Partida Rol por web

Pasáis a través del portal. Ahora en el tejado del edificio podéis ver que hay quince guardias rodeando el edificio. La idea es que Falcata ayude a los dos justicieros a solventar la situación y atraer el mayor numero de enemigos afuera. Josu y Adele entrarán y lucharán contra Kruger y el resto que quede. En cuanto los de fuera estén caput tocará entrar y ayudar en la lucha.

En el interior hay al menos treinta personas, la mayoría humanos normales y corrientes. Notas la excitación de uno de ellos, felicidad inmensa es lo que notas. Junto a él hay uno que está muy serio pero a la vez contento. Se muestran confiados.

Esforzándote un poco sabes que hay al menos cuatro metahumanos en total. Esos son los peligrosos.

Se está realizando un ritual mágico en el interior o algo que interfiere levemente en la magia. Es una leve distorsión, seguramente una máquina lo esté produciendo. 

Adele localizó una treintena de hombres, pero resultó que eran los refuerzos del jefe. La caballería. Así que había llegado la hora de ponerlo todo en marcha. Parkour quiso ponerse melodramático soltando una cita de cine épico, con la que puse los ojos en blanco.

¿Gladiator? ¿En serio? Vaaaaaaale, sigamos el juego de los niños... -Me encogí de hombros- Mi nombre es Josu Décimo Bergara, detective al servicio temporalmente del legítimo gobierno de España, hechicero de la escuela mística de la luz... -Recité, imitando al puto Russel Crow- ...ex-novio de una ex-novia poseída, hijo de unos padres asesinados, amigo de una amiga asesinada, desconocido de una alumna de mi maestro asesinada, y alcanzaré mi venganza, en esta vida o en la otra. ¿Podemos irnos ya?

No tenía muy claro por qué había dicho todo aquello. Tal vez sólo necesitase sacar mi mierda fuera antes de meterme en un jodido campo de batalla y jugarme la vida. Tal vez sólo quería desahogarme, y no quisiera confesarme con un cura. No quería la absolución, no quería meter al cabrón de arriba en aquello. Él, que había permitido que todo aquello pasase, era tan enemigo mío como el mismo demonio.

El portal nos dejó suavemente sobre el tejado del edificio. Los ninjas y Falcata se encargarían de los guardias y montarían algo de follón, de modo que seríamos Adele y yo los que entraríamos. No sabía cómo la cosa había terminado de aquella manera, conmigo teniendo que enfrentarme a aquellos cabrones con la única ayuda de la mentalista.

La última vez no había logrado hacerle nada a Kruger en un mano a mano...

Tracé el diseño de un sello en el aire frente a mí, un dibujo que sólo mis ojos veían, y un escudo de energía mística se consolidó a mi alrededor, una esfera que me protegería al menos durante un tiempo. Entonces susurré unas palabras ininteligibles mientras dibujaba un círculo ante mí, y un portal se abrió ante nosotros, en cuyo interior se veía el interior del almacén, a donde nos dirigíamos. Sin embargo, al hacerlo fui consciente de que algo no marchaba del todo bien.

Problemas... -Murmuré, mirando a Adele de reojo- Algo ahí dentro interfiere mi magia, una especie de... distorsión, que afecta a la energía mística. Podría ser algún tipo de ritual, o alguna máquina energética. En fin, éramos pocos y parió la abuela...

Valladares señaló en seguida que los sujetos que había detectado eran los refuerzos, algo que era un consuelo, sobre todo en vistas de que el teniente iba a separarse del grupo. Afortunadamente, a pesar de que este desapareció pronto, Estigma decidió echarle una mano.

Esperaba el momento de cruzar el portal, ya protegida por aquel escudo invisible, cuando Parkou tomó la palabra tratando de animarnos; cita cinematográfica incluida. Realmente aquello fue algo que no me sorprendió viniendo del chico, lo que si me dejó estupefacta fue la intervención de Josu, que siguiéndole el juego comenzó a hablar de él mismo.

¿Será verdad todo eso...?

Tenía que ser verdad. Joder... ¿Cómo no iba a estar amargado llevando todo aquello a sus espaldas? ¿Cómo no pensar que todos los que permanecen cerca de ti acaban mal con aquel historial? Casi sin darme cuenta, me encontré emocionándome, girando mi rostro con rapidez al percatarme de que mi mirada comenzaba a brillar.

- Dejemos las películas para cuando esto haya terminado... - comenté como si nada, sin mencionar lo más mínimo sobre lo que Josu había dicho, pues no era el momento; a pesar de que resultaba imposible obviarlo. - Si la cosa se pone muy fea acércate a mí, he creado una especie de campo de fuerza a mi alrededor, puede abarcarnos a ambos. - le comente al detective, sin mirarle aún a los ojos.

Cuando cruzamos el portal y nos encontramos en el tejado, en seguida me concentré en el interior del edificio, mientras Josu parecía hacer uso de su magia. Al abrir un portal, me informó de que algo parecía interferir en su magia.

- Yo tampoco tengo buenas noticias... - respondí, girando mi rostro hacia él un instante, aunque devolviendo pronto mi mirada hacia el interior de aquel nuevo portal que había abierto. - En el edificio hay al menos treinta personas, normales la mayoría de ellas. Hay dos personas contentas ahí dentro, deben ser esos dos chiflados... Uno se mantiene serio aun así, pero el otro debe estar henchido de felicidad... Jodidamente feliz el muy cabrón. - espeté aquellas últimas palabras llena de rabia, acabando por suspirar, no eran habituales en mi aquellas salidas de tono; pero aquella extrema situación me estaba afectando. - La abuela ha tenido cuatrillizos. Son cuatro los metahumanos que hay dentro.

Tras dejar al resto fuera, Josu abre un portal y os lleva al interior. Josu levanta unos escudos místicos para evitar ser dañados, nota que su hechizo es muy fuerte, más que en otras ocasiones. Es un buen comienzo.

Además accedéis a una zona tranquila, desde donde no os pueden ver. Aunque intuís que eso no durará mucho tiempo en cuento las primeras ráfagas de ametralladora comienzan a sonar fuera. 

- Achtung! Sie greifen uns an... - grita un boche con una gran esvástica tatuada en su frente. 

Veis que varios hombres cogen sus armas y salen fuera. Pero hay varios que no se mueven. Kruger les susurra algo y estos empiezan a inspeccionar el lugar con cautela sin alejarse mucho de la zona que parece tener la atención de la mayoría.

Veis luces violáceas desde vuestra posición, avanzáis un poco para tener mejor ángulo y veis algo extraño.

Una especie de campana por la que circula un líquido de color violeta que brilla en la semioscuridad. 

Notas que un metahumano se está debilitando, y otro de ellos se hace más fuerte por momentos. El que se hace más fuerte está muy feliz, el que se hace más débil ves que va a morir en breve. Reconoces de pronto al que está muriendo, es Ogro. Ese es uno de los metahumanos que os atacaron en Madrid. Parece que lo están usando como conejillos de indias mientras alguien que estaba al borde de la muerte se recupera.

Antes de cruzar el portal ya habían llegado las malas noticias. La pájara de mal agüero había detectado cuatro metahumanos en el interior del edificio. A dos por cabeza, tocábamos. La cosa se estaba poniendo chunga por momentos. Al menos, al ejecutar el conjuro con el que levantar los escudos místicos a mi alrededor, pude sentir cómo la esencia mágica que los conformaba se compactaba con más solidez de lo habitual. Parecía que la suerte me hubiera sonreído al menos en eso, creando una esfera a mi alrededor más resistente de lo habitual. Una que sería invisible hasta que alguien o algo tratase de dañarme, y que se manifestaría brevemente en ese momento, mostrando los sellos de protección que me rodeaban.

No tienen nada de disimulados, estos neonazis... -Susurré con un reniego, al ver a aquel tipo pegando gritos en cuanto los disparos empezaron a resonar en el exterior. Llevaba una maldita esvástica tatuada en la puta frente, el muy capullo. A su voz, un montón de nazis comenzaron a desfilar hacia fuera, pero para nuestra desgracia unos cuantos se quedaron dentro patrullando, seguramente para dar con nosotros- Habrá que cortar ramas antes de talar el árbol, según parece.

Unas luces llamaron mi atención, haciendo que me asomase por la esquina contraria a donde estábamos asomados. Mis ojos se abrieron como platos, y acto seguido me llevé una mano a la cara, negando con la cabeza. Lo que fuera aquella cosa gigante llena de un líquido brillante, no sólo tenía mala pinta, es que encima... ¿Una esvástica gigante en relieve? ¿Era coña? Aquellos fanáticos estaban mal de la cabeza...

Vale... a ver qué te parece. -Susurré a Adele, volviéndome hacia ella con un plan en mi cabeza- Tú detectas dónde se encuentra cada uno de esos capullos que están inspeccionando el lugar, me lo vas transmitiendo y yo abro portales debajo de ellos, preferentemente a los que estén solos. Si alguno se resiste a caer, le das un "empujoncito" de los tuyos. Así hasta que nos libremos de los guardias, luego ya veremos qué hacer con "los cuatro jinetes". ¿Te parece?

Una vez dentro, conseguimos refugiarnos en un lugar en el que no podíamos ser vistos. Aquello parecía estar tranquilo, pero pronto empezó la “fiesta”. Uno de aquellos fanáticos dementes organizaba a sus hombres, pero Kruger impedía que todo ellos salieran, algo debía estar tramando.

¿Estarán buscándonos?

Josu iba retransmitiendo la jugada, haciendo un apunte muy acertado, pues todo indicaba que tendríamos que ocuparnos de varios de aquellos individuos antes de poder ir a por los peces gordos.

Al ver unas luces violáceas avancé un poco, encontrándome al asomarme con cuidado con una gran campana por la que circulaba un brillante líquido violeta. Aquel artefacto parecía salido de una película de ciencia ficción.

Entonces comencé a percibir algo extraño. Aquella gente estaba mucho peor de la cabeza de lo que ya sabíamos. Josu se giró hacia mi proponiéndome un plan, ante el cual asentí, sin conseguir pronunciarme de inmediato.

- Está bien, pero... Hay algo más. - anuncié también en voz baja, antes de ir al grano. - Un metahumano se debilita hasta la muerte mientras otro se fortalece librándose de esta... Parece que están sacrificando a Ogro, experimentan con él. ¿Tendrá que ver con esa campana?

Tras ello me concentré en detectar a quienes nos buscaban, tratando de seguir el plan propuesto por el detective.

Los que os buscan no están cerca de vosotros de momento. Pero al menos ocho que se mantienen cerca de Kruger además de los que metahumanos que detectas que vigilan la extraña campana. Los otros son blanco fáciles aunque todos se mueven en parejas, pero se alejan de Kruger y del núcleo duro.

Los dos más cercanos están a veinte metros de vosotros, diez de ellos ya están saliendo para apoyar a sus compañeros que pelean contra Parkour y compañía. Luego cerca de vuestro campo de visión hay otros cuatro que serían un buen objetivo ya que no son visibles por Kruger aparentemente.

La vida de Ogro se apaga y notas que pierde la consciencia, pero no sabes si está muerto o vivo. El otro metahumano se encuentra rejuvenecido o notas esa sensación.

Afuera las cosas aumentan de intensidad, se escuchan algunas explosiones de granadas y el silbido de lo que podría ser de un RPG7. Gritos en alemán se mezclan con los de dolor, parece que hay gente que lo está pasando mal. La cara de Kruger no parece de muchos amigos. 

Susurra algo a uno de los que están a su lado que se acerca a un panel de control y pulsa varios botones. La máquina deja de destellear y se apaga, dos de los hombres que quedaron se acercan a la campana para abrirla, parece que es una capsula que contiene dos cuerpos. Uno gigante pero ahora decrépito que parece ser el de Ogro y otro el de un hombre de mediana edad al que la ropa parece quedarle pequeña.

Podéis escuchar que uno dice en perfecto castellano:

- Señor, debemos abandonar el edificio. Nuestros hombres están encontrando una fuerte resistencia, hablan de dos asesinos que golpean a diestro y siniestro. De una antorcha humana y de un enmascarado que están reventando cabezas y prendiendo fuego a nuestros hombres. Además han llegado operativos del GEOM fuertemente armados. Es probable que vengan más operativos. Debemos salir de aquí y llegar a Madrid, allí tenemos a varios generales afines y la Acorazada podrá darnos seguridad...y Gavilán está allí.

El hombre carraspea y nota que su voz es diferente, más fuerte que antes.

- Gavilán viene de camino y también los soldados afines a nuestro movimiento. Los hice llamar antes del experimento. Estarán aquí en cuestión de minutos, supuse que el viejo Valladares sabría algo...ese perro viejo no ha dejado de perseguirme en los últimos años. Pero ahora morirá...junto con sus amigos.

Parece que ese hombre es Víctor Larra, o Lars como se solía llamar. Mira a Kruger y dice:

- Avisa a los tuyos, si mal no recuerdo dejaste al menos a una centena de hombres custodiando los accesos de carreteras y caminos. Los quiero aquí y que ataquen por la espalda a los hombres del GEOM. Entre ellos y Gavilán no tendrán posibilidades. - mira a un joven de pelo rubio y le dice - Salamandra, sal y prende fuego a todos los de fuera...

El joven asiente y sale corriendo hacia el exterior, parece que es uno de los metahumanos que custodiaban al líder.

Antes de que aquella campana se abriera, ya sabía lo que sucedía dentro. Aun así, un escalofrío recorrió mi espalda al ver el resultado.

Esos tipos están empeñados en jugar a ser Dios...

Opté por guardar silencio al ver que alguien se dirigía a Kruger. Le ponían al corriente de cómo estaban las cosas mientras nosotros permanecíamos escondidos, pudiendo informarnos nosotros también de cómo les iba a los demás. Cuando el metahumano que parecía haber adquirido características de Ogro se pronunció, me quedé helada. Por lo que decía, debía tratarse de Viktor Lars, aunque estaba irreconocible.

- Esto no me gusta nada... - susurré a Josu, justo después de que Lars terminara de dar indicaciones y aquel joven metahumano saliera de allí. - Debemos darnos prisa. - añadí, girándome hacia él para mirarle. - No tenemos a nadie muy cerca, los dos más cercanos están a unos veinte metros, así que aún estamos bastante seguros. - Si es que podemos estar seguros de algún modo en este lugar. - Ocho se mantienen cerca de Kruger y Lars, además de otro metahumano. Han salido ya unos diez individuos, y el resto va en parejas y se alejan de los cabecillas, sin duda son un blanco más fácil. - miré hacia una lateral, donde podíamos ver a cuatro de los esbirros de Kruger y Lars. - Mira, allí hay cuatro, y desde la posición de Kruger y Lars no se ven; quizás podríamos empezar a aplicar tu plan con ellos. - sugerí, antes de volver a girar mi rostro hacia el detective, clavando mi mirada en la suya con un claro brillo de determinación en mis ojos. - O vamos de una vez a por todas, tú decides. - contemplé, mostrándole una media sonrisa llena de complicidad, preguntándome hasta qué punto realmente nos convenía andarnos con chiquitas.

Las malas noticias nunca terminaban. Al parecer, estaban sacrificando a Ogro, y suponía que lo hacían en aquella maquina con forma de campana. ¿No era ese el plan inicial de esa gente? Se suponía que debían usar a la sobrinísima de Valladares para ello, pero en cambio habían optado por usar a otro metahumano en su lugar. Según había entendido al jefe, no valía cualquiera, así que, o habían estado haciendo pruebas hasta asegurarse de que Ogro fuera adecuado, o aquella era una medida desesperada que, con suerte, les saldría mal. De hecho, aquella campana se abrió y de él salió un cabrón al que la ropa le quedaba pequeña, el que había conseguido toda la fuerza de Ogro, que había quedado reducido a una uva pasa.

Un soldado le informó de la situación, que nuestros colegas parecían tener medianamente controlada, pero el muy hijo de puta tenía ases bajo la manga. Gavilán llegaba con refuerzos desde la ciudad, había unos cuantos reservas en las cercanías, y el cabrón enviaba al tal Salamandra a caldear el ambiente. Nosotros estábamos bien situados, al menos tal como podía sentirlo Adele, pero Kruger y Lars estaban con otro metahumano y guardados por ocho soldaditos, además del resto que pululaban por allí. Había que moverse de una puta vez.

Muy bien, empecemos por poner un poco de ambiente a la fiesta. -Dije ejecutando unos gestos con las manos y terminando por señalar con ellas a una de las ventanas del edificio. Inmediatamente los cristales parecieron estallar mientras una figura alada accedía al interior, desplegando sus alas y sobrevolando el lugar. Tenía la forma de una mujer, vestida con cuero y botas altas, con cabello rizado y mirada de pocos amigos. Refuerzos, sin duda, de los asaltantes exteriores. O eso, al menos, pretendía que creyeran. Y que reinase la confusión mientras trataban de repeler el ataque. En medio de la confusión, nadie miraba a quien estaba a su espalda- Y ahora, a eliminar peones de camino al rey. -Afirmé con convicción. No era bueno jugando al ajedrez, pero la metáfora sería suficientemente clara para cualquiera. Era hora de quitar soldaditos neonazis de en medio antes de que pudiéramos enfrentarnos directamente a Kruger, Lars y Salamandra, quien esperaba que con esa irrupción no saliera a joder a los nuestros- ¿Un empujoncito, si no es mucha molestia? -Pedí a la mentalista, ejecutando dos veces seguidas el gesto característico de los conjuros de apertura de portal, para abrir dos de ellos bajo los pies de dos de aquellos soldados. Portales que dejarían a aquellos capullos en el interior de una celda de una comisaría del centro de Madrid. Justo donde debían estar.

La ilusión que proyecto la magia de Josu funciona bastante bien haciendo que varios de ellos se tiren al suelo incluso uno de ellos parece gimotear de miedo pero hay un par que no se tragan esa aparición, parece que su voluntad es bastante más fuerte. Pero para eso están los portales que crea bajo sus pies haciendo que desaparezcan "misteriosamente" en un abrir y cerrar de ojos. El problema es que puede que no todos acaben en la celda de una comisaría, alguno podría acabar en medio de una pared de la misma...la magia al fin y al cabo es caprichosa algunas veces.

Los esbirros parecen haber desaparecido ya y ahora sólo quedan los pesos pesados. Los "acojonados" parece que no intervendrán y uno de ellos seguramente tenga problemas de contención urinaria por el resto de su vida tras la "aparición".

Ahora sólo quedan los poderosos y ya saben que vais a por ellos pero parece que todavía no os han localizado si no os habrían atacado de inmediato. Escucháis que están hablando en alemán y parecen nerviosos, por el tono de Kruger las cosas no están saliendo como ellos querrían.

Los portales terminaron funcionando a las mil maravillas. Bien era cierto que no llegué a comprobar que el destino de aquellos tipos fuera exactamente el definido durante la ejecución de mi hechizo, y que la magia en ocasiones era caprichosa como una jodida adolescente, pero no pensaba preocuparme demasiado por si el portal por el que hubiera caído uno de esos gilipollas neonazis terminaba dejándoles en una alcantarilla o el césped del Santiago Bernabeu. Lo importante era que no les teníamos allí para darnos por el culo.

Bien, parece que quedan Lars, Kruger y otro meta más, ¿no? -Quise confirmar con Adele, frunciendo el ceño ante lo que teníamos por delante- En el "insti", cuando jugábamos un tres para dos era porque esos dos eran los cracks del grupo. No se yo...

No estaba del todo seguro de que aquel fuera nuestro caso. Ya me las había tenido en un cara a cara con Kruger, y la cosa no pintaba demasiado bien. Lars había absorbido el poder del gandullón, y aún sin tener ni puta idea de lo que hacía aquella máquina con forma de campana hitleriana, debía suponer que el tío iba a estar fuerte de cojones. Y el tercero en discordia...

¿Nos han dicho quién es el guardaespaldas que va con ellos, y que poderes tiene? Porque no recuerdo un carajo. -Le pregunté a la morena, echando de menos una buena copa y un cigarro. Anda que no iba a llover hasta que pudiera permitirme ese lujo- Bueno, démosles con qué jugar...

Con un rápido gesto, tracé dos complejos diagramas en el aire, frente a mí. Aquello resultaba ligeramente más costoso de lo habitual, porque debía ejecutar el sello de cada hechizo con una mano al mismo tiempo, para que ambos conjuros se ejecutasen a la par y simular el engaño. Abrí un portal frente a nuestros enemigos, o más bien a espaldas de ellos, y del mismo surgió una figura ilusoria, un cuerpo humano con una calavera en llamas por rostro, que debía entregar un mensaje de mi parte.

Muy bien, hijos de puta, habéis tocado los cojones a quien no os convenía, así que... -Afirmaría aquella criatura del averno, mostrándose amenazante ante aquellos tres. De hecho, a su espalda el portal permanecería abierto, con la esperanza de que alguno de ellos se lanzase contra él, y con ello cayese en la trampa de atravesar aquel portal. Era poco probable, pero merecía la pena comprar un boleto si el bote acumulado podía jubilarte- ...juguemos.

Al echar un nuevo vistazo a los cabecillas de aquel entramado y al metahumano que les acompañaba, me percaté de que conocía a este. Me quedé bloqueada durante un segundo, preguntándome si realmente podía ser una casualidad. Aquel chaval rubio había hablado de la posibilidad de volver a encontrarnos pronto... ¿Es que sabía que acabaría mezclada en todo esto? Pero... ¿No tenía forma de saber eso, no?

Aunque también supo que era una metahumana antes de verme... ¿Acaso no fue simple deducción?

No sabía si aquel tipo tenía alguna clase de habilidad mental o todo era fruto de la casualidad, pero tomaría precauciones por si acaso.

El detective se había puesto en marcha, dejándome una vez más anonadada con la increíble facilidad con la que hacía aparecer todo tipo de cosas. Tras la espectacular aparición de aquella mujer alada pasó a la otra parte del plan, ayudándole cuando llegó mi turno. Deshacernos de los "peones" resultó sumamente sencillo, pero acabar con los otros tres iba a resultar una odisea.

- Sí, sólo quedan ellos tres. - le confirmé a Josu cuando terminó de hablar. - Y el guardaespaldas, como le llamas... No es la primera vez que me encuentro con él, pero no sé qué poderes tiene. Creo que puede ser algo de tipo mental, pero sea así o no, debe ser bastante más poderoso que yo... - reconocí con inquietud. - Voy a protegerte, puede que sientas unas cosquillitas en el cerebro. - bromeé con amargura, concentrándome mientras el detective daba un nuevo paso.

Contacté con la mente de Josu, sin leer en esta, pero pudiendo percibir aún así la oscuridad y el caos en ella. Me dispuse entonces a reforzarla, sin saber muy bien cómo en realidad, era más bien algo instintivo. Tras ello hice lo mismo con la mía, levantando una nueva “barrera mental”, como las llamaban.

El detective no me había dicho qué pensaba hacer, descubriéndolo al mismo tiempo que Kurger, Lars y el otro metahumano. Aquella escalofriante criatura le dio un claro mensaje a nuestros enemigos que seguramente provocaría que le atacaran, haciéndonos ganar algo de tiempo.

- Aprovechemos para atacarles por la espalda. - comenté, pensando en cómo enfrentarnos a aquellos tres. - ¿Podrías hacer copias de nosotros? Quizás eso pueda sernos de utilidad más adelante... 

La nueva ilusión no parece afectar a los presentes aunque se giran al verla y adoptan una posición defensiva. Kruger da un paso al frente y grita en castellano con su horrible acento germano:

- Creo que ya es hora de que deis la cara...salid y puede que os perdonemos la vida...

Sonríe mucho, parece estar tranquilo como si tuviera un as en la manga. Se gira hacia su líder y le dice:

- Señor active el teletransporte y ocúltese en el chalet. Vé con él y protégelo con tu vida...yo me encargaré de los que haya aquí...

Vuelve a avanzar un poco acercándose a vosotros aunque realmente no parece saber donde estáis. De pronto uno de ellos, el rejuvenecido Lars, desaparece pero el otro parece no querer irse y se queda a combatir con Kruger.

- Bueno parece ser que seremos dos contra ellos...no es mal número...

Husmea el aire y sonríe mientras dice en voz alta:

- Mínimo dos...tengo la impresión de que hay una mujer y bastante poderosa...creo que es la que me fastidió cierto negocio y por eso acepté vuestra oferta...

De sus manos parecen brotar llamas y lanza un par de bolas llameantes hacia el techo que parecen luego moverse a su voluntad. Su poder parece ser ese, aunque podría albergar algún otro que desconocéis.

Los dos hombres se ponen espalda contra espalda adoptando una posición defensiva, parece que están preparándose para un ataque directo. La llamarada anterior parece que era para comprobar que no estabais en el techo o en las alturas.

- Mostraos de una puta vez...

Están nerviosos o eso aparentan; aunque podría ser una estratagema. Lars ha volado pero ahora mismo no es vuestra prioridad ya que si elimináis a esos dos el resto seguramente se rindan aunque vienen refuerzos y es posible que Gavilán llegue también. 

Adele confirmó que sólo quedaban aquellos tres, aunque pronto el cabrón de Lars desaparecería de escena. Eso nos dejaba con Kruger y su colega, quien Adele temía que fuera algún tipo de psíquico, y por ello me hizo... no se qué en la cabeza, como protección. Sin embargo, salvo que su poder mental fuera crear ilusiones como hacía yo mediante la manipulación de la energía mágica ambiental, mucho me temía que se trataba más bien de un pirómano de los cojones.

Y así se cierra el círculo, empezar investigando un incendio y acabar zurrándose con el abominable hombre barbacoa... -Maldije al ver lo que aquel tipo parecía poder hacer- ¿Copias de nosotros? Por poder, puedo. Pero con esos capullos las ilusiones no parecen funcionar demasiado bien, así que mejor cambiamos a tácticas más... expeditivas. -Sacudí mis manos un par de veces, agité los dedos por separado y junté las palmas de mis manos frotándolas entre sí, cerrando los ojos- Seranaznam latrop en tres dos... prepárate, encanto, que si ésto me sale puede que no se repita... -Dije a la morena abriendo los ojos, inspirando profundamente, y trazando un sello en el aire, terminando por señalar un punto sobre la cabeza del pirómano, donde debía abrirse un gran portal horizontal, cuyo otro extremo se encontraría en el fondo del mismísimo río Manzanares.

La idea era... ¿Complicada? ¿Enrevesada? ¿Una locura? Desde luego, todo eso pegaba conmigo. Abrir un portal al fondo del río, y dejar que una ingente cantidad de agua cayera sobre aquel capullo, y sobre Kruger si estaba lo bastante cerca, y además de empaparles los arrastrase por el suelo en una puta riada. Entonces salir e nuestro escondite y abrir otro portal bajo él, enviando a "cerillitas" al río, a muchos kilómetros de distancia.

Y quedarnos a solas con Kruger, a quien aún le debía un baile.