Partida Rol por web

Logias... Logias... Y más Logias... Era lo único que le interesaba al doctor y era la razón por la que os encontrabais allí...

Os habían enviado a localizar unas antiguas ruinas que, según los informes, tenían aspecto de proteger unas antiguas logias perdidas... Sin embargo, el lugar había sido todo un fracaso.

No solo fue un dolor de cabeza encontrarlo, ya que la potencia mágica que había en el lugar desestabilizaba los sensores tegnomágicos que llevábais.

Sino que, para vuestra frustración, no había nada... Sí, las ruinas eran antiguas, pero si habían guardado algún tipo de Logia, no había rastro de ello por ningún lado...

De manera que igual que como habíais llegado, comenzásteis a salir de las ruinas... Hasta que...

Lo pudiste sentir antes de que apareciera... De pronto... Fue como si la magia fuera absorbida por algo y, al segundo siguiente, expulsada de golpe... Y allí, en el cielo... Apareció...

Entre las nubes se podía ver, una gigantesca isla, suspendida en el firmamento, tan grande que las nubes cubrían toda su extensión...

¿Qué era aquello?

Te habían mandado para ponerte a prueba... Y lo sabías...

Os habían llegado información sobre que un grupo de mercenarios iba a atacar una pequeña aldea, ya que se decía que en su interior habitaba un demonio y varios seguidores de este. De manera que te enviaron para ver de qué eras capaz y si la armadura que te habían diseñado aguantaba todo esto...

Llegaste sin problema y ya habían empezado a luchar.

No solo había un demonio, sino varios, que se habían apoderado del cuerpo de los mercenarios y estaban luchando entre ellos para hacerse con el control.

De manera que desenvainaste tu espada y, en apenas un par de minutos, ya habías terminado con todos.

La armadura era un éxito y tú habías probado a ese doctor chiflado y al tal Lucanor, que eras digno de ella. 

Y así, con la misión terminada, comenzaste a volver a la base cuando...

Lo pudiste sentir antes de que apareciera... De pronto... Fue como si la magia fuera absorbida por algo y, al segundo siguiente, expulsada de golpe... Y allí, en el cielo... Apareció...

Entre las nubes se podía ver, una gigantesca isla, suspendida en el firmamento, tan grande que las nubes cubrían toda su extensión...

¿Qué era aquello?

Estabas en tu carro... Haciendo lo que siempre haces... Viajar...

Los caminos son tus aliados y la soledad tu amiga.

Hace tiempo que te separaste de tu familia, ya que algunos individuos habían empezado a buscar para que te unieras a sus filas. Algunos aceptaron la negativa con elegancia, añadiendo que tarde o temprano volverías a ellos, mientras que otros opinaron que, sino podías trabajar para ellos, no trabajarías para nadie...

Y así continuó tu camino, huyendo en parte, aunque buscando  por otro lado... Buscando algo... Buscando aquello que deseaba tu corazón... Te dirijías a Lucrecio, cuna de las grandes universidades y el conocimiento, y justo cuando estabas entrando en la ciudad... Sucedió...

Lo pudiste sentir antes de que apareciera... De pronto... Fue como si la magia fuera absorbida por algo y, al segundo siguiente, expulsada de golpe... Y allí, en el cielo... Apareció...

Entre las nubes se podía ver, una gigantesca isla, suspendida en el firmamento, tan grande que las nubes cubrían toda su extensión...

¿Qué era aquello?

-Bueno... Eso fue una decepcion remarco el Cuervo con acidez cuando los dos agentes emergieron de aquel lugar olvidado.

Los rumores de que una de las Logias Perdidas se encontraba alli habian llegado hasta los oidos del principe de Lucrecio, quien a su vez los habia despachado para que la recuperasen para el Wissenschaft. Arryken entendia muy bien el porque de la premura de su señor cuando se referia a las Logias: Su poder no tenia comparacion con nada que pudiesen encontrar en el mundo actual. De hecho, las dos pistolas que el principe le habia confiado estaban hechas a partir de los conocimientos que proporcionaron las logias a la organizacion, y estaban basadas en la miniaturizacion de los cañones con los que contaban los GEAR.
Y aun asi, con todo el poder que el Joven Pesaroso esgrimia, no habian encontrado nada. No pudo evitar morderse el labio inferior con frustracion hasta que este sangro, aunque por supuesto, el corte curo al instante. Odiaba fallarle a Lucanor.

Antes de que pudieran emprender la marcha, sin embargo, sus ojos captaron movimiento magico en el aire. Fue menos de un instante, pero pudo notar, casi en camara lenta, como una brisa leve, luego un viento fuerte y finalmente casi un vendaval de energia mistica se concentraba, como si fuera absorbida, y luego fue devuelta al mundo con un impacto.
Aquello no era nada, sin embargo, comparado con lo que vislumbro a continuacion: Una enorme isla, suspendida en el cielo, como creada de la nada. Parpadeo un par de veces y se refrego los ojos antes de estar seguro de que estos no lo engañaban.

-Kennard, acaso me engañan mis sentidos? pregunto al Sylvain, entre la preocupacion y la genuina curiosidad.

Artorias pasó su mirada por los restos de la batalla y caminó mientras su nueva armadura chirriaba con cada paso, el aire enrarecido de su alrededor parecía distorsionar el espació que le rodeaba. Cogió la cabeza de uno de los mercenarios y la observó curioso sin saber muy bien por que, la dejó caer a los pocos segundos mientras volvía a moverse. Si quedaba alguien vivo de la aldea o había alguien alrededor no parecía importarle.

Ya probada su nueva carcasa volvería con sus titiriteros, volvía a ser el juguete de otros.

Tambaleándose de un lado a otro se encaminó sin prestar mucha atención a los alrededores, poco le importaba lo que pudiera encontrarse de camino. Paró en seco sintiéndolo, giro lentamente la cabeza mientras esta chirriaba con el giro y observo la extraña figura del cielo.

[Color=#FF0000]-¿Dios...?[/Color]

La armadura que andaba casi arrastrándose de forma lastimera ahora se encontraba surcando los caminos a una velocidad endiablada, un borrón negro es todo lo que se podía ver mientras Artorias corría a toda velocidad.

Volvía a ser el juguete de otros, pero no importaba, su propósito estaba claro, su redención esperaba.

Maravillado, sonrió y doy gracias a todos los dioses y a mis ancestros por este milagro. La tierra de las leyendas, la tierra donde se ocultan los secretos. A toda prisa asuzo a mis caballos y me dirijo al frente. Seguro que desde las torres de aquella ciudad podre discernir mejor el camino. Pero cual era el sitio mas alto, ¿el palacio, la.universidad?

Antes de que tu compañero pueda pronunciar palabra, ante vosotros surge un pergamino que permanece levitando delante vuestro.

Según lo que lees, es una citación de Wissenchaft, que os piden que acudas a la base de forma inmediata.

No es la primera vez que ves un pergamino así, aunque sí es la primera vez que os mandan uno. Es una creación de la división mágica de la organización, el cual, al introducir parte de tu energía en él, activa un hechizo de teletransporte que te lleva al lugar indicado.

Cuando apenas has recorrido un kilómetro corriendo, ante ti aparece un pergamino, el cual se queda levitando a pocos centímetros de tu cabeza.

Según lo que lees, es una citación de Wissenchaft, que te piden que acudas a la base de forma inmediata.

No es la primera vez que ves un pergamino así, aunque sí es la primera vez que os mandan uno. Por lo que te habían explicado, había que introducir energía en él para que activara algún hechizo que te llevara a un punto concreto...

Sin demora te pones a acortar la distancia que te separa de aquella maravilla... Sin embargo... Te das cuenta que tus recursos son más bien limitados... Y que si quieres acceder a aquella isla, tendrás que pedir ayuda...

¡Eso te recuerda!

De entre los pliegues de tu indumentaria, extraes un pergamino.

REcuerdas que te lo dio uno de los hombres de la organización esta... ¿Cómo se llamaba? ¿Wiscas? ¿Wissas? ¿Wiscraft? ¿Wischas? ¡Como sea! La cosa es que te dijeron que, aunque en ese momento no querías formar parte de su organización, si te lo planteabas, podías ponerte en conacto con ellos introduciendo parte de tu energía en ese pergamino.

No es que te haga gracia ser parte de una organización, aunque, por el momento, son la mejor opción para llegar a aquel lugar...

Sin dejar de correr a toda velocidad, Artorias volteó la cabeza mirando el pergamino. Lo cogió al vuelo, sin perder un solo instante introdujo su energía en el. Todo sería mas rápido así.

El fracaso no era algo que gustase a Kennard, sobre todo ante la posibilidad de haber podido adquirir una gran fuente de conocimiento, y por ello Kennard se mostraba sumamente frustrado e incluso fatigado. Esperaba que a su retorno pudiese dedicar su tiempo a cosas mas productivas que aquello a lo que habían enfrentado.

Su mente, perdida en diversos pensamientos, a penas fue consciente en inicio de lo que se suscitaba allí en el cielo, y solo fue hasta que Arryken le habló al respecto, que su atención reparó en ello por completo.

-No te engañan- respondió el elfo. -Salvo que aquello se un hechizo tan poderoso como para engañarnos a ambos. Aunque lo dudo, y seguramente tiene que ver con esto- indicó Kennard al hacer hincapié en el pergamino que acababa de aparecer frente a ellos. -Seguramente nos enteraremos de algo apenas regresar, ¿estás listo?- preguntó el elfo mas como una advertencia que como una pregunta pues su Ki, ya llenaba de energía al pergamino ante la emoción de adquirir un nuevo conocimiento.

El muchacho no pudo sino parpadear un par de veces ante el pergamino que aparecio ante ellos. Era la primera vez que los invocaban con tanta urgencia... Probablemente tendria que ver con la isla que acaba de materializarse.

-Siempre listo respondio el Cuervo con una sonrisa complice a la vez que tocaba el pergamino con la punta de los dedos. El ki fluyo hasta las yemas, y puse sentir la voragine que precedia a una teletransportacion.

Maldigo por lo bajo, y avanzo a la universidad. Desde sus torres, pretendo trazar mi ruta, y ver si puedo llegar por mis propios medios. No es que me desagrade viajar acompañado, pero la experiencia me ha enseñado que los seres oscuros tienen intensiones oscuras.

Al llegar a la universidad, me cuela hacia su biblioteca, y como todo una alimaña me escurro hasta llegar a la cima de una de sus torres. Desde allí observo el panorama, y trazo una ruta mentar. Hago cálculos y desciendo. Entre los anuncios veo si encuentro alguna expedición que parta hacia esa maravilla, hago soltar mi lengua. Y al no obtener nada (si no lo obtengo), me dirijo a una arboleda a descansar, y concentro dos puntos de Ki en aquel objeto.

Subes, bajas y te cuelas por las ventanas precisas para tener una buena vista de la Isla... Nada... No había ninguna forma de subir...

Ningún punto de la isla tocaba el suelo, de manera que por ese lado no podías subir.

Otra opción es poder ir volando, sin embargo... EStás seguro que algo de aquellas dimensiones tendrá algún sistema para que no sea tan fácil entrar o llegar a ella... 

De manera que, sin querer arriesgarte, decides aceptar la oferta de la organización.

Una vez has introducido la energía en el pergamino, un sello mágico aparece a tus pies al mismo tiempo que un fuerte vendaval te rodea.

Cuando vuelves a abrir los ojos, ya no estabas en el mismo lugar.

Te encuentras en una habitación de grandes dimensiones. Ves cuatro puertas en las paredes y un trono entre dos de ellas. El techo podrá medir unos veinte metros y está abovedado. Y, justo en el centro, donde te encuentras, hay extraños círculos y símbolos en el suelo.

Para tu sorpesa, no estás solo, sino que en total hay cuatro individuos en el centro de la estancia.

Un hombre que porta una gran armadura, un joven de aspecto peculiar y unos ojos extraños, un Sylvain y otro humano de aspecto desaliñado.

Antes de que ninguno pudiera hablar, una joven de pelo dorado sale de las sombras y se abalanza hacia el Sylvain.

- ¡Maestro! - Dice la joven abrazándole. - Estaba tan preocupada por usted... Y le echaba tanto de menos... Pero no me han dejado acompañarle... Pero no volverá a pasar, a partir de ahora no me separaré de usted en ningún momento... 

Tras esto la joven se suelta y permanece al lado del Sylvain.

- Parece que ya estamos todos... - Escucháis una extraña voz.

De entre la sombras sale un joven que no aparentará más de 20 años y de apariencia extraña, completamente de negro y de mangas extrañamente largas.

- Y mira lo que tenemos aquí... - Dice girando la cabeza hacia Kavi. - Parece que al final esa Isla era lo que necesitaba para unirse a nosotros... - Comenta con una gran sonrisa. - ¡Bien! ¡No perdamos más tiempo! - Comienza a decir con un tono mucho más infantil. - ¡Habéis sido llamados para una misión de urgencia! ¡Todos iréis a la Isla que ha aparecido! ¿Entendido?

A medida que habla va poniendo diferentes poses algo extrafalarias, como si estuviera bailando... 

Artorias camina mientras su armadura chirría a cada paso encarándose al muchacho de mangas largas mientras ladea la cabeza hacía cada uno de los presentes dedicándoles un solo momento de atención y a cierta distancia comienza a hablar al muchacho.

[color=#FF0000]-¿Tu puedes llevarme...? Hazlo... Hazlo... El espera...[/color]

Una distorsionada voz sale del yelmo mientras el caballero de la gran armadura parece tambalearse.

Me sacudo un poco las ropas, y saludo con un gesto teatral a mi interlocutor.

-Soy un hombre libre, ¿qué puedo decir?. Si la aventura llama y el camino espera, no debo desafiarlo. Además, e para un viaje tan singular, es lo menos que se podría esperar.

El Joven Pesaroso admiro la sala no mas de unos segundos antes de que apareciera aquel muchacho. Era uno de los administradores de la organizacion, y no le sorprendio en absoluto que la razon de su inmediata invocacion se haya debido a aquella misteriosa isla que aparecia hace apenas segundos. Aun para el Wissenschaft, era una reaccion rapida, lo cual podia significar dos cosas: O la isla contenia algo en su interior que el principe queria recuperar, o era un lugar muy peligroso... Y lo mas posible era que ambas opciones fueran las correctas.

-Por supuesto dijo mientras saludaba con un gesto de cabeza al joven Pero no deberiamos antes entregar el reporte sobre la operacion que acabamos de efectuar? Sorpresa sorpresa: No encontramos nada.

La frase le salio mas acida de lo que pretendia: Asi de decepcionado estaba con aquel fiasco, al punto que su tono lo traicionaba.

-Caballeros, no recuerdo haberlos visto antes dijo tras unos segundos, recuperando la compostura Nuevos reclutas?

-Todo está bien Elizabeth, no tienes nada de que preocuparte, además, Arryken ha estado conmigo, es un joven peligroso, pero es un digno aliado- dijo resaltando la labor de su compañero. Elizabeth siempre estaba a su lado, había sido asignada como su guardiana ya que Kennard no era realmente un versado combatiente sino que más bien fungía la labor de investigador y erudito para la organización. –Probablemente esta vez necesite de tu ayuda- señaló el Sylvain más como un pensamiento para si que como un aviso a su guardiana.

-Estamos, has dicho- dijo al anfitrión que los habían mandado a llamar. –Quizá el saber quienes estamos sea productivo para esta misión a la que se nos envía. Eso omitiendo que desconocemos todos los pormenores de la misma salvo un par que en el fondo tampoco conocemos-.

Kennard miraba a los desconocidos con curiosidad, ¿eran dignos de confianza?, ojala fuera así pues su instinto le indicaba que todo aquello estaba fuera de lo cotidiano, y lo cotidiano para ellos, eran cosas sumamente extrañas.