Partida Rol por web

Os encontráis delante de un muro de piedra en cuyo centro hay una puerta de madera gruesa, revestida con planchas de acero y con un tirador del mismo metal en su centro. A ambos lados de la puerta se observan unas inscripciones en medio de antiguos símbolos decorativos.

Llegasteis hasta aquí después de subir por un sendero oculto en la colina, siguiendo al fantasma del elfo. Conseguisteis hablar con Carnaby, otro pequeño fantasma, el cual os contó que era hijo de Alyridian y que había seguido a su padre hasta el refugio. Su padre se enfado mucho con él al verlo allí, eso le dio mucho miedo y desde entonces no le habla, aunque le sigue desde hace mucho tiempo.

Habéis encontrado una daga mágica entre los restos de dos cuerpos que se encontraban delante de aquel muro que parecía impenetrable. Os preguntabais que encontraríais al otro lado.

Vuelvo a leer las inscripciones de la puerta:

Ningún elfo es bienvenido a la morada de Alyridian.
Vuelve sobre tus pasos o tu muerte será temprana y tu
espíritu vagará por siempre por el mundo de los vivos.
Ya has sido advertido, sólo el portador de la espada de luna
y la armadura de plata podrá flanquear la entrada élfica.

Si tu corazón es puro como la plata que buscas
entra sin miedo demostrando tu humanidad.
Si es tu corrupto espíritu el que te impulsa a buscar la plata,
prueba otra puerta o, mejor, vuelve atrás
pues de otro modo tu muerte se adelantará
a menos que seas el portador del anillo de la gran luna.

- Maese Tejón, creo que será mejor que dejes aquí la daga por ahora. Fíjate en esto: "Si es tu corrupto espíritu el que te impulsa a buscar la plata... blablabla... tu muerte se adelantará". Creo que ya es arriesgarse mucho el que yo entre como para coger cosas de cadáveres antes de derrotar al fantasma.

-Ale, ale, Tejon es tu momento, haz tu magia y abre la puerta.

Me alejo de la puerta y me cubro con el escudo, por si las moscas.

Imito a Bardum y digo:

-Tienen razón, después siempre podremos coger algo si nos parece interesante.

Miro al gnomo y espero.

Escuchando las palabras del elfo hacia Gerbo, añado:

- Maese Tejón, ahora la daga es tuya tu decides lo que hacer con ella.  Aust, sobre esa inscripción creo que ninguno de los presentes elfos o no elfos seremos bienvenidos aquí una vez crucemos este umbral.

Después el clérigo insta al ladronzuelo a abrir la puerta, preparándome para lo peor, y siguiendo el movimiento de Bardum  me coloco un poco retirado de la puerta con el escudo listo, y el martillo en la otra mano

- Tienes razón Bardum ya ha hemos esperado demasiado, abramos esa puerta, si maese Tejón hace los honores. 

Me aparto mientras el gnomo intenta abrir la puerta. Me encojo de hombros ante el comentario de Ulkus.

- Como quieras, me pareció apropiado advertirlo nada más.

Tienen razón, quiza el tener la daga pueda influenciar negativamente al fantasma del elfo, y por más lógico que parezca no quiero tener una muerte prematura, jajajaja.

Me acerco rapidamente a la puerta, al pasar por al lado de Aust, le digo. No te preocupes, no encontré ninguna trampa al parecer lo que habla la amenaza está del otro lado de la puerta.

El gnomo se acercó a la puerta, agarro sus herramientas y se puso a trabajar.

Gerbo cuidadosamente se pone manos a la obra e intenta forzar la cerradura, introduce su ganzua y tantea el mecanismo para conseguir desbloquear la puerta. Demasiado tarde se da cuenta de que aquello no es un cerradura convencional, sino solo un mecanismo de activación. Se oye un click, seguido de un sonoro ruido metálico y la puerta cae a plomo sobre el gnomo.

Afortunadamente los buenos reflejos del gnomo entre en acción y consigue esquivar la caída de la puerta rodando hacia un lado, evitando así ser sepultado por su peso. La puerta cae hasta llegar al suelo con gran estrépito, levantando una pequeña nube de polvo.

Con la puerta en el suelo se puede observar una bisagras en la base y unas cadenas que la sujetan en la parte alta, que la hacen actuar con si se tratase de un puente levadizo. El paso sigue bloqueado por un segunda puerta que parece de piedra maciza sin ningún tipo de pomo ni cerradura.

A los pocos segundos, se oye otra vez el mecanismo que acciona las cadenas y la primera puerta empieza a subir lentamente.

-Ala, muy buenos reflejos señor pícaro, si uno de nosotros lo hubiese seguido de seguro seriamos unas buenas hojas de pergamino, jajajajajjajaa. Tómese su tiempo Tejón, ya sabemos lo que hay al otro lado, busque la forma de detener el mecanismo de cierre de ese "puente levadizo" que después nos tocara la del fondo, que así por encima parece que no tiene cerradura que forzar.

Miro hacia el otro enano.

-Crees que podrías romper la piedra del fondo o eso te llevaría mucho tiempo?

Rápidamente, cojo la cimitarra oxidada del cadáver que hemos encontrado y la incrusto en un hueco de la cadena y la bisagra para que Gerbo pueda tener más tiempo para desactivar la puerta levadiza.

Dando palmadas como quitándome el polvo de las manos, digo - Maese Tejón esto debería darte un poco más de tiempo, uhmmm, Bardum veamos de que esta hecha esa puerta antes de golpearla siempre es mejor saber donde golpear, jajajaja, quizá veamos algo que pueda abrirla. No parece que sea un sello de una caverna, sino una puerta de acceso, debe de tener algo que pueda abrirla.

 Me acerco a la puerta para comprobar si veo algún mecanismo que pueda abrir la puerta, a su vez golpeo a modo de tanteo la puerta con el martillo para comprobar a primera vista como de maciza es la puerta de roca.

- Quizás el clérigo pueda entrar. Eso si cree tener el corazón puro. Lo dice la inscripción. Supongo que intentar entrar sin forzar la puerta....

Me acerco a los cadaveres y los registro para buscar una llave.

La puerta levadiza se detiene a un palmo del suelo, cuando Ulkus incrusta una cimitarra en unas de sus cadenas. La cimitarra se dobla levemente y a pesar de su mal estado parece aguantar de momento el empuje del mecanismo de cierre, el cual se oye chirriar.

De momento la cimitarra detiene el movimiento de la puerta levadiza, dándonos un pequeño respiro aunque no creo que dure demasiado.

- Rápido no creo que dure demasiado la cimitarra -miro con atención la segunda puerta, cuando le doy un par de pequeños golpes de tanteo, y me fijo bien - Pero ... ¿ como?... esta puerta la ha hecho nuestro pueblo Bardum, es de origen enano, debe ser de tiempos inmemoriales. Si la memoria no me falla, estas puertas no se pueden forzar, y mucho menos romper - digo con cierto orgullo al reconocer la obra enana - ... Pero siempre había un mecanismo que la abría una palanca, algún pulsador o alguna cosa por el estilo, aunque no veo nada por aquí. Quizá se abra cuando la otra puerta termine de hacer su movimiento.

Dejo los cadáveres y me pongo a revisar las paredes cerca de la puerta para ver si encuentro el pulsador o la palanca que dice Ulkus

No ves nada fuera de lo común alrededor de la puerta.