Partida Rol por web

-Lo... ¿lo dices en serio...?- preguntó algo incrédula la elfa, mirando con preocupación y clara aprensión el tétrico árbol a escasa distancia del grupo, tragando saliva con dificultad por un instante antes de que un escalofrío recorriera su espinazo de arriba a abajo.
-No entiendo cómo puedes estar tan tranquilo...- admitió observando a Gueldar con cierta perplejidad,d pues se mostraba animado y enseguida empezó a disponer los pertrechos así que Ireth suspiró y se resignó, acercándose para echarle una mano dispuesta a dejar ésa espantosa visión a su espalda.

Nunca lo admitiría abiertamente, pero la idea de montar guardia a solas en un lugar tan maldito cómo ése llega a aterrarla... por suerte el bueno de Voiran soluciona bastante ésa parte y la elfa se muetra parcialmente más aliviada y relajada.
-Ésa es una gran idea, yo haré el primer turno con... Nekrach- sí, sin duda si esos muertos se levantaban de sus tumabs el dráconido podría apartar a cinco de ellos con uno sólo de sus brazos, era la opción más fiable.

Sonrió entonces para sus adentros y empezó a mordisquear algo de pan sin demasiado entusiasmo, dirigiendo miradas de solsayo a su alrededor a menudo.

Una vez llegados a su destino, observa ceñudo el árbol y su decoración. Años atras se habría conmovido más pero ahora era incapaz de sentir nada más allá de desconfianza con los alrededores-¿Quién diablos se dedicará a colgarlos ahí? Hmm. Vió como Ireth se giraba algo asustada y negó con la cabeza mientras se acercaba a la mula.

Comenzó a descolgar el saco y los pertrechos necesarios para pasar la noche, extendiéndolos en el suelo junto a los demás. Les haría falta leña para una hoguera y sonrió con cierta malicia divertido.

Ey Ireth, ¿por qué no vas a por un poco de leña?

-Y por qué no vas tú?- digo secamente a Dardh.
Mirando el sitio con una ceja levantada y encogiendome de hombros exclamo.
-La verdad es que no se han comido la cabeza para poner el nombre al árbol.- mis palabras rezuman sarcasmo.
Luego echo una mano al grupo para montar la tienda.
-La segunda guardia la haremos Voiran y yo...O prefieres ir tú con Voiran?- Le comento a Dardh mirandolo de reojo.

La noche hace rato que ha entrado y pasáis la mitad de la cena con la mirada puesta en la horrible escena que el árbol de la muerte os muestra. Os encontráis a una distancia prudencial pero aún así el hedor a muerte y podrido os llega como a ráfagas de aire que el viento os brinda esporádicamente. El dracónido Nekrach se aleja un instante del resto del grupo y se acerca al árbol y a los cuerpos semimutilados.
Tras la cena, Voiran aporta una gran idea y Gueldar lo aplaude mientras saca una manta de Llamaradas.
- Esa es una gran idea Voiran. Amanecerá en unas seis horas, podemos hacer tres turnos de dos horas por parejas. Que Ireth y Nekrach se queden las dos primeras horas, Mushu y el enano las dos siguientes, y por último Dardh y yo, si estáis deacuerdo. - dice comprensivo el semielfo.

Tras cenar algo, te alejas de la multitud congregada alrededor del fuego y te acercas al árbol de la muerte. Conforme llegas, el hedor a muerte y a carne podrida inunda todo tu ser, haciendo falta incluso resoplar de vex en cuando como para evadir tal pestilencia.
Examinas de cerca los cuerpos, algunos sin cabeza, clavados en picas y ahorcados salvaje y cruelmente.

Parecen haber muerto por armas claramente, los cortes y heridas mortales así lo identifican. Espadas, hachas, alabardas, armas que usarían seguramente caballeros y soldados humanos. Probablemente sean ellos mismos los que dejan ahí los cuerpos para ahuyentar a las demás criaturas, y mostrarles qué les pasa a los que se acercan demasiado al camino principal del norte.

Te preguntas si no será peligroso andar tan cerca de tanto pudriento cuerpo, cientos de moscas y pequeños mosquitos deambulan de aquí para allá y tal vez no sea demasiado sano.

La cena resulta tan tensa cómo era de esperar, pero la pequeña hoguera brinda algo de luz y calor, y junto a al compañía del resto Ireth se siente lo suficientemente segura como para no dejarse invadir por el pánico, aunque su piel sigue de gallina y desearía fervientemente no tener que pasar la noche en un lugar maldito cómo ése.
Asiente a la propuesta de Gueldar, mirándole extrañada, pues incluso las personas más vitales y enérgicas tienen sus límites...¿no? Él siempre se muestra del mismo modo y quizá eso demuestre que en realidad no se altera absolutamente por nada...

La elfa se queda pensativa unos segundos pero finalmente decide deshecahr esos oscuros pensamientos, suficiente tiene con lo que la rodea. Aún así está claro que habrá que andarse con ojo con el semielfo pero quién sabe, puede que siempre sea así de alegre y ella una paranoica.
-Bien, intentad descansar un poco...- se limita a decir antes de levantarse de su manta, sacudiéndose el trasero mientras observa a Nekrach a lo lejos y se arma de valor para acercarse más a él y observar qué hace.

-No deberías profanar éste lugar, suficientemente maldito esá ya- comenta manteniendo una distancia prudencial de un par de pasos por detrás del dracónico, sin duda creyendo que su buen compañero efectuaría un maravilloso "efecto escudo" ante cualquier cosa.

Como algo mientras intento no percibir el olor de los muertos, se trata de algo realmente duro, ya podíamos haber acampado en otro lugar.

Veo como Nekrach se hace cargo de los cuerpos del árbol mientras Ireth va en su ayuda, o al menos a supervisarlo, eso me deja tranquilo, porque aunque sea muy poderoso no sería adecuado dividir el grupo de esta forma.

La verdad es que Gueldar debe saber algo mas sobre este lugar, me dirijo a el sin perder de vista a Nekrach e Ireth

- Gueldar, ¿quien cuelga estos cuerpos aquí?, ¿como sabemos que no vendrán a hacernos los mismo a nosotros?, o que no vendrán mas bichos de este tipo a por nosotros pensando que somos los asesinos de sus primos.

Gueldar se acomoda bajo una manta cerca del fuego tras haber llenado el buche con una buena cena.

- Te equivocas, mi pequeño amigo ! No llevo mucho tiempo en Tortuga, pero sí se quien utiliza ese viejo árbol como sepultura monstruosa. Recordáis los caballeros que nos cruzamos horas atrás ? Los soldados hacen rondas a través de las Tierras Salvajes desde el fuerte hasta Trid, y así es como dejan a sus victimas - dice señalando el árbol, con los monstruos colgando y mutilados en las picas - lo hacen para advertir al resto, así los mantienen a raya. - el semielfo esboza entonces una sonrisa pícara - Desde cierto punto de vista, este lugar es el más seguro de las Tierras Salvajes.

La mole de escamas y acero que era Nekrach se gira para observar a Ireth con su ojo reptiliano. Por encima de ella, ve cómo el enano no les quitaba el ojo de encima. Se siente reconfortado ante el compañerismo y el modo de cerrar filas que tiene el grupo. No eran un puñado de gente esgrimiendo espadas y hechizos, sino un auténtico equipo.

El dracónido enseña a Ireth una larga hilera de dientes afilados en una mueca que es una sonrisa, y pone su poderosa garra en el hombro de la elfa. Durante unos instantes no puede evitar pensar lo tosca que resulta su mano en comparación con la gracilidad de la exploradora. A su lado, se sentía torpe y desgarbado.

No me preocupan demasiado las maldiciones, pero sí los peligros que pueden traer dormir cerca de un montón de cadáveres. Ven conmigo, tengo algo en mente.

Nekrach pasó a su lado y se dirigió al resto del grupo.

Escuchad, no creo que sea muy buena idea dormir aquí, con todos esos cadáveres descomponiéndose. Quizá las historias de muertos que se levantan os suenen a cuento de bardo, con perdón de Gueldar. Pero lo que sí es cierto es que un cadáver en putrefacción es un foco de enfermedades e infecciones. No me gustaría dormir tan cerca de eso, ¡hasta el viento trae el hedor de la muerte! Propondría (si no es posible desplazarnos a otro sitio más agradable), quemar o enterrar los cuerpos. Mejor lo primero que lo segundo.

Gueldar sonríe ante la descripción del dracónido.

- Disculpado mi fiero amigo, pero soy más un aventurero cuenta cuentos que un bardo. - al final del comentario de Nekrach ya parece ponerse algo más serio. - No creo que sea buena idea la de quemar los cuerpos, las llamas atraerían la atención de los guardias o peor aún, de otras criaturas de la noche. Si os apetece trabajar podemos enterrarlos, pero nos llevará un par de horas. Tampoco podríamos internarnos mucho más allá para acampar - menciona oteando inútilmente el oscuro horizonte - pues aumentaría el peligro durante la guardia. Aún así, vosotros diréis. - Gueldar no parece demasiado preocupado por ninguna de las posibilidades, sin embargo prefería no inmiscuirse en la toma de tales decisiones.

Dedica una sonrisa burlona y un tanto fría a Mushu cuando responde a la broma de la elfa. Abre la boca pare contestarle pero Voiran y Gueldar se adelantan y pronto centra su interés de nuevo en la historia de aquel espeluznante árbol que debía de ser obra de alguna abominable criatura.

Vaya con los caballeritos.. ¿Quién de los dos dices que es el monstruo? hmm hm..

Mastica un trozo de pan sin demasiado hambre mientras sigue mirándolo. Nekrach sugiere hacer limpieza y el mago no puede evitar alzar las cejas incrédulo. ¿De verdad lo decía en serio? Parecía que sí..

¿Estas de broma no? Hemos venido a descansar, no a mancharnos las manos y limpiar esos sacos putrefactos de carne. Además, como bien dice nuestro 'amigo', no queremos problemas con los 'caballeros'..

Muy bien, haré guardia con Gueldar - miró a Mushu pensativo sonriendo sarcástico, recordando el incidente al buscar el riachuelo- Ah, y no te levantes a beber agua esta noche, eh ?

-Nekrach, si te preocupa que se levanten, cortales las cabezas y los brazos, pero no los entierres, pues quitaras su función de "Espantapajaros"... digo en tono serio mirando el fuego.
Luego giro la cabeza hacia el mago...
-Sigue con tus bromas y te aseguro que despertaras con un cuchillo en la espalda, no es muy inteligente crear enemistades en un grupo al que confias tú seguridad o esperas que te cubran las espaldas...O sea que deja esos sarcasmos y formas de referirte a nosotros o te quedaras solo en el campo de batalla, y te aseguro que no tendras tanta suerte como yo.- Dicho esto, meto un palo de regaliz en mi boca y sigo mirando el fuego.

Ireth da un pequeño respingo ante la extraña sonrisa de Nekrach, abriendo mucho los ojos al contemplar sus afilados dientes en todo su esplendor, pero aún así le devuelve el gesto ya que por suerte sabe que ninguna de las partes de su cuerpo estará nunca dentro de esa gran mandíbula.
-P...pues...- apenas alcanza a musitar eso, la verdad es que su compañero y su lógica tienen parte de razón, pero la posibilidad de que los espíritus se alzaran o vete a saber qué... En fin, quizá fuera mejor darles un final algo más digno que el actual.

Volvió entonces hasta el pequeño grupo que formaban el resto de sus compañeros, escuchando al dracónido y las distintas opiniones que se evrtían sobre el tema, quedando algo extrañada pro la reacción de Mushu al comportamiento de Dardh. Todos sabían de sobra cómo era el mago, lo mejor era no hacerle demasiado caso con ésas cosas o sencillamente seguirle el "juego".

-Es cierto, es probable que si "desmontamos" el árbol esos hombres se enfurezcan lo suficiente cómo para darnos caza... probablemente su vida sólo consiste en eso y ya nos han visto- ladea la boca con expresión preocupada y acaba por cruzarse de brazos en un gesto instintivo de protección -Por una noche expuestos no creo que lleguemos a enfermar, quizá la solución de Mushu sea la más práctica...- mira a Nekrach, el cuál seguramente se mostraría más reacio a una solución que no fuera "definitiva", después volvió la vista al resto -Y dejad de pelearos cómo chiquillos- añadió con cierto tono maternal que poco conseguiría imponer.

Voiran contempla la charla y discusión de sus compañeros, este mago es incorregible, va de problema en problema haciendo "amigos"

- Supongo que por una noche no pasará nada, y no creo debamos perder tiempo y fuerzas. La verdad es que la idea de dormir aquí no me gusta nada, mmmmm, ¿qué os parece dejar una gran hoguera preparada? tardaríamos 30 minutos. De esa forma si algo ocurre podemos encenderla, creo que los soldados vendrían al ver fuego junto a su querido árbol

Miro a mis compañeros buscando una solución, esto me recuerda a una vieja historia donde la luz del día convierte en piedra a unos Trolls que habían estado decidiendo durante toda la noche como cocinar a unas presas, mmmmm, no logro recordar los detalles de la historia, pero nos va a pasar lo mismo.

¿Un cuchillo en la espalda? -sonrió abriendo los ojos impresionado, pero sin dejar su rostro sarcástico- ¿Es una amenaza acaso..? No sabía que había un asesino trapero entre los nuestros.. Yo solo te dí un buen consejo.

Siguió masticando pan sin dejarse intimidar por el elfo y tragó el pedazo que tenía en su boca - Pero hoy estoy generoso y te daré otro consejo: cuidado a quien amenazas.

En fin, haced lo que querais con los cadáveres, yo iré a descansar. Levantarme cuando sea mi turno.-Se tumba en su esterilla y se cubre con la manta, tumbado de lado de cara al árbol, por si algo ocurriera estar mínimamente alerta.

¡Callad, los dos! -truena Nekrach-. Os estáis comportando como unos idiotas. ¿Acaso os preocupa más vuestro ego que en el peligroso asunto que tenemos entre manos? Me da igual de dónde venga esta discusión, o quién crea tener la razón, pero se ha terminado. Os recuerdo que nuestro enemigo ahora mismo son los goblins y las fieras que acechan en estas soledades. ¡Así que guardad para ellos las dagas y amenazas!

El dracónido bufa realmente alterado, y en su bufido se desprenden pequeñas chispas y llamaradas. Sus compañeros lo habían visto lanzar su aliento de fuego antes, pero nunca de esta manera incontrolada. Aunque lo cierto es que Nekrach jamás se alteraba.

Con los ojos chispeando, el guerrero escamoso gira sobre sus talones y se aleja de sus compañeros a grandes zancadas. Se sienta de cuclillas unos metros más allá, de espaldas a ellos. Para recuperar la compostura y el dominio de su cuerpo.

Cuando algo lo enfurecía, había una reacción en su interior. El dedal de Thor, una pequeña glándula al fondo de la garganta, se dilataba y creaba una sensación eléctrica en sus fauces. Al pasar el aire de sus pulmones explosionaba en su interior y salían la llamarada. Aunque lo que más le preocupaba eran sus compañeros. Si no confiaban entre ellos era imposible que lucharan hasta el último aliento de sus cuerpos. Y algo le decía que lo iban a necesitar.

En los cuentos de los bardos los héroes protagonistas de las profecías siempre parecían capaces de dar la vida los unos por los otros. ¡Pero qué distinto era protagonizar una!

Nekrach alza la mirada a las estrellas y piensa que quizá él tampoco sea un líder o un general como el de esas historias. Mientras mira hacia atrás, a sus compañeros, anhela saber cómo podría él resolver el conflicto entre Dardh y Mussu.

-Yo no amenazo, aviso nada más. Y si fueras menos prepotente, no tendria que avisarte y tener esta conversación. Que te tenga que dar un aviso el "asesino trapero", manda huevos de troll...- digo mientras se tapa con la manta.
-Por cierto. Asesino trapero? se te ha ocurrido a ti solo? La verdad esque no eres nada original para estar versado en libros y artes relacionadas con la inteligencia. Prestidigitador de mercadillo. Eso si es original. O lanza chispas. A partir de ahora seras el Boca-chancla, y si quieres que se te respete, respeta a los demas.- Digo con frialdad sin perder el ojo al mago.
-Ego dices? Nekrath. Este tipo, es una parodia de compañero, que va de listillo y prepotente. Porque a mi no me ha demostrado confianza, si con eso pretende ganarsela en este grupo, por mi parte lo tiene jodido. Y creo que sé de que clase de peligros estamos hablando, si no recuerdas yo he tenido una escaramuza, y precisamente por eso, quiero que tenga las prioridades claras nuestro amigo mago.-

Miro a mis compañeros mientras siguen discutiendo...., me aproximo a Darth

- Esto es un sin sentido, debemos estar todos juntos o moriremos. Darth por favor deja de burlarte de la gente, eso no va a ayudarnos en nada, nadie te ha hecho nada, pero te burlas de todos, por favor, ayúdanos a mantener el grupo unido, lo necesitamos por nuestras vidas. Estoy seguro que eres buena persona y buen mago, pero no es lo que tu afilada lengua demuestra.

Miro a Mushu con cara de circunstancias

- Paciencia amigo, paciencia, que no debemos malgastar nuestras fuerzas, y menos tu que debes recuperarte de tus heridas.

Ireth observa con preocupación como la estúpida discusión sigue su curso, desviando totalmente el tema importante del que deberían estar debatiendo. Mira a mushu y Dardh alternativamente y cada vez más tensa, terminando en Nekrach el cuál también acaba por alterarse... y eso demuestra lo tensa e incómoda que resulta la situación para todos por una simple riña infantil, por parte de ambos. Para la elfa ambos tienen la misma razón: ninguna.

-Bueno si habéis acabado de perder el tiempo...- suspira hondamente y después mira de reojo a Voiran con una leve sonrisa. Resultaba de lo más curioso que justamente un enano fuera uno de los miembros del grupo con el que más afín se sentía. Sus palabras,s encillas y directas, le reusltaron mucho más sabias e interesantes que todo lo dicho anteriormente.

-Deberíais escucharle, parece que olvidéis que todos estamos juntos en ésto y llevamos semanas de viaje... Pero está bien, no esuchéis a nadie, ya os daréis cuenta...- la elfa volvió a suspirar hondamente y se dejó caer sobre su propia esterilla, asintiendo al enano para que se acomodara y durmiera también, mirando después de reojo al dracónido mientars emepzaba su turno de guardia.

 Dardh observó impresionado la reacción del dráconido, asintiendo a las últimas palabras de guardar las dagas para los goblins. Por su parte el elfo pareció hacer caso omiso a Nekrach, él por su parte se mordió la lengua y aguantó las dos parrafadas de despropositos estoicamente pero no eran ni uno ni dos insultos no, era todo un catálogo lo que estaba soltando por la boca. Se tapó con la manta sin mirar al elfo y al final su boca acabó abriéndose levemente, esperaba que por última vez en la noche pues el dracónido tenía razón, pero su orgullo también merecía unos mínimos.

Voiran buen amigo, aqui el que se burla es otro -cerró los ojos antes de conciliar el sueño- y a las cucarachas nadie se molesta en llamarlas con nombres originales, simplemente cucarachas..