Partida Rol por web

El precio de la milla

Cuadro de mandos

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03/11/2016, 18:14
El Martillo del Emperador
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Mandos regimentales

Comisaria Amanda Burke

La comisaria Burke, junto a los cadetes que tiene a su cargo, dirige con puño de hierro a la legión penal de Penitencia, haciendo un uso muy generoso del látigo y los improperios. Hay rumores de que, más allá del uniforme, es una mujer culta y refinada, pero cualquiera lo aseguraría después de escuchar las cosas que salen de su boca en batalla, con un tono y un volumen que puede que hicieran sonrojar a la mayoría de los habitantes de sub-colmena (y quizás sentir algo de envidia). 

Capitán Beaufort

El capitán Jean Beaufort del 20º de la milicia de Sélica IV es un oficial joven y relativamente nuevo en el cargo, pero con cierto potencial. Éso, naturalmente, si sobrevive a la guerra en su planeta. Sus hombres dicen de él que es un buen hombre (quedando a discreción del resto de mandos si eso es algo bueno o malo), y desde luego están más que dispuestos a luchar hombro con hombro con él. No es, sin embargo, un estratega brillante, y probablemente el límite en su carrera será llegar a algún mando intermedio o subordinado, donde poder ejecutar las órdenes de otros con relativa eficacia. El resto de oficiales de la milicia son bastante parecidos a él, jóvenes, ingenuos y con mucho que aprender aún.

Lord Coronel Hawke

El Lord Coronel Harold Hawke es un hombre de trato difícil. Barón de Oddex, Conde de Lunburg y vigésimosexto en la línea de sucesión al trono, es terriblemente arrogante e irascible. Con fama de duelista implacable, está dispuesto a resolver, con espadas o pistolas, cualquier cosa que considere una afrenta a su honor. Eso, naturalmente, siempre que se trate de un hombre que considere de rango equivalente. En caso contrario, probablemente una paliza y un tiempo en el calabozo es lo que esperará al que le ofenda. Sin embargo, hay que reconocerle que tiene valor, que está dispuesto a luchar junto a sus hombres hasta el mismísimo final, y que sus cargas de caballería son un espectáculo digno de ver.

Capitana Stasya "Taladro" Bolchovya

La capitana Bolchovya tiene fama entre sus hombres de "tenerlos bien puestos". Se dice que en sus tiempos de minera, antes de ser reclutada, salvó a diez hombres que habían quedado atrapados, abriéndose paso con el cortador láser a pesar del peligro de las bolsas de gas, y que consiguió sacarlos enteros y sin que nada volara por los aires. De ahí se ganó su apodo, y como líder del 15º de zapadores ha seguido demostrando su valor y su pericia. Tiende a atacar junto a los hombres y mujeres de su regimiento, y pocas veces se queda atrás. Se rumorea además que destila amasec, pero nadie ha tenido valor de echárselo en cara o pedirle un trago, por temor a llevarse una buena paliza.

Teniente Rómulo Eitrecht

El teniente Eitrecht es un tipo serio y amargado, poco dado a la risa, ni siquiera a las sonrisas. Es profesional y competente, y desde luego ha visto su buena ración de combate. Ha luchado, y sangrado, en unos cuantos mundos en el nombre del Emperador, y hasta el momento ha sobrevivido a todos ellos. Su brazo y corazón biónicos dan fe de que no ha sido a cambio de nada, eso sí. 

Jeque Omar Ibn Cefaqh

El jeque Ibn Cefaqh es un hombre tranquilo y formal, que dirige a sus hombres con una calma serena que a veces enerva a los oficiales más enérgicos. Sin embargo, sus decisiones tienden a ser acertadas, y tiene una visión táctica envidiable. Por desgracia, éste no es su tipo de guerra. Ni siquiera su ojo biónico, del que sus hombres bromean diciendo que el viejo jeque puede ver el futuro con él, es capaz de vislumbrar el modo de solucionar este conflicto rápidamente y de manera satisfactoria.

Tenientes Cinco Noventa y tres, Seis Cero Siete, Seis Cincuenta y cuatro, y Siete Cero Dos.

Puede sonar a broma (y tal vez sea alguna especie de retorcido humor de Krieg) pero los tenientes al cargo de los cuatro regimientos de Korps de la Muerte desplegados visten exactamente igual, salvo insignias concretas que demuestran a qué cuerpo pertenecen. Lo que para los demás parece indistinguible a simple vista a los soldados y oficiales de Krieg les cuesta menos de un segundo, y siempre saben ante quién se están cuadrando. Cuatro tipos silenciosos y siniestros, que parecen más que encantados, al igual que sus hombres, con estar en este escenario bélico lleno de barro y muerte.

Teniente Augustus

El teniente Augustus es un hombre de férreas convicciones, acostumbrado al mando y con un aire de autoridad que es fácilmente notable... Y, sin embargo, hay algo en él que inspira cierta simpatía. Tal vez sean sus modales, o su brutal sinceridad, o cierto aire heroico que le envuelve, pero más allá del respeto que produce un Progena enfundado en una armadura de caparazón, muchos soldados y oficiales descubren a alguien que les cae simpático (lo admitan o no). Eso no quiere decir que sea blando o descuidado, y más de un soldado que se ha tomado demasiadas confianzas ha sido puesto rápidamente en su sitio. 

Capitán Ibram T. Null.

Lo primero que podría pensarse del Capitán Ibram Theodore Null al conocerle (además de que es absurdamente alto, y probablemente capaz de doblar una barra de acero con sus brazos) es que es un capullo. Y puede que sea cierto, y que sea arrogante, bravucón y engreído... Pero tiene motivos para serlo. Incluso entre los Kasrkin, tiene cierto renombre, y su hoja de servicios es intachable. Sin embargo, tras toda esa fachada, se encuentra a un cadiano auténtico, cuadriculado, devoto de las normas y dispuesto a arrimar el hombro para mantener a raya a los enemigos del Imperio. 

Comandante Herman Benker

Quizás pocos creerían que un viejo cascarrabias y achacoso como el comandante Benker pueda servir de algo en la Guardia Imperial. Siempre está rumiando cosas por lo bajo, quejándose de que los jóvenes no saben hacer la guerra, y pobre de ti como te envuelva en una de sus batallitas, pues puede que tengas para horas de narración, salpicadas de ataques de tos y alguna breve oración al Emperador. Por supuesto, esa imagen se difumina cuando se le ve en batalla. A bordo de su Leman Russ modificado para el mando (cuando no en un tanque superpesado) parece rejuvenecer varias décadas, repartiendo órdenes con firmeza. Muchos de sus hombres recuerdan más de una escena en la que él se encontraba asomado a la escotilla de la torreta, o con el canal de comunicación abierto, riéndose con ganas tras ordenar a su conductor que embistiera, mientras aplastaba bajo sus orugas a los enemigos del Emperador.

Capitana Sylvia Coteaz

Todo son números para la capitana Coteaz. Número de piezas de artillería, número de hombres, cantidad de munición, trayectorias de disparo, parábolas, resistencia de materiales... Dentro de su cabeza, sus neuronas trabajan a gran velocidad, dibujando el mapa general y haciendo cálculos, uno detrás de otro, para maximizar del mejor modo sus resultados. Parece estar continuamente estresada e hiperactiva, pero ha quedado claro que sabe lo que hace y que tiende a acertar con su artillería. Por desgracia, el actual conflicto la tiene tan saturada que no puede ocuparse de todo, teniendo que delegar muchas veces en otros miembros de su regimiento. 

Almirante Majoris Elean Angohr

Un hombre decidido y temerario, más acostumbrado al espacio y el aire que a la tierra, y que no duda en actuar cuando así lo cree necesario (lo que a veces le ha causado problemas) el Almirante Majoris es el encargado de todas las operaciones aéreas, lo que probablemente le sitúa en un rango intermedio entre el cuadro de oficiales y el alto mando del conflicto (e incluso puede que más cerca de este segundo). Sin embargo, al ser el oficial al cargo de un regimiento, aunque sea uno naval, también figura en esta clasificación. Piloto desde su juventud, ahora ha dejado las acrobacias y virajes para los más jóvenes, centrándose en entrenarles para que puedan sobrevivir a los combates aéreos más encarnizados. Es un hombre refinado, que se da un aire a Comerciante Independiente, aunque desde luego pertenece a la Marina Imperial. 

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03/11/2016, 19:14
El Martillo del Emperador
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Comisariado

Ramson Lobyn

Asignado temporalmente a los cuerpos de la milicia, es un hombre duro y estricto, pero justo. Poco a poco, va consiguiendo que los regimientos de milicia se vayan pareciendo, aunque sea remotamente, a cuerpos de la Guardia Imperial. Aunque el número de ejecuciones aún es elevado.

Héctor "Maza" Aúreo

Asignado junto con Ramson, imparte disciplina a la vez que predica con el ejemplo. Insiste en vestir siempre como si aún estuviera en su unidad de origen, la Guardia de Hierro de Mordia, y lucha encarnizadamente para ir de punta en blanco, a pesar del barro y la muerte. Casi tan encarnizadamente como lucha contra el enemigo, aplastando cabezas con su maza de energía.

Comisaria Svetlana Andropov

Asignada a los zapadores de Lantan, es fría como el hielo, e igual de inmisericorde. Cualquier lantanita que deshonre al regimiento no tardara mucho en vérselas con ella. Poco dada a los discursos motivadores, es más de la escuela del miedo para mantener en fila a los soldados si es necesario. 

Comisario Sergei Litvinenko

Quizás como contrapeso a la comisaria Andropov, el comisario Litvinenko si gusta de dar largas peroratas sobre el deber y el orgullo, y predica con el ejemplo en combate siempre que es necesario. Se precia de ser un buen espadachín, y se sabe que alguna vez ha cruzado espadas con el Lord Coronel Hawke, aunque siempre a primera sangre. Asignado también al 15º de Lantan.

Comisario Albert "Hueso" Faustus

Asignado al 303º regimiento de Fezzorn desde más años de los que nadie puede recordar, se dice que el lado izquierdo de su cara fue calcinado en el holocausto que devastó el planeta, sobreviviendo por poco. Inflexible, no suele aceptar que los soldados dejen de luchar por sus heridas, tildándolo de cobardía, y dictando sentencia apropiada. Una vez queda claro eso, pocos suelen quejarse de que les duela nada (para disgusto de los médicos, que a veces deben tratar complicaciones derivadas de dolencias fácilmente tratables).

Comisario Anton Levinge

Asignado al 303º de Fezzorn. A diferencia del viejo "Hueso", Levinge no es de Fezzorn y procura mantener a sus hombres en línea con el ejemplo, así como suele re-evaluar (para alivio de los médicos) a algunos de los soldados, decidiendo que sí necesitan atención médica. Éso le genera algunos roces con Faustus, pero al final ambos acaban reconociendo que cada uno tiene sus métodos, y que lo importante son los resultados. 

Comisario Nish Ibn Raan.

El comisario Ibn Raan está asignado al "Acechadunas". Es natural de Caldeum, y ferviente seguidor de los santos locales, y por supuesto, del Emperador. Quizás podría haber sido sacerdote, pero eligió el comisariado, o el comisariado le eligió a él, eso es algo que nadie sabe, y que él nunca aclara. Simplemente afirma estar donde el Emperador le necesitaba. Insiste en que el regimiento rece tanto al amanecer como al atardecer. Algunos enemigos astutos repararon en esto, e intentaron aprovecharlo, para su desgracia. Ibn Raan no es tonto, y se asegura de que esas oraciones se hagan en zonas desde las que la ventaja, en caso de un asalto sorpresa, sea suya. Eso, y la justa furia de sus hombres, y de él mismo, por haber interrumpido sus alabanzas al Emperador, hacen el resto.

Comisario Norb Grimmaldus

Los comisarios asignados a los regimientos de Krieg deben ser de una pasta diferente, como es el caso de Grimmaldus. Aunque es perfectamente capaz de soltar consignas y discursos incendiarios, normalmente debe hacer todo lo contrario, o en su defecto usar esos discursos para la contención de sus unidades. A diferencia de otros comisarios es bastante más amigable, y en los momentos de descanso, se alegra sinceramente de poder intercambiar unas palabras con personas que no estén pensando constantemente en dar su vida por el Emperador, algo "encomiable, pero agotador tras dos décadas de oír solo eso", según sus propias palabras.

Comisario Aetos

Asignado igual que Grimmaldus a los regimientos de Krieg, el comisario Aetos (no se le conoce nombre de pila, o quizás sea ese y no tenga o quiera dar su apellido) es más formal que su compañero, lógico y frío, procura mantener la disciplina entre los suyos (y aquellos que estén cerca). Fanático del orden, le gusta tener todo bajo control, y no tolera que los hombres de los que es responsable den un paso de más, o de menos, o que lo hagan a destiempo. 

Comisario Enrico Malatesta

El comisario Malatesta está asignado desde hace siglos (literalmente, dado el accidente del viaje) al 13º de asedio. Conoce perfectamente a todos sus hombres, del primero al último. Tiene una apariencia muy severa, pero sabe cuando y donde presionar, y hasta que punto puede hacerlo sin romperlos. Mira con desprecio a otros comisarios que abusan de los castigos a buenos soldados, y sabe que, aunque a veces hay que quitar alguna manzana podrida, en la mayoría de los casos, lo único que le hace falta a la cesta es lustrar la fruta.

Comisario Marcus Grant

Asignado al 38º de Kasrkin, nadie puede negar que el comisario Grant sea un cadiano. Con sus casi dos metros de estatura y sus ojos morados, es una figura que no se olvida fácilmente. Mantiene firmes a sus hombres, asegurándose de que recuerden el sagrado deber que los cadianos prestan al Imperio, así como lo que han sangrado por él, y reforzando su seguridad en sí mismos para que así no caigan presa del miedo en el combate. Hace años que no se ha visto obligado a ejecutar a ningún kasrkin, y espera que siga siendo así. 

Comisario Alejandro Marco

Curiosamente, el 219º de Artillería de Koraz II también tiene asignado un comisario. El comisario Marco se ocupa de mantener elevada la moral de los hombres de la artillería, que aunque no siempre se ven sujetos a los rigores de primera línea, también sufren sus propios peligros, como la munición en mal estado o ser objetivo de ataques artilleros o aéreos, así como el coste mental que tiene operar esas máquinas en largas jornadas cuando es necesario un bombardeo especialmente intenso. 

Notas de juego

Se tiene en cuenta también a la Comisaria Burke y sus cadetes, aunque no se les menciona para evitar duplicidades.

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03/11/2016, 20:29
El Dios Emperador de la Humanidad
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Alto Mando

Comisario general Arcturus M. Nasso

El comisario general Arcturus Macharius Nasso está al cargo de todo el comisariado desplegado, y actúa como juez en los casos que es necesario uno, así como asesora al resto del Alto Mando en asuntos de moral y legislación. Es un hombre recto e intransigente, que permanece siempre atento a todo lo que pasa a su alrededor. A pesar de tener ya cierta edad (y algo más que "cierta", según algunos rumores) sigue estando en buena forma, y no es un anciano frágil a pesar de lo que digan todas sus canas y arrugas.

Lord Capitán General Auguste Millard.

El Lord Capitán General Auguste Millard (du Reincourt du Sices du Sices...) es el oficial de enlace con las fuerzas extra-planetarias. De apariencia engañosamente juvenil, realmente ha sido sujeto de varios tratamientos rejuvenecedores, y ostenta varios títulos nobles, así como un respetable 15º puesto en la línea de sucesión. Es probablemente la mente militar más progresista de Sélica IV, y quizás uno de los que más ha viajado, y por eso fue asignado para este puesto. Choca frecuentemente con el general de las tropas planetarias, al considerar que su mandato ha sido pésimo, y no ha dudado en llamarle inútil y cosas peores abiertamente en varias ocasiones... Pero poco ha podido cambiar. Confía en que la llegada de la Guardia Imperial cambie éso. 

Lord Comandante General Richard Wellengley

Con una lista de títulos y apellidos más larga de lo que la mayoría de las personas podría recordar, este pomposo y absurdo personaje ha sido el encargado de dirigir el conflicto en Sélica IV, por su elevada posición. Comandante mediocre y de tácticas tan atrasadas como este mundo, el único motivo por el que el planeta no ha caído es porque había inútiles del mismo calado al otro lado de las trincheras. 7º en la línea de sucesión. Un hombre enclenque, pusilánime y carente de la fuerza de ánimo necesaria para liderar desde el frente. 

Lord General Marius Hephaestus

Líder de las fuerzas imperiales, general de renombre, veterano de cientos de batallas y el hombre al que le ha tocado lidiar con los atrasos de las fuerzas selicanas y la inutilidad de buena parte de sus altos mandos. De momento, se le debe reconocer que ha hecho gala de una paciencia digna de elogio, además de preocuparse de que las fuerzas de la Guardia Imperial se adapten lo mejor posible, y de entender bien la situación. Ahora empieza lo difícil, darle la vuelta. 

Magos Rhenys

Consejero del Lord General Hephaestus en asuntos de tecnología, y enviado de Marte. Se encuentra profundamente decepcionado con el estado de desarrollo de Sélica IV, así que poco más le queda con lo que entretenerse que con la maquinaria de la Guardia Imperial.

Ignatius Zolyn

Consejero del Lord General Hephaestus en asuntos psíquicos, así como su astrópata de confianza. Un tipo calmado y sosegado, pero que se encuentra profundamente preocupado por el actual desarrollo del conflicto. Sus pálidos ojos no ven nada, aunque parece ser capaz de percibir perfectamente bien, incluso apuntar con sus armas. 

Inquisidor Harkon

Acompaña al Lord General Hephaestus, aunque no precisamente por gusto de este. Un añadido impuesto al militar, presente para vigilar el desarrollo de la guerra y actuar en lo que sea necesario para evitar que la corrupción de los Poderes Ruinosos se extienda. 

Oficial de intendencia Aubrey

Representante del Munitorum en el Alto Mando, todas las peticiones deben pasar obligatoriamente por él, y se encarga de gestionar el caos logístico que supone una campaña militar como esta. No conviene hacerle enfadar si no quieres que tu unidad vaya a asaltar la trinchera armada con cucharones. 

Confesor Édrano D'Angelo

Confesor personal del Lord General Hephaestus, y representante del Sagrado Credo Imperial en el Alto Mando, tiene por delante una importante labor. A diferencia de su contrapartida del Mechanicum, Édrano está encantado con este conflicto y la posibilidad de llevar la guerra al Gran Enemigo, a la vez de aleccionar adecuadamente en la Fe a los regimientos selicanos. Pues sin duda la Fe es nuestra mayor arma y nuestro mejor escudo contra el Caos y sus adoradores.