Partida Rol por web

El mago, ya habiéndose asegurado de que los ingredientes que acababa de conseguir estaban a buen recaudo dentro de la mochila, escuchó a Groland y dedicó una larga mirada a la cabaña.

- Bueno, también podría acoger a un viajero al que le pille desprevenida una tormenta, o a una familia que lo ha perdido todo y quiere empezar de cero - dijo el joven, apoyando la la mano en la cadera mientras observaba cómo el halcón peregrino se apoyaba en el báculo tras haber cogido un trozo de carne del oso búho - Es como qué hacer con los restos: pueden alimentar a otros animales. Somos una parte muy pequeña de un mundo muy grande.

- Dejad a los granjeros decidir que hacer con esto, o al responsable de cuidar estas tierras. Nosotros hemos cumplido y les informamos de todo. No es cosa nuestra decidir que hacer con ello. - les dije alejándome, yendo hacia el linde del bosque por dónde habíamos venido y dónde la soldado refunfuñaba.

Había mil razones para querer destruirlo, y mil razones para no. No íbamos a llegar a una solución rápida y no nos afectaba lo que ocurriese con ello, además de que no era nuestra responsabilidad. En mi opinión lo mejor era dejar las cosas como estaban y marcharnos a hacer lo que de verdad teníamos que hacer: cazar una mantícora.

"No...no está muy lejos.." dice Fendrin, pensando unos momentos tras la pregunta de Groland. "A unas cinco o seis horas andando desde Fairhill...tenemos que seguir el río y cruzarlo, luego rodear el bosque y llegar a las colinas, allí está la mejor madera...no hay lugar donde guarecerse, mas que el bosque....por eso salíamos temprano de buena mañana y retornábamos casi por la noche, bien cargados..." . 

Arue calculó que, a caballo, lo que andando les tomaría tantas horas, probablemente se redujera a un par de horas si apretaban un poco el paso. Un simple trote durante una hora haría que las monturas pudieran liberarse de la tensión y no las cansaría.

Tomada la decisión, dejaron aquel lugar atrás, con el cadáver del Óso-Búho mutilado pudriéndose al sol. Los sonidos del bosque volvieron a rodearles en su camino de vuelta a la granja donde les esperaban los lugareños, ansiosos de noticias.

Durante el camino de vuelta a la granja nadie habló, cada uno sumido en sus pensamientos, ensimismado en los sonidos del bosque o en la visión de la naturaleza de su alrededor. Quizás simple y llanamente, sin pensar en nada más que en llegar a su destino, comunicar la noticia y seguir adelante, pues un monstruo les esperaba, si la historia de Fendrin era real.

Una vez de vuelta a la granja, les recibió una pequeña comitiva de unas quince personas, entre padres, madres, hijas adolescentes y jóvenes. Todos expectantes y con signos de asombro y de admiración al veros salir del bosque en su dirección, percibiendo en algunos de vosotros heridas o sangre en vuestros ropajes. Las noticias volaron, la gente se alegró, se propusieron matrimonios con las hijas herederas, bellezas sin par. Groland, Rash, Brand, inclusive Fendrin, salieron de allí con varias promesas de amor y esposa. Arue, Kerri, hasta Jerinor, recibieron la atención de jóvenes mancebos de varias edades que trataron de mostrar sus "virtudes" para demostrar que serían buenos maridos. Se les obsequió con bebida, quesos, pan recién hecho, diversas viandas, todo era poco....los lugareños parecían a la vez aliviados, espantados, esperanzados y aterrorizados por todo lo que les estábais contando...ésta historia traería muchas otras "leyendas" al lugar, que se contarían en las noches de más frío.

Finalmente, tras comunicar las nuevas, os despedisteis y seguisteis vuestro camino, siguiendo a Fendrin.

Satisfecho por haber sido capaz de escapar de aquel terrible enfrentamiento sano y salvo, y habiendo conseguido además un botín de valiosos ingredientes para futuras pociones y conjuros, Rashaniel avanzaba montado a caballo con una agradable y cálida sonrisa en su rostro. Sus rubios cabellos se agitaban en el aire gracias a una cómoda brisa que acariciaba sus mejillas, mientras que el halcón peregrino hendía el aire con sus gráciles movimientos.

Durante el recibimiento en aquella granja, el joven mago recibió mucha más atención de la que solía, haciéndole sentir incómodo. Preguntas sobre sus artes arcanas, su libro de conjuros, su familiar e incluso aquel extraño paquete que llevaba en su bolsa se sucedieron una tras otra, haciéndole tartamudear como un niño en su primer baile de la cosecha. Finalmente, sin saber cómo, dos de las jóvenes habían averiguado dónde vivía en Fairhill y le habían prometido visitarle la próxima vez que acudieran al pueblo. Afortunadamente para él, su inexperiencia le permitió desconocer lo que auguraban sus ardientes miradas.

Arue explicó que podían aplicar un buen ritmo a sus caballos y llegar al terreno de caza de la Mantícora en poco tiempo, y eso animó al muchacho. Si tenían suerte, podrían acabar con dos bestias mágicas el mismo día. Ese tipo de sucesos eran el material del que se forjaban las leyendas.

Satisfecha de que el tema de la cabaña y el cadáver se dejase de lado y nos pusiésemos en marcha, avancé a buen paso hasta llegar a la granja. Me sorprendí de la pequeña comitiva allí reunida: esta gente parecía ser capaz de moverse a ma velocidad de la luz para ser testigos de cotilleos varios, pero no para huir de un monstruo.

Me cansaban tantas atenciones, tanta gente, tanta gratitud. Cada vez tenían unas expectativas más altas en nosotros y dentro de poco esperarían que les resolviésemos todos sus problemas con una sonrisa y en menos de lo que tardaban en decir "Fairhill".

Me aparté sin ni siquiera esconder mi cara de disgusto cuando varios jóvenes se acercarona mí...ofreciéndose de un modo u otro. incluso si hubiese estado interesada en algo así (que no era el caso), de verdad creían que un granjero más verde que un guisante me sería suficiente? Es que esperaban que colgase las armas y les diese hijos y les cocinase la cena, o incluso peor tal vez, que continuase mi vida tal y como era para disfrutar de la sombra de mi reputaci´n mientras probablemenete se iabn con otras mujeres? Repugnante.

No hablé mucho, por no decir aue no intercambié más que un par de monosílados y "hmmms", intentando hacer ver a mis compañeros la urgencia que tenía por dejar este circo atrás y ponernos camino de cosas importantes. Cuándo por fin nos despedimos (o se despidieron), suspiré aliviada, pero mi humor se había visto afectado negativamente

Primero el monstruo, luego Kerri, ahora esto... Quién me mandaría unirme a un grupo...

Me fuimos de allí dejando una bestia muerta y una mente más centrada, había sido una impulsiva, años de estar estática y aprendiendo conocimiento que no podría desarrollar fuera de las cuatro paredes de un aula o una biblioteca, me habían echo impulsiva y descerebrada, que podía haber salido bien, si, pero no fue el caso, salio mal, no, lo siguiente, y debía aprender de ello.
Me pase todo el camino pensando en ello mortificándome por lo que hubiera podido pasarles a mis compañeros por mi imprudencia, mas se mitigo al ser recibidos por los lugareños y ser el centro de atencion de varios mancebos que sin sutilezas muy elaboradas me intentaba llevar al huerto, me hubiera ido con uno de ellos, que parecía tener una fe firme en Freya, mas debíamos seguir con lo que habíamos empezado a la mañana y cuando nos pusimos en marcha le di un beso mas generoso que al resto.

El recibimiento de los granjeros pilló a Groland tan por sorpresa como a cualquier otro, pero el cormyriense se mostró bastante proclive a dejarse mimar: había saludado, calmado los temores de aquellos hombres y mujeres del campo, compartido sus alegrías, recibido con falsa modestia sus atenciones, aceptado las viandas, rechazado educadamente las propuestas de matrimonio y flirteado descaradamente con las mozuelas. Sonreía con la satisfacción de saberse, otra vez, un héroe... Al menos, al principio: no había pasado mucho rato cuando Groland empezó a lanzar alguna que otra mirada huraña y suspicaz a la gente. ¿Temía el guerrero que aquel jolgorio excesivo ocultase algo? ¿Que aquel interés de algunas de las muchachas por el mago fuera algo más? ¿O que los chicos acabasen provocando una desgracia con epicentro en Flowright? De este modo, Groland no tardó en unirse a la drow presionando a sus compañeros para que se largasen. Antes de irse, se aseguró de que los parroquianos quedaban bien informados sobre la cabaña abandonada del bosque. Lo que hicieran con ella ya no era asunto suyo.

También se ocupó de apañar “suministros” para el camino.

Una vez de nuevo en marcha, Groland cabalgaba en silencio. Tal y como había declarado de camino a la granja, no se oponía a seguir adelante, hacia el lugar de la tragedia de Fendrin. Sin embargo, no tenía intención de pasar la noche al raso en el territorio de caza del monstruo y así se lo había hecho saber a sus compañeros: deberían buscar algún cobijo antes del anochecer, aunque eso significara desandar sus pasos y aprovecharse de la hospitalidad de las estridentes gentes que les acababan de homenajear.

Ajeno a las preocupaciones y sospechas de sus compañeros, Brand cabalgaba tranquilamente disfrutando la apreciación que le mostraban los pueblerinos y que en su humilde y objetiva opinión estaba totalmente merecida. Sin nada mas que hacer excepto pensar en sus próximos movimientos, el hechicero se pone a pensar en la quimera (o manicorta, su mente no recordaba exactamente el siguiente monstruo al que enfrentarse y no quería admitir mala memoria frente a sus compañeros) y la hija del herrero, que a todas luces prometen ser su próximo dolor de cabeza a resolver.

Durante una hora cabalgáis a trote ligero, atravesando el vado de un río en el lugar que os indica Fendrin y luego yendo campo a traviesa entre el río y un bosque, a vuestra derecha..."El bosque del viejo castillo", dice el campesino. Seguís adelante, cabalgando por una zona con colinas, árboles dispersos, muchos matojos, arbustos y rocas aquí y allá. 

Reduciendo la marcha para no cansar en exceso a los caballos e impedir que pisen algún agujero escondido por la hierba, seguís la marcha durante otra hora más.

Coronáis una colina algo más alta que el resto y comtempláis las tierras circundantes. Desde aquí, en dirección oeste, alcanzáis a ver en lontananza el océano y casi podéis imaginar el aroma fresco de una brisa marina. El camino es rocoso, pero resulta más sencillo de atravesar que la maleza del bosque que habéis dejado atrás.

Repentínamente, escucháis el batir de unas alas y, como si se materializase en el mismo aire, una enorme bestia se precipita sobre vosotros. Parece un león gigante, pero tiene una cabeza de hombre y una cola erizada de púas....con los ojos abiertos como platos y la boca desencajada en algún caso, no podéis si no que contemplar como la bestia coge por ambos hombros a Brand con sus garras, clavándolas profundamente en la piel del mago, mientras la sangre comienza a brotar de las múltiples heridas que le está inflingiendo. En esos breves segundos, la cabeza de Brand se ladea y cae...inconsciente...o al menos eso esperáis, mientras la bestia, con un rugido triunfante, mueve las alas con renovadas energías, intentando elevarse de nuevo....con Brand fírmemente cogido.

Como si de un sueño se tratase, comenzáis a reaccionar con la velocidad del rayo, esperando que no sea demasiado tarde...y en ése momento, el cuervo, como hipnotizado por aquella exhalación que había pasado por su lado sin que él se percatara, comienza a graznar desesperado....tarde....

Cuando el monstruo apareció de repente no pude sino quedarme unos segundos paralizada, igual que es el resto, cogida por sorpresa. El monstruo era el rompecabezas más feo que hubiese visto nunca. ¿Cómo podía existir semejante monstruo, hecho con trozos de otros seres básicamente? ¿Qué lógica había en ello?

Para cuando cogió a Brad y su cabeza cayó ladeada, reaccioné por fin y fui a coger mi arco, el cual se me resbaló ligeramente y tardé unos instantes más de lo normal en cogerlo*. Esos instantes seguramente iban a costarme caros ya que el resto había reaccionado mejor que yo.* Sacando una flecha del carcaj, me dispuse a disparar a la bestia antes de que se marchase con nuestro compañero.

Rashaniel nunca había visto el mar. En toda su vida sólo había leído sobre el océano, escuchar baladas sobre marinos y princesas, e investigar acerca de por qué sus aguas son saladas, pero nunca había posado sus inocentes ojos en una superficie de agua tan gigantesca. Cuando llegaron a aquella loma y observaron el lugar, se permitió unos segundos para contemplar el juego de luces del sol sobre la superficie cristalina.

Minutos más tarde se adelantó en su caballo hasta Groland y Fendrin, y le dedicó una pregunta al pelirrojo guerrero.

- Quizás podríamos acercarnos a una playa cercana cuando acabáramos, ¿sí? - su sonrisa era deslumbrante - Nunca he...

Pero su discurso se vio interrumpido de repente por un rugido atronador que le estremeció, y más a su caballo*, que se encabritó con un relincho, lanzándole al suelo en medio de una nube de polvo. Doliéndose del costado, Rashaniel observó el origen de ese rugido: una mantícora. Encajaba perfectamente con las descripciones que había leído sobre esos seres, pero tener una a pocos metros era estremecedor. La vileza de su mirada, lo afilado de sus garras y la marcada musculatura de su cuerpo le convertían en una perfecta máquina de matar.

Sin embargo, no era la primera bestia que veía. Había enfrentado ya a orcos, a un gigantesco Ogro y a un Oso Búho, y seguía vivo para contarlo. Él no era un campesino cobarde. Era Rashaniel Lianode´wa. Y no saldría corriendo. Lo más rápido que pudo, abrió su mochila y buscó esa bolsa de maraña que había adquirido en el Mercado. Comprobaría lo útil que era.

Una vez de nuevo solos sus compañeros, el camino y él, Groland se había relajado. Cuando habían pasado por “el bosque del viejo castillo”, el guerrero se había guardado de preguntar si “el viejo castillo” era el mismo castillo de Eralion: no creía que estuvieran tan cerca. ¿Se había desorientado? No pensaba proclamarlo a los cuatro vientos. Quizás se lo preguntara luego a Fendrin.

El cambio en el terreno había hecho que se sintiera demasiado al descubierto, así que había empuñado la lanza, que hasta entonces había llevado amarrada a la silla.*

De este modo, con la lanza cruzada frente a él y apoyada en su hombro, llegaron a la colina. La visión del mar también le resultó fascinante... como otras veces antes: uno nunca se cansaba de mirar el gran azul. No había tenido tiempo de responder a Rash.

—¡ELFO...! —comenzó a gritar cuando vio a aquella aberración lanzarse sobre el hechicero elfo. Sin embargo, de pronto tenía otras prioridades: su montura.— ¡Oh! ¡Uh...! ¡Tranquila, amiga! ¡Sooo...!

Consiguió controlar animal, pero su experiencia como jinete le indicó lo que en todo caso era obvio: aquella cuadrúpeda fairhilliana no estaba pensando quedarse a combatir, precisamente. Sin perder un segundo, Groland desmontó. Sabía que la red y la cuerda que todavía tenía amarradas a la silla se irían de paseo con la yegua, pero no podía perder un minuto: aunque mal agarrada, tenía la lanza en la mano. Rugiente, atacó.

desde la colina habíamos visto el mar, no era una cosa que no hubiera visto, pero había compañeros que no lo habían visto y querían verlo, por lo que dije con una sonrisa sincera:- por mi no hay problema, cuando terminemos con esto podemos ir a que te bañes en el.
Después seguimos el camino hasta que de repente el monstruo se nos apareció y agarro a Brand dispuesta a llevárselo donde quiera que iría.
No me dio mucho tiempo a reaccionar, lo justo para controlar mi caballo y desmontar, Acercándome lo justo a la bestia para lanzar el hechizo orden imperiosa a la manticora con la intención de que soltara a Brand*, diciendo:- Suéltalo!

El rugido de la mantícora había sido como el desencadenante de las reacciones que se sucedieron.

Los caballos comenzaron a relinchar y a encabritarse, asustados por la presencia repentina del monstruo, mientras tanto, Kerri bajaba del suyo, como los demás trataban de hacer con mayor o menor acierto, acercándose debajo de la bestia, alzando una de sus manos señalando a la criatura y concentrando el poder de su Diosa en una sola palabra...."¡Aterriza!". La mantícora sacudió la cabeza un par de veces, confundida durante unos breves instantes, pero un rugido de enfado, así como el contínuo batir de alas, le hizo ver a la clériga que su conjuro no había surgido el efecto deseado. Rash había caído al suelo, sorprendido por el repentino encabritamiento de su caballo, pero su innata agilidad le había hecho rodar sobre sí mismo y caer sin mayor consecuencia que llenarse de tierra y algunos trozos de pequeñas maderas la ropa que llevaba. Se levantó rápidamente, buscando algo en su mochila...una pequeña bolsa que ahora sujetaba entre sus dedos, mirando desafiante al enemigo.

La bestia alada, apenas mirando atrás, ruge de nuevo y batiendo las alas con mucha fuerza, se mueve velozmente por el aire, alejándose de vosotros a gran velocidad y llevando entre sus garras a Brand. Groland apenas tuvo tiempo de desmontar del caballo y atacar justo antes de que la bestia se alejara con Brand, pero el ataque del guerrero, mal orientado a causa de llevar el escudo en la otra mano y no manejar su larga lanza correctamente, falla por un metro largo. Jerinor desmonta como puede detrás de Groland mientras espeta "¡¡ Me cago en tu puta estampa caballo de los mil demonios !! ¡Soooo, SOOOO eh dicho! ¡A la mierda!", rápidamente se desentiende del caballo y dándole la vuelta a la lanza corta que lleva consigo, apunta durante medio segundo usando el escudo como "orientación" y lanza el arma, que roza una de las alas causando una pequeña rasgadura, que la mantícora apenas parece percibir.... "¡Mierda!", repite la mujer, mientras suelta el escudo y parece disponerse a sacar el arco corto que lleva cruzado en la espalda.

Fendrin, paralizado como todos durante unos segundos, desmonta y levanta el arco, lo baja y lo vuelve a levantar, pero se queda dudando claramente, mientras el arco y la flecha tiemblan entre sus dedos, su cara, angustiada, refleja la indecisión de disparar. Unas lágrimas comienzan a recorrer su cara mientras murmura..."no...otra vez no...."

Arue, sorprendida de haber sido sorprendida, estaba en un estado de estupor que le hizo reaccionar tarde, muy tarde.

La mantícora ya se había alejado de ellos, y se encontraba a una distancia relativamente corta aún, pero que se estaba agigantando por momentos. Aguantó el caracoleo del caballo, que intentó tirarla de encima suya, pero no pudo, y en el mismo momento que el cuadrúpedo ponía las pezuñas en el suelo para relinchar indignado, ella pasó ambas piernas por encima de su cabeza, desmontando ágilmente mientras ya estaba cogiendo el hermoso arco que Shandrill le había prestado. Puso una rodilla en tierra y apuntando medio segundo, soltó la flecha que ya estaba en la cuerda. La flecha se clavó profúndamente, hasta las plumas, en los cuartos traseros de la criatura, que soltó un rugido de dolor que se escuchó claramente....pero no soltó a Brand, que seguía inconsciente entre las garras de la criatura....

Frustrado por el fracaso de su ataque, Groland tiró bruscamente la lanza al suelo y comenzó a quitarse el escudo, obviamente con la intención de sacar el arco y con la esperanza de poder hacerlo antes de que el monstruo se hubiera alejado demasiado. Sin embargo, a la criatura no le quedaba nada por hacer en aquel lugar y comenzó a alejarse rápidamente del grupo con el pobre Brand entre sus garras. Consciente de que no podría sacar el arco a tiempo, Groland cambió sus planes y, en cuanto su escudo estuvo en el suelo, se lanzó a por las riendas del caballo más cercano, para tratar de controlarlo.

El joven mago soltó un exabrupto en su idioma que le hizo parecer más un marinero colérico que un delicado mago cuando la Mantícora alzó el vuelo. No alcanzaría a la bestia con la bolsa de maraña, y la criatura seguía alejándose más y más con sus poderosas alas coriáceas.

- ¡Síguelos! - ordenó a su familiar, que se le quedó mirando, estupefacto, y luego pareció reaccionar. Con un chillido, el halcón peregrino batió sus alas y salió despedido tras la Mantícora.

Sin pensárselo, Rashaniel copió el gesto de su compañero e intentó calmar a la yegua que le había lanzado al suelo segundos antes.

Kerri maldice mientras vuelve corriendo a por su caballo. Mierda! Y monta rápidamente para seguir a la manticora que se aleja rápidamente, cuando pierda de vista a la manticora seguirá al pájaro de Rash, y si lo pierde también, seguirá a Rash.