Partida Rol por web

El cordero contaba con las vísceras fuera de su cuerpo, mediante una enorme herida en el estomago la cual contaba con un enorme e irregular corte, como si toda la carne fuera arrancada a grandes trozos.

Al llegar hasta la el piso del campanario, notan que un fuerte aroma a sangre invade sus sentidos a lo que rápidamente una voz gutural y bastante tétrica que venia de las sombras dice tranquilamente:

- Siento las molestias, solo por unas horas me quedare aquí para recuperar fuerzas...luego me marchare -

El sonido de la voz sobrenatural hace que al guardabosques se le ericen los pelos de la nuca, lentamente, se gira hacia encarar las sombras de donde parecen proceder las palabras, luego, avanza un poco, despacio, con su cuchillo en la mano, hasta poder vislumbrar a la criatura...

-Sal de hay despacio...- le ordena -ponte donde pueda verte...-

La imagen del cordero me provoca unas náuseas que derivan en vómito delante del Jesucristo. Santo Dios, he profanado tu casa, perdóname... Casi sin tiempo a reaccionar sigo al agente hasta arriba del campanario, siempre detrás de él.
Al escuchar la voz empiezo a relacionar datos. Recuperar fuerzas, un animal ensangrentado, este olor...

- ¡Tú! ¿Eres de ellos? - Exclamo con fuerza y rabia. Aquí no, aquíno... - Abandona este sitio, ¡abandona Erebo, monstruo! - Grito desde la espalda de Héctor.

El guadabosques, al oir las palabras del sacerdote, vuelve un poco la cabeza y, sin peder de vista al lugar donde esta el sospechoso, le pregunta al padre:

-Pastor, ¿sabe ya de que va todo esto?, ¿conoce a este tipo?- dice mientras lo señala con la daga, -me temo que despues del expectaculo que ha formado no puedo dejar que se valla asi como asi... tendre que arrestarlo- , -y a ti- dice dirigiendose a la criatura, -espero por tu bien que no se te ocurra resistirte...-

- ¿Insinúa que tengo algo que ver con semejante atrocidad, agente? - Pregunto indignado y con razón. - Mida sus palabras en casa de Dios y haga algo con ese... - Antes de seguir mido las palabras. - ...monstruo. Sí, tú, sé qué eres... ¡En nombres del Señor, abandona este sitio sagrado!

Lo que antes eran dos manchas amarillas apenas visibles en medio de la penumbra, ahora sale de la oscuridad para hacer gala a una criatura monstruosa, de gran tamaño como de dos metros y algo, de piel roja y viva, como si la carne estuviera expuesta, ademas de dos alas enormes con la apariencia de alas de murciélago.

- No es necesario el teatro padre...usted mas que nadie debe saber de la existencia de los demonios en este mundo...yo soy uno de ellos, pero no soy como ellos...ave María purísima... - espera que el padre complete esa ultima frase - una vez mas disculpe las molestias, estoy dispuesto a dejar el lugar dentro de un par de horas...pero estoy cansado, muy cansado y se que la ley divina dicta que no se le negara asilo al cansado, ni pan al hambriento... - con un rosario azulado en la mano comienza a persignarse - ...In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti - realiza un ademan de cortesía y dice - disculpe mis modales, mi nombre es Icarus, pero prefiero Red Arremer si no les molesta...por cierto, estoy dispuesto a limpiar el desastre que hice con el cordero, lo haré tras un corto descanso si me lo permiten -

Al sentir la indignacion de parroco Héctor intenta explicarse mejor -No padre creo que no me ha entendido, me referia a si tiene algun enemigo conocido o ha recibido algun tipo de amenaza...- iba a seguir con la frase pero enmudece cuando el ser emerge de las sombras... tras oir hablar a la criatura, el agente parece confundido...

-No entiendo nada... ¿un demonio dices?,¿con un rosario?- Héctor mira al sacerdote indeciso, como esperando una indicacion del cura para saber que hacer, tras un silencio mas serio afirma -Bien padre, el y usted parecen saber algo que yo ignoro...- continua diciendo el agente -y tal como veo ahora las situacion se pueden hacer 2 cosas, dejarle libre y que haga a cualquier niño o mujer lo mismo que al cordero o... acabar con este monstruo aqui y ahora...-

- Disculpe agente, pero no, no tengo más enemigo que el demonio, como cualquier católico... - Intento mirar al demonio a los ojos pero no soy capaz y bajo la cabeza. - No es ningún teatro, defiendo el nombre de Dios en la Tierra, y rezo cada mañana para manteneros a los seres como tú lejos... Abajo, en vuestro infierno... - Miro nervioso al agente. - Es un demonio, no... no... no sé... No sé qué podemos hacer... - Me llevo las manos a la cabeza, atacado por el miedo y los nervios. - Si te vas ahora no serás castigado y olvidaremos esta afrenta, Dios sabe perdonar...

- Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en su corazón?...primera de Juan, capitulo 3, versículo 17 - dice tranquilamente la criatura - ...no soy solo un demonio padre, soy una gárgola, una criatura que ha viajado desde muy lejos, que ha luchado contra los enemigos de Dios desde tiempos inmemoriales y que busca cobijo en la casa de nuestro padre celestial...pero si no soy bienvenido, pues no tengo mas nada que decir - camina entre ambos dispuesto a saltar por una las aberturas del campanario - cuídese padre, las criaturas de Lucifer rondan hambrientas en esta ciudad, y usted esta sólo a merced de ellas -

-Dices luchar en nombre de dios ¿no es asi criatura?, y sin embargo profanas su casa sin ser invitado y te marchas, dejando un cadaver y suciedad, sangre derramada, para que un inocente la limpie...- Héctor hace una mueca -a mi me produces repugnancia..., pero no soy juez ni verdugo yo... solo hago cumplir la ley...- suspira, -marchate engendro, que el viento se te lleve como se lleva tus palabras... nadie es puro ni digno de su dios solo por decirlo- tras esto se acerca al sacerdote y le pone una mano sobre el hombro, -tranquilicese padre, no esta solo- le dice al parroco mientras mira desafiante al vampiro.

- Amablemente me he ofrecido a limpiar mi desastre...pero solo desprecio he recibido a cambio...pido que se calme señor, soy una criatura que busca redención, pero no temeré a luchar contra quien desea humillarme - sus manos se cierran fuertemente, haciendo resaltar sus venas y su furia contenida -

-¿y que esperabas?, has irrumpido aqui y profanado el templo, has asustado al sacerdote...¿quieres comprension y compasion?, creo que limpiar el desastre es lo MINIMO que deberias hacer- Hector se acerca a al criatura, a pesar de llegarle a la altura del pecho no parece amedrentado, -yo no deseo humillarte Red Arremer, pero no te temo- el guardabosques mira a la gargola a los ojos -y tampoco te tengo compasion, eres un ser que mora en las sombras al que dios ha castigado sin poder ver el sol, alimentandose de la sangre de los inocentes... ¿buscas redencion?, si quieres que te crea y te respete empieza por ayudarnos a mi y al parroco a arreglar el desastre que TU has formado... pero si mientes o buscas un combate, aunque me venzas, te garantizo que no va a ser facil... ni agradable... y hare que te arrepientas de haber elegido esta iglesia para tus fechorias- y mientras dice esto Héctor guarda su daga en la funda.

- Haces gala de una verba que resulta contradictoria en el esquema de los hechos señor...hasta aquí se puede olfatear tu naturaleza, una criatura que vive alejado de los dominios de Dios, una criatura que no solo es ajena a la cordura establecida por los humanos, eres una criatura que con orgullo pregona la veneración a una diosa pagana... - mira esta vez al cura y dice - ...permitame limpiar mi desastre y me marchare -

El guardabosques, al oir las palabras de la gargola, esboza una sonrisa -Yo no adoro a tu dios, Ikarus, pero le respeto, que parece ser mas que lo que tu le procesas- Héctor hace una pequeña pausa -si hubieses hecho esto en un templo de mi diosa "pagana" ahora estarian barriendo tus cenizas... si no te gusta mi actitud yo no entiendo la tuya, que mancillas la casa de TU dios... ni siquiera nos has dado una razon para intentar comprender los hechos... - el agente mira al padre, -Jonas usted decide, yo creo que deberia permitir que Red Arremer pagara su deuda con esta casa y con usted-
 

Después de que la gárgola dijera eso sobre Héctor me cuesta verlo con confianza. Dioses paganos, lo que le faltaba a este sitio...

- Sí, limpia este estropicio y no vuelvas a entrar aquí de este modo... Lamento el malentendido, pues los siervos del verdadero Señor escaseamos y no debemos darnos la espalda entre nosotros. - Adelanto al agente y me acerco a Red Arremer. - La siguiente vez que vengas, házmelo saber de otro modo. - Con un temor palpable en la cara le tiendo la mano a Red Arremer.

- Lo del cordero fue un accidente que no volverá a suceder - nota la mano del cura y la criatura la estrecha con una fuerza noble pero notoria -

Mira a Héctor, nota su vehemencia y con un gesto cordial dice.

- Los hechos nos han llevado por un mal camino, espero que disculpe señor... - espera que completes la frase con tu nombre y continua - ...disculpe mi mal carácter que usted no se merece de el... - de una bolsa que tenia muy cerca extrae un gran trapo sucio y con el en la mano dice - ...¿podría ser tan amable de facilitarme una cubeta con agua? -

-Seaman- completa la frase el guardabosques -Héctor Seaman- luego continua-le ruego me disculpe usted tambien Icarus, corren tiempos peligrosos que hacen que estemos todos con los nervios a flor de piel, y hay que reconocer que lo hechos no le eran favorables- dice Héctor, refiriendose al incidente del cordero, luego le ve sacar el trapo y el agente sonrie -espero que el padre tenga algo que limpie mejor que el agua- comenta -les ayudare a colocar la puerta en su sitio, no queremos que te vean ojos indeseados, y luego puedo ir a comprar algun producto de limpieza, tengo el coche justo abajo-

Resignado miro a la gárgola.

- Veré que puedo hacer... Agente, ¿quiere venir a por una caja de herramientas? - Ofrezco a Héctor ante su voluntad.

Tras acompañar al sacerdote a por las herramientas y ayudar a colocar la puerta de nuevo sobre las visagras, Hécto mira el reloj, como si acabase de recordar algo.

-¡Diantres!, he de irme, habia olvidado que tengo que hacer unos recados, siento tener que abandonarles en mitad de la faena- se disculpa -Padre, a su servicio- le dice saludanlode llevandose la mano al sombrero -Ikarus, encantado de conocerte, bien esta lo que bien acaba- se despide de la gargola tambien, tras lo cual, cruza el umbral de la iglesia deprisa, se monta en la camioneta y se va del lugar.