Partida Rol por web

Akrate intentaba por todos los medios deshacerse de la bestia que lo acosaba. No era un secreto que en el combate cuerpo a cuerpo era un negado. Si la cosa se alargaba, lo más probable era que las feas heridas que ya le había hecho el lobo, se convirtieran en pocos momentos, en heridas realmente alarmantes.

Lo único que podía hacer era defenderse con su daga, y esperar que no lo derribaran otra vez.

 El erudito trasgo, el Listo para algunos, hacía todo cuanto podía.

 Al ser el más escuchimizado del grupo hacía qu ela fiera fuera descuidada en su intento para terminar cuanto antes con él, pero el snaga tenía otros planes. Defendiendose con su única arma, una pequeña daga, usada a modo de escudo, intentaba bloquear las dentelladas de la bestias, otra bez logró causar una herida en la criatura (-1 pv)

Aprovechando la oportunidad que le brindaba el haber evitado que el lobo le tirase al suelo, apuñaló una vez más al animal pero sin mejor resultado que las otras veces. Parecía que su pelea se estaba convirtiendo en una lucha por desgaste y... tiene muy claro quien de los dos lleva las de perder..

Maldito bicho! si hubiera algún árbol al que trepar ya verías lo que es bueno... te iba a dejar como un erizo!

Si tan solo pudiese usar el arco sin que se me echasen encima... tendríamos más opciones.. pero solo hay hierba! mierda!

 El arquero del grupo, maldiciendo por encontrarse en combate cerrado, lanza un nuevo ataque a la fiera, a pesar de no ser una herida profunda, sirve para que la bestia sangrara de una nueva herida (-2 pv).

 Los snagas, luchando por sus vidas, plantaban cara a la jauría, haciendo de tripas corazón a un enemigo feroz que les superaba en número.

Al final, después de tanto insistir, las ratas consiguieron tirarme al suelo, lo que me hizo enfadarme aún más si es que eso era posible estando en aquel estado en el que estaba y sin pensármelo dos veces ( como siempre ) me levanté sabiendo que aprobecharían para moderme, pero con la esperzanza de acabar de una vez con el peludito gris de su líder antes de que él acabara conmigo.

- GRRRRRRR!!

Clavé la rodilla en el suelo alzando ya mi hacha antes de conseguir incorporarme del todo y luego, trate de golpear de nuevo, pero seguía siendo inútil, aquellas cosas me veían venir y eso me cabreaba más.

 El trasgo de la pesada hacha se incorpora de nuevo con la intención de dar una muerte rápida y sangrienta al que parece ser el líder de la manada. Su armadura le protege de las dentelladas que le lanzan las fieras, finalmente descarga su ofesiba al la fiera que tiene delante, pero este elude sin más complicaciones el poderoso hachazo.

 Inmediatamente las fieras redoblan sus esfuerzos, lanzando aullidos y gruñidos al aire, ahogando vuestras trabajosas respiraciones y gruñidos al desviar sus dentelladas y lanzar vuestros golpes.

 Una de las fieras logró clavar los dientes en el tobillo de Thok, allá donde la armadura no puede proteger la articulación, arrancándole un aullido al bárbaro trasgo (-6 pv).

 Hábil, Siomorang logra apartarse de una de las dos fieras con soltura, pero la que le sigue atacando logra superar sus defensas y la sangre del guerrero trasgo baña de nuevo la arcilla polvorienta(-3 pv). Por desgracia el gesto de Siomorang hace que la otra bestia ataque al herido Grolm, pero el explorador demuestra que no sólo es diestro en los combates a distancia, pues logra zafarse de las dos fieras.

 Un poco más apartados, Akrate logra mantener a ralla a la bestia que lo acosa, luchando para sobrevivir.

 Cuando el líder de la manada ataca de nuevo, lo hace sobre su primer objetivo, Grolm, aprovechando que este está rodeado, tres animales son demasiado para el pequeño trasgo, el macho logra herirle de nuevo (-5 pv).

 El combate por su superviviencia era abrumador, Grolm estaba sangrando por un montón de sangrantes heridas, sintiendo como el pánico crecía dentro de él al verse acosado por esas bestias por todas partes. Tan solo la insaciable rabia que sentía el bárbaro le mantenía en pie de guerra, escupiendo maldiciones y juramentos entre espumarajos sanguinolentos.

 Siomorang y Akrate, a pesar de aguantar mejor de momento la acometida de las bestias, en el momento que los otros cayeran las fieras se les echarían encima...

 Entonces, cuando todo se teñía con el velo de la fatalidad unos sonoros cuernos familiares, lanzados al aire, se alzaron por encima del campo de batalla improvisado... Una patrulla exploradora de la tribu estaba cerca y acudía a vosotros. Sin lugar a dudas los aullidos y sonidos de la escaramuza lograron atrajerlos directamente hacia vosotros.

 La jauría parece alarmada ante los cuernos al aire, sus gruñidos se cambian por gemidos de pánico...

 Por entre las isletas de vegetación, avanzando raudos por el camino reseco de arcilla, una partrulla de vuestro clan avanza presto, distinguís las figuras llegando con las armas prestas. Aullando y renegando a su paso.

 Embriagados por la luz de la esperanza, Thok y Siomorang logran sacar fuerzas y aguantar el embite de las bestias, y preparándose para atacarlas o, por lo menos, ganar tiempo.

¿Qué son esos cuernos? Las Hordas Verdes de Maglubiyet se aproximan. Esos cuernos lo anuncian ¡Aleluya! El apocalipsis se cierne sobre la faz de la tierra y los vivos son sepultados por las mareas de innumerables trasgos que regresan del Gran Poblado Dorado que...

Se ve interrumpido en sus delirios religiosos por el lobo que le está royendo la protección de la canilla.

¿Qué estás haciendo? ¡A callar!

Siomorang golpea desde arriba al lobo, y su puño de piedra da de lleno en el cráneo del animal.

... ¿por dónde iba? Ah, sí... ¿Qué son esos cuernos? Las Hordas Verdes...

 Agotado y debiliado, Grolm, no puede mantenerse en pie ante el macho lider de la manada y pierde el equilibrio, cayendo de bruces en el suelo agrietado de arcilla amarillenta.

 A poca distancia, Siomorang, enardecido por el sonido de los cuernos, descarga un contundente golpe en el cráneo del lobo (-10 pv), dejándolo aturdido...

Ante la inminente llegada de los inesperados refuerzos, Akrate logró sonreír durante unos instantes. Aunque pronto volvió a la realidad. Si la ayuda que parecía llegar, tenía que servir de algo, primero tenía que intentar mantenerse vivo.

Los colmillos de la bestia no cejaban en el empeño de devorar su verde carne, y es asustadizo goblin, no podía hacer más defenderse con uñas y dientes. Si lo graba aguantar un poco más, tal vez no acabara en el estómago del lobo.

Con una furia inusitada, Akrate lanzaba dagazos al aire, con la esperanza que alguno de ellos impactara en el morro del animal, y desistiera en el empeño de almorzar carne de acólito.

 Akrate mantiene toda su atención para mantener a ralla la fiera, usando la daga para bloquear los ataques del animal. Inesperadamente logrando herirle levemente de nuevo (-3 pv), arráncandole un quejido, seguido de un sordo ronquido amenazante...

Una vez más, cae de morros al suelo. Está claro que los lobos no pretenden dejar que se levante para hacerles frente de nuevo y esta vez son tres los que van a por él.Mientras pensaba qué hacer para salir de la difícil situación en la que se encuentra, escucha el sonido de los cuernos y su rostro se parte con una sonrisa.

Malditos bichos apestosos!, ahora veréis lo que es bueno!... pienso hacerme un abrigo con vuestras pieles!

Consciente de que ha de resistir hasta la llegada de la ayuda, centra toda su atención en esquivar las arremetidas de los lobos.

Aquel sonidillo de fondo no me gustaba nada y cuando oí lo que dijo el nuevo de eso verde no me acordé de los nuestros precisamente, sino de los orcos que sabíamos que había por la zona, pero no podía pensar con claridad y en verdad lo que estaba viendo era el seguir peleando a diestro y siniestro y eso que estaba sangrando por casi todas las partes del cuerpo a estas alturas.

Esta vez no pensaba dejar que aquella rata inentara tirarme al suelo de nuevo así que levanté el arma y se la estrellé en la cabeza, a ver si con un poco de suerte podía escuchar como se le partía el cráneo y si era así, ya de paso, la tomaría con el que tenía al lado.

 En el suelo, acorralado y sangrando profusamente, Grolm pone todo su empeño en intentar eludir las dentelladas de las fieras.

 Por su lado, Thok, obcecado con el líder de la manada, se le cierra al cuerpo y le lanza un terrible golpe cruzado descendente que le resulta incapaz de esquivar, el barrido resulta fatal para la bestia, que muere casí al acto cuando el golpe le cercena parte de la cabeza (-14 pv) y prosigue con su trayectoria hasta alcanzar, de refilón, a una de las bestias que acosaba por la espalda al trasgo (-7 pv).

 Los lobos que atacaban por la espalda al bárbaro lanzan unos lastimeros aullidos al ver caer muerto al líder de la mana, aterrados, emprenden una huida desesperada en medio de aullidos y gruñidos. El resto de la jauría, alertada por los aullidos de los cánidos que huyen hacen lo mismo en otras direcciones.