Partida Rol por web

A la pregunta de Txo a la chiquilla, Jana no pudo evitar lanzarle una mirada enarcando una ceja en una clara expresión de "¿Pero qué coño...?" Sus pensamientos se detuvieron ahí, una parte quería reírse de aquella pregunta absurda en una situación semejante, pero otra sintió simpatía y hasta cierto cariño por el muchacho, como si su alegre forma de ser les viniera bien a todos cuando los misiles silbaban en el cielo y destrozaban ciudades.

Sus ojos se desviaron hacia Leroy, que en ese momento avanzaba más deprisa, sobrepasándolos a todos como si tuviera prisa, luego se puso a dar órdenes. 

Jana se preguntó quién le había nombrado jefe del escuadrón, pero lo cierto era que Leroy estaba haciendo justo lo que ella había pensado un momento antes, con lo que lo mejor sería cerrar el pico a ese respecto. 

- Soy Jana, mi estimado Leroy - Alzó una mano con tres dedos en alto, tres dedos de uñas ennegrecidas- Son solo tres nombres los que tienes que recordar, aparte del tuyo, no me parece difícil. Ya sé que todos tenemos problemas de memoria ahora mismo, pero... - Se encogió de hombros y sonrió - Creo que deberíamos establecer una dirección que seguir ¿Vamos hacia la ciudad o nos alejamos de ella? Al parecer las cosas por allí están jodidas.

Lenore mira fijamente a Txo cuando le pregunta por los helados de vainilla* realmente no era una cosa que le llamara mucho. No le gustaba el dulce a excepcion de las piruletas, pero tampoco hacia ascos a lo que le ponian delante. Habia algo que le decia que comer cualquier cosa comestible cuando se podia era importante.

Su linea de pensamiento fue interrumpida por una orden. Una orden dada por el hombre con ojos de dos colores. Ciertamente no le molestó que le dijera eso pero habia algo que le chirriaba de aquello.

- No recuerdo que seas mi padre.

Dice parandose frente a Leroy, ladea la cabeza como con curiosidad y le pregunta mirandole directamente a los ojos.

- Dame dos razones para hacerte caso.

No lo decia con chuleria ni con intenciones de retarle, se podia ver en su rostro que no tenia intenciones de pelearse, solo esperaba argumentos solidos no hacer algo solo por que si.

-Venga, Rubia -Exclama como nuevo apodo cariñoso con tono animado al mismo tiempo que se para en seco-, vámonos detrás. A mí se me da bien pegarme y tú tienes un genial estoque, si él prefiere ser el primero en recibir daño en caso de amenaza frontal, mejor para nosotros. Solo tenemos que preocuparnos por vigilar nuestras espaldas y podemos analizar nuestro alrededor tranquilamente, además en caso de tener que tomar una decisión importante igualmente sereiamos partícipes. No necesitas ninguna razón si lo piensas un poco por ti misma... -Su voz va tomando un cariz apenado.- Y aún no me has contestado...

La discusión viene a producirse en mitad de la senda del bosque e inmediatamente la vista se centra en la particular pareja, pero tan pronto como cualquiera desvíe la vista, puede ver que la pequeña curva que trazaba la senda va dando paso, ya visible a pesar de la curvatura, a una zona más despejada de la arboleda. Notáis un destello metálico y, fijándoos bien, podéis ver a través de los troncos que poco a poco son más dispersos el brillo de lo que parece una valla metálica... que termináis por determinar como un quitamiedos.

Con la invención de la tecnología de los coches que se podían elevar hasta una altura de más de cien metros, las carreteras habían quedado más como un vestigio de tiempos en los que fueron vitales para la comunicación dentro de un mismo país. La parte buena es que, al contrario que andar por el bosque, si la seguís seguro encontraréis algún lugar de interés.

Iba a responderle a la niña cuándo intervino Txo.

Bueno, mucho mejor así.

Comencé a caminar de nuevo mientras trataba de recordar los nombres todos, aunque seguramente les terminaría poniendo apodos, siempre me había sido más sencillo o al menos así lo sentía.

Al ver que el camino fue cambiando, el quitamiedos y lo que quedaba de la autopista me quedé algo absorto observando todo.

Volteé para ver los demás.

-Sigamos, con cuidado- dije levantando el garrote y avanzando despacio, atento a todo.

-Seguimos la carretera? -Dije refiriéndome a todos, y después, mirando a Leroy, le comenté con una sonrisa.- Leroy, yo soy Txo. Por si se te había olvidado.

Jana centró su atención en la barrera metálica que bordeaba la carretera y se quedó pensativa siguiendo la curva que trazaba con la mirada de unos ojos curiosos pero también llenos decautela.

- ¿Qué tal si enviamos una avanzadilla? - Propuso - Un par de nosotros podrían adelantarse un poco para mirar dónde lleva el quitamiedos, si no hay peligro avisaremos a los demás. 

Dejó pasar un momento más y soltó el aire en un corto suspiro.

- A lo mejor os parece una gilipollez, pero creo que es importante que actuemos como un equipo, como grupo ya sabéis, no como individuos independientes cada uno mirando por su propio culo. Me da la impresión de que nuestra supervivencia va a depender de que estemos juntos, llegamos juntos aquí, y deberíamos seguir así, mirando unos por otros.

Otra pausa, se encogió de hombros como si realmente no le importara.

- Aunque si queréis tomarlo de otro modo... Solo es una sugerencia.

No queria ni tenia razones de peso para armar revuelo asi que simplemente marcho a la parte trasera. Mas adelante vieron las ruinas de la antigua tecnologia que ahora muertas trataban de hablarles sin voz.

Una vez mas fueron los demas los que llevaron la voz cantante y una vez mas Lenore dio el silencia como respuesta, primero queria ver la reaccion de los que se organizaban.

Escuché a Jana una vez que nos llegamos a aquel lugar.

La verdad la idea no era descabellada y tenía sentido por lo que la analicé y la vi como correcta.

-Esta bien, vayamos nosotros dos, se me hace que eres bastante escurridiza y que Txo podrá defender a la niña de ser necesario, intentaremos volver en un rato- comenté mirando al muchacho - hasta entonces manténganse juntos y no se muevan de aquí-

Tras decir aquello comencé a caminar.

Jana lanzó una mirada valorativa a Txo y a Lenore, quizá ellos no estuvieran de acuerdo en quedarse y quisieran ser quienes avanzasen. "Txo podrá defender a la niña", había dicho Leroy, en opinión de Jana, Lenore parecía saber defenderse más que bien ella solita, que fuese la más joven del grupo no significaba que no tuviese recursos, ni que no supiera usarlos; había sido la primera en ponerse a buscar armas, no hablaba mucho, pero tampoco hacía falta, parecía tener las ideas bastante claras. 

Tras un momento, sus ojos se giraron hacia los árboles que los rodeaban, quizá pudieran subir a uno de ellos para mirar desde arriba, la perspectiva desde un punto elevado siempre era mejor. 

- Nos vemos ahora ¿De acuerdo? - Se oyó decir dando un par de pasos en dirección al hombre de la barba que ya se alejaba.

Una vez la pareja se marcho Lenore comenzó a moverse con rapidez por el camino andado sin perder de vista el quitamiedos. Las prioridades eran claras, despues de tener algo con lo que defenderse, ya que era evidente que estaban en medio de un combate, debian de conseguir agua y comida.

Lenore se puso a mirar por el suelo buscando indicios de cualquier cosa de ser susceptible de ser llevada a la boca o de transportar agua o de ver de donde se suministraban los arboles de agua.

-Está bien, dime que tengo que hacer. No te pongas a pasearte a mi alrededor sin decir nada. -Dijo Txo sonriendo con pose relajada, frotándose la nuca con una mano mientras veía a la niña mirarlo todo. No había contestado a su pregunta del helado... - ¿Qué buscas?

El grupo se separa mientras unos avanzan hacia la carretera...

Lenore busca por el suelo y no parece encontrar nada de utilidad para llevárselo a la boca. No obstante, en cuanto se sale un poco de la senda al llamarle la atención unos arbustos, encuentra una bandolera perdida entre las ramas. En el interior la única comida que queda son unas tiras de lo que probablemente fuera cecina, pero lleva demasiado tiempo ahí como para que a nadie le apetezca probarlo. Probablemente tomársela condujera a enfermar.

No obstante, la bolsa contiene algo más que sí es interesante: munición arcaica. Proyectiles con pólvora que, si encuentran un arma adecuada, quizás sirvan, y si no siempre pueden valer para alguna otra cosa....

Avanzáis camino al quitamiedos haciendo de avanzadilla, andándoos con ojo por si veis algo inusual. Poco antes de salir del bosque, veis que un cuadrúpedo de un rojo negruzco toma la curva que hace la carretera (por el lado tiene una colina y con respecto a vosotros está algo elevada), y os escondéis entre los últimos árboles rezando porque no os haya visto. Parece que son tres o cuatro seres como ese, una manada, que avanzan con velocidad por el asfalto. Un cartel reza, por el lado por el que iban los perros: Richmond 6 km.

- Cualquier cosa, agua, comida, algo para llevar eso...

Comienza a decirle secamente cuando de pronto, entre unos arbustos, encuentra una bandolera con un diseño del siglo pasado que contenia lo que en su tiempo fue comida y... ¿balas? ¿Esto se llamaba balas no?

Sabia que dentro de las mismas se encontraba una sustancia llamada polvora que al inflamarla explotaba, aunque no tenia muy claro el funcionamiento, recordaba haber leido algo. Le enseño una a Txo al tiempo que las volvia a guardar en la bandolera.

- Si no busca ramas y hojas, necesitaremos fuego esta noche.

En cuanto veo a aquellos cuadrúpedos me apresuro y me busco un lugar donde esconderme, mirando a la chica y tomando el garrote con fuerza.

Le indiqué a Jana que se quedara en silencio y me mantuve a la expectativa de ver hacía donde iban, lo malo es que si seguían por donde nosotros veníamos se terminarían encontrando con los que quedamos atrás y al parecer estos seres podrían ser peligrosos.

Txo se acercó y tomó lo que Lenore le enseñaba, examinándolo. Guau, qué interesante pensó:

  ¿Puedo guardármela? -Dijo a medida que se alejaba con la misma.- Voy a buscar ramas y hojas secas y quizá me encuentre algo más. No perdamos este lugar de vista por si vuelven.
 

Lenore hizo un ademan para que se guardara el cachivache al tiempo que buscaba tambien ramas algo mas fuertes para poder cavar aunque fuera poco a poco en el suelo.

Tampoco tenia pensado perder de vista la zona, de momento era mejor estar en grupo. Mas costoso, pero mejor.

La visión de aquellos animales hizo que Jana se tensase. Su primer impulso fue el de escalar a un árbol. Vio cómo Leroy se ocultaba y ella hizo lo mismo, saliendo de la carretera e internándose un poco en el follaje que les rodeaba. Las ganas de escalar uno de aquellos troncos no le parecía mala, si es que podía apañárselas para trepar por él. 

Esperó las indicaciones del hombre mientras no dejaba de mirar a aquella especie de perros.