Partida Rol por web

El cuerpo de Ciara empieza a temblar también, pero más levemente que los otros dos.

Mei abrió los ojos. Notaba el cuerpo pesado y se encontraba mareada y cansada a partes iguales. En su mente se sucedían aleatoriamente las imágenes de lo que había visto en sus sueños, auque hubiera preferido olvidar muchas de ellas. Empezó a moverse poco a poco, más para desentumecerse que para hacer nada en concreto, y vió que estaba en una camilla, en una especie de enfermería, y que muchos de sus compañeros se encontraban allí. No le sorprendió no ver a Diana.

Mientras despertaba había escuchado una voz que no reconoció, parecía un hombre mayor. Pensó entonces que no sabía qué hacían todos en aquel lugar, que no tenía ni idea de qué podría haber pasado, pero por sus rostros preocupados y retazos de conversaciones sesgadas se dió cuenta de que algo malo había pasado. Que algo malo ocurría todavía.

Se incorporó cuanto pudo, sentándose en la cama y quedándose apoyada en la pared, utilizando la almohada como respaldo. Movió los brazos y se masajeó las piernas para activar todos los músculos que pudiera. Después miró al resto de sus compañeros y les dijo:

- ¿Alguien puede hacerme un pequeño resumen de lo que me he perdido?

Lo dijo con una ligera sonrisa, consciente de que la situación era grave, pero deseosa de ponerse a hacer algo de provecho en cuanto pudiera levantarse.

En algún momento, gracias a ciertos fármacos que domaron su serotonina y litio, Ciara dejó de despertarse con sudores fríos y de un salto, como si la cama pretendiese apresarla, y con las pesadillas aún delante de los ojos. Lo normal en ella era, hoy por hoy, abrir los ojos como si acabara de cerrarlos y ponerse en marcha inmediatamente, pero sin prisas. 

La ocasión era diferente. Ésta vez existía sudor frío y una tensión general en el cuerpo debido a los temblores. Cuando fue consciente y pudo escuchar las voces que conversaban, entreabrió los ojos de modo que sus densas y oscuras pestañas no dejaban ver demasiado bien si los había abierto o no. Reconoció su alrededor y volvió a cerrar los ojos. Era vital observar qué podía suceder y qué diablos le había llevado, como al resto de los encamados, hasta ahí. Al fin y al cabo, Shan Mei había hecho la pregunta del millón. Entreabrió los labios y reguló la respiración para aparentar estar dormida.

No podía evitar cierta preocupación por Jackson y Matthew, que le habían caído en gracia desde el principio...

-¡Se despertó la güera! -dijo Duarte sorprendido de aquel hecho. La mujer había permanecido inconsciente durante todo el tiempo que la había visto y ahora, sin mayores intervenciones, había recuperado el conocimiento-. Hubo una alarma por una fuga de la pinche energía. Mucha gente murió y algunos de los que dormían pudieron ser sacados de sus camas, pero sin sentido. Eres la primera que se despierta -Duarte ante el silencio de los presentes acerca de sus potenciales conocimientos sobre cuidados médicos, tomó el desinfectante y una gasa y comenzó a curar el pecho del sacerdote-. Es cuanto sé. Recuéstese, padrecito y hágame esto más fácil. Es posible que le escueza. Falta gente. ¿A dónde se fueron?

-Lo de la alarma, se debió a una fuga de algo, supongo que de energía, y casi nos cuesta la vida a Ciara y a mi, y si,Diana estaba con nosotras todo el tiempo hasta...bueno,hasta que se acostó. No nos dijo nada de los demás, suponía que cada uno estaba con su grupo...- le decía a Mathew poniendole al dia - Y ahora que lo pienso...no he visto a nadie más de la empresa por aquí...es..- y entonces unas palabras distrajeron su atención. Procedían de Shan Mei, había despertado.

-Shan Mei!!- exclamó corriendo hacia su compañera - ¿estás bien? - miró a Nao Shen que continuaba a su lado y volvió a bajar la vista hacia Mei. Y tras la exposición de los hechos de Duarte, que se estaba ocupando de la herida de Zackarias,  dijo con firmeza - Diana está muerta, y a Ciara y a ti os conseguí sacar de las cápsulas por los pelos, aunque ella está en la misma situación que estabas tú, solo sabemos eso. Y lo siento Pedro, antes has dicho que aquí todos "platican" y nadie trabaja...pues yo no puedo quedarme así, quiero saber que narices pasa aquí. Acompañaré a Steve a reconocer la planta. ¿Alguien más se apunta? - y miró al joven esperando su contestación.

Zackarias se alegró al ver despertar a esa chica Gracias señor...una buena noticia y asintió ante lo que decía Duarte. Se recostó en la cama, consciente de que seguramente aquello le iba a doler más que aquella herida sangrante. De hecho de esa cruz cortada en su pecho solo notaba un potente escozor que se extendía prácticamente por todo su cuerpo, al menos era un dolor soportable.
Por concentrarse en alguna otra cosa que no fuera la inminente intervención respondió a la asiática.
Poco después de llegar yo nos encerró una especie de cuenta atrás automática, tras unos minutos parece que dio una terrible descarga eléctrica en el pasillo. Luego la propia voz pre-grabada avisó, antes de cortarse, de que había "fallos respiratorios" en las literas. En muchas literas, con la contraseña y un número al azar que por suerte acertaron mis compañeros abrimos las literas. Encontramos a..."el" (indica a Mathew) y a el chico de color que está recostado. Este en estado comatoso, como sigue aún, y Mathew que despertó al poco. Recuerdo haber visto que llevaba un bote semejante al de spray, pero para respirar. Estaba totalmente lleno. Cuando les vi en ese estado me santigüé y...bueno, fue como si tuviera garras en mis dedos gordos porque apareció este corte de la nada. Y de ahí ya aquí, a la enfermería, donde encontramos a los otros grupos que parece que tuvieron menos suerte. Creo que hay un chico muerto y una tal Diana. A medida que Duarte iba "curándolo" entrecortaba su habla por el dolor, para luego continuarla, concentrándose en sus palabras y no en el dolor.

Jackson empieza a temblar más y más, a sacar espuma por la boca y a morderse la lengua cada vez que la abría y cerraba desproporcionadamente para intentar lanzar gritos que no llegaban a emerger de su garganta.
Al momento su cuerpo se queda totalmente quieto. En lo que dura un parpadeo aquel cuerpo se había convertido en un cadaver delante vuestro.
Jackson ha muerto.

Me separo respetuosamente de la cama, soltando la mano de Shan Mei, menos mal que se ha despertado, parece una pequeña victoria en medio de todo lo malo que está pasando. Voy a por un poco de agua para darle de beber. Cuando vuelvo, Jakson fallece. Ahora me doy cuenta lo cerca que ha estado de la muerte mi compatriota, en medio de todos estos desconocidos, me agarro a eso más que a nada.

Le ofrezco el vaso de agua mientras miro a mi alrededor haciendo la cuenta de los que somos, como el resto.

Las líneas de Pilni en el cuaderno se habían vuelto un montón de símbolos casi ininteligibles, pero el chico parecía entenderlos bastante bien. Eran español, sólo que con una caligrafía que los hacían parecer árabe. Tomó nota de cuanto oía, con algunos dibujos al margen, líneas. Todo era un caos bastante particular.

-Oh, yo quiero reconocer! Esperen- Se inclinó sobre su mochila y tomó el dossier tranquilamente, sosteniéndolo con su mano mientras se acercaba a Alex, mirando alrededor -La mejor forma de resolver un problema es conociéndolo y delegando tareas a quienes pueden realizarlas. No soy muy bueno con mi físico. Pero puedo arreglar el motor de un antiguo Porsche del 70 y hacerlo entrar en la carrocería de un Volkswagen escarabajo en cuestión de un día... Mientras no haya que hacer eso, mejor tomo notas y pongo todo ordenado en el cuaderno- Al decir esto levanta dicha libreta... Todos pueden ver los garabatos aparentemente sin sentido.

Steven, Alex y Pilni se despiden rápidamente de los demás, se supone que en nada os verés todos otra vez... pero pocas cosas de las que se suponía en ese lugar llegaban a suceder realmente.

En la enfermería ahora solo quedáis:
"De pie"
Giorgio: ¿mudo por el horror?
Duarte: Realizando curas básicas a Zackarias.
Nao Shen: Junto a Shan Mei
"En las camillas"
Shan Mei: Acaba de despertar
Zackarias: recostado mientras le curan.
Ciara: En estado catatónico, con los ojos cerrados.
Macario: En estado catatónico, con los ojos abiertos.
Jackson: muerto

Mei estaba sonriendo. La gratitud que sentía hacia Nao Shen por haber estado a su lado era enorme. El chico aún no lo sabía, pero podría haberse salvado gracias a él. Durante su sueño había sentido la mano del chico y había oído la voz de Alex llamándola desde un lugar muy lejano. Eso le había traido de nuevo al mundo de los vivos. La chica oriental cogió el vaso que su compatriota le ofrecía. Con un sincero "gracias" y una sonrisa aún más ancha, si cabe, Mei empezó a beber pues realmente lo necesitaba.

Mientras apuraba el vaso, otra de las personas que estaba en las camillas empezó a temblar de forma más violenta y, al final de un terrible sufrimiento, exhaló su ultimo aliento. Jackson se llamaba. Quién sabía qué terribles sucesos habría vivido en sus sueños que le hubieran provocado aquel ataque. Esa podía haber sido ella, si no hubiera sido por...

Se quedó pensativa un momento. Aún quedaban dos personas más en aquella situación y solo tenían un cincuenta por ciento de posibilidades de vivir o morir, tal y como Jackson y ella misma habían demostrado. Sin embargo, podían hacer algo por ellos, Shan Mei lo sabía, lo había vivido. Sin pensárselo dos veces dijo, tanto a Nao Shen como a quien quisiera escucharla:

- No se si tendrá alguna lógica, pero mientras dormía y luchaba por despertarme la voz de Alex llamándome y la sensación de que alguien me cogía la mano (por cierto, gracias Nao) - Le dedicó otra sonrisa - me ayudaron a despertarme. Lo siento mucho por Jackson, pero aún podemos hacer algo por los que siguen en ese estado.

Dicho esto, se levantó con dificultad de la cama y, con ayuda de Nao Shen se dirigió a la camilla de Ciara, más por proximidad que por nada en concreto. Cogió la mano de la chica y empezó a hablarle al oído, diciendo que volviera con ellos, que lo iba a conseguir. Se interrumpió un momento para decir.

- Por favor, haced lo mismo con Macario si aún no ha despertado. Tenemos que ayudarles a encontrar el camino de vuelta. Si les está pasando algo como lo que me pasó a mi, necesitarán ayuda.

Zackarías miraba hacia el techo mientras le curaban, pero escuchó los estertores de Jackson y como finalmente moría. Fuera de este lugar, cuando alguien muere, solemos tener el consuelo de decir que ha pasado a una vida mejor...¿porqué en este lugar tengo la sensación de que no es así? Luego se puso a rezar por Jackson, muy bajito, casi para sí mismo. Cuando terminó la oración apunto estuvo de santiguarse...pero su mano quedó en el aire.
Cuando me levante, haré unas pruebas básicas a este lugar, Zackarias sabía relativamente poco de demonología, exorcismos y energías oscuras. Pero sí lo básico como cualquier hombre de Dios. No hacía falta ser un experto para saber que la herida en forma de cruz sobre su pecho era una mala señal. Como había indicado Duarte en algún lugar lo llamarían milagro...Pero la energía que había notado cortándole nada tenía de pura o de celestial.
Escuchó a Shan Mei y asintió. Cuanto más unidos estemos, y no me refiero solo a estar en la misma habitación, más fuertes seremos. Y seguramente necesitarían ser muy fuertes para aquel lugar. Si los primeros sintomas del fenómeno habían acabado con la vida de tres personas y le habían marcado a él mismo con esa cruz -como si de una burla se tratara-, ¿que les esperaba por ver?.

Mich entra corriendo a la habitación, esta sudado, le falta la respiración, su cara una mezcla del horror y la incredulidad más absoluta lo que le confiere cara de loco... Se detiene en medio de la habitación, respirando ruidosamente, parece ir a decir algo... mientras lo medio susurra para él, en voz muy bajita pero audible, mientras recupera aire...los dedos en el suelo, pegados, sí...sus dedos pegados...

Las gasas manchadas se apilaban a un lado. El pecho de Zackarias había dejado de sangrar y aunque el aspecto de la herida seguía siendo feo y ciertamente macabro, la cura estaba hecha y, en apariencia, correctamente hecha. Dos hileras de puntos de papel cruzadas resaltaban como un pespunte blanco sobre la carne enrojecida.

-Ya está, padrecito -dijo Duarte, cerrando el bote de antiséptico-. Le traje también esto -señaló mostrando un bote de algún derivado de la penicilina-. Si ve que se le infecta, tómelo. Es cuanto pude hacer -por qué el áspero Duarte mostraba aquella dedicación al sacerdote era algo que él solo sabía. Una forma de pagar una vieja deuda hacia alguien que en su día se preocupó por él, allá en México. Un sacerdote también. Y hasta donde sospechaba, también su padre.

En aquel momento, y mientras otros se ausentaban, alguien hizo acto de presencia. Mich. Jadeaba sudoroso y su cara solo podía preconizar más de aquellos extraños sucesos que parecían ser lo habitual en aquel encierro.

-Serénate, pendejo -dijo Duarte que tomó por los hombros al recién llegado. Lo hizo con firmeza pero sin violencia-. No te arrugues, cuero viejo, que te voy a necesitar pa tambor -su voz ronca se impuso al jadeo del hombre-. Toma aire tranquilo, wey. Puede que se acabe pronto y no necesitamos que te lo tragues todito. Mírame, Sí, a mí, al feo y chingón Pedrito. Así, con calma. No estás solo. Acá todos somos perros de rancho. Dime, qué viste -sus vocales alargadas daban una cadencia tranquilizadora y cantarina a sus palabras-. De qué pinche dedos hablas.

El cansancio ya había pasado, no haría nada de utilidad si permanecía sentado. La idea de ir a investigar resultaba tentadora, pero no me encontraba en condiciones de ponerme a correr arriba y abajo por la fábrica, no de momento.

Me levanto de la camilla y me aproximo a Macario, siguiendo las instrucciones de Shan Mei sujeto con una mano su muñeca y dejo la otra sobre su hombro. Me acerco a sus ojos, están abiertos pero no parecen tener ninguna reacción a lo que pasa frente a ellos -No se si esto ayudará pero vale la pena probarlo. Murmuro para mí. 

Aprieto su muñeca con fuerza relajando la presión de vez en cuando, tampoco quiero dejarle la mano sin circulación. Comienzo a hablarle, le llamo por su nombre mientras voy soltando algunas frases de ánimo que me van viniendo a la cabeza -Venga colega, ya se ha muerto mucha gente en muy poco tiempo como para que te sumes a ellos.

Mientras me encontraba junto a Macario, Mich irrumpe en la habitación. Duarte se acerca a él así que yo permanezco donde estoy -Bueno, al menos de momento tenemos camillas libres. A ver si consigues que se tumbe y se tranquilice un poco. Parece que si se pone a hablar ahora se nos muere ahogado.