Partida Rol por web

Duarte no se sentía cómodo en compañía del negro. En su estómago ardían años de hiel contra los de su raza, un odio razonado y justificado, del cual Steven no tenía ni conocimiento ni culpa. Como él no la tenía de haber nacido al sur de la frontera.

-Veo aquí cosas que nos servirían para curar al padre sus heridas -dijo refiriéndose a todo el material de primeros auxilios-. Acá hay cosas de farmacia normalitas y por acá veo el paraíso de un yonqui. Nos darían mucha lana en las calles por esta mierda -dijo en un afán por superar el silencio de aquellas paredes, aunque ello supusiera hablar con Seagal-. Pero no sé para qué servirán ni si ayudarán a los del coma.

Steven se quedó en el marco de la puerta, como si aquello fuera un atraco a una farmacia. Lanzaba miradas hacia el pasillo, otras hacia la puerta de la sala de las camillas. Otras a dentro, a su compañero Duarte.
Yo de medicina solo se lo justito: de curarme cuando los abusones me pegaban intentando escacharrar este peaso cuerpaso. Alcohol para el corte, si este fuera muy profundo se que habría que coserlo aunque...no me atrevería a hacerlo yo. Y luego encima algodón pegado con esparadrapo. Si le hiciese mucho daño le daría algún tranquilizante, pero no se me ocurre el nombre de ninguno.Buscó en los estantes. En el escaparate "pro" vio un tarrito de morfina. Mejor no, lo retiro. Estoy pensando que quizá sea preferible que le duela...a que se duerma ¿no? Recordaba las palabras de Alex y Mathew a la perfección; dormir es morir.
Steve en ningún momento se acercó demasiado a Duarte, puede que Seagal no recordara la patada en su entrepierna, pero su entrepierna y su subconsciente sí parecían recordarlo.

Apenas escuchó lo que le decía, simple ruido de fondo rompiendo el silencio, cosa que agradecía pero que jamás reconocería. No ese día, al menos.

-No tenemos por qué recogerlo todo. Esto no se escapará -dijo a Seagal y señalando en derredor-. Cojamos las curas del padrecito, primero y luego el material yonqui. Quizás alguien sepa para qué sirven y si pueden darse a los medio difuntos.

Pedro metió un bote de desinfectante, vendas y esparadrapo en los amplios bolsillos de su mono de trabajo. Revisó las cajas de material farmacéutico, procurando no desordenar nada, y revisando los nombres hasta descubrir analgésicos que pudieran servir para sobrellevar el dolor de las heridas.

-Echa una mano acá, wey -pidió cuando se acercó al material hospitalario-. Lo único que sé es que si algo termina en "cina" es antibiótico y quizás el padrecito acabe necesitándolo. Del resto, coge cuanto te quepa en los bolsillos aunque no sepas qué es. Y acabemos rápido para volver con los otros cuanto antes.

-Tú, wey, quizás las heridas sean profundas. ¿Ves puntos de esos de papel? No quisiera tener que andar cosiendo al padrecito. Si santiguarse le hizo eso, a saber qué hace una aguja.

Justo cuando habíais salido de la enfermería os encontráis a Mich, que os aparece de sopetón. Parece que venía corriendo, o huyendo de algo.
Estais los cuatro, en el tramo intermedio entre el dormitorio y la enfermería de la Planta -3.

Gracias por acompañarme chicos, les dijo Steven a Alex y Pilni, la verdad... es que me da un miedaco horroroso estos condenados pasillos decía medio encorvado para no golpearse el techo y lo de la libreta para tomar apuntes de las medidas y los cálculos genial. Eso sí, Alex, tengo que dejarte claro que debes guardarte para tí los intensos sentimientos de deseo que seguramente mi cuerpazo despierten en tí, pero esto es algo muy se... La voz se le cortó cuando escuchó algo acercarse, y respiró fuerte y aliviado al ver que era Micho.
Hooombre mira quién ees!!

No aminoro mi paso y los esquivo como puedo.

-AAAAAYYYYYUUUUUDDDDDDDAaaaaaaaaa- sigo corriendo hacia la enfermería- ¡¡Tiene los dedos pegados al suelo!!

Alex suspiró mientras levantaba los ojos en un gesto de paciencia tras las palabras que Steven le acababa de obsequiar, ¿cuando aprendería ese muchacho?...

 - Bueno, vamos a los dormitorios pues ¿no?, quizá haya algo de Diana que nos pueda servir para esclarecer lo que está pasando aquí.- se reajustó la mochila en la espalda y se dispuso a ponerse en marcha...y entonces Steve dejó su frase a medio terminar y un alboroto procedente de uno de los extremos del pasillo le hizo volver a la realidad.

Mich pasó por al lado del grupo corriendo y gritando, y sin detenerse ni darles ningún tipo de explicación se metió en la enfermería. El gesto de extrañeza en la cara de Alex fue más que notable, y por lo que vio, sus compañeros estaban igual. Los tres se miraron preguntándose con la mirada si alguno entendía lo que acababa de suceder. Pero al parecer ninguno supo responder.

- ¿Ese era Mich? - y ahí se quedó, en ese pasillo lúgubre y mirando la puerta de la enfermería que se acababa de cerrar de golpe...

Oh... dijo Steven con tristeza cuando Mich pasó de largo dejando tras de sí el eco de aquellas palabras tan extrañas. Sí, primero a los dormitorios, y luego a las demás dependéncias.
Tocó el "techo" de aquel pasillo circular y dijo en voz alta. Uno sesenta de diámetro de alto. Luego tras negar con la cabeza pensando en Mich emprendió el camino hacia los dormitorios.

Llegáis a los dormitorios de esa planta (la -3), con su estrecho distribuidor interno en forma de "T". El cadáver de Diana empieza a oler, hay abiertas unas cuantas literas. Todo parece estar igual como se dejó. Ya decís que vais investigando, que miráis con más detenimiento, como "medís" el lugar.
Esto sí, todo está muy silencioso, se supone que un lugar como aquel es como debería estar, pero aún así con lo que ya habéis vivido estáis en constante tensión. Casi es como si estuviéseis en territorio enemigo robando información secreta, siempre atentos a cualquier indicio de algo extraño.

Steven se pone a caminar juntando sus enormes pies uno delante del otro. Tocando con el talón de uno la punta del otro, y va contando con voz baja. Uno, dos, tres... luego va dictando en voz alta los resultados. Sus zapatos miden veinticinco centrimetros así que le es bastante fácil sacar las distáncias. Con la altura sí hace una aproximación.
La base de la T, serían tres metros por uno veintinco aproximadamente, por tres metros cuarenta de altura, aproximadamente. 12,75 metros cúbicos. La linea paralela a las literas serían un metro de ancho por cuatro de largo por los tres metros cuarenta de alto 13,60 metros cúbicos de aire. Ante la duda de si hay o no oxígeno en las literas prefiero no contar su posible contenido. 26,35 metros cúbicos en total. Por mi ya estoy... luego por dar algo de conversación mientras los demás hacían sus cosas ¿Que me decís de vostoros? Así nos vamos conociendo más, y no pensamos en otras cosas

Pilni mantenía el cuaderno en la mano, rayando sobre el dossier, tomando las medidas que el joven de color le iba dictando, claramente mantenía su mente lo más fría que podía; para él, esta era una forma de mantenerse a si mismo bajo control, mantener sus emociones al mínimo

-Bien, tengo las notas de todo... ¿A alguien más le parece raro que el cadáver esté despidiendo mal olor? No es como que hayan pasado más de 3 horas de la muerte... Creo...-

El chico negó con la cabeza... No era una buena idea quedarse, sin embargo lo mejor que podía hacer era eso. Y además... -Alex, nadie se dedicó a revisar a Diana ¿Correcto?- Pilni dio algunos pasos hacia el sitio donde estaba la chica, poniendo el dossier, cuaderno y portaminas en el bolso que llevaba a la espalda. -Lo siento por esto...- Dijo mirando la fuente del olor y luego acercándose más hasta poder palpar dentro. Revisando lo más rápidamente que podía el cuello y bolsillos de la chica muerta. Buscando cualquier cosa que pudiera ser de utilidad.

Entraron en los dormitorios y de súbito un olor nauseabundo los invadió. Alex miró a Diana, que seguía tirada en el suelo donde la había dejado tras sacar a Shan Mei y Ciara de sus cápsulas.

Steven se dedicó a medir la instancia mientras Pilni tomaba notas de todo. Alex la recorrió con la mirada, buscando algo fuera de lo común, cualquier cosa. Pilni le habló y la chica volvió su rostro hacia él.

- Bueno, la registré rápidamente y encontré una tarjeta que me sirvió para abrir las cápsulas dónde estaban encerradas ella,Ciara y Shan Mei, pero tampoco la registré a fondo. Podría haber algo de interés - el chico hindú se acercó al cadáver, y Alex tuvo que apartar la mirada, no podía mirarla. - Voy a mirar dentro de su cápsula, quizá haya algo interesante ahí - y lentamente se acercó a la cama donde apenas unas horas antes, Diana se acostó a dormir.