Partida Rol por web

Sir Optimus había mantenido el silencio a pedido del Sr. Hunter y de Brave, pero no tenía sentido si los descubrían por el resto que no podía callarse. Se retrasó hasta quedar a la altura de los dos charlatanes.

_Los dos podrían hablar menos -dijo casi en un gruñido-. Que estemos aquí los cuatro no es casualidad. La Princesa Alba y yo estábamos buscándolos, pero ya hablaremos de eso cuando estemos tranquilos. El Sr. Hunter y Mark Brave pidieron silencio. No es momento para charlas ni discusiones.

Dicho eso, y esperando que el mensaje estuviera claro y ambos se callaran, el can volvió a apurar el paso.

Llegas al mercado y buscas un callejón donde meterte, este no tiene salida y da a la puerta trasera de una posada o algo, sientes el fuerte hedor a comida podriéndose,  suavizada por la capa de nieve que tiene encima. Pegada a la pared, intentas ver tu herida, te duele bastante y debes sacarte la chaqueta y la camisa para verla.La sangre escurre por tu piel, tu hombro duele demasiado hasta para poder moverlo, pero debes andar de suerte, esa bala un poco más abajo, te hubiera matado, pero estas perdiendo mucha sangre. Eso no es bueno, para nada.

Intentas hacer un tapón, pero al estar la herida en la espalda, te cuesta mucho, y no puedes vendarte, es imposible, así que es mejor cubrirse y salir. Sientes cansancio, la sangre sigue corriendo y sientes en tu espalda su tibio toque. Maldito soldado que atacó por la retaguardia, pero bueno,ahora estás en este predicamento.

A duras penas llegas a la tienda de disfraces, pero al verte, con la capa encima pero con aspecto desmejorado, el vendedor cierra la puerta,  y te mira con ojos desconfiados, estabas sola, porque la gente sigue caminando, sin mirarte, todos se les ha helado el corazón. Sientes el cansancio que aumenta cada vez más y terminas desmayándote... Estás perdida...

Abres tus ojos, te sientes mejor, pero no estas en medio del mercado, estas en otro lado, mientras abres los ojos y te acostumbras a la luz, ves su rostro, es Freud que está junto a ti,  y sientes una punzada, - tranquila, sujeta mi mano - te dice, apretando tu mano, y sientes otra puntada, comprendiendo que es el médico el que te está cociendo, ya debió sacar la bala, pero despertaste justo en medio de la curación.

- ya va a terminar...-murmura, apretando con ambas manos la tuya, te sientes helada, cansada, si hasta sientes un hormigueo en  todo tu cuerpo,pero por lo menos el médico parece terminar porque sientes un jalón, y  luego algo que pone en la herida que huele ocre y a flores silvestres, debía ser el anticéptico. Arde y mucho, pero la venda pasa por tu piel, estas casi desnuda y sin la venda que cubre tus pechos, en reemplazo de ella, está una manta que te cubre,el médico te pide que te sientes, para poder vendarte, y Freud se gira para no ver lo que está haciendo el médico.

Al estar lista, el médico menciona algo, y el se gira, caminando con él hacia la salida, parece ajustar cuentas, dejándote por un momento a solas,  sujetando las mantas.

-¿ pero.. pero que hace señorita? -el príncipe en verdad no puede comprender tu reacción, y termina poniéndose de pie, sin embargo se vuelve a pegar a la cama cuando el águila vuela  y llega hasta la ventana que es abierta por la joven. Pobre joven, mueve la cabeza de lado a lado y vuelve a sentarse en la cama, con sus codos apoyados en sus rodillas y la cabeza gacha.

- si... mejor acabe conmigo, así dejo de ser quien soy...- dice con una voz lastimera, de todas formas no imaginó  pasar por todo aquello para terminar asesinado por quien lo había salvado, si iba a ser así, no debió molestarse en intentar salvarlo - creo que debo pagar por los pecados de mi madre, así que... ya que...- no levantó la cabeza el joven y se mantuvo en esa postura sumisa y entregada a tus decisiones.

Var aun no llega,al parecer no ha escuchado tus gritos.

No quedaba otra, teníamos que subir, a lo lejos escuchaba gritos y disparos mezclados con los latidos acelerados de mi corazón. Avanzamos por las escaleras diría que incluso algo lentamente después de la carrera, el brazo seguía doliéndome horrores… ya podían haber fallado o darle a Hook, que seguro que está más acostumbrado a ser disparado… pero, ¿por qué a mí?... jooooder que dolor…

Una muchacha salió por una ventana llamándonos,  diciéndonos que los guardias no nos seguían… ¿será cierto? ¿Podemos fiarnos de ella? Qué remedio… lo mismo sabe cómo curarme el brazo... de todas maneras… parece la mejor opción… Yo creo que no nos queda otra Hook, vamos… dije antes de dirigirme hacia donde se encontraba la chica

Los dos jóvenes no se llevan bien,y eso es evidente, se siente la tensión entre ellos, pero por desgracia sus vidas estaban entrelazadas más allá de su comprensión, pero en ese momento,sólo se miran de soslayo, y se gruñen,por lo menos uno de ellos, pero la otra no se queda atrás, si hasta el perro guardián tenía más juicio en ese momento, mientras siente sobre su lomo como jalaba la princesa Alba demasiado asustada de lo que estaba pasando.

Harol se giró en ese momento, y miró mal al grupo,con mayor razón a su hijo, que era el que con mayor razón debería guardar silencio. Pero sintieron un aullido, y todos se quedaron quietos, Harol y Mark sacaron sus armas el montaras su espada y el cazador su hacha, sintieron otro rugido y como se crujieron algunas ramas, algo estaba cerca, casi podían sentir su mal acechándolos.

- es el Koschei- murmuró Alba,y se levantó en vuelo, moviendo sus manitos y girando entorno al grupo que se había reagrupado,  giró, dejando caer una capa de polvos dorados, que los comenzó a cubrir como una cúpula,  y se quedó frente al grupo, brillando, -no... no hablen ni nada...- dijo en un susurro, mientras levantaba esa protección.

Y delante de ustedes, lo vieron aparecer, no era un lobo como creyeron, pero estaba acompañado por cuatro perros enormes, o lo que parecían ser perros, porque eran más bien los cuerpos de estos, ya no tenían pelajes y  sus cuerpos estaban pudriéndose, pero sus ojos estaban en sus cuencas, rojos y terribles, y sus fauces estaban abiertas, jadeantes y llenas de sangre, habían atacado a alguien ya. Pero lo que más impactaba era la vista de aquel ser, era el Koschei, el no muerto, caminando frente a ustedes mientras jalaba de las cadenas de los perros.Era alto,lo cubría una capa negra que estaba rasgada, asi comos sus ropas atadas con cuerdas sanguinolentas.

Su cuerpo estaba pudriéndose, la carne estaba perpetuamente en descomposición y sis e fijaban bien,los gusanos le bailaban en la carne que no terminaba de pudrirse.  Sus fauces estaban muy abiertas, no había nada dentro de él,ni sus ojos estaban, sus cuencas estaban vacías. Rugió, su rugido  helaba la piel, y llenaba de miedo los corazones. Nada podía detenerlo, ningún ser vivo podía con aquella criatura.

Los perros estaban olisqueando el aire, justo delante de ustedes,  siguen el rastro, pero a pesar de que los pueden ver,ellos no pueden hacerlo,siguen  olisqueando y siguen de largo,  los perros guiando al koschei que busca a su victima.

El hada sigue manteniendo el escudo de protección, pero su luz comienza a ser intermitente,  pero sigue haciéndolo, debe proteger a todos, y cuando pasa aquella criatura del mal,la pobre Hada deja de brilla y se desvanece, Mark la logra atrapar en sus manos, Alma estaba extenuada pero puede sonreir - ejem... pude...- murmuró antes de cerrar sus ojos, durmiéndose luego de tan titánico esfuerzo.

Debe creer que no soy más que una princesita. Pues bien, esta princesita podría ganarle cuando quiera, y donde quiera.

No pienso escuchar más que venga de este idiota. ¿Con quién cree que habla? Dejo salir otra sonrisa irónica cuando me llama “majestad” como si fuera un insulto. Ruedo los ojos: si tuviera algo de educación sabría que la palabra significa “grandeza”, es decir, estamos a otro nivel. Además, la grandeza viene no solo de la alta cuna, sino del peso de la corona: los nobles tenemos más lujos, pero también más responsabilidades. Un pueblo al que responder. ¿Acaso sabe lo que es llevar el destino de otros sobre sus hombros? ¿Acaso sabe algo sobre lo que realmente significa gobernar?

Ya tengo pensado que responderle a este pedazo de idiota, lástima que Sir Optimus desvíe mi atención. ¿Así que me estaban buscando? Bueno, esto acaba de ponerse aun más interesante.

La princesa Alba se pone inquieta, justo después de que todos saquen sus armas.

¿Koschei? ¿En verdad es Koschei?

Una amplia sonrisa se forma en mi cara. Por fin, después de años de escuchar y escuchar, voy a ver al mítico Koschei. Dejo salir el sable oculto de mi muñeca, al mismo tiempo que muerdo en anticipación mi labio inferior, saboreando el momento.

Y entonces aparece frente a nosotros, en toda su oscura majestuosidad. Si, ahora yo use una variación de la palabra, y es que es aun más de lo que me había imaginado: un cadaver vivo, rugiente, temible. Le veo con fascinación, pensando en como debio ser para mi padre, el gran Iván Karsavin, tenerlo frente a sus ojos, y el brillo que debió de haber en los de el gran Lobo Gris. Llevo mi mano derecha a mi muñeca izquierda, sintiendo como la pluma vibra cada vez más descontrolada, sobrecojida por el exceso de magia negra, pero aun con el sable extendido en mi muñeca derecha.

Koschei frente a mi.

Llegamos al maravilloso teatro, como me gusta el teatro. -Mira Mary aquí representan las mejores obras de tanto Landover "o eso quiero pensar". Si te quedas un tiempo seguro que podemos venir a ver alguna.

-Segura...- cuando voy a responder a la chica aparecen unos fugitivos perseguidos por los soldados, vemos como uno de ellos acaba con la guardia en un abrir y cerrar de ojos. "¿Debería ayudarles a escapar? mejor no, ahora mismo tengo que cuidar de Mary y esto la metería en problemas..."

-Si bueno, alguna vez pasa pero no es tan habitual- intento tranquilizar a la chica que cada vez me aprieta más el brazo. -No nos entretengamos, tendré que ayudar en la casa y ya se hace tarde.- retomamos la marcha pero de vez en cuando voy mirando atrás para ver que sucede, esos fugitivos me han intrigado, algún día yo también combatiré a la reina roja...

Si la situación ya era tensa ante la posibilidad de un peligro, cuando Alba confirmó la presencia del Koschei la tensión llegó a su punto más alto.

Por fortuna para el grupo, la pequeña princesa devenida en hada se mostró a la altura de las circunstancias y sin perder tiempo se hizo cargo de la protección de todos. Creó un campo protector que evitaba no solo que los vieran, sino también que los olieran. ¿Sería suficiente?

Lo fue. Durante unos larguísimos segundos el Koschei quedó a la vista frente a ellos, haciendo que incluso el valeroso Sir Optimus sintiera un escalofrío recorrerle la espalda. A pesar de ello, cuando sus perros se pusieron a inspeccionar el terreno delante del grupo, tuvo que contener su deseo de saltar sobre ellos y acabarlos para después poder ir tras su amo.

El monstruo y sus súbditos siguieron de largo antes de que el escudo comenzara a fallar, producto del agotamiento de Alba. El hada lo había conseguido, estaban a salvo gracias a ella.

_Por favor, colócala sobre mi lomo -pidió Sir Optimus a Mark-. No podrá sujetarse hasta que despierte, pero si la colocas con cuidado no se caerá y podré llevarla. Gracias por atraparla.

La calidez en su tono desapareció cuando se giró hacia Derek y Anna.

_Si hacen que el esfuerzo de la Princesa Alba sea en vano, habrán preferido que el Koschei los viera.

Utilizó un tono completamente neutro con el que podría haber hablado del clima o de cualquier cosa, pero en sus palabras se notaba que no estaba contento. Esperaba poder seguir en silencio hasta la cabaña.

Vuelvo a rodar los ojos: claro, y hacer amenazas vanas justo cuando debemos guardar silencio ayuda mucho…

Continúo con los brazos cruzados, sintiendo la magia negra de Koschei a través de uno y lista a atacar con el otro, aunque sé que un golpe directo no será suficiente. No le dicen “El inmortal” por nada, aunque eso no hace sino hacerlo más interesante. Miro atenta cada uno de sus movimientos, sus pasos, determinada a grabarme este momento en la memoria, porque la próxima vez caerá. Ahora lo sé: Koschei caerá ante mí. Dicen los rumores que su alma se oculta en un arcón, y cuenta la leyenda que quien posea su alma controlará su mente. ¿Qué no podría hacer con él antes de acabar con su miserable existencia?

Otra cosa que distingue ciertas clases, querido Feroz: el privilegio da educación. La educación da saber. Y no por nada dicen que el saber es poder.

Vuelvo a mirar a Koschei con una sonrisa torcida. Cuando Brave me tenía con la navaja en el cuello decidí como iba a terminar esto. Vuelvo a ver a Dimitry, vencido frente a mi, con mi sable en su garganta.

- Pronto, muy pronto. – digo sin voz, solo moviendo los labios, apretando los ojos, pero aun así exteriorizando lo que pienso. No es una amenaza: es una promesa.

Al ver al joven tan sumiso ante sus palabras, su corazón parece vacilar ante la desmedida reacción que acaba de tener.

-O.. oye... yo soy una buena persona y no quiero lastimar a nadie, pero estimo mi vida y no puedes pretender que me quede de brazos cruzados ante tu historia. Solo te estoy dando la oportunidad de explicarte mientras me cubro las espaldas. Si algo he aprendido durante estos años es a ser precavida. De todas formas, has tenido suerte de dar conmigo. Cualquier otra persona te hubiera eliminado sin querer saber el resto de la historia, pero yo soy lo suficientemente curiosa como para darte esa oportunidad. 
Relajo mi pose y me acerco hasta el borde de la cama para sentarme en ella, lo suficientemente alejada de él y sin dejar de empuñar mi boomerang. 
- ¿Ves? Las cosas poco a poco, así nadie saldrá dañado de esta habitación. Y ahora que estamos algo más tranquilos... ¿podemos continuar nuestra charla?

Var, maldito enano. ¿Dónde estás cuándo realmente te necesitan?
 

Los guardias no venían, parece que se habían entretenido por el camino. - Quizás se detuvieron con el hombre con capa que habla con los dos chicos de ropas coloridas. - Que extraño era todo aquello. Dudé por un momento si seguir a Anthony. Si los guardias dejaban de perseguir a quien había disparado al alguacil en plena calle quería decir que se habían topado con alguien más peligroso, y por lo tanto sería tan enemigo de la reina como lo era yo. Aquello me intrigaba tanto como los ojos azules de la chica que nos llamaba desde la ventana. - Demasiado bueno para ser cierto, una hermosa joven que aparece desde una ventana en el momento más oportuno... - Dudaba mientras seguía el paso lento del muchacho que subía dolorido las escaleras. - Te sigo muchacho, ahora miraremos ese brazo. - Le dije a Anthony esperando que la chica de los ojos azules supiera algo de medicina.

Derek quedo firme y silencioso ante la mirada de aquel ser. Sentia que podia con el, deseaba medirse con alguien que se decia inmortal pero no lo hizo tan solo porque su mision era otra. De lado miro a la princesa, tan deseosa como el de enfrentarse a aquel ser de las tinieblas.
Aquella princesita criada entre algodon se creia lo bastante fuerte para hacerle cara ¿Pensaba que por su titulo aquel ser bajaria la cabeza y se postraria a sus pies o pensaba que su principesca belleza lo enamoraria?
Era una niña estupida, con corona o sin ella.

Entonces el perro hablo mas inteligencia que muchos hombres y Derek solo puso asentir, prometiendose que no diria palabra hasta llegar a la cabaña. Miro a su compañero y le ofrecio una sonrisa por su recepcion de la pequeña Alba.

Continuo andando. Vio moverse los labios de Ava y este le ofrecio una minuscula reverencia de burla con un "Cuando gusteis" que tampoco fue pronunciado.

Si tuviera un espejo me miraría como ha quedado el vendaje de la espalda - se dice pensando.

No pierde detalle en el sitio donde esta, oteándolo todo de arriba para abajo. Al parecer su hermanastro la encontró y la llevo a ese sitio, lo que son las cosas, menudo reencuentro.

Mira a su hermanastro y Médico, seguirá el consejo de este y permanecerá sentada. Aunque la sabana se desliza para abajo , dejando al descubierto sus pechos. Su cuerpo esta lleno de heridas de antiguas batallas y peleas, que la vea un hombre el torso desnudo ,no le preocupa, a ella no le van los hombres. Lo ve como si un hombre mostrara el pectoral.

Gracias, intente sanarme yo misma, pero teniendo la herida detrás, poco pude hacer. - dice mirando a los dos hombres con tranquilidad, pero dolida por la herida.

Si hablan algo de mi, me gustaría que me lo comentaran abiertamente.- su mirada se queda fija en los dos hombres. - y a todo esto.. ¿ ahora en que zona me encuentro de la ciudad ?

Sin soltarse de su brazo sigue al chico, deseando dejar atrás todo ese disturbio al que no está acostumbrada. La ciudad es muy grande y bonita y tiene de todo, pero el pueblo donde ha crecido es mucho más tranquilo y puede disfrutar paseando por las calles sin temor a un altercado así. Sobre todo le ha impresionado las armas... ¿cómo puede alguien tratar de herir a otra persona? No, ese no es el camino correcto que hay que tomar. Alguien con poder nunca debería herir a otras personas solo porque puede hacerlo.

Afloja un poco su agarre, pero no le suelta del todo.

-Por cierto... si... si que me gustaría ver obra de teatro. De pequeña vi alguna de marionetas, pero seguro que con personas es aun mejor. Y lo siento si te he hecho daño... me he asustado.

Bajo los brazos, guardando el sable que vuelve a estar oculto en mi muñeca, y sintiendo como la agitación en mi brazo izquierdo cambia a una ligera vibración que sigue disminuyendo. Una parte de mi se siente decepcionada, aunque la otra sabe que aun no era el momento.

Vuelvo a caminar, aun con la imagen de Koschei en mi memoria. Fue magnífico, aun no puedo creer que pasó frente a nosotros.

Sostengo mi muñeca izquierda, calando la sensación que me transmite la pluma, cuando levanto la mirada y alcanzo a percibir la reverencia sarcástica de cierto cretino. Para este punto tengo ganas de romperle un brazo y enseñarle su lugar.

Lo que tiene de guapo lo tiene de…