Partida Rol por web

La victoria parece inclinarse nuevamente del lado de los aventureros. Junto a la enana, su enemigo se gira furioso y descubre que el hada esta rodeada de una brillante luz y en una posición erroneo ... Sin dudarlo ni por un instante la pequeña Darky descarga un par de estocazos sobre la gigantesca mano, el cuerpo traslucido no lo resiste (MUERTO)

La sala queda vaciá de esas manos espectrales, sin emabrgo tanto el cérigo como Valas aún no han aparecido.
De inmediato, Ulrik, sale por la baladosa que había sido tragado y su cuerpo comienza a sangrar profusamente, la sangre atrae algunos roedores que pululaban por el lugar e intentan clavar los dientes en el cuello del clerigo, poco queda hacer para Ulrik, su cuerpo se desploma inconsciente y moribundo en el frío suelo, donde la sangre comienza a ser un gran charco..

Edgar se mantenía concentrando su energía en su cayado cuando vió caer a la última mano espectral de la sala. Dejó de concentrar su poder para divisar la sala, no le dió tiempo a mucho, pues casi al instante la baldosa que trago a Ulrik se da la vuelta y aparece el clérigo con heridas muy feas por todo el cuerpo y sacando sangre por la boca a borbotones..

Casi que tampoco os da tiempoa a asimilar su estado, cuando al otro lado, la baldosa que abosrvió a Valas vuelve a darse la vuelta y esta vez aparece el Goblin con semejante cuerpo al del clérigo. Su pequeño cuerpo yace tendido en el suelo con sus pequeños ojos cerrados y encelto en su propia sangre. Sin duda lo dió todo para escapar del mundo al que le llevó la mano. (muerto)

La sala se queda inundad por el silencio. Y la enana no deja de preguntarse una y otra vez que hubiera sido si hubiera tomado la otra ruta.

No hay tiempo para las lágrimas y hay que seguir..

Los ruidos de la batalla sonaban ya lejanos. El dolor de las heridas no era más que un ligero escozor. La oscuridad lo cubría todo. En la memoria del goblin quedó una imagen grabada; la graciosa sonrisa de Ravie. Un poco más allá, entre brumas, los rostros de sus amigos luchando por sobrevivir...

"¡Ya voy! ¡No os preocupéis! ¡Os ayudaré! ¿Qué pasa...? No puedo moverme..."

Sus ojos se cerraron por completo y poco a poco la oscuridad se hacía eterna..

Ravie suspira hondamente cuando al fin las manos desaparecen, asintiendo satisfecha y apoyando la guadaña sobre su hombre mientras se da la vuelta y sonríe a sus compañeros.
-Vamos chicos, hay que seguir, ¡arriba!- exclama dando un salto junto al cuerpo de Valas, hasta que al estar suficientemente cerca observa el deplorable estado de su pequeño amigo y el arma cae de su mano rebotando en el suelo estrepitosamente.

-¡No puede ser...!- mira aturdida al goblin y después al clérigo sin dar crédito a sus ojos, cubriéndose seguidamente el rostro con ambas manos empezando a sollozar a pesar de intentar contenerse.

El joven hechicero se postró sobre su cayado, dejando resbalar por sus mejillas lágrimas de rabia y dolor. Su alma había languidecido e incluso su arcano y poderoso cayado parecía estar también abatido por la muerte de sus compañeros de andares, emitiendo un resplandor azulado mucho más tenue de lo normal. Después de tantas correrías juntos, tantos combates llenos de adrenalina al borde de la muerte, tantas risas en los breves descansos tomados para retomar fuerzas… Después de todo, no quedaba nada. Nada, excepto un sanguinolento cadáver.

La mirada del brujo se quedó clavada en el demacrado rostro del clérigo, observando cómo la sangre salía a borbotones en los últimos impulsos nerviosos del recientemente muerto héroe antes de adoptar el rigor mortis . Incapaz de soportar la imagen, Edgar se llevó las manos a la boca, tratando de contener una arcada mientras su bastón caía libremente y golpeaba el suelo en un potente estallido de sonido y energía.

Cuando apareció el cuerpo de Valas, el aventurero no pudo soportar más las náuseas por la angustiosa, cruenta y dolorosa situación y se desaguó en sus vómitos, dejando en el suelo de cuadrículas todos los alimentos que había compartido con sus inseparables compañeros de fatigas con los que en tan poco tiempo había congeniado y pasado tantos buenos y malos momentos.

- Ra… Ravie –acertó a decir entre arcadas, apoyado sobre el frío mármol como un niño indefenso- No puedo… no puedo seguir. –dijo dejando resbalar las lágrimas por sus mejillas, que ardían por su interior a pesar de la palidez externa que tanto contrastaba con el pelo moreno del joven- No puedo… –concluyo, una vez se había vaciado, recostándose sobre una pared y dejando caer su cabeza hacia atrás, muerta.

Darky se envuelve en un aura mágica y rápidamente arremente contra la mano con su espada por delante. Una lluvia de diminutas luces invaden a la mano hasta que se va cosumiendo poco a poco en la energía canalizada por el hada.

Al sentirse contenta por haber derrotado a una de esas manos, cierra su puño a la vez que se le escapa un 'Sah'.
La alegría le dura poco al escuchar detrás com alguien está agoniando y expulsando sangre por la boca. Al darse cuenta de que es Ulrik se le abren los ojos..

-¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!.....

El hada observa el espectaculo que la masacre ha dejado. El pequeño cuerpecito de Valas al lado del clérigo, ensangrentado e inmovil es lo unico que Darky ve.

Lentamente se acerca a su compañero Ulrik, cientos de recuerdos con el clérigo asaltan la, otrora, dicharachera mente de Darky, ahora en ella solo sentimiento aflora la ira, la venganza...

Se agacha a ver al pequeño, tomando su cuerpecito en sus brazos, lo abraza y aguanta las lagrimas, sin sollozar. Tras unos segundos se levanta, con una mirada empañada en furia. Sin decir ninguna palabra sobre la pérdida de sus amigos, sobre el insondable abismo que se ha abierto en su corazón, en su alma, dos amigos perdidos en esta aventura, un solo responsable. Darky nunca habia sido una genia en matematicas, pero el resultado de la ecuación era sencilla: muerte.

Era uno de sus mejores compañeros y voló hacia el

El bárbaro no se sentía con ánimo de hablar, todo había sucedido muy rápido, y se lamentó en no haber podido ayudar por completo a sus compañeros, pero lo que mas temía el bárbaro era su frialdad, pues aunque lamentaba a muerte de sus compañeros, no sufría y lloraba su muerte, pues habían dado su vida por una causa a sabiendas a lo que se arriesgaban, y habían fallecido siendo valientes y locuaces, sin abandonar a sus compañeros y dando todo de si, para un bárbaro morir en una batalla era su mejor final, quizá por eso no lamentaba su muerte tal y como ahora hacían sus compañeros que aún seguían vivos...

Si es verdad que echaría de menos al gran clérigo y al pequeño Valas, pero sabía que algún día se encontrarían al otro lado y hablarían de sus aventuras, nada se les podía reprochar, tan solo el bárbaro pensaba en como llevarse los cuerpos cuando todo terminara para un funeral acorde con sus vidas y honor...

El bárbaro dejó un tiempo a que sus afectados amigos lloraran la muerte de sus compañeros, no tenía prisa por avanzar, pues el maldito mago acabaría de una u otra forma en el infierno....

Al pasar un buen rato dejando pasar la consternación, el bárbaro se acerca a la pequeña enana y le pone su fuerte mano en el hombro...

- Debemos seguir, tenemos que acabar con lo que hemos venido hacer aquí, además de luchar por su memoria...

Ravie pasa las manos con insistencia por su cara, asintiendo a las palabras del bárbaro a sabiendas de que tiene toda la razón, acabando por darse un par de golpes en las mejillas con mayor decisión.
Sin duda esto no hace más que incrementar sus ganas de toparse con el maldito hechicero, pero al parecer otros no opinan los mismo y el dolor se vuelve más desgarrador para ellos.

-Edgar, Edgar...- se acerca al joven mago haciendo caso omiso del desagradable vómito, zarandeándolo de una pierna con expresión severa.
-Han dado la vida por nosotros, ¿acaso te crees con derecho a menos? Vamos a hacer que su sacrificio no sea en vano y honrar sus muertes con la del hechicero, ¿queda claro?- tira ligeramente de su capa, dando a atender que no aceptará un no por respuesta.
En realidad espera que su amigo sólo necesite un poco de "empuje" porque nunca ha sido demasiado buena con discursos profundos.

Cuando Ravie agita la pierna de Edgar éste echa sus ojos, rojos por el llanto, hacia delante, sin fuerzas para levantar siquiera la cabeza. Mientras la enana habla, el brujo permanece mirando su rostro infantil y el movimiento de su pelo de paja, ensuciado por el largo caminar por los túmulos a los que él ya no veía ningún sentido. Cuando termina su breve discurso, el hechicero inclina el rostro hacia delante, dejándolo caer junto con toda su cabeza, que rebota varias veces hasta quedarse quieta.

- Si no hubiéramos entrado a esta condenada montaña... Todo lo hizo la avaricia. La sangre nos cegó y nos hizo avanzar como autómatas hasta que ha sucedido lo inevitable. Esto nunca se acaba. Nunca se acabará. Deambularemos por estas grotescas grutas oscuras y húmedas hasta que hallemos la muerte de manos de cualquiera de los demonios que las pueblan. Vamos a morir. ¿No lo entiendes, Ravenna? -la charla, que parecía dirigida más a sí mismo que a la enana, se tornó cada vez más cruentamente realista, y la última pregunta fue acompañada de la mirada de rabia del hechicero, que punzó el corazón de la joven. Parecía que todo rastro de cariño había desaparecido de la figura del anteriormente afable hechicero- Todos moriremos, estamos aquí cumpliendo condena hasta que se nos lleven...

-pero qué dices, ¿¿acabas de perder el juicio??- la enana no alcanza a comprender las palabras de su amigo, habla pero parece decir nada más que incoherencias bajo su punto de vista. Aunque no puede culparle, claro, la muerte de sus dos compañeros ha sido dura para ambos... y los que quedan no son los más expertos oradores y animadores precisamente.
Mira a Darky y Gorex esperando que estos le echen alguna mano y muestren su apoyo a Edgar, pero parecen suficientemente consternados consigo mismos como para quedarse plantados donde están.

-Vamos deja de hacer el idiota Edgar, NO vamos a morir- remarca exageradamente la negación y sigue tirando de la ropa del mago con insistencia para que se ponga en pie -El hechicero ya no está lejos, lo presiento, seguro que en un par de pasillos damos con él y todo esto acaba...- "Para bien o para mal", piensa para sus adentros Ravie, la cuál no teme a la muerte y probablemente por eso siga con la suficiente fuerza de voluntad.
-Vamos Ed, no puedes hacernos esto, ¿crees que quedarte aquí sentado solucionará algo? Tenemos que seguir adelante y salir de éste sitio vivos para poder dar digna sepultura a nuestros amigos. Además, sin ti no lo conseguiremos.

Darky con lágrimas todavía en los ojos revolotea inquieta. Todo esto es demasiado para una dulce criatura de los bosques.

Se acerca al abatido Edgar: No podemos rendirnos ahora. Nuestro camino se unió un día fuera de esta maldita montaña y ahora ha de seguir adelante aunque no estemos... todos juntos. Debemos vengar su muerte, pero sobretodo su lucha, dieron su vida por nosotros, si nos dejamos vencer ahora, habrán muerto por nada. Moriremos si ese es nuestro destino, pero moriremos juntos luchando por cada uno de nosotros! sin importar cual! Somos un todo y como tal vamos a machacar a ese hechicero de pacotilla dice seria mientras golpea con su puño la nariz de su fiel compañero.

Se posa sobre su hombro y le pregunta con no cierta ironía: ¿Preparado para luchar?

Edgar, con un nudo gordiano en el estómago y otro en la garganta, mira afligido a sus compañeras, como un niño enfermo y asustado. Siente en su interior una amalgama de sentidos que batallan entre sí mermando su estado psicológico y los tirones de Ravie no hacen más que empeorar la situación al incrementar, inconscientemente, la presión a la que estaba sometido el hechicero. Las palabras de la enana no parecen causar una mejoría lo suficientemente notable como para reanimar al brujo, exceptuando su cuestión sobre la utilidad de quedarse tirado.

Cuando Darky, aún llorando, llega hasta su rostro, Edgar está a punto de despacharla con cualquier comentario hiriente o grosero, haciéndola ver que iba a tratar de defender una postura que era evidente que no compartía por su visible llanto, que ya venía arrastrando un tiempo por el agobiante aire que respiraban. Sin embargo, cuando comienza a hablarle, la aceptación sincera de la muerte como una muy probable posibilidad parece darle una lección al brujo y cortar la semilla de la insolencia que había comenzado a gestar tras el trágico suceso. Cuando le da un puñetazo en la nariz, no puede evitar dejar escapar una sonrisa cansada y, en cierto modo, cariñosa.

- Está bien -se determina, volcándose hacia un lado para apoyarse sobre su cayado y hacer fuerza en él para incorporarse- Vamos a ir a por ese maldito bastardo malnacido y, aunque sea nuestro último recurso, le ahogaremos en nuestra propia sangre. Lo que ha hecho ese cerdo no puede quedar impune. Venganza. -su última palabra, un macabro grito colérico, retumba atronadoramente en todas las galerías circundantes del laberinto, dejando clara sus futuras intenciones. Con rabia, el brujo deja escapar buena parte de su tensión y su dolor en un brutal relámpago dirigido a uno de los dos arcones, al que deja hecho trizas*.

La victoria había costado demasiado, quizá si los aventureros hubiesen permanecido juntos, quizá si se hubieran preparado mejor, quizá....

No, no había tiempo para las lamentaciones, muchos eran ya los posibles compañeros que habían caído en aquella frenética búsqueda para que ahora ellos se detuvieran en inútiles lamentaciones, había que seguir.
Las nuevas traídas por el hechicero eran terribles, lo que en un principio parecía un peligroso pero simple relámpago su esfuerzo para canalizar la energía de su cayado parece traída de las fuerzas demoníacas del mismo laberinto. Un tremendo rayo sale del bastón a la vez que grita venganza arrojando al mismísimo brujo hacia tras a causa de la propia inercia, el rayo toma una dirección recta terminándo por estamparse en el cofre y haciéndolo trizas, saltándo monedas por los aires y varios objetos que guardaban dentro del cofre.

La armadura que estaba al lado del mismo cofre, cae de frente al suelo haciendo un estrepitoso ruido y despegnadose a causa del impacta cada una de las piezas de la armadura, después un terrible silencio inunda la sala..