Partida Rol por web

Jueves, 28 de Junio de 2013, 10.00 p.m.

Campamento Quercus, Asturias, España

Después de casi tres semanas el campamento estaba llegando a su fin. Sólo quedaban dos días para que los autobuses volvieran a llevarse a los críos a casa. En dos días volverían a tener agua caliente en la ducha, pero tendrían que despedirse del campo, las carreras por el monte y los bichos. Adiós a rebozarse en barro, las excursiones nocturnas, a dormir enrededados en las literas, a las tirolinas, y a los experimentos sucios.

Esa noche habían cenado sentados en torno una hoguera enorme. Al principio parecía un tippi indio, pero cuando empezó a arder se hizo más y más alta. La habían encendido antes de que el sol se pusiera en el horizonte y habían asado salchichas, costilla, y un montón de cosas ricas. Los veteranos sabían que la gran hoguera era una tradición en el campamento Quercus, y fueron los primeros en lanzarse a contar historias. Todo parecía normal, reían, cantaban. Incluso los monitores parecían relajados, sentandos codo con codo con los chavales.

OFF: No se si aquí se responde algo...pero allá va :)

Allá

Miguel mira la hoguera pensativo está un poco triste porque se tiene que despedir de sus nuevos amigos y de poder embadurnarse de tierra sin que le regañen, pero por otra parte está contento porque pronto volverá a ver a Peluso (su gato) y a su mami, que no fue con él y su papa a despedirse cuando se fue al campamento pero que ha prometido recogerle cuando vuelva, Miguel está deseando que mami le de besos y abrazos como siempre hace y le cuente esas fantásticas historias de dragones de antes de dormir.

Absorto en sus pensamientos no se da cuenta que se le ha escapado la salchicha del bocata que estaba comiendo y ahora es una salchicha rebozada, al fin se da cuenta pero bueno no importa aun queda más comida y se lo está pasando de miedo con las historias que cuentan los mayores.

OFF:Ya que estamos yo también sigo

Laura estaba contentísima,por fin iba a volver a casa.Ella no quería estar ahí,si,se lo había pasado bien,pero no era algo que le apasionara,eso de estar con muchos niños y encima sin su mami no era lo suyo.Su padre se había encabezonado en que era hora de que se acostumbrara a pasar tiempo sin ellos,pero para Laura eso era solo una escusa para quedarse a mama para el solo y eso le molestaba de sobremanera.Se quedo quieta enfrente de la hoguera mirando a los niños de su alrededor,en especial a uno,tendría mas o menos su edad y tenia un perrito caliente en sus manos,al ver como se le caía la salchicha y la cara que ponía el niño no pudo evitar sonreír

-¡Que torpe!-

Los últimos días, siempre parecían los mejores... no puedo esperar para volver por mis cosas... seguro Thomas estuvo agarrando mi figura de acción de Action Hank ... detesto cuando agarra mis cosas y les deja su olor a chocolate...

Iba pensando, mientras instintivamente, se intentaba calmar atiborrándose de la deliciosa comida; la cual no le sabía tan bien, como la que cocinaba su abuelita paterna... pero igual le gustaba.

Luego de escuchar unas cuantas historias, se sintió algo preocupado y las ganas de ir al baño comenzaron a urgirle. Francesco se acerca a uno de los supervisores y le pide permiso para ir al baño

-perdone señor, ¿puedo ir al baño?...- como si fuera el colegio casi.

Aquí estamos. En el último día del campamento Quercus, haciéndonos una buena comilona. Me encantan las barbacoas, las salchichas, la panceta, el choricito, la costilla, la morcilla, ya sabéis, todo eso. Como tengo mi mochila cerca no dudo en guardarme algún que otro perrito y bocadillo de panceta en ella, para luego por si a media noche me dan ganas de comer algo.

Se ve tristes a casi todos los niños porque mañana volveremos a casa. Yo en parte no quiero, mis padres son un poco rollo, mi hermana igual... el único aliciente que tengo es mi nintendo ds y volver a comer las chuches y boyos de casa Manoli. ¡Que ricos!Aquí me controlan bastante lo que como y eso que no es un campamento de esos para adelgazar.

Veo como a un niño, al probe Miguel, se le cae una salchicha. En seguida me inclino hacia ella. -Mira Miguel, esto si se limpia se puede comer.- Le quito un poco la arenilla con la mano, le doy un poco de agua y me la zampo. -¿Ves?- parece como si fuera una lección de que la comida no se tira pero todo lo contrario, es que no puedo evitarlo y tengo que comerme todo lo que veo, no puede quedar nada.

Jorge era un chico muy sonriente, a los críos les encantaba porque siempre estaba jugando a peleas con ellos. El resto de monitores, en cambio no le tenían en gran estima, consideraban que era un problema más que una ayuda: se olvidaba de los críos cuando Paloma estaba delante y tenía la costumbre de discutir por todo.

-Claro que puedes, está todo abierto. -Se rió, a Jorge le hacía mucha gracia lo amanerado que era Francesco. -¡Que esto no es la Mili, Fran!

Había estado concentrado tallando una figurita de madera con su navaja, pero en ese momento miró más allá de la hoguera y frunció el ceño. Álvaro había llegado corriendo, parecía agitado, gesticulaba mucho y hablaba con Paloma apartado del grupo.

Miguel mira a Gabriel un poco sorprendido y le dice:

-Mi papi no me deja comer lo que se cae al suelo porque dice que me pondré malito ¿tú no te pones malito?

Después echa un vistazo al resto de niños cuando se fija en una niña con gafas, parece darse cuenta de algo y se toca la cara “¿y mis gafas? -Piensa- “mama y papa se van a enfadar dicen que ya he perdido muchas, mirare toda mi cabaña muy bien y si no las encuentro le pediré ayuda a Jorge que siempre es muy simpático con nosotros.

JAJAJAJAJAA

A Anayansi se le escucha reír hasta en el campamento más cercano, y eso que está a muchísimos kilómetros de allí.
Claro que para ser una niña tan pequeña anda muy espabilada y está loquita perdida por Jorge, su monitor más preferido del mundo mundial, por eso le ríe tanto las gracias.
Para ella los demás niños son muy inmaduros.

Esa palabra se la había escuchado MONTONES de veces decir a su madre cuando hablaba de su padre y ella lo aplicaba a todos los niños que conocía, porque ella quería ser como su madre y casarse con un buen cirujano, y para eso tenía que ser muy mayor. Además, no ayudaba que los niños de allí eran muy feos y comían cosas asquerosas como salchichas rebozadas en arena y mocos.

Al ver a Álvaro nervioso y cuchichear con Jorge, quería acercarse y cotillear un poco, pues Anayansi es una niña que le gusta estar en todas las salsas y le gusta un sarao más que a un tonto un lápiz, pero no puede moverse de alí porque de tanta risa y cachondeo se ha meado un poquito encima.

Así sentada con la falda no se nota mucho, pero parece que ya hay charco y arena mojada, así que por nada del mundo se va a levantar, o por lo menos no se levantará hasta que Jorge no se dé cuenta. El resto de monitores le dan igual pero si Jorge se enterara lo pasaría fatal.

- Laura, ¿no tienez curiozidad por zaber de qué eztá hablando Álvaro con Jorge? ¡Podríaz ir a ver! - dice Anayansi por si colaba.

Observo mi salchicha que esta bien doradita... Si estuviese mi madre me habría regañado por haber comido de más. Aun así la hecho de menos y no porque no me lo haya pasado bien, sino porque en el fondo añoro a mi casa. Pero los niños han sido muy amables y los mayores muy atentos conmigo. Además puedo estar mirando el fuego de cerca y he visto muchos animalitos. 

Buff esta ahora mismo en mi mochila, le he dicho que no se podía venir con los otros niños, porque sino se reirian de mi. Se ha quejado un poco, pero al final se ha calmado. No se si al volver a mi cama seguirá enfurruñado conmigo. Veo que ha desaparecido mi salchicha mientras pensaba, no he podido ni saborearla al estar tanto en mis cosas. Por lo que le pregunto a Jorge:- ¿Puedo coger otra salchicha?- Mis padres quieren que sea educado con la gente...

Anita miraba la hoguera como hipnotizada mientras lentamente se comía su perrito a bocados pequeños. Pronto volvería a , lo estaba deseando. Echaba de menos a su hermanito Juanjo, a sus padres y a su perro Sargento Sobras. Bueno a todo eso y a la pequeña luz que ponían en su cuarto cuando se iba a dormir. Anita sabía que cuando todo estaba oscuro pasaban cosas malas y por eso siempre estaba algo cansada por las mañanas en el campamento, no dormía bien por lo que pudiese ocurrir por la noche cuando todo estaba a oscuras. Se percató que Gabriel se comió una salchicha del suelo y la niña automáticamente saco la lengua probando su desagrado -Bueh Gabriel ¿sabes que en el suelo hay cosas malas que se pegan a la comida? Por eso no hay que comerlas, te vas a poner malito, ya verás.

Cuando los más pequeños me ven comerme la salchicha del suelo se escandalizan pero yo soy mayor y sé que puedo comérmelo sin problemas, bendita ignorancia.

-Chicos tranquilos, tengo un estómago fuertecito jejeje- suelto una risotada algo desagradable puesto que aún tengo la salchicha en la boca y se me cae un chorrete de ketchup por la comisura de los labios.

Oigo como se rie Anayansi. Me parece una niña muy divertida y no me importaría ser su novio, no sé muy bien para que sirven esas cosas pero por lo que he leido en el diario de mi hermana debe ser guay. "¿Quizá debería acercarme y ofrecerle una salchicha?" me quedo pensativo mientras me termino el perrito caliente.

Me tape los ojos y con un claro tono de asco dije -Joo Gabriel que guarrindongo,no hagas eso- me quite las manos de la cara lentamente esperando que ya no estubiera haciéndolo y mire a Anayansi,me quede pensativa -Mmm vale,pero solo si Miguel viene conmigo- le mire,me levante del suelo y me acerque a el,le coji de la mano y con una gran sonrisa y medio susurrando le dije -Venga vamos-

Veía a otros chicos acercarse, y de inmediato se sintió motivado a moverse y seguir su camino -gracias, señor Jorge- le dijo antes de irse.

Anayansi ve a Gabriel moviendo una salchicha con la mano y mirando hacia su dirección.
Quizá se equivocaba pero pensó que le estaba llamando, y ya que Laura se había ido con Miguel y Francesco iba por libre, decidió unirse al club de la salchicha.
No iba a comerse ninguna, porque ella solo comía salchichas de tofu y seitan, nada de guarradas, pero se aburría estando sola sin ser el centro de atención, así que sin apenas levantarse del suelo, fue dando culadas hasta llegar a los chicos.
Se ha llenado toooda la falda de tierra y mierda, pero al menos ha disimulado el pipí. Está a punto de secarse con el calor de la hoguera, así que dentro de nada podrá levantarse.

- Hola chicoz, ¿qué haceis? Escuchad, ¿no oz parece raro que Álvaro esté tan nerviozo? - dice al resto del grupo simplemente por entablar algo de conversación.
 

Miguel está en su mundo recordando el último episodio de Phineas y Ferb…como le gustaría tener un ornitorrinco así de molón…de pronto la voz de una niña lo saca de su mundo con un leve sobresalto se ha enterado solo de la ultima parte de lo que Laura dice.

La mira y un poco extrañado le dice:

-¿Ir? ¿A dónde? ¿Está muy lejos?

Mire a Miguel con un leve enfado -No tonto ¿ya estas otra vez en los mundos de yupi?- tire de su brazo -Vamos a ver porque Alvaro esta asustado- despues de decir eso algo hizo click en mi mente y me quede parada,abrí mucho la boca -Como los detectives de las historias de Jorge- agite la cabeza bruscamente -No no,mejor agentes secretos como Perri y Pinki la chiguagua-

Sara llega desde la casa cargando una gran bolsa de arpillera, pasa junto a Álvaro y Paloma y comienza a repartir algo que no podéis ver.

A Miguel le gusta la idea de ser detectives como Perry y Pinki

-Si somos agentes secretos podremos hacer cosas chulis como ellos. ¡Juguemos a a ser agentes!

Le solté el brazo,me lleve unas de mis manos hacia a lo boca y puse uno de mis dedos sobre mis labios -Shhh tenemos que ir sin que se enteren,vamos despacito- comence a andar hacia Jorge dando pequeños pasitos y procurando no hacer ruido

Escucho con atención las opiniones de todos y en cuanto puedo entre mordisco y mordisco intervengo.

-Yo si queréis puedo ser la Agente Mara de ciudad Plateada, valiente como ninguna- me quedo algo pensativo... -Ooh... ¡si es una chica! Puaaggggg que tonto estoy. ¿Sabéis de algún otro que pueda ser? ¡Yo quiero jugar!

Laura intentaba guardar silencio pero no sé por qué tengo la manía de hablar un poco a gritos, quizá para que se me escuche mejor aún teniendo comida en la boca. Se me escapa algún que otro trozo de salchicha a la falda de Anayansi, pero sin querer claro.