Partida Rol por web

El hombre del traje gris

Todos los caminos...

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10/12/2008, 22:52
Director

Malhumorado por todo lo sucedido Domingo arrancó el coche en cuanto Elías se hubo subido. A poco menos de dos calles había un hospital donde podrían echarle un vistazo en urgencias.  El muchacho le había zurrado con todas las ganas... era justo lo que les faltaba.

De pronto el coche se vio inmerso en la marea que formaban los vehículos en Madrid, un sin fin de monstruos infernales de metal que clamaban por un pequeño espacio en el asfalto, pequeñas islas de desesperación sometidas a la rutina diaria y al odio de sentirse acorralados. Así se sentían ahora mismo Domingo y Elías... Atrapados en medio de un mar de metal que no les dejaba avanzar. El policía maldijo... habrían llegado antes incluso andando. Pero ahora estaban en medio de una avenida de cuatro carriles, justo en el centro, atrapados en aquel ataúd de metal. Al menos la herida del argentino había dejado de sangrar...

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11/12/2008, 10:26
Elías Bonabre

-Domingo –rompió el silencio-, esto se ha complicado muchísimo. El mundo está lleno de locos capaces de contagiar su locura como si se tratase de un virus más. Viste al tipo trajeado, ¿no es así? Por lo que dijeron los chicos, nos ha venido siguiendo a todos, incluso desde antes de que diésemos con el diario. ¿Por qué? No quiere nada bueno, antes malo, eso lo tengo claro. Su cara es una pura madeja, ¿te diste cuenta? Sólo por los rostros sabemos que debemos entregarnos a los otros en tanto seres humanos, así que algo que no tiene cara… No puede ser nada bueno, no. Deberíamos enterrar el diario en donde indicó el Gallego, sin más. Pero ¿para qué, ahora para qué? Ahora lo sabríamos todos nosotros, permanecería allí, bajo esas raíces, pulsando como un diente infectado…

El dolor sordo de lo roto se propalaba por su rostro y enredaba su consciencia en entresijos catárticos.

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12/12/2008, 15:16
Director

En la radio la emisora se resistía a captar ninguna cadena normal... Todo era ruido y estática... Domingo le dio un manotazo impaciente para apagarla mientras abría la boca para contestar a Elías. Para su sorpresa la radio no se apagó. Es más: el ruído de estática cambió pronto por otro mucho más extraño... Parecía como si alguien hubiera cogido una sierra eléctrica y estuviese retransmitiendo el sonido de su motor en marcha por la radio. De fondo se escuchaban gritos... Muchos gritos... Y todos los canales parecían dar la misma emisión...

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15/12/2008, 22:45
Domingo Torres

Domingo fingió no escuchar al argentino.

- ¡Joder! Maldito atasco. Lo que nos faltaba. ¿Cómo va esa nariz, Elías?

Comenzó a golpear la radio y el mismo sonido sonaba una y otra vez, daba igual la emisora.

- Maldito trasto. A veces le da por fallar y no hay quien comprenda como funciona.

Estaba claro, el policia no podía asimilar lo que ocurría. Todo esto no tenía una explicación racional en su tabulada mente. Estaba convencido de que algo lógico estaba detrás de todo ese rollo y le desesperaba no poder averiguar qué.

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16/12/2008, 11:23
Elías Bonabre

Elías recordó la primera reacción de Domingo, días atrás, después de su disertación sobre las espirales, y concluyó que aquel personaje tenía por costumbre hacer oídos sordos a cualquier expresión ponderada de ideas concatenadas. Insistir no merecía la pena.

El ambiente dentro del auto comenzó a hacerse opresivo.

-Ya no sangra –respondió. -¿Puedo abrir la ventanilla?

Observó la impaciencia del otro con la radio. El sonido había comenzado a transformarse en un evento nítido... y espeluznante. ¿Era posible aquello? Se ahuecó el cuello de la camisa.

-Es como si hubiese interferido la banda sonora de una película de miedo... ¿No puede desconectarla, sin más? –Muy al fondo de su voz apuntó una nota de pánico.

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16/12/2008, 13:12
Domingo Torres

Asintió con la cabeza para que el argentino bajara la ventanilla y siguió golpeando la radio un rato más.

- ¿Qué crees que intento? - dijo mientras movia el control de volumen a todas las direcciones posibles.

- Ni que fuera tan facil - pensó para si el policía.

Levantó la cabeza y miró adelante. Iba a ser más fácil llegar al hospital andando y al menos eso les libraría del maldito ruido infernal de la radio. Buscó un sitio para dejar el coche.

- Elías, será mejor que nos bajemos y vayamos andando. El hospital no está a más de dos calles - inquirió tratando de apartar el coche de la marcha.

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16/12/2008, 13:36
Elías Bonabre

-Es un imposible, Domingo, estamos en mitad de todo el quilombo –apostilló el argentino.

Abrió la ventana con celeridad. No quería presentarse sólo en el hospital, presumía que acompañado del policía recibiría una mejor atención. Sin poder reprimirse, urgió al otro:

-Mejor apagá el motor, a ver si así se silencia la maldita radio.

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16/12/2008, 15:50
Director

La radio seguía emitiendo aquel chirriante ruido. Los gritos poco a poco aumentaban de volumen... ¿Qué era aquello? ¿Qué demonios pasaba? Elías bajó la ventanilla. ¿Cuando empezó a hacer tanto calor? Si el cielo incluso estaba plomizo, gris... Los coches parecían multiplicarse alrededor. Ambos individuos, conductor y copiloto, notaron una sensación de mareo muy desagradable. Los pitidos del atasco, repentinamente, se parecían más a aullidos de fieras enjauladas. Elías miró hacia uno de los coches que estaban al lado... ¡Y un cadáver descarnado le sonrió desde el otro vehículo! Ante el grito imposible de ocultar del Argentino el propio Domingo se giró sorprendido. ¡Los coches de alrededor! ¡Todos los coches eran ahora amasijos de lata! Parecía como si una enorme bomba nuclear hubiera arrasado el lugar y dejado a su paso de destrucción los restos de una ciudad muerta. ¡Y ellos estaban atrapados en medio!

Domingo se frotó los ojos incrédulos. Cadáveres... Todos eran cadáveres encerrados en aquellos coches que ahora eran tumbas... Elías sintió como su corazón se aceleraba. Y en la radio los aullidos eran ahora insoportables. La sierra eléctrica había ido subiendo un crescendo imposible hasta parecer tal cual que la tuvieran en el asiento de atrás.

¡Y repentinamente la luz! Domingo sintió un sobresalto cuando un único pitido tras él insistió para que se moviera. Alrededor todo volvía a ser idéntico, solo que estaban de vuelta en Madrid y el atasco, finalmente, parecía ir diluyéndose. De hecho era ahora el coche de Domingo el que obstaculizaba aquel carril central. En la radio una voz amistosa informaba:

- Acaban de escuchar ustedes el último single de los Devils' Apartment, que contra lo que puedan pensar se trata de una banda de rock de Carabanchel. Refiriéndose a su música como satánica y sin duda buscando la polémica esta noche darán un concierto en la Sala de Conciertos Jacob. Estamos seguros de que los heavys de la ciudad estarán encantados con su música en inglés sin embargo reciéntemente el conocido cantautor Joaquin Sabina se refirió a los Devils' Aparment como una pandilla de criajos que como no saben que decir cantan en inglés para que no se le entienda...

Aquel estallido de normalidad tras lo sucedido desconcertaba a ambos hombres...

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16/12/2008, 18:11
Elías Bonabre

Horrorizado, Elías rastreaba en el rostro de Domingo señales que le indicasen que la alucinación había sido compartida, y entonces, hablar de alucinación sería un puro eufemismo. ¿Deberían entender que, en realidad, ambos se habían escurrido por un punto de sutura o gravedad hacia una suerte de infierno post-atómico?

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17/12/2008, 18:04
Domingo Torres

Cada vez más la mente del viejo policía se veía sobrepasada por algún que otro dislate de la realidad.

Giró la cabeza hacia Elías y se encontró con la mirada horrorizada del argentino.

- No puede ser que ambos estemos viviendo el mismo sueño - pensó Domingo.

Los coches volvían a moverse con normalidad y la radio volvía a emitir lo que normalmente emitía a esas horas. Probó apagarla...

Todo era tan horrorizantemente normal ahora. Quizá ese escape de la realidad se debiera a la falta de sueño, quizá al exceso de trabajo. Pero había algo que no encajaba y ese algo era Elías y los muchachos.

Alguna vez había leído en algún informe este tipo de chorradas. Seguro que era falta de sueño; seguro.

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17/12/2008, 20:41
Elías Bonabre

En efecto, en la actitud envarada de Domingo podían adivinarse las secuelas de la misma experiencia. El corazón se le disparó con motivo de esta certidumbre.

- A ver, calmate, calmate. -dijo, poniendo todo su empeño en serenarse. Respiró hondo y apremió: - Domingo, vámonos de acá, mirá, allá hay un agujero, tocale la bocina a ese y metete por ahí. Así, eso es.

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18/12/2008, 19:22
Director

Domingo logró apagar la radio sin problemas y siguiendo las indicaciones del argentino recuperó el aplomo necesario para aparcar a la entrada de un Hospital. Después de todo el motivo de ir en el coche era curar las heridas de Elías aunque después de lo vivido parecía un asunto casi banal. ¿Lo vivido? ¿Realmente lo habían vivido?

Notas de juego

Por cierto Griffin ya te contesté en la Bolsa de Masters.

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22/12/2008, 18:14
Domingo Torres

Domingo bajó del coche rápidamente. Miró a Elías y meneó la cabeza. No quería creer lo que decía el argentino. Seguro que todo esto acababa teniendo una explicación.

Por fin estaban en un lugar donde las cosas parecían ser normales: un hospital. Domingo miró la nariz de Elías.

- ¿Cómo va eso? - dijo mientras observaba

- ¡Buf! - exclamó - no tiene buena pinta.

Se acercó a la ventanilla de información y le mostró su placa a la persona que estaba atendiendo.

- Mire, mi amigo ha perdido mucha sangre. Yo creo que tiene la nariz rota. Dense prisa por favor - dijo señalando a Elías.

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22/12/2008, 23:29
Director

Media hora después Elías y Domingo estaban en uno de los compartimentos de urgencias. A Elías le habían vendado la cara y cortado la hemorragia. No es que luciera mucho mejor ahora pero algo era algo. El viejo policía no podía dejar de pensar que últimamente se pasaba demasiado tiempo en urgencias. Ayer mismo estaba en un departamento similar acompañando a Hermo el Punky ...

La médico entró y echó un vistazo al rostro de Elías. Luego le recetó un par de medicamentos con cortisona para bajar la hinchazón.

- No se preocupen,- le dijo - en unos días estará como nuevo... Ha sido un mal golpe, la verdad.- miró a Domingo - ¿Cómo dijeron que se lo hizo?

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23/12/2008, 21:43
Domingo Torres

Domingo miró a Elias antes de contestar.

- Un desafortunado incidente señorita - la voz del viejo policía titubeaba.

No se le había ocurrido nada más ingenioso que decir y volvió a mirar a Elías.

- Fue en el coche, si eso es, fue en el coche. Frené bruscamente y se dio contra el asiento delantero con tan mala suerte que... - la voz volvió a sonar desconfiada.

- ... bueno, el resto ya lo ha visto.

Resopló descreyendo de cada palabra que decía. No pretendía que la señorita lo creyera, tan solo que no preguntara más. Demasiadas preguntas esperaban respuesta en la cabeza del viejo policía como para priorizar otras.

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24/12/2008, 12:20
Elías Bonabre

La cura había sido muy dolorosa, y mientras que la sufría, Elías se había debatido entre la posibilidad de dejarlo correr –habida cuenta de los siniestros hechos que habían presenciado con posterioridad-, y el resarcimiento de su dignidad. Ahora escuchó con impaciencia los ensayos de Domingo, sin dejar de negar con la cabeza, y a su término, disintió con voz calmosa:

-No, no, lo siento, Domingo, pero no voy a dejar que ese pellejudo se vaya de rositas. Doctora, ha sido una agresión en toda regla, por parte de un gamberro; el agente aquí presente conoce sus datos y fue testigo. –Y mirando con pundonor a su acompañante: -Ha estado a punto de matarme, Domingo, tiene que pagar, un tipo así no puede estar suelto por la calle, lo sabés.

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24/12/2008, 13:21
Director

- Si ha sido una agresión tendremos que cubrir la denuncia.- la médico miró a Domingo con cierta curiosidad antes de añadir - Les dejaré los papeles en la recepción, según me dijero usted es policía... No creo que haya dudas. Les dejaré cubierto el parte de lesiones.- se volvió hacia Elías - Cuide de tomar los medicamentos según lo recetado y quizás le vendría bien un poco de descanso. Por lo demás tiene usted el alta. Espero que se mejore. Si le doliese o notase infección puede llamar para que le de una cita su médico de cabecera.

Tras esto la mujer se fue diligentemente dejando a ambos hombres en el receptáculo.

Notas de juego

Mmm... no sé de donde sacasteis que era una doctora :D Pero cambio yo su género que es más fácil que cambiar vuestros dos mensajes ;)

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27/12/2008, 12:13
Elías Bonabre

Si bien estaba decidido a completar los onerosos trámites, Elías se devanaba los sesos sobre cómo plantearle al obtuso policía el asunto de aquellas escalofriantes visiones. En cuanto la doctora hubo desaparecido, probó:

-¿Un truco de mentalismo? ¿Una gran ilusión? Se me ocurren procedimientos para desenfocar la cara de alguien, como era el caso del tipo del traje gris, pero, ¿y lo del coche? Es la primera vez que veo un truco sin que su realizador se pavonee por el escenario. Yo podría aducir que estaba conmocionado por el golpetazo, pero vos… Sí, no podés negarlo, viste ese escenario del acabose, eso era un infierno.

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27/12/2008, 16:47
Domingo Torres

Meneó la cabeza negandose a si mismo las evidentes palabras del argentino. Al fin acabó por claudicar.

- No se que pensar Elías. Me cuesta mucho creerme todas esas historias que cuentas. Si me permites, creo que la falta de sueño está acabando con la poca estabilidad de mi mente.

Escondió su cabeza entre sus manos apretando las sienes. Resultaba reconfortante y le ayudaba a pensar con claridad; aunque esta vez no había nada que le hiciera ver las cosas con claridad, no con la claridad deseada. Para Elías todo parecía ser un truco de magia, como provocado por un experto hechicero de quien sabe que extraño lugar, pero para el pobre Domingo esa explicación no cabía más allá de los libros para infantes.

- Tiene que haber una buena explicación; estoy seguro. Hay algo que se me escapa pero, ¿qué?

Se mesó la barbilla, pensativo. Caminaba de un lado a otro si parar un solo momento. Todo esto estaba yendo demasiado lejos y no tenía ni la más mínima pista de por donde pudieran ir los tiros.

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27/12/2008, 17:28
Elías Bonabre

Vigiló las poses de Domingo con esperanza, hasta que comprendió finalmente que se hallaba tan perdido como él. Resopló y aseveró:

-Si el diario y sus circunstancias están encantados, no nos sirve enterrarlo donde dijo el Gallego. Vamos a tener que confiar en lo que dijo Tolito y parlamentar con el Portugués para obtener más información. De cualquier manera, el pendejo tenía razón: ya debe saber de mí.