Partida Rol por web

¡Joder, joder, joder! ¡Maldito hijo de puta!-Apreté el puño con algo de fuerza, pero manteniendo la compostura: Yo era una señorita y no iba a indicar malos modales, no al menos aquí- Tendremos que ir a avisar de esto... No hay manera de salir de aquí, parece- suspiré, resignada, aunque por dentro estaba maldiciendo a todo el mundo.

-Espero que los demás tengan algo más de suerte...

 Marina mira a Elena y a Ana, y ve reflejado en sus rostros la conciencia de quien se da cuenta que está jugando una partida con malas cartas.

- Ana tiene razón; deberíamos buscar al resto, juntarnos, y buscar una manera de llegar a la isla para buscar respuestas-

¡Las tres Reinas de Corazones no nos vamos a dar por vencidas!

Marina sonríe un poco burlonamente, riéndose de sí misma, en un gesto que tanta veces vio- Por cierto,¿qué tal sabeis nadar?-

- Sí, buena idea. Bajemos a buscar a los demás y les contaremos la situación. Sonreí sin ningunas ganas al comentario de Marina. Hace ya bastante que no nado en el mar, me temo que con los años se le va perdiendo el gusto al ejercicio. Además, nadar hasta la isla, si es lo que pretendes, tiene que ser muy peligroso. Me sentía triste y preocupada y no había nadie en ese barco capaz de cambiar mi estado de ánimo.

La conversacion de las tres mujeres me saco de mi ensoñacion ¿habian estropeado el bote salvavidas?

- Alguno de ustedes asesino a mi mujer - dije con conviccion, ya no habia duda de que esto no podia ser una coincidencia - No se que razon pudo tener, ni me importa. Pero juro que dedicare mi vida a su sufrimiento. - en ese momento levante la vista de la botella, y tratando de recuperar un poco mi compostura añadi - Creo que debemos esperar a que los señores suban, pero si quieren bajar ahi, por mi adelante.

- Nadie va a ir a ningun lado - mi voz sono intencionadamente autoritaria - Se van a quedar aqui esperando a que los demas vuelvan. ¿No se dan cuenta de que no es cuestion de ir desperdigados cada uno por un lado? Me da lo mismo si quieren sentarse y tomar algo, o hacer lo que les apetezca, pero hemos enviado a tres hombres a explorar el barco por una buena razon, y no quiero que vayan por ahi armando revuelo - Me apoye en la barandilla de la cubierta y di un vistazo al paisaje mientras pensaba unos segundos en silencio - Es mas, lo que haremos es lo siguiente, ustedes tres señoritas se van a sentar tranquilamente, junto al señor Ernesto, y una a una nos van a contar todo lo que hiciero ayer desde que cenamos. ¿Cual de las tres desea empezar? ¿Ana quiza?

Asentí ante las palabras del hombre. Demasiado está mandando él, creo yo. Es tan sospechoso como ninguno de nosotros, o quizá incluso más. Empezaré yo, señor López. Ayer por la noche, tras la cena, me fui a mi camarote. Escuché que alguien llamó a mi puerta, el señor Ortega, que al parecer tenía problemas para dormir, o eso me pareció entender. Estuvimos hablando, alrededor de una hora, pero yo estaba demasiado cansada y le dije que hablaríamos a la mñana siguiente, si no le importaba. Tras eso él se fue y yo cerré con el pestillo de la habitación.  Sonreí amablemente al ex- inspector, con tranquilidad.  A mí me pareces tú muy sospechoso, solo centrándote en las mujeres... ¿será porque ya no eres capaz de hacerle frente a un hombre? ¿la edad, quizá?

-Le agradecería que tanto usted como Don Ernesto también nos contaran lo que hicieron. Como comprenderá, me parece algo descortés que nos pida solamente a las mujeres nuestra versión de los hechos, sin aportar usted nada. No es una acusación, ni mucho menos. Creo que, quien se haya encargado de hacer todo esto, debe ser alguien de fuera, aunque quizá me equivoque. No me imagino a ninguno de nosotros acabando con las vidas de nuestros compañeros, inspector.

 Marina sacó un paquete de Gitanes de su bolsillo y se encendió uno. Se recostó contra la barandilla mirando la tranquilidad de un mar que ya no podía estar en calma. Dio un par de caladas, y arrojó el cigarrillo al mar.

-Tranquila  Ana. No me importa contestar a las preguntas del Sr López- Gea. Estoy totalmente de acuerdo contigo Ana, en que todos debemos de dar cuenta de nuestros movimientos. Supongo que D. Antonio y D. Ernesto también lo estarán, ¿no es así?

Marina le dedica una dulce sonrisa a Antonio. Estaba acostumbrada a las maneras bruscas y pulcras del ex comisario.

-Vamos a ver. Después de la cena me dirigí hacia donde estaba Elena para anunciarle que me disponía a ir al camarote. No recuerdo quién se quedó en la mesa. Elena decidió acompañarme y nos acostamos. No podía dormir y salí a fumarme un Gitanes a la cubierta. Estuve un rato, poco, después volví al camarote y me dormí.

En ese instante notó la mirada perdida de Elena, posiblemente recordando la dulzura de una noche que no volverá. Se acerca donde ella y le pasa una mano por el hombro.

- Entiendo que su profesionalidad y rectitud le haga actuar con presteza y orden. Como le dije antes, en situaciones tan insólitas se agradece este tipo de actuación. Pero tenga en cuenta, Antonio, que todos aquí estamos desconcertados, y algunos – dedica una mirada de asentimiento a D. Ernesto mientras aprieta suavemente el hombro de Elena- han sufrido una pérdida irreparable.

- Disculpenme si he sido brusco señoras - dije cuando termino Marina - Entiendanme, D. Ernesto en mi opinion esta realmente afectado, por lo que dudo que haya sido el, pero en cualquier caso, si fue el, desde que matase a su esposa hasta esta mañana no hay testigo de sus acciones. Ustedes, bueno, usted Ana es la que mas oportunidad tuvo, dado que duerme sola, pero si les pregunto no es porque sospeche de ustedes señoras. No descarto nada, pero mis sospechas en realidad recaen sobre los tres que estan abajo. Mi intencion era contrastar sus declaraciones con las de ellos, para intentar saber si alguno miente. Tanto Benjamin, que tambien duerme solo, como Juanjo tuvieron la oportunidad. David en principio, creo que no la tuvo, sere viejo, pero estoy bastante seguro de que me hubiese despertado si el hubiese entrado o salido de la habitacion. Y sobre lo que yo hice, bueno, sencillamente baje a mi camarote, vi a Benjamin entrar en su habitacion - hice una pausa cargada de intenciones mirando a Ana - Una vez en mi camarote, David y yo hablamos un rato, y bebimos unas copas, razon por la que nos hemos despertado tarde esta mañana, y despues me dormi. - Me quede en silencio un momento mientras dejaba que analizaran mi version y preguntasen si querian. Despues añadi - Señorita Elena, si es usted tan amable...

Respiré hondo antes de comenzar a hablar.

- Yo me fui a dormir a las 12 de la noche y llegué al camarote con Marina. No recuerdo muy bien la hora, pero a eso de la una y media me desperté porque sentí que alguien entraba en el camarote. Supongo que fue Marina al volver de fumar. Y después me desperté por la mañana y el resto ya lo saben.

- Yo me fui a la cama pronto, todos me vieron, nos acostamos, y dormi hasta que esta mañana... - mi voz se ahoga en mi garganta.

El tiempo pasa y comienzo a preocuparme. Como pueden tres hombres tardar tanto en recorrer una embarcacion tan pequeña.

Me dirijo a la zona de las comidas y cojo un cuchillo de trinchar carne. Lo guardo en el bolsillo y me dirijo a la escalera.

- Voy a echar un vistazo, ustedes quedense aqui. - digo resuelto.

Antonio baja las escaleras y desaparece de la cubierta.

Al cabo de un rato de que Antonio bajara escuchais como el motor de la embarcacion se pone en marcha. Sin embargo, al cabo de unos instantes se detiene.

- Señoritas, yo ya estoy cansado de esperar aqui arriba, voy a ver que es lo que ha ocurrido con el maldito motor de esta endemoniada embarcacion. Si lo desean pueden acompañarme.

Asentí ante las palabras de Ernesto, convencida. Sin duda alguna, era mejor bajar que quedarnos esperando hasta que alguien decidiera subir. Yo le acompañaré, señor Serrano.

Miré a mis compañeras y asentí levemente, para que me siguieran. Bajarán, ¿verdad? Es mejor no quedarse en grupos pequeños.

Mire a Elena y Marina, que no se habian movido desde que las dejásemos aquí.

- Bueno señoras, deberían saber que alguien ha saboteado los motores. Estoy bastante seguro de que ninguna de ustedes dos tiene nada que ver en esto, y yo se que tampoco tengo nada que ver. Por esa razón, y mientras estemos solos les pregunto. ¿Creen que hay un unico sospechoso? Me explico, ha estas alturas tengo claro que a Julia y a Miguel los mato alguien del barco, pero empiezo a pensar que es imposible que una misma persona hiciese todo solo. Es decir, salvo Benjamin y Ana el resto estábamos acompañados. Bueno, Ernesto una vez muerta su mujer tampoco tenia nadie que le viese, pero dudo que sea responsable de nada. Por eso me pregunto que opinan sobre la posibilidad de que nos encontremos ante dos asesinos distintos, aunque quiza estén de acuerdo entre si.