Partida Rol por web

Me levanté detenidamente, acababa de recibir una buena reprimenda y estaba enfadado.. pero no me podía dejar llevar de nuevo por la furia. Me sacudí la ropa, que ahora estaba rota, me miré los vaqueros.. destrozados.. algo que me cabreó aún más.

- Has tenido tu pequeña revancha - dije mientras me arreglaba el pelo - Debería haber hecho caso a eso de ... no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.. - me refería a cuando lo derroté sin problemas, estaba claro que en este mundo había que acabar con el enemigo. - Pero no cometeré más ese error.

Ataqué ami adversario, pero esta vez no con la ferocidad de un tigre o un gran depredador. Usé la velocidad.. la velocidad de un corcel salvaje corriendo sin freno. Llegué a su altura sin impedimentos, hice un amago de golpear con los brazos... y solté una patada rápida a su rodilla, cuál coz de caballo.

Un nuevo jugador entra en escena, el capitán Foster hace gala de su fuerza de voluntad para resistir al dolor y dispara contra el lobo que estaba cerca de Sócrates. Su primer disparo falla por bastante pero su segundo tiro acierta en el cuerpo del lobo y este aúlla de dolor. 

La munición es perforante y atraviesa con facilidad al engendro de laboratorio. Iván ve lo que sucede y en su cara se dibuja una mirada de completo odio...el americano se acaba de convertir en su objetivo principal. Sigue moviéndose hacia la casa con intención de acabar con él y llevarse a la doctora a Moscú.

La situación pudo con Juddith, que permaneció aturdida sin saber qué hacer ni cómo actuar. Foster se arrastró hacia la otra ventana para ser de más utilidad que ella estando herido.

- No puedo dejarte aquí - le dijo la doctora-. No te voy a dejar aquí, Foster. Voy a buscar una salida...

Se acercó hacia la puerta de la habitación en la que estaban, abrió una rendija y miró por el pasillo, buscando algún enemigo. Tenía que despejar la salida para poder sacar de allí a Foster.

Tu disparo falla por mucho e Iván sigue acercándose a ti. Dentro de la case no hay nadie, y detrás de ella tampoco. Cuando miras por el pasillo no ves a nadie ni a nada. La única persona cercana es Iván pero aún está a unos cuantos metros y deberá sortear a más de un enemigo animal. 

Foster sigue apuntando con su rifle y su máscara especial. A pesar de sus heridas se comporta como un soldado, algo de esperar en un fuerzas especiales. Seguramente en condiciones físicas óptimas pudiera hacer frente a Iván pero así no. 

La salida más probable es por la parte de atrás, es un salto de dos metros pero si salís por una ventana del piso inferior no es necesario saltar.

Sócrates se decide a tomar la iniciativa. Tras comer el suelo está con ganas de hacerle daño al ruso. Se lanza corriendo hacia él y le suelta una patada por la que lo expulsarían de por vida de la Liga de Fútbol española. Víktor exclama de dolor tras recibir semejante golpe. El hueso se quiebra bruscamente y escuchas perfectamente ese sonido. Empujas la pierna hacia el suelo y observas como el hueso rasga sus músculos y su piel para aflorar. Es una herida abierta que sangra profusamente.

Víktor sigue quejándose de dolor y puedes ver que sus ojos empiezan a nublarse, al ruso no le queda mucha consciencia y sigue sangrando mucho. Parece que esta vez sí que es el fin para el mutante ruso.

El ruso estaba amis pies y el olor a sangre hizo que mis pupilas se dilatasen, aquél olor en plena pelea, en plena lucha entre mi yo más humano y mi instinto más primitivo, mi instinto animal. En aquél momento era cómo un gorila henchido golpeándome el pecho, sentía el mismo impulso, el mismo orgullo primitivo, la misma fuerza e ira.

Contuve la respiración acelerada todo lo que pude y me acerqué a Viktor cómo si el tiempo se hubiese detenido, con aquella calma predecesora de nada bueno. Cogí al ruso, una mano en la sien y otra en la barbilla, sujetándola por un lado.

- Soy el macho alfa, debiste verlo la primera vez - mi voz resonaba salvaje y pérdida,casi irreconocible. Tras terminar la frase moví las manos con rapidez y fuerza, esperando partirle el cuello a aquél perro inútil.

El cuello de Víktor se quiebra y durante unos segundos puedes notar un temblor en sus miembros superiores mientras las células nerviosas envían la última información de su vida a los músculos. El ruso ya no respira y está muerto. 

Aunque Sócrates (ni muchos de los presentes) no lo sabe Víktor era uno de los agentes rusos más longevos, había empezado a trabajar con la Ojrana zarista a principios a finales del siglo XIX y se rumoreaba que había sido Streltsí del zar Pedro El Grande. Veterano de  infinidad de guerras y uno de los soldados más condecorados de la Gran Guerra Patriótica (Uno de los héroes rusos de Stalingrado) acababa de fallecer en un vetusto monte cercano a un pueblo llamado Mondoñedo. Su verdugo un mutante español miembro de un equipo Tango de Heracles.

Juddith regresa al primer piso a la carrera y toca el hombro a Foster.

- ¡Vámonos de aquí! Yo te ayudaré a salir, pero tenemos que darnos prisa, ¡vamos!

      Las energias que habia intentado enviar contra el ruso se habian vuelto en mi contra, un respingo fruto de la sorpresa fue el anticipo de lo que podia haber sido una catástrofe, por suerte, mi rival tampoco estuvo muy católico y falló. Incorporándome con toda la rapidez que pude, me concentré en reactivar mi escudo y en lanzar una nueva descarga rápida pero precisa que viajo directa hacia el joven, mientras buscaba con prisa algo que pudiese emplear para ganar ventaja...

Estaban lanza un rayo eléctrico contra el Ave Fénix ruso pero este proyecta un escudo de fuego momentáneamente que desvía el rayo mortal. Sonríe ante la perspectiva de que tus poderes estén flaqueando ya que de momento te has herido a ti mismo y no lograste impactar en él.

Le toca su turno de atacar y te vuelve a lanzar una bola de fuego aunque no es necesario ni que la esquives porque la bola pasa a seis o siete metros a tu derecha. Parece ser que su puntería tampoco está muy fina...

Revisas la zona y ves que hay poca cosa metálica, salvo el coche y las armas de los caídos más la munición ya disparada. Algunos agentes poseen armas que sostienen todavía y todo eso es metálico. En la casa notas que tienen una antena de televisión y seguramente en la casa haya más pero las paredes de piedra gruesa dificultan tus capacidades.

Con ayuda de la doctora y gracias a que me encuentro un poco mejor logramos llegar a la ventana para salir de la vivienda. En ese momento recojo la mochila y me doy cuenta de lo que llevo en ella.

- Judith ve saltando por la ventana...le dejaré un regalo a ese ruso... - digo mientras saco un par de granadas y les quito las anillas preparadas para lanzarlas en cuanto salte y así cerrar nuestra vía de escape.

El cuerpo sin vida de Viktor cayó a plomo sobre la tierra, levantando algo de polvo. La rabia contenida aún seguía presente en mí y fue un repentino haz de luz, un fogonazo lo que me llamó mi atención. El mutante que estaba luchando contra Esteban parecía defenderse bien.. Miré ami alrededor, buscando algún enemigo cercano.. y fue cuando me decidí a lanzarme a por el hombre fuego. Quizás lo pillase por sorpresa, quizás no.. pero lo que si estaba era decidido a ir a por él y ayudar ami compañero. Sobretodo, lo que me decidió fue de nuevo ese instinto animal, sin pensar demasiado en las consecuencias.

Corrí hacía él con gran velocidad y, casi a su altura, me lancé con los pies por delante arrastrándome por el suelo. Cómo si de un jugador de baseball se tratase al llegar a una base..

Sócrates acude en ayuda de Esteban. Se lanza sobre el piroquinético ruso pero falla su ataque (Dificultad 20). Este salta y rueda durante un instante para luego incorporarse y preparar una bola ígnea preparada para lanzar al mutante español.

Lanza la bola de fuego contra Sócrates pero esta la esquiva con bastante facilidad a pesar de estar a corta distancia. Parece que no es el día del hombre de fuego ruso.

Ahora la situación se vuelve todavía más tensa con tres jugadores enfrentados...Sócrates sacando su instinto animal, Esteban con ganas de freír al ruso y Zhar-Ptitsa con ganas de prenderle fuego a alguien de una vez.

      No habia tenido que moverme siquiera para evitar el ataque del ruso, y justo después apareció Sócrates en mi ayuda... Lo cierto es que era de agradecer, pues parecía que mis poderes no estaban respondiendo como era debido... quizá estuviese más cansado de lo que parecía.

      Con los nuevos refuerzos, me olvidé de las triquiñuelas, era el momento de ir a matar... Di un par de pasos adelante, colocando ambas manos frente a mi y con una sonrisa siniestra que anticipaba lo que estaba por venir, permití que un par de arcos eléctricos saltasen de la una a la otra, con un brillo amenazador que anticipaba la descarga que estaba por venir...

      Antes de que nadie tuviese tiempo de reaccionar, para cubrir a Sócrates y facilitar que se acercase a hacer lo suyo, extendí el brazo derecho bruscamente liberando otra potente descarga eléctrica hacia el ruso. El aire chisporroteó, cargado como en una tormenta, y la electricidad viajó a toda velocidad directamente hacia el "fénix ruso", acentuandose mi sonrisa al ver la velocidad y precisión con que el rayo viajaba hacia mi rival.

El rayo impacta en el ruso lanzándolo varios metros hacia atrás. Es un impacto pleno y el ruso aunque vivo parece que no está demasiado consciente, seguramente esté aturdido o confuso...

Ahora es el turno de Sócrates que se prepara para lanzarle un ataque de su estilo.

Tal cuál me deslicé por el suelo me levanté todo lo rápido que mis piernas y mis habilidades me permitieron, justo para ver como una bola de fuego pasaba cerca de mí, pero con la fortuna de que no me golpeó. El que si recibió un buen "chispazo" fue el ruso, que retrocedió varios metros y quedó aturdido. Mi ansia hizo que me lanzase inmediatamente a por él, aprovechando que estaba confuso y aturdido. Me lancé con las rodillas por delante hacia su pecho, usando todo el impulso de mis patas posteriores. Lo había hecho con anterioridad con el guardia.. y había resultado... esperaba que ahora también.

Sócrates golpea el pecho del ruso y este escupe sangre al recibir el golpe. Sus ojos se quedan en blanco y pierde el conocimiento. Le cuesta respirar y empieza a tener convulsiones pero al momento se estabiliza...

Sus ojos están en blanco y no parece respirar, sus miembros ya no tienen fuerza. Zhar Pitsa parece haber caído en combate por segunda vez este año...y ambas ante el mismo grupo de agentes de Heracles.

Iván al ver la situación sale corriendo hacia el bosque seguido de los lobos que quedan en pie. El resto de agentes lucha por mantenerse con vida y escapar de la situación.

El poder de convocatoria de Sócrates parece haberse acabado y los jabalíes y demás animales parecen decidir volver a su vida en el monte lejos de armas y humanos.