero incluso buceando no había encontrado más que un túnel tan pequeño que un niño apenas cabría por él. La corriente era más fuerte en aquel punto y tiraba de ella. Mis bufidos y caras ante su relato creo que dieron una idea bastante clara de mi opinión sobre el tema: creía que era mejor idea probar con los orcos, pero sobre todo deseaba salir de aquel lugar húmedo, hacer una hoguera y descansar. En las habitaciones superiores habíamos visto madera de antiguos muebles y carbón: era allí donde Dorn había cogido el trozo que acababa de ofrecer a sus dioses.

Notas de juego

(1) El despiece. (2) El tesoro. (3) La salida acuática.

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18/10/2016, 01:00
Lirian Ventormenta

Es...es...eeestoy de acuerdo con descan...descansar hasta que...que nos recu..recuperemos. - Comentó Lirian al poco de que Morgan expusiese el tema del túnel y Códice hiciese públicos sin utilizar palabra alguna sus reparos acerca de sumergirse a la desesperada por aquel hueco tan estrecho. El siervo de Chauntea había resultado tan convincente para el norteño con sus bufidos que inmediatamente los recelos de éste se contagiaron a Lirian. Puede que el hecho de verse poseedor de semejantes riquezas le hiciese plantearse muy seriamente la posibilidad de perderlas. No, definitivamente no se adentraría bajo las aguas sin tener una idea clara de cuánta distancia habría hacia el exterior; el hecho de que Escamanegra entrara y saliese a su antojo, utilizando a saber qué túneles, era algo que a Lirian le traía ya sin cuidado. 

Si nadie dice lo... lo... lo contra...contrario - dijo echándose la mochila al hombro, - las habitaciones supe...superiores serían un buen...serían un buen....serían un buen luuuugar para echar una cabe...cabezada. ¿Qué..qué decís? - Por muy cansados que estuviesen, pues al menos él estaba machacado después de la larga jornada, el joven creía firmemente que si hacían un esfuerzo y descansaban alejados de aquel lugar, mucho más cerca del complejo habitado por los orcos, menos tendrían que caminar una vez se hubiesen recuperado. Y es que harían falta muchas horas hasta estar completamente descansados pues habría que seguir manteniendo el sistema de guardias; ahora, después de que Códice arrebatase de las manos de Kraum una joya que bien valdría más que lo que ganaba aquel cacique en tres dekhanas, las desconfianzas sobre qué haría éste cuando se viese libre de peligro se hicieron más patentes que incluso cuando el Puma le asignó como forzado compañero en aquella expedición casi suicida. No había que quitarle el ojo, cosa que hizo saber a todos los miembros de la compañía cuando tuvo la oportunidad de estar a solas con ellos.

Notas de juego

Suelto la ballesta ligera. Si alguien la quiere es toda suya.

Comento a mis compañeros cuando Kraum esté lo suficientemente alejado el hecho de que no podemos dejar de vigilarle.

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18/10/2016, 01:00
Morgan, alias Shea

Con la tarea efectuada en el templete enano la guerrera se dispuso a volver a la "Isla de la plata", como la llamaba mentalmente, para el traslado del tesoro. Oyó a la paladín poner reparos a sus 'cortes' al igual que ya había hecho el bardo, pero Morgan no le hizo caso, ella tenía sus razones para hacer lo que hacía y pensaba que tampoco es que el dragón fuese a echar de menos nada. Dado que ya no había peligro en la cueva, esta vez dejó todas sus armas y su armadura para que se fuesen secando mientras ella se quedaba con las prendas más livianas de tela y se sumergía de nuevo en el agua. Esta vez estaba mucho más relajada. 

El traslado del botín se efectuó de manera práctica pero fue una faena lenta, en el viaje de vuelta la mestiza se lo tomó con calma y tardó el doble que en la ida. A pesar de haber sanado sus heridas el cansancio comenzaba a hacer mella en la fuerte mujer. Al llegar al santuario dejó que sus compañeros eligiesen que podían y querían llevar, antes de introducir en su mochila las piezas más llamativas de lo que habían dejado y varios puñados de monedas. Cuando vio a 'La ley' con la gema estuvo a punto de acercarse a quitársela pero no hizo falta ya que Códice, que estaba más cerca, se encargó de hacerlo -Parece que nuestro clérigo ha adquirido carácter- pensó sonriendo en su interior. No se cargó en exceso pues todavía les quedaban muchas horas hasta llegar a su destino y quién sabía si necesitaría de esa ligereza para continuar.

-Todos los que quieras, le podemos decir que lo sentimos pero que se los saltamos de un puñetazo para no tener que oírlo. -contestó sonriendo a la pregunta de Lirian.

La idea de Rivoel sobre qué hacer con lo que no podían llevar le pareció casi perfecta a la guerrera, el único pero era que Vizko lo sabía, pero ya se les ocurriría algo para que no lo revelase. Con ese tema también solucionado llegó el momento de decidir la salida. De nuevo Morgan se zambuyó en las oscuras aguas, creía que había descansado lo suficiente pero no debió ser así pues lo único que encontró fue un túnel demasiado pequeño, quizás con más tiempo y mejor condición física hubiese dado con el correcto pero ella sabía que eso no iba a mejorar hasta que no se secase y durmiese. Por lo que asintió a la cara de objeción del clérigo y a las palabras del norteño, utilizó sus manos para escurrir todo lo que pudo la ropa que llevaba y comenzó a equiparse. Cada pieza en su sitio, cada cosa en su lugar.

Al coger el escudo pesado que le había proporcionado Kraum se acordó del que había en la isla, que era de un extraño material, y tomó una decisión. Se colgó el nuevo y liviano a la espalda, y con el otro en las manos se acercó al cuerpo negro del dragón abatido. Con una de sus dagas arañó la superficie de madera dejando una inscripción y lo dejó apoyado donde debía estar la cabeza a modo de lápida. Pensó un instante si la sierpe les había dicho su nombre, e incluso dudó si preguntarle al bardo, pues él era quien había hablado, pero en realidad todos en la zona le conocían como Escamanegra, por lo que ese fue el nombre que puso. A continuación, añadió un epitafio sobre la lucha que había tenido lugar.

ESCAMANEGRA

Derrotado en combate por los Compañeros de la Pluma Blanca y aliados

Descansa en la paz que no supiste seguir en vida

Talló por último la fecha del día (o la noche, ya no lo tenía claro) en el que estaban. Sabía que el escudo de madera no duraría mucho con la humedad reinante pero esperaba que el dominio de los orcos acabase en poco tiempo y las gentes de Qark reclamasen la explotación de las minas para florecimiento de la población.

Notas de juego

Pues ya está, recojo toooodooo lo que he ido dejando y lo pongo en su sitio. Excepto el escudo que hago cambio, el pesado de madera lo dejo y equipo el nuevo chachi. ^_^

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18/10/2016, 06:55
Rivoel Docanto

Rivoel se mantuvo alejado buscando alguna salida cercana para evitar ver la carnicería que estaban haciendo con Escamanegra. A parte de impresionarle tanta sangre no le parecía bien destrozar de aquella forma, como si de un pollo de granja se trtase, a un ser legendario como el dragón.

Para cuando volvió estaban preparándose para ir a por el tesoro y el bardo ayudó en todo lo que pudo mientras duró el trabajo. Rivoel intervino cuando Codice increpó a Kraum por tomar una de las gemas del tesoro. El semielfo se interpuso entre los dos y en defensa de Vizko dijo:

- Tranquilo Códice, Kraum tiene algo que contarnos  y merecerá una recompensa por ello. Nos va a indicar cómo podemos entrar en la guarida de El Puma a través de una entrada secreta ¿ Verdad Kraum? Creo que durante este corto pero intenso viaje se ha dado cuenta de qué lado debe estar ¿ A que sí? Nosotros somos hombres de bien en los que se puede confiar, pero el Puma.... El Puma solo mira por su egoísmo y no le importa nada ninguna otra cosa que su propio beneficio. Te envió a una muerte segura,  Pero tuviste la suerte de tenernos como compañeros. Cada uno ha hecho su trabajo pensando el  bien de todos y por eso has llegado hasta aquí sano y salvo. No lo vas a estropear ahora ¿ verdad? Sabes que tu señor os enviará a luchar contra los orcos para hacerse con el control de la mina sin importarle quien caiga en el intento ¿ Crees que sobrevivirás a eso?  Creo que en esta misión has sabido ver en quién puedes confiar y en quién no ¿ Verdad amigo Vizco? cuéntanos lo que sabes sobre la guarida de El Puma para que mis compañeros vean que es cierto lo que digo y que podemos confiar en ti. El destino te ha abierto una puerta a una vida mejor, no hagas como el dragón y cruza por ella antes de que sea demasiado tarde. Ahora Cuéntanos lo que debamos saber....

Notas de juego

Rivoel cogerá parte de piedras y joyas y el resto en monedas hasta llegar también a carga media, para que nos movamos todos igual.

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18/10/2016, 14:20
Santuario enano abandonado

¡Ahora recuerdo! Dorn sí que se apropió de parte de los restos mortales de la bestia. De hecho, con uno de los aceros de sus compañeros no sólo sajó las alas, que plegó y ató como pudo a su pertrechos, sino también un pedazo de la cola. Abrahel contempló como lo hacía, y finalmente no pudo reprimirse.

—No entiendo cómo os prestáis a esta carnicería, maese Dorn —masculló taciturna—. No es... No es propia de caballeros.

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18/10/2016, 16:16
Dorn Palabrasagrada

Dorn se detuvo un momento a mirar a la paladina mientras se ponía de nuevo los guanteletes -¿no es propio de caballeros?-  el silencio siguió a estas palabras mientras el enano intentaba saber si la paladina se refería a que despiezar una presa no era digno de la categoría de un caballero o por el contrario que no era aceptable moralmente momentos después decidió que no le importaba, ambas cosas para él eran cotidianas, quizás por su pasado, quizás por su vida pese a ello consideraba el respeto algo muy importante de modo que le explico a su compañera y con voz lo bastante clara y alta para todo el que quisiera escuchar el porqué no tenía reparos en despiezar al dragón.

Yo no nací caballero mi buena Abrahel, de hecho, de no ser por la guía de los dioses y la buena voluntad de aquellos con quien me he encontrado hoy estaría preso o muerto, bien siendo un truhan, un ladrón o los dioses saben que - se sentó, invitando a la paladina a hacer lo mismo- en mi niñez perdí a mis padres me gustaría decir que me acogió una buena familia, pero no es así, mi padre se dedicaba a negocios turbios en la puerta de baldur uno de ellos salió mal, el fue ajusticiado mi madre asesinada por venganza y yo - levanto un momento la cabeza - huí - guardo un momento de silencio de nuevo - desde entonces rondaba las bandas de pandilleros y granujas, me pillaron cuando intente robar, aún hoy no entiendo de donde salió ese elfo oscuro ni ese gigantón humano pero fue lo mejor que me ha pasado jamas, no me entregaron a la guardia sino a un amigo suyo cazador, un viejo que se las sabía todas, me enseño a cazar, a poner trampas, a limpiar las cuadras, a ganarme la vida con el sudor de la frente y las ampollas de las manos - Dorn se miró la mano enguantada - y me enseño que intentar volver a las bandas merecía una buena tunda - sonrió recordando el pasado - aquel hombre me presento a otros buenos hombres, buenas personas, humildes, nobles, granujas de corazón bondadoso y - Dorn trago saliva - encontró a mi familia, a mi clan, un día volví de unos recados y allí estaba Gódin, me miró como quien evalúa una gema recién extraída de la roca, no me sorprendió cuando me dijo que iría con el a los picos de las tormentas donde se asentaba nuestro clan, pese a mis protestas pronto quedo claro que no tenía elección- Dorn se removió intranquilo - partimos al día siguiente, yo no tenía mucho que llevar, apenas unas mudas, nos unimos a una buena caravana y el viaje transcurrió sin incidentes sobretodo cuando Gódin se canso de que intentara escapar y me mantuvo atado dos semanas - de nuevo el enano sonrió recordando - me contó cosas de mi familia, de mi abuelo, de mi tío, de las minas, me encontré queriendo saber mas, el viaje se hizo tan corto como larga la espera de llegar a nuestro destino, Gódin es un comerciante, ve oportunidades donde otros no ven nada, nadie como el para saber el valor de un trabajo, de una joya, nos detuvimos en Iriebor, allí al ir a alojarnos Gódin vio a alguien, era un hombre normal, no destacaba por nada, se encontraba sucio, con la ropa llena de paja y la tez cansada, me sorprendió la deferencia y respeto con la que Gódin se dirigió a aquel hombre, estaba asistiendo el parto de una yegua y al parecer no iba nada bien por petición suya le ayude, cinco horas de pelea para sacar un hermoso potro, le pregunte si iba a informar a su señor pues la yegua tenía el símbolo de una de las ordenes de caballería de cormyr - Dorn junto las manos - aquel hombre era comandante, a sus ordenes cientos de caballeros y soldados, pajes, escuderos, asistentes y allí estaba lleno de barro, paja, sangre, con una sonrisa en la cara, un hombre respetado en la corte haciendo el trabajo de un plebeyo, cuando le pregunte el porque sabes que me dijo - Dorn miro a los ojos de la paladina - si un caballero no es capaz de hacer el trabajo mas humilde entonces no es un caballero, es un tirano disfrazado de buenos modales, aquel hombre me hizo desear ser como el, tan noble que todo el mundo quisiera seguirme y tan humilde como para no sentirme superior a nadie, no es una carnicería señora, si de verdad la sangre de este dragón puede curar es mi deber poner un buen suministro en manos de quien pueda hacer buen uso de ella en lugar de dejar que se pudra en estas cuevas, las patas, las escamas, las alas, hay sastres y herreros que pueden forjar maravillas con ellas, he sido cazador y no hay mayor insulto para los dioses de la caza que desperdiciar las partes de una presa y si de algo tan malvado como escamanegra puede salir algo bueno, es nuestro deber lograrlo porque de la senda del mal - miro fijamente a Kraum - se puede reconducir a la senda del bien

Notas de juego

Pedazo tocho XDD

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21/10/2016, 02:41
Santuario enano abandonado

Habiendo Morgan descrito lo que había visto, no tardé un instante en secundar la propuesta de Lirian. Para entonces, la mestiza ya estaba labrando su escudo de madera.

Rivoel aprovechó aquel momento para lanzar toda su artillería retórica sobre Kraum. El pobre diablo apenas era capaz de asimilar lo que el bardo le decía, mucho menor de responder algo coherente: decía «Sí...», «¡No!», asentía, negaba, se encogía de hombros, parpadeaba aturullado, tartamudeaba… Finalmente, la interpelación directa del bardo fue demasiado para Kraum, que hizo acopio de ánimos y respondió:

C-creo que necesito descansar un poco antes… —Comenzó a prepararse para marchar.— V-vamos a las salas que ha dicho el norteño.

Nadie le insistió: todos necesitábamos un descanso. Fue entonces cuando la paladina reprendió a Dorn por su participación en el despiece del dragón, y éste le respondió. Nadie se esperaba lo que nos contó. No os engañaré: un par de lágrimas quisieron escaparse de mis ojos ante aquella historia de bondad, ejemplaridad, aprendizaje y humildad. ¡Si hasta quise darle un abrazo, por la Madre! ¿Quién podía imaginar que aquel siervo del Mordinsamman había sido un huérfano de las calles de Puerta de Baldur y un aprendiz de cazador? La paladina, sentado junto a él, no fue capaz de dar más respuesta que un respetuoso silencioso y no volvió a reprochar a ninguno de los presentes nada más sobre el dragón.

Cogimos todo lo que queríamos llevarnos. Lirian estuvo a punto de dejar su ballesta para poder cargar más tesoro, pero Abrahel se hizo con ella: no había que tirar buen material. Ya estábamos listos para irnos, cuando Morgan dejó su escudo sobre el dragón. Todos nos reunimos en torno a él, con las antorchas y la linterna, para leer lo que había escrito.

Yo no llamaría al señor Kraum «aliados» —me atreví a comentar a modo de broma. Luego, alargué la mano hacia la daga que mi compañera aún sostenía.— ¿Me permites...? —le pregunté, sabiendo que no se opondría.

Para cuando abandonamos aquellas ruinas, que habían sido tan terrible campo de batalla, tan sólo dejamos a nuestra espalda el cadáver mutilado de un joven dragón negro y un escudo donde se podía leer:

ESCAMANEGRA

Derrotado en combate por los Compañeros de la Pluma Blanca y aliados

Descansa en la paz que no supiste seguir en vida

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21/10/2016, 03:05
Bajo el Colmillo de Piedra

No sé cuánto nos llevó ascender hasta las estancias enanas, pero sé que aquel viaje fue completamente distinto al primero. A la ida, el miedo a lo desconocido y al peligro acechante que suponía Escamanegra atenazaban mi corazón y mi mente, pero mi cuerpo estaba fresco aún tras el combate con Ulfe. A la vuelta, en cambio, mi cuerpo exigía descanso, pero el miedo había desaparecido y la satisfacción, la paz y el orgullo de la victoria inundaban mi corazón, dándome fuerzs. Así fue que pude contemplar mejor los lugares por los que pasábamos: las sinuosas, laberínticas y húmedas cavernas inferiores; los túneles mineros, horadados en la roca y la tierra por el talento y la sabiduría del Pueblo Robusto; las salas llenas de muebles tirados, mercancías y herramientas olvidadas, basura… Aún así, la oscuridad y el abandono conferían a aquellos pasajes y estancias una atmósfera espeluznante.

Al cabo de un buen rato, encontramos el lugar adecuado donde descansar: allí había muebles viejos hechos añicos, además de carbón, que ni a los orcos ni al dragón había interesado.

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21/10/2016, 15:06
Morgan, alias Shea

Parecía que Rivoel tenía a Kraum bastante convencido de ayudarlos pero estaba por ver qué haría cuando volviese a tener a su jefe enfrente, la mestiza no lo dudaba: los traicionaría. Como no podía hacer nada en ese aspecto, pues que volviese era imprescindible, se dijo que lo mejor sería cumplir con el encargo del alcalde y rezar por dejar la zona mejor de lo que estaba cuando llegaron. 

Mientras tanto Dorn se había puesto a acabar con el despiece del dragón, Morgan no lo había hecho por falta de espacio para llevar todo, pero parecía que el fornido enano podía llevarse al animal entero si se lo proponía. Abrahel volvió a recriminar 'la carnicería' y la guerrera soltó el aire en un sonoro resoplido, estaba por decirle que cada uno hiciese en casa lo que quería pero que respetase a los demás cuando el paladín empezó a contar su historia. La mestiza guardó silencio mientras escuchaba una historia de enmiendas y voluntad. Al acabar asintió solemnemente y dio una seca pero afectuosa palmada en el hombro del enano, ella no era de abrazos.

Ante las palabras de Códice la mujer miró a los "nuevos" miembros, el norteño que no había dudado en ofrecer su brazo en la misión que le habían revelado, La Ley de Qark que a pesar de sus reticencias parecía que podía reencaminar su vida y ser lo que debía ser para el pueblo, el enano que habia dejado a su único familiar enfermo y los acompañaba siendo el primero en arriesgar su vida, y la paladín secuestrada y rescatada que en vez de ponerse a salvo después de todas las penalidades que había soportado se había quedado para ayudarlos. Sí, el clérigo tenía razón, todos eran Compañeros. Asintió al resultado y se giró echando a andar para encontrar un lugar donde descansar.

Tuvieron que utilizar las cuerdas para atravesar lo que quedaba del puente desplomado y continuaron el camino hacia las salas superiores. Ya no hacía falta ir con el sigilo y la precaución que habían usado en la bajada, pero Morgan no quiso arriesgarse a que los orcos no se hubiesen aventurado detrás de ellos por las cuevas y se puso de nuevo al frente y algo por delante del grupo. Tenía pensada una bonita historia que contarles cuando se los encontrase para tratar de que volviesen a cerrar el acceso, aunque mejor si se la comentaba al bardo, seguro que a él se lo creían mejor.

Las estancias fueron pasando y la mestiza las fue desechando -Demasiado abierta, demasiado pequeña, muy baja...- por fin, tras algún que otro suspiro oído por la retaguardia, encontró una sala que le gustó: lo suficientemente grande para acomodar bien a los siete pero con un solo acceso de tamaño mediano y el techo hacía una leve inclinación, lo que ayudaría a la evacuación del humo que despediría la hoguera. Además en ella y en las inmediaciones había de todo lo que podían necesitar.

-Creo que ésta servirá. -dijo dejando la carga que portaba apoyada en una de las paredes -Lo primero sería preparar un fuego para calentarnos y no estarían de más una par de trampas en los túneles de acceso. Luego, mientras descansamos y comemos algo, deberíamos hablar. 

No dijo de qué, pero era obvio que no pensaba en el tiempo que hacía.

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21/10/2016, 16:30
Rivoel Docanto

Cuando el enano terminó de contar su historia a la que Rivoel había permanecido bien atento, el bardo contestó - Vaya, una bella y esperanzadora historia... Y sin más dio una cuantas palmadas en la espalda a Kraum que no tuve que esforzarse mucho para entender que él también podía ser como el enano y reconducirse por la senda del bien. Sin duda no tendría otra oportunidad como esta.

Tras eso y al ver que era momento de dejar a Vizco reflexionar antes de que empezara a reconducir su senda, el bardo, al igual que el resto, se dispuso a emprender el camino de vuelta. Al ver como Morgan y Códice  dejaban el escudo con la inscripción se acercó y dejó una pluma blanca, la mayor que encontró*, sobre el escudo.

El camino se hacía más pesado a cada paso, pues Rivoel no estaba acostumbrado a andar con tanta carga. Más de una vez el bardo quedó frente algún desnivel o peldaño elevado  sin poder avanzar y para sorpresa de muchos, siempre encontraba la mano amiga de Kraum para ayudarle a subir. -Gracias....  Una simple y conocida palabra, pero que el medio orco no estaba acostumbrado a  escuchar y menos aún dirigida hacia él. Sin duda esta aventura dejaría a Kraum marcado para siempre...

Por fin Morgan encontró un lugar adecuado donde descansar y Rivoel se dejó caer extenuado por la pesada carga que portaba. Como respuesta al comentario de la mestiza el bardo pronunció - Sí, creo que alguien tiene alguna cosa que contarnos antes de salir de aquí.... Ni tan siquiera hizo falta una mirada hacia Kraum para saber que el bardo se refería a él y a la entrada secreta de la guarida de El Puma.

 

Notas de juego

¿ Kraum lleva mochila?

* ¿Alguien dijo que el dragón tenía plumas blancas o lo he soñado?

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22/10/2016, 02:52
Lirian Ventormenta

Ciertamente la historia de Dorn había dejado impresionado al norteño; aquello sí que habían sido vivencias y no la vida que él había llevado hasta su partida. Desde luego no deseaba a nadie que pasase lo que había pasado su compañero, pero era de alabanza que, pese a todo hubiese, conseguido enderezar su camino.

A medida que caminaban por los tortuosos senderos el lugar elegido para el descanso, Lirian no paraba de pensar en aquel comentario acerca del drow y el gigantón que ayudaron a su compañero enano. Por un momento creyó que se trataban del famoso Drizzt do'urden y el hijo del señor Battlehammer, quien reinara cuando él no había nacido aún en la ciudad enana bajo el valle. No los había conocido pero, el hecho de que alguien entre los presentes hubiese visto a un drow- por muy buena fama que éste tuviese- y hubiese vivido para contarlo, era sin duda algo excepcional.

In...increíble… - Musitó sin querer cuando ascendían por un repecho del camino. Cuando se dio cuenta de que había expresado en palabras lo que rondaba por sus pensamientos, el muchacho no tuvo más remedio que explicarse. - La histo...historia quería de...de..decir, Dorn. Me pare...parece increeeíble. ¿Era ese drow Drizt Do'urden? - Con lo famoso que era en el Valle y ni él ni su familia habían logrado verlo nunca. En parte había creído durante todo ese tiempo que no eran más que exageraciones de los ancianos del lugar.

Cuando llegaron al fin a una estancia que parecó agradarle a Morgan, Lirian se hallaba al límite de sus fuerzas; el peso, los combates y las experiencias de aquel largo día caían sobre losa de piedra sobre sus hombros. Se derribó en el primer lugar que encontró, justo entre los pedazos polvorientos de lo que en su día había sido una práctica cómoda de madera de tejo. Sin embargo no tardó en levantarse, pues inmediatamente la mestiza repartió órdenes.

Yo...yo...haré la hoguera. - No quería mostrarse débil delante de sus compañeros, aquellos a los que pese a conocerlos desde hacía menos de media dekhana ya consideraba sus amigos. Y es que pocas cosas unían tanto como las experiencias cercanas a la muerte.

Las tram...trampas… son de Dorn. - Dejó caer como quien no quiere la cosa. Aún recordaba lo muy útiles que estas habían sido para capturar a los orcos el día anterior.

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24/10/2016, 01:10
Bajo el Colmillo de Piedra

En cuanto Morgan encontró una habitación apropiada y que convencía al resto, comenzamos a prepararnos para «pasar la noche». Así decíamos, «pasar la noche», aunque en verdad no sabíamos en qué momento del día vivíamos: comíamos cuando teníamos hambre y las tripas lo permitían, lo que para cada uno ocurría en un momento distinto.

La habitación estaba cerca del amplio túnel principal, que suponía la principal vía de ventilación de aquel subterráneo. Lirian y yo nos ocupamos de reunir madera y algo de carbón y preparar el fuego. También conseguimos colocar una de las cuerdas a modo de tendal, aunque él y Morgan ya estaban bastante secos tras la caminata. Mientras lo hacíamos, no pude evitar preguntarle algo que me había venido reconcomiendo la mitad del camino.

¿Quién es ese Drizzt, señor Lirian? —Volvíamos a la sala con los restos de unos taburetes centenarios—. Me suena ese nombre… ¿Es alguna celebridad de la Costa de la Espada? ¿Realmente hay un drow virtuoso allí?

No lejos, Dorn y los demás, menos Morgan, establecían algunas trampas en punto s clave. La guerrera, en cambio, continuó investigando los alrededores, aunque sin encontrar nada de interés. Pronto estuvimos todos juntos de nuevo en aquella sala, con un fuego aceptable y listos para descansar. Aún no habíamos establecido guardias, pero Abrahel y yo vigilábamos sentados en la puerta. Ella parecía ensimismada, o alerta; yo comía algo y tenía la atención puesta en la charla de dentro. Mi malla, mi mochila y mis demás aperos descansaban con los de los demás: sólo tenía mi maza y algo de comida conmigo.

Notas de juego

Kraum sí lleva mochila y sí lleva tesoro. Las plumas blancas son las de vuestras flechas.

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24/10/2016, 01:14
Vizko Kraum

No tuvieron que presionar demasiado a Kraum: parecía resignado y deprimido: había sacado la lengua a pastar cuando pensaba que el dragón le comería y ahora ya no había marcha atrás.

La guarida… El Cubil, como le llama el tonto de Willis —dijo con cierto retintín lleno de bilis hacia el tal Willis—, tié en realidad dos entradas: la que conocéis, a la que se llega por la senda de la cara oeste... y otra. —Le costaba hablar: el Puma estaba a kilómetros, pero era obvio que el pobre Kraum podía sentir sus ojos clavándose en su cocorota.— No está muy lejos de la principal, pero más arriba en la montaña, y en la cara sur: pa llegar hay que ir por un camino secreto y peligroso que se coge muy abajo, casi llegando al regato que va pa'l este. —Tragó saliva. Negó para sí mismo con la cabeza.— Por ahí podéis llegar directamente a donde duerme el Puma.

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24/10/2016, 02:24
Lirian Ventormenta

El comentario de Códice pilló por sorpresa a Lirian y así lo expresó éste en su níveo rostro y con el respingo que dio, pues casi dejó caer el haz de madera que traía consigo. ¿No... no habéis oído ha...ha…haaablar de él, herma...hermano Códice? - Le parecía imposible que aquel hombre, con tan amplia cultura no conociese hablar del drow amigo del clan Battlehammer. Sin embargo, tras meditarlo durante los breves instantes en que le llevó apilar la leña contra la pared cercana a donde iba a encenderse la hoguera, el norteño acabó por entenderlo: ya no se encontraba en el Valle del Viento Helado, allí donde las noticias volaban raudas de un lago a otro.

¡Sí! - Expresó con entusiasmo desmedido al preguntar el clérigo si se trataba de alguien famoso. La verdad era que ni él ni su familia lo conocían, ni tampoco lo habían visto, pero su padre aseguraba que un primo suyo, que había luchado con los hombres de Diez Ciudades el año en que un mago trató de invadir el Valle con un ejército de orcos y goblins, había sido felicitado por drow por su buen labor en el combate. ¡Si hasta su padre presumía de aquello diciendo que un orgullo pensar que alguien de los Ventormenta había participado en la batalla!

¡Driz...sí...er… Sí! - Repitió atropelladamente. Era un...un...un gran virtu...virtuoso del ma..maaaanejo de las cimi...cimitarras. - Palmeó repetidamente el arma que colgaba de su cinto. Si...siempre fue amigo de los ena...enanos del Valle y se...se...se dice que partió en busca de aven...aventuras con el mis….con el mis….con el mismísimo señor Baaattlehammer, su hijo adop...adoptivo y su hija...ja. Ese hijo adop...adoptivo, era un barba… un barba… un bárbaro grande, enorme...de la tribu...tribu del Alce. - Entre trompicones, con visible sufrimiento pero sin muestras de la vergüenza que le había caracterizado durante los primeros días, el norteño contó todo lo que conocía de las historias que se habían dicho sobre el drow, la mayoría exageradas por la distancia en el tiempo y confundidas por la mente de su orgulloso padre pero no por ello carentes de cierto poso de realidad en todas ellas, pues era evidente que la tribu del Alce, aunque ya alejada del nomadismo que los caracterizaba antes de que Lirian naciese, también presumían del hijo adoptivo del clan Battlehammer por llevar su sangre corriendo por sus venas.

Para cuando Lirian terminó de contar todo que su padre y su tío le habían transmitido en las largas y fatigosas jornadas de pesca, el fuego latía con fuerza consumiendo los viejos muebles que entre ambos compañeros habían recolectado de los alrededores.

Comenzaron a cenar, o a comer, pues nadie sabía si el sol o la luna dominaba los cielos sobre sus cabezas. Royendo como un ratón una de las duras raciones de viaje que transportaba, Lirian escuchó lo que Kraum tenía que decir. Aquello, aunque Rivoel ya había dejado saber que había algo más que el cacique de Qark tenía que decir, superó con creces las expectativas del norteño.

¡Pe… tojjj cofff coff – un trozo de pan seco se quedó a medio camino entre la boca y el estómago – pe...pero eso es fantás...fantástico, ¿no?! - Dijo entre lágrimas y con el rostro teñido de un vivo color rojo debido a la tos. Aquello les permitiría atacar al astuto Puma allí donde menos se lo esperaba. No obstante, Lirian pareció reparar en las palabras de Kraum: ¿«Por ahí podéis llegar...»?, había dicho.

¿Es que no pien...piensas venir con nos...nosotros? - Preguntó de forma sincera.

Notas de juego

Si hay que repartir guardias y no hay inconveniente yo me quedaría la primera, así luego puedo dormir de un tirón (No por nada, sólo porque le gusta dormir de forma continua xD).

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24/10/2016, 11:41
Dorn Palabrasagrada

Dorn miro al norteño -¿Dritzz? no lo creo- se paro a pensar un momento - aquel drow no parecía tan magnifico e impresionante como cuentan las historias, mas bien bajito, seguro que no era el, además nunca me interese por su nombre - Dorn se quedo de brazos cruzados rumiando para si mismo - la verdad es que podría ser

Escucho la historia que contaba el barbaro y cuanto mas hablaba mas improbable le parecía que fuera el mismo drow, definitivamente las historias que estaba contando le hacían ver a aun drow alto, fuerte, majestuoso, con un carisma fuera de toda duda, no era lo que el recordaba, ni tan siquiera recordaba que llevara dos cimitarras ¿las llevaba? ¿no las llevaba?

Notas de juego

si que es drizzt el que menciono, pero Dorn no lo recuerda como lo plasman las historias

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24/10/2016, 15:30
Morgan, alias Shea

Morgan asintió a Lirian y medio sonrió, ella también estaba cansada y necesitaba quitarse toda aquella ropa húmeda, pero como de nada le serviría quedarse quieta salió de la estancia para examinar a fondo los alrededores. Al cabo de un rato volvió sin noticias "Nada a destacar" fueron sus palabras mientras aprovechaba que ya el fuego despedía calor y se despojaba de todas las prendas. Sólo se quedó con las interiores y una liviana camisola que le llegaba hasta medio muslo, el pantalón y el acolchamiento superior los dejó secándose en la cuerda que le había indicado Códice y se sentó cerca de la fogata secando la armadura, las armas y las botas.

La guerrera se dirigió hasta donde había dejado su mochila, iba descalza pues había dejado las botas secándose pero a sus recios pies el suelo de roca no los lastimaba, sacó un par de raciones de viaje, el odre con la bebida enana y se acercó a Abrahel.

-Comed un poco. -dijo tendiendole una ración a la semiinfernal y sentándose a su lado.

Escuchó las palabras de Kraum en silencio, comiendo y dando pequeños sorbos al pellejo que compartió con quien quiso probar el fuerte licor, la verdad es que había sido todo un acierto llenarlo pues la bebida le ayudó a entrar en calor. -Willis y su Cubil, hay que echarle la culpa a ese- pensó al oír el tono de La Ley. La guerrera estaba pensando en el camino que deberían seguir para llegar sin ser vistos cuando el norteño puntualizó algo que se le había pasado. Por primera vez esperó a que Vizko respondiese sin lanzarle ninguna pulla.

Notas de juego

Ya hace Morgan la guardia de medianoche   ;p

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26/10/2016, 22:36
Bajo el Colmillo de Piedra

Mientras los demás hablaban en torno al fuego, mi cabeza daba vueltas en torno a los pensamientos que las historias del norteño en mí habían provocado. En el Valle de la Sombra, de donde procedo, los elfos oscuros habían sido una lacra desde hacía milenios, e incluso en aquel momento mi gente vivía con miedo a estos depredadores sanguinarios. Constatar que había realmente drows decentes ahí fuera, como ese Drizzt Do'Urden (apunté el nombre mentalmente), me dio mucho que pensar. Pensaba irremediablemente en nuestro compañero fallecido, Fewynh: no me había llegado a gustar del todo, no me fiaba de él (no de la naturaleza traicionera de su raza)... Pero no había sido mal compañero, y un alma pura como Ladfiena le había tenido por amigo. Había sido injusto con él.

En poco tiempo, acordamos el orden de las guardias*. Luego, poco antes de que Kraum empezara a cantar, Morgan le trajo algo de comida para la paladina. Abrahel tomó lo que le traían con una sonrisa sincera y se lo agradeció a la medio orca. Me sentí avergonzado de no haber hecho lo mismo.

Notas de juego

Guardias, salvo protesta: Lirian y Abrahel >> Abrahel y Códice >> Códice y Dorn >> Dorn y Morgan >> Morgan y Rivoel >> Rivoel y Kraum >> Kraum y Lirian. Las guardias durarán... ¡Lo que duren! No tenemos forma de medir el tiempo más que el reloj interno de cada uno.

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26/10/2016, 22:39
Vizko Kraum

A Kraum se le escapó un bufigo de diversión cuando Lirian casi se atraganta. Menos gracia le hizo la idea de acompañarnos, pues entonces casi se atraganta él.

¿Cres que soy un necio, rubiales? —gruñó el alguacil a modo de protesta—. El Puma me envió aquí a morir y por eso os estoy ayudando —explicó, lanzando una miradas inconsciente a Rivoel—, pero no pienso enfrentarme a él ni a su cólera. A vosotros seguramente sólo os matará, pero si me viera llevándoos por el camino secreto… ¡No quiero ni pensar lo que me haría—exclamó con auténtico terror. Se estremeció, sin duda imaginándose perfectamente lo que le haría.— No: os explicaré cómo llegar a esta senda, pero cuando salgamos de aquí, será la última vez que veréis este careto.

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27/10/2016, 19:20
Morgan, alias Shea

Morgan escuchó a La Ley con la cabeza medio ladeada y cuando acabó tomó la palabra, lo hizo en voz baja, casi como si fuese un pensamiento, pero fue lo suficientemente audible para que todos lo oyeran.

-Tienes razón, es mejor que no nos acompañes... pero no deberías irte de Qark. -levantó la vista y lo miró directamente -Cuando derrotemos al Puma tus antiguos compañeros necesitarán un modelo a seguir, alguien que les muestre el camino correcto. ¿Quién mejor que aquel que ha formado parte de quienes han derrotado al dragón? La Ley de Qark debería permanecer para ayudar a los ciudadanos y llevar su nombre con orgullo.

La guerrera sabía que los vacíos de poder no eran buenos y el que se produciría cuando ganasen, porque no podía permitirse el lujo de pensar en otro final, no iba a ser muy halagüeño. No es que le gustase mucho Vizko, no habían empezado con buen pié, pero todo el mundo merecía otra oportunidad.

-Por otro lado ¿qué les diremos a los orcos de la fortaleza? -miró a Rivoel y cambió de tema rápidamente para que el semiorco tuviese tiempo de pensar con tranquilidad y no se viese acosado -Podemos intentar mentirles y decirles que no hemos podido matar a Escamanegra para que sigan sin bajar. Les decimos que lo herimos y se escondió, que lo hemos buscado por toda la superficie pero que seguramente estaba escondido bajo el agua. Que no hemos conseguido su cabeza pero tenemos una de sus zarpas y esperamos que eso nos baste.

Pensaba que era mejor que se quedasen en los túneles de la fortaleza, había bastantes recovecos en los que podían dar una resistencia fuerte a quien intentase echarlos, pero al menos ella tenía un mapa mental que pretendía comunicar al alcalde. El complejo de la mina era mucho peor de atacar y, al menos para ella, imposible de recordar.