Partida Rol por web

Isabella se fue poniendo pálida conforme vio el hilo blanco de nuevo, y el aspecto de más muertos que vivos de los peatones. Ella había visto muchos muertos, demasiados, y tenía completamente comprobado que estaban relacionados con la energía esa asquerosa. Todavía recordaba perfectamente la vez que vio un cartel anunciando el primer coche construido con ella.

No se creía la enorme suerte que habían tenido de que el coche fuese de gasolina, de la contaminante pero normal gasolina... Se esforzó en volver a aumentar la velocidad y en conducir concentrada, pero estaba aterrada, no sabía si con razón o no, pero cuando se trataba de esa gente, “piensa mal y acertarás”, otro de los refranes de su madre a la que no veía desde hacía cinco años, por culpa de ellos encima.

La están liando, están usando esa energía H para hacer algo... ¿a nivel mundial?... o yo que sé -Respiró profundamente, si no se tranquilizaba tendría que dejar que condujese White, y ya no era tan colega suyo, señaló con la barbilla la radio del coche -pon un canal de noticias.

Bufó - Los que van detrás mía fabrican energía hectoplásmica, energía H esa de la tele. Dicen que es limpia, no contamina e inofensiva, salvo por el pequeño detalle de que proviene del alma de los muertos -Lo miró muy seria, a ver si la creía o no, con una certeza en los ojos que no se disimula.

No puede ser una casualidad que tú vengas el día que pasan cosas chungas de la energía esa en sitios tan separados... -Ahora estaba segura de que lo de la estación era lo mismo, asentía con la cabeza, le cuadraba y acojonaba a partes iguales -El que te mandó a salvarnos la otra vez quería echar abajo esa compañía, tiene que mandarte alguien relacionado con él, todo cuadra joder.

Sólo yo salí intacta, físicamente claro, de lo otro bastante tocada.

Tienes que llamar a la tipa esa, tienes que localizarla y que nos diga que coño pasa.

Miré a los tipos con cierta curiosidad, pero no iba mucho más allá de eso, había visto demasiadas cosas como para sorprenderme, y no es que esto me pareciera normal, simplemente es que no me interesaba. Yo era de los que vivían al día, y ahora mismo mi único problema era la morena que me acompañaba.

Obedecí su instrucción, aunque ella tendría que decirme que eran noticias, pues no entendía nada de español, y fui moviendo el dial hasta que diera su visto bueno.

Aguanté su mirada cuando lanzó aquellas palabras que sonaban poco creíbles, ¿el alma de los muertos? No sabía que se podía sacar energía de ahí, vamos, nunca creí que los muertos tuvieran alma la creía, no tenía motivos para mentirme, sobre todo en una cosa así, otra diferente es que estuviera loca, pero eso ya era otra historia y eso de matar gente para conseguir recursos no es nada nuevo, de hecho creo que es tan viejo como el mundo quizás por eso le resultaba creíble lo que contaba, o por lo menos los motivos por la cual la perseguían.

Bueno, siempre me han dicho que soy un poco gafe bromeé cuando dijo lo de la casualidad, pero porque intentaba quitarle hierro al asunto, aunque eso a lo mejor ella no lo entendía en serio, ya te he dicho quien me manda, yo no hago preguntas, a la gente que me contrata no suelen gustarle los tipos que hacen preguntas esperaba que me comprendiera, no era un trabajo fácil el mío, no te podías anunciar en el periódico.

No puedo localizarla, no me dio ninguna forma de hacerlo, y tampoco ninguna instrucción, sólo me dijo que te mantuviera con vida, que cuidara de que no te pasara nada.

Me encogí de hombros, ojalá pudiera hacer más, pero era todo lo que sabía.

El canal de noticias parece internacional, hablan en inglés. Es un “última hora” sobre la H.Energía en el que van narrando atentados sucedidos en diversas partes del mundo. Trenes de mercancías ardiendo en llamas blancas y lanzando al cielo un humo plateado, denso como el mercurio. Almacenes de estacionamiento arden de la misma forma. En las noticias dicen ser grupos islamistas pero más que defender su religión, defienden su petróleo contra aquella nueva amenaza energética. Hay más noticias, un bar de Berlín convertido en cenizas, un hotel en Francia... Cualquier alto cargo de L-Bloque se ha vuelto un objetivo de los grupos radicales. Y eso solo parece el comienzo. Rusia exige a Estados Unidos el cese de la extracción de la H. Energía de sus tierras. Exigen su potestad de explotar esta energía pues si se extrae de sus tierras, la proclama como suya. Desde la ONU se exige calma por ambas partes, ya que Yutai, el joven y pequeño país ruso en el que se cultiva aquella energía, está en negociaciones para entrar en la Unión Europea. Los especialistas dicen que no solo es posible una tercera guerra mundial, sino que se esta ya debe haber empezado en los despachos de los mandamases mundiales.

La energía la consiguen teniendo espíritus o algo así, no de los cadáveres... creo vamos....

Había escuchado con atención las cosas que decía White, lo encontraba un hombre super raro, esa tranquilidad con todo no era nada normal, parecía que en vez de sangre tuviera horchata. De cierta manera extraña conseguía relajarla a ella, se medio contagiaba, pero era raro de cojones.

Lo sabía, es algo gordo, lo sabía – dio un golpe con la mano en el volante, asintiendo para sí misma con gesto muy serio, pues no era nada gracioso lo que decían las noticias. Y además no le cuadraba del todo.

No me creo que los del L-Bl...Bloque - Cinco años después cuesta un puto ovario decir esa palabra – sean los pobrecitos a los que atacan. -Apretó los labios después de suspirar, acordándose del momento en el que la rodearon y le dispararon todos aquellos hombres – Son lo peor que hay.

Yutai.... seguro que fue allí donde nos tuvieron la panda de hijos de puta, seguro. Ahí tendría que ir la primera bomba de esa futura guerra.

Apretó los labios – No tiene sentido ninguno que te manden protegerme y ya está, no soy importante en esa mierda... ¿No tienes aunque sea su teléfono? -Que exasperante era para ella, ahora que sin darse cuenta había decidido involucrarse y enterarse de que pasaba, su acompañante, que era su única y mejor opción, no tenía la menor pista, ni prisa por encontrarlas, dicho sea de paso. Como era bastante cabezona, entre otras muchas cosas, insistió – Entonces ¿Cómo te contrató la tal Emily? o el padre Allan la otra vez, tío un nombre de una compañía, un algo...

Escuché las noticias con distraída atención, había oído ya hablar muchas veces sobre la tercera guerra mundial como para esto me alertara en exceso, además, estaba claro que tarde o temprano sucedería, y, siendo sinceros, poco podía hacer para evitarla, así que lo mejor era adaptarse al día a día, y en el caso particular que me atañía, prácticamente era mejor hacer al minuto.

!Eh! recriminé a la chica cuando dio el golpe en el volante ¿no te enseñaron que para conducir hay que estar tranquila y concentrada? morir en un accidente de tráfico no era una de mis muertes visualizadas, no me gustaba.

Yo tampoco lo creo, pero vamos, que no me lo creo de ninguna de esas empresas grandes, todas buscan sacar el máximo posible de beneficios sin importar las consecuencias.

Por lo menos estábamos de acuerdo en eso. Al escuchar sus siguientes palabras, me encogí de hombros verás, no sé si eres importante o no, yo sólo sé que barato no soy no, un mercenario con mi fama y reputación costaba una buena pasta, y además, había que saber dónde encontrarme me lo puedes preguntar todas las veces que quieras, pero ya te he dicho que no, que simplemente mis instrucciones son protegerte, nada más recordaba cómo habían contactado conmigo la gente que me quiere contratar, me encuentra, sólo hay que saber dónde buscar, vienen, me dan mi pasta y me dicen cual es el trabajo a realizar, yo, mientras paguen, no pregunto, es más sencillo así, y además siempre era Michael quien se encargaba de estas cosas le explicó con calma, no estaba molesto ante su insistencia.

Mira, cuando él y yo te rescatamos, no estabas en Yutai, podría volver a encontrar ese sitio, lo recuerdo, y no era Yutai, aunque probablemente no estuviera demasiado lejos no quería darle ideas, pero tampoco ganaba nada mintiéndole no sé si Michael sabía algo o no al respecto, y a lo mejor no es una casualidad que me hayan mandado protegerte en realidad no le importaba, no estaba interesado en resolver ningún misterio.

Deberíamos parar la miré con un medio sonrisa me muero de hambre, y mi humor empeora cuando estoy hambriento era mejor olvidarse de las noticias estamos en un sitio bonito, seguro que se come bien, y la temperatura ha mejorado, ya habrá tiempo de preocuparse cuando tengamos el estómago lleno siempre había que disfrutar de las pequeñas cosas. 

Veis una gasolinera rodeada de unos cuantes restaurantes y cafeterías, así como alguna que otra tienda. La mitad de los locales están cerrados. Hay algún que otro autobús aparcado, así como un par de trailers. En otro tiempo debió ser un lugar bastante transcurrido, antes de que seguramente se creasen autovías y desviasen al tráfico hacia otros lugares.

Aceptó la medio regañina asintiendo medio disculpándose, porque tampoco tenía ninguna intención de estrellarse, pese a que estaba bastante más tranquila para conducir que cinco minutos antes.

Isabella no sabía que cara poner según que cosas decía: Tercera guerra mundial, pero oye, yo a lo mío, una hamburguesa gigante o algo así y tan feliz... Pensándolo bien, si es que no tenía ni idea de quién era la persona que tenía al lado, un tipo que protegía a personas arriesgando su propia vida a costa de un pastón tras otro, desde luego esa tiene que ser una profesión para la que tengas una pasta especial, y ella, excepto por su querido Andy, se veía incapaz de realizarla.

Lo mejor era no divagar sobre el hombre, tenía que conseguir alguna pista de alguna manera, aunque tenía clarísimo que – Yo no voy a volver a ese sitio eh... -a ver que demonios pasaba, sólo de pensar en regresar a ese paraje helado se le disparaban las pulsaciones y un sudor frío la paralizaba, y como iba conduciendo, era un motivo estupendo para no pensar en esa opción. Negó con vehemencia la cabeza, alternando la mirada entre él y la carretera, es que ni loca.

Podrías llamar a Michael para que te diga que sabe él de la gente de... aquel encargo - Lo miró como intentando corroborar si se decía así, pero sólo un momento, porque aceptó a meterse en esa incorporación al carril que llevaba al conjunto de las tiendas, concentrándose en desacelerar y en llevarlo hasta la puerta del edificio que más pinta de restaurante tenía.

No vaya a darle una lipotimia al pobre.

Se desabrochó el cinturón y apagó el contacto, saliendo entonces, mirando sin ningún interés el bar – No tengo nada de hambre.

Me limité a un sencillo asentimiento de cabeza cuando dijo lo de no volver a ese sitio, realmente me daba igual, yo no tenía ningún interés, por lo menos de momento, eso de que la mejor defensa era un buen ataque era un mito sin ningún fundamento, por lo menos en su profesión.

Cuando nombró a Michael me quedé en silencio, durante un buen rato, sin abrir la boca, y no lo hice hasta que no bajamos del coche, tras lo cual clavé mi mirada en los oscuros ojos de la chica.

Michael está muerto, no podemos contar con él para eso.

No estaba más triste, quizás algo más cabreado, y es que había formas y formas de morir.

Aunque supongo que si él hubiera dejado algo podría encontrarlo, él me enseñó, éramos amigos, aunque no creo que esa información esté cerca de aquí, pero si quieres podemos intentar conseguirla.

Protegerla cerca de casa tampoco era una opción descabellada, aunque tendría que pensar donde habría guardado Michael esa información, si es que lo había hecho. Cerré la puerta y desvié la mirada hacia el bar.

Yo sí, y tú debes comer también, sería de mala educación rechazar la invitación de tu protector.

Centrarse en el trabajo hacia todo mucho más sencillo y llevadero.

Isabella abrió mucho los ojos con la ausencia total de expresión de White después de haber dicho que su compañero había muerto. Y lo que pensó fue que esa actitud era porque era algo realmente importante para él, lo que le hizo pensar que no era verdadera esa sensación que daba de que iba por encima del mundo sin que nada lo afectase.

Esa gente mató a un montón de compañeros míos.... -Abigail y Santiago fueron los dos nombres que acudieron inmediatamente a su mente, dos de las personas que mas valoró en aquel infierno. Vale que no habían sido ellos directamente, pero si eran los responsables directos. Era la vez que estaba más seria desde que se habían conocido -... y... y a otros les borraron la memoria. - Apartó la mirada bruscamente, no podía ni pensar ni hablar de ellos, de él, de Miguel.

Eso no.

Mientras andaban para el restaurante se obligó a sopesar esa forma de buscar pistas, ignorando lo de que pretendía obligarla a comer. Hace mucho que nadie la controla en cosas como esa, y el hombre no va a empezar a hacerlo justo en ese momento. Y si es una broma no le ha hecho gracia, no quiere saber mierdas de esas de tíos.

¿A dónde tendríamos que ir? A mi no se me ocurre otra cosa de enterarnos de algo - La chica no sabe si es un buen tema mientras van a comer, por seguridad, pero desde luego es el único que le apetece. Se coloca en la barra, con otra de sus expresiones cordiales fingidas, cuando se acerca el camarero lo saluda en perfecto español sin acento -Hola, buenas tardes, una cocacola light para mí, por favor.

Se gira al tiarrón, señalándole una mesa cercana a la tele que tiene puestas las noticias - Nos sentamos allí, ¿vale?... y entonces vuelve a mirar hacía arriba, a sus ojos claros -¿Qué quieres que te pida?

Bueno, mi número de compañeros muertos se elevaba muy por encima del de aquella chica, pero esto no era un concurso de a ver quien daba más pena, así que me limité a dedicarle una mirada comprensiva, y coloqué durante unos instantes la mano sobre  su hombro, a modo de apoyo, que supiera que no estaba sola.

No quería que se viniera abajo, eso no era bueno para mantenerla a salvo.

No sé, pídeme algo grande y que esté bueno, y de beber una coca cola también.

Algo más fuerte hubiera sido ideal, pero si seguía vivo no era por pilarlas bien, salvo aquella vez que gracias al cuerno que cogí con Mike y llegar tarde al punto de encuentro nos libramos de la emboscada. Cosas que pasaban, la fortuna a veces estaba de tu lado, pero casi siempre iba en contra.

No tuve problema en sentarme donde la chica me indicaba, y mientras ella pedía analicé de manera objetiva el local, buscando puertas de salida, situación de los baños y estudiando a los pocos presentes, se me daba bien, estaba entrenado para eso.

Suponemos que regresamos a los Estados Unidos en busca de una posibilidad como es el hecho de que Mike supiera algo y por alguna razón lo dejó en algún sitio y soy capaz de encontrarlo expuse en cuanto ya estuvimos acoplados y a salvo de oídos indiscretos luego que hacemos, ¿buscamos a los que se supone que intentan matarte y les ofrecemos alguna especie de trato? No me convencía en absoluto esa opción ¿o tal vez quieres dar esa supuesta información a otro tipo de gente? Mi trabajo no era pensar, ni se me daba bien ni me pagaban por ello.

El bar restaurante al que entráis es todo sencillez. Algunos cuadros de vistas marítimas, paredes blancas, manteles blancos. La mujer de la barra mira aburrida un televisor mientras el camarero os atiende a desgana. La mujer de la barra le da las bebidas y llama a gritos a una mujer que debe estar en la cocina. Suponiendo ya que vais a pedir algo de comer.
La voz del televisor os acompaña en vuestra conversación; parece que desde Wikileaks dicen tener a alguien que capaz de desvelar que hay detrás de L-Bloque y su H-energía. Durante un momento sale una silueta de alguien con la cabeza rapada, parece joven, su voz está distorsionada pero aún así resuena clara.
-Esa empresa utiliza métodos inhumanos, y su energía ha sido extraída de forma más cruel aún. Esa energía es el mayor peligro que hacecha a este mundo, y lo será más y más, irá creciendo exponencialmente a medida que haya más de ella en el mundo.
El camarero os trae la cocacola.
Luego las noticias siguen hablando de los ataques que ya habíais escuchando por la radio anteriormente...

Un bocadillo de calamares con mayonesa y una coca-cola.

Ese fue el menú que eligió para White, sin darle demasiadas vueltas a la carta la verdad. Cuando ya estaban sentados y libres de orejas indiscretas atendió a lo que le decía su guardaespaldas particular, frunciendo un poco el ceño a lo que decía

Yo me lo planteaba como hablar con los que me protegen, para saber de qué y por qué motivo, …porque de verdad que no sé que puede valer lo que yo diga, no tengo pruebas ni nada, no soy nadie, ni peligrosa para unos ni de valor para los otros.... -su cabeza giró por inercia a la tele, terminando una frase mientras sus retinas asimilaban la imagen y la voz....- es que es absurdo, no pinto na....

La cara de Isabella se quedó congelada de repente, mientras miraba detenidamente la tele, los ojos no le entraban en sus orbitas correspondientes, comenzó a morder su labio inferior mientras apretaba los puños, dirigiéndolos a su boca para ahogar el grito que quería dar....

Dios mío, no puede ser....

La persona que estaba hablando era el hombre al que más aprecio había tenido en aquel maldito bloque, pondría en el fuego la mano por que era Miguel.

Él... él estaba allí.... -Tragó saliva sin dejar de mirar hacia él, la mirada comenzó a humedecerse a gran velocidad, recordando el momento en el que le dijo que la quería, lo que llegó a depender de él... lo que lo echó de menos cuando supo que ella tenía una nueva opción. Parecía que había pasado una vida desde aquel momento, una que no había sido fácil.... pero de repente estaba alegre, ante la idea de que Miguel no fuese el vegetal que se había imaginado en el que lo convertirían.

Suspiró profundamente, negando con la cabeza ante el cambio de tercio -Dios mio, Miguel...- Cogió aire de nuevo, le iba a dar algo -Tenemos que encontrarlo... White, -sacudía sus manos nerviosa, la voz entrecortada por la impresión – como sea, como sea... -No había dejado de llorar, ni de hiperventilar, intentando no hacer ruido pero sin poder evitarlo...