Partida Rol por web

¡Vamos, cabra! ¡Vamos, cabra!

Siomorang intenta azuzar a la cabra para que cornee a los lobos. La cabra es cabra, pero no estúpida, y retrocede para dejar a su pastor entre ella y varias hileras de mortíferos dientes.

¡A la mierda! ¡Yiiiiiiiiiiiiiiiiii...!

Siomorang lleva el brazo hacia atrás... y lanza un tremendo puñetazo hacia arriba... el cual se dirige inexorablemente a la mandíbula de uno de los lobos... ¡PERO EL GOLPE FALLA!

Poca cosa podía hacer Akrate con aquella bestia encima suyo. Un sudor frío recorrió el cuerpo del pequeño goblin viendo las fauces de la muerte al fin tan cerca. Siempre había tenido la sensación que moriría de una forma horrible, pero no se imaginaba que sería el almuerzo de un perro sarnoso.

Reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban, sacó su daga e intentó incorporarse, con la clara idea de asestar tantas puñaladas al lobo como le fuera posible.

Pero los dioses parecían querer que Akrate muriera hoy, y sus puñaladas se perdieron en el aire. El goblin empezó a ser presa del pánico.

Las cosas no estaban marchando demasiado bien, al menos para ellos, pero Grolm no es de los que se rinden sin luchar. Levantándose con gran esfuerzo se encara nuevamente con el que parece ser el lobo dominante.

Maldito bicho peludo!... mira que tirarme al suelo, ahora verás!

Sin tardar lanza un nuevo ataque contra el animal, pero está claro que su fuerte es el arco no esta pequeña cimitarra...

 A pesar de que los trasgos se resistían a ser una presa fácil para la jauría la verdad es que parecía que las cosas iban mal para ellos, se veían abrumados y sus contras no resultaban demasiado peligrosas.

 Siomorang menospreciando e las bestias que no logran derribarle falla un ataque contra ellos, lanzando un torpe manotazo al aire.

 Akrate, en el suelo con la fiera encima suyo saca el puñal e intenta de clavárselo a la quijada a la fiera, pero la situación le devorda, el pánico se adueña de él que por poco pierde su acero.

 Grolm, se levanta del suelo bloqueando con soltura la dentellada de la bestia con el filo de su cimitarra, causándole en el proceso un tajo en los labios peludos (-2).

Estaba tan rodeado de esas ratas peludas que no sabía a cuál golpear primero, pero ya que me había puesto a zumbar al grandecito blanco, creía, pues ya no estaba seguro, volví a intentar pegarle a ese, además, por alguna razón parecía ser el jefe rata y si nos quitábamos a su líder igual los demás salían corriendo, porque sino intentaría matarlos a todos.

 Con el deseo de exterminar aquella bestia feroz, acompañando el ataque de un rugido, el maltrecho Thok logra impactar con su pesada hacha el flanco del gran macho (-6), este lanza un gruñido en respuesta a la sangre que sale de la herida.

 Entonces la manada de bestias se pone a lanzar dentalladas a diestro y siniestro, mostrando que están acostumbrados a cazar en manada y trataando de rodear con cautela a los snagas. Pero los ágiles trasgos mostraban que se negaban a caer, Thok, enfundado en la extravagante armadura azulada logra imponerse a los mordiscos que le lanzan por detrás. Siomorang, haciendo gala de una gran destreza con las armas, esquiva y bloquea los mordicos de los lobos. Akrate, desesperado, pone todo su empeño en eludir las fauces de la criatura, con bastante éxito.

 Pero Grolm, poco acostumbrado a los combates a corta distancia, recibe un ataque de refilón en un muslo (-2 pv)

 El gran macho que lidera la manada lanza otra peligrosa dentellada a Thok, pero el feroz trasgo interpone la greba de la armadura desviando el ataque bajo con intención de derribarle.

Maldita sea, me intentan rodear...

Siomorang tuvo algo de entrenamiento marcial. Normalmente un soldado snaga es una vorágine de improvisación en el ataque, pero algo de instrucción había recibido. Y sabía que estar entre dos enemigos no era algo bueno.

Intenta mantenerse en movimiento para que no le cojan por la espalda y vuelve a arrear una hostia al lobo.

¡Esta vez le di! ¡De refilón, pero le dí!

Y es que el golpe no había acertado de lleno, pero ahora sabían con quién se estaban metiendo: con el gran Siomorang, el...

*Beeeeeee...*

...el pastor de cabras.

Calla, leñe, o le daré cabritillo para comer a estos lobos. ¿O eres cabritilla?

Aún preguntándose por el sexo del animal, siguió combatiendo a las bestias.

 Percatándose de la estrategia de las bestias, Siomorang hace un amago para obligarlas a moverse a la vez que lanza un revés a uno de las cánidos, haciendole sangrar del morro (-5 pv). Mientras va forcejeando con la cuerda por la que tira de la cabra, horrorizada ante el olor de los depredadores.

Akrate a duras penas podía despegarse del lobo que lo acosaba. Intentó incorporarse haciendo sitio con desesperados tajos al aire de su daga, con un poco de suerte lograría acertar en el morro de la bestia.

El pánico empezaba a apoderarse del enfermero, no estaba acostumbrado a las peleas, y menos si empezaba a sangrar. Si pudiera poner distancia entre el lobo y él, aun tenía alguna oportunidad.

 Grolm logra zafarse a tiempo de la presa del lobo, antes de que ese le logre derribar. Demostrando que no se daba por vencido.

 En otro lugar, el fatigado Akrate también se incorpora, imitando como hizo anteriormente Grolm, usando el puñal para plantar cara a la criatura, logrando causarle un leve tajo (-3).

 Los trasgos se resistían a sucumbir... ¿pero cuanto tiempo aguantarían?

Esta vez fui más rápido que tú, bicho! y si puedo evitarlo no volverás a cogerme...

Con el ánimo renovado gracias a haber evitado que el lobo lo tirase, Grolm lanza una nueva estocada pero una vez más se hace patente su falta de práctica con este arma...

Serás!, quieres parar de moverte para que pueda zurrarte!

 Grolm, espoleado por la ncesidad y aprovechando que tan solo tiene una sola bestia, centra toda su atención en esta.

 Fintando logra superar las defensas de la bestia y una herida empieza a sangrar a la base del peludo cuello de la bestia (-3 pv).

Entre la enorme rata peluda de los abrazos de la venida y ahora estas otras ratas peludas que parecían no querer morirse, empezaba a ponerme de muy mal humor y ya, al final, se me tuvo que notar. Mis venas se comenzaron a hinchar, al igual que mis músculos, haciendo que las cinchas de mi armadura incruso crugieran, aunque ya estaban acostumbradas a esos cambios en mi cuerpo y bueno, cuando me ponía de tan mal humor, tamopoco es que me importara que me quedara algo más ceñida de lo habitual.

Con un tremendo rugido levanté el hacha sobre mi cabeza, con una energía renovaba y más vivo de lo que parecía unos instantes antes, pero con tan mala suerte que debí de ser predecible, incluso para una rata, puesto que se movió lo justo para apartarse cuando mi hacha debería haberse incrustado en su lomo.

 En efecto, el gran lobo que luchaba contra Thok se percató del cambio de estado del trasgo y puso sus sentidos en mantenerse bien alejado de los ataques del verde snaga. La pesada hacha se abrió camino en el suelo, con un sordo sonido, Thok la levantó de nuevo para poder blandirla de nuevo pero antes sintió como los otros lobos se le venían encima de nuevo... más la armadura le sirvió bien de neuvo, desviando los colmillos de las bestias, incapaces de encontrar un lugar donde incar el diente.

 Cerca de Thok, Grolm es víctima de una feroz dentellada que por poco no le arranca el brazo con el que esgrime la cimitarra (-6 pv). Sintiendo de nuevo como la bestia intenta derribarle.

 Por su lado, Siomorang, que hábilmente se había zafado del ataque en conjunto de los lobos, ve como estos perseveran... por desgracia a pesar de sus destrezas marciales, el guerrero no contaba con una armadura como la del trasgo bárbaro, y sufre dos feas heridas, una muy dolorosa a la altura en el muslo (-3 y -7 pv), para sentir de nuevo como tiran de él para el suelo.

 En su particular combate, Akrate, recibe otra nueva dentallada, pero por suerte logra eludir la peor parte del daño enel último instante, sufriendo tan solo un escandaloso rasguño (-2 pv).

 El maltrecho líder de la manada, aprovechando el pesado hachazo de Thok, y que tiene la guardia baja unos instantes, le lanza un nuevo mordisco, esta vez en el antebrazo (-5 pv), ¡tirando de él para llevarlo al suelo!

 La cosa pintaba muy mal, estas bestias mostraban una dura determinación, espoleados por las acciones y rugidos de su líder.

 Las bestias no dejaban de intentar tirar al suelo a los trasgos, pero esos se resistían como unos condenados, en eso les iba la vida.

 Grolm, empezaba a tomarle las medidas a si particular fiera y esta vez logró mantenerse en pie. Siomorang, de alguna forma logró mantenerse en pie a pesar de que tiraban de él por los dos lados, o tal vez justamente por eso logró mantenerse con los pies bien firmes sobre el suelo de arcilla resecada del suelo de la pradera.

 ...

¡Diablos!

Siomorang forcejeaba una y otra vez con los lobos, y con la cabra que tiraba de él, pero los muy ladinos tenían al snaga completamente acosado.

Intentaba alejarse una y otra vez, golpeando al aire sin lograr espacio suficiente como para poder conectar un buen gancho rocoso de derecha.

¿Esta cabra podrá montarse?

Mientras barajaba la posibilidad de subirse a la cabra y salir cabalgando de allí (tal vez huyendo o tal vez retirándose estratégicamente para poder combatir otro día), los lobos seguían acosándole. Las heridas empezaban a ser graves. No como un hachazo de Thok, pero sí bastante graves.

 Siomorang apartándose del flanqueo de los lobos, intenta aplastarlos con su puño convertido en una mole rocosa, a modo de mazo. Mas parecía que al haberse vuelto rocos, su mismo brazo lo desequilibraba, haciendo que quedara desequilibradao y pasando finalmente su rocoso miembro por encima de los lobos, sin causar daño alguno.