Partida Rol por web

Te visitó muchas veces en el psiquiátrico... Siempre llevándote algún regalo y siempre siendo dulce y sonriente contigo... Parecía que se le partía el alma cuando se acababa la hora de visita, pero María, la voluntaria de obras sociales que trabajaba ahí, alguna vez logró colarla...

Ella siempre te había mirado con un cariño maternal maravilloso. No necesitabas hablar para entablar conversación con ella... Sabía lo que pensabas y te contaba mucho de su vida, abriéndose cariñosamente como lo haría una madre con su hijo... Victoria era una madre estupenda, que te ayudaba a superarte a tí mismo con severidad en ocasiones, por ejemplo durante las árduas clases de inglés, premiándote siempre con el mejor regalo y el mejor gesto.

Pero ya estaba harta de tener que visitarte y acabó por adoptarte. María se encargó de llevarte hasta el Ice Hotel, donde por fin os reuniríais. Supiste que Victoria, en un alarde de su grandiosa bondad y piedad, trabajaba en aquel proyecto para salvar mutantes, así como su novio, un hombre que te comprendió desde el primer momento y al que no estaba siendo difícil cogerle cariño y confianza.

Finalmente te llevó a su casa en Mittenwald. Era un caserón apartado, rodeado de verdor en verano y de nieve en invierno, apacible y hermoso...

Y al fin veías cercano el momento de que ella y su novio, del que tánto te había hablado en el psiquíatrico, se casarían y te adoptarían, dándote no sólo su cariño el resto de sus días sino también el apellido de la familia, para poder decir orgullosamente que eras su hijo.

Ambos trabajaban mucho, sobre todo "papá", que llegaba extenuado pero siempre hacía sus mejores esfuerzos para pasar tiempo contigo y con Victoria.

María llamó de vez en cuando los últimos días para saber cómo estabas... Y lo cierto es nunca habías estado mejor, aunque mamá era dura con los deberes y con el asunto de estar en forma como papá, pero oirla decir "estoy tan orgullosa de tí..." cuando hacías lo que te pedía era algo tan maravilloso que era imposible negarse...

Esa era tu tercera mañana en Mittenwald. Tu habitación era tal como tú la habías soñado... Y el resto de la enorme casa era evidente que no pertenecía a una familia de poca clase...

De nuevo, Carson Gunnarson ("papá", al que todo el mundo llamaba cariñosamente "Fänrik") entraba con su prometida, Victoria Kramer, a traerte un magnífico desayuno...:

- ¡Hola, cariño! - Victoria se sentaba poniendo el carrito del desayuno al lado de la cama y depositando un beso en tu frente, echándote el pelo hacia atrás - Hay que levantarse, papá te ha traído un regalo genial... - miró entusiasmada a Fänrik, ella parecía muy felíz entre su hijito y su prometido fortachón, y a él se le veía igual con su encantadora prometida y su pequeño.

Siento la calidez de los labios de mama en mi frente y la suave caricia de su mano retirando el cabello de mi frente, abro los ojos despacio para que la luz no me moleste demasiado y me encuentro a los dos allí, es todo tan perfecto... tan apacible...

Buenos días... digo con una voz un tanto torpe, seguramente debido al sueño... pero en cuanto escucho lo del regalo, retiro las sábanas dejando ver mi pijama, y me siento en la cama, me pongo mis zapatillas de casa y abrazo a mi madre besándola también a ella en la mejilla, para luego mirar a mi padre y hacer lo mismo con el... Que bien un regalo !!! que será que será... se me nota muy ilusionado, todo lo que pienso lo diría pero se note que todavía no estoy muy acostumbrado a ello...

Me quedo frente a mi padre mirándolo con los ojos iluminados y deseoso... ¿¿¿Que es que es???

Fänrik le revuelve el pelo cariñosamente al chico y le dice:

- Desayuna y vístete primero, ¿vale? Mamá y yo vamos a vestirnos, hoy tocan compras en el pueblo... Pero primero te enseñaremos ese regalo tuyo. ¡No seas tan ansioso...! Come despacio, no te vaya a sentar mal - ríe.

Afirmo con la cabeza, tras lo que suelto a mi padre y doy otro salto al otro lado de la cama a buscar mi ropa, mis gustos han seguido sin cambiar, me pongo unos pantalones vaqueros de color azul claro y me dirijo al baño a lavarme un poco la cara mientras mis padres se cambian... Vuelvo a mi cuarto y me enfundo una camiseta blanca de manga larga y unas zapatillas de color negro... En mi muñeca todavía llevo aquella pulsera que le regaló María cuando estaban en el orfanato...

A toda velocidad y haciendo caso omiso a los consejos de su padre sobre los buenos hábitos alimenticios y masticar mas de 15 veces antes de tragar, el joven Marcos devora los pastelillos que hay sobre la bandeja, y casi de un trago se bebe su vaso de leche...

Enseguida, va a buscar al cuarto de sus padres a Fänrik y Victoria...

Ambos están en la parte cubierta del jardín, vestidos para salir a la nieve, ambos muy formales. Ocultan algo con una sábana... Algo muy grande...
Victoria le tapa los ojos a Marcos y cuando se los descubre, el muchacho puede ver lo que ha sido destapado... Una enorme jaula, con un halcón nival muy joven y una mochila completa con útiles de cetrería y un manual de cómo domesticar al animal...

- ¿Te gusta, campeón? Mamá me contó que te gustaban los pájaros... A éste puedes enseñarle muchas cosas: Traer y llevar mensajes, cazar, dar alarmas... ¿Qué te parece? - Fänrik parece muy pendiente de tu reacción.

Al llegar veo lo que parece... algo... como muy... grande... ¿Que podrá ser? Entonces mi vista se oscurece, pues mi madre parece haberme tapado los ojos con sus manos, ni 10 segundos después las retira y cual es mi sorpresa que ante mi luce una preciosa y enorme jaula, con el mas hermoso ejemplar de halcón que mis ojos habían presenciado jamás...

No puedo ni parpadear, mis ojos solo tienen miradas para el halcón... me acerco a él despacio, casi temeroso, me tiemblan las manos, aun así las levanto y acaricio la jaula mirando al pequeño ave a los ojos...

Me giro hacia mi padre y lo corro a abrazarle... Gracias !!!!! digo gritando mientras lo abrazo...

Fänrik estalla en una sonora carcajada, contento al ver que su sorpresaha surtido efecto, dándole unas palmaditas en la espalda a Marcos, luego le rodea los hombros y, también entusiasmado, dice abriendo la jaula del pequeño halcón.

- Mira... ¿Ves ésta cuerdecita que le ata las patitas? Pues tienes que cogerla antes de tocarle a él... Cuando das un tironcito flojo... - realiza la acción y el pájaro se le sube al dedo - Se sube solito. Prueba - Fänrik sostiene en el índice al pájaro, espectante, sujetando la cuerdecita con el corazón y el pulgar.

Miro al halcón sin poder quitar de mi rostro la misma gran sonrisa que cuando lo vi... Un poco temeroso me hago con la pequeña cuerda y doy un suave tirón... Sube... digo feliz, para poder comprobar como Azazel se sube... me giro y miro a mi madre... Se ha subido !!! Está en mi dedo... mira mama !!!

Acaricio su pequeña cabecita bajando por su lomo hasta casi su cola y me siento justo bajo la jaula, cogiendo con la otra mano el libro. Voy a leer el libro para saber como ser su amigo... Lo dejo en el suelo abierto por la primera página y me tumbo boca abajo comenzando a leer como poderlo amaestrar y educarlo...

- ¡Sí, cariño, lo has cogido! - sonríe Kramer, encantada con la escena, agachándose para acariciarle la cabecita al halcón y darte un beso a tí - ¿Quieres quedarte leyendo? ¿O le llevamos de paseo con nosotros a hacer la compra...? Pero no lo sueltes, ¿eh? Que es muy pequeñito y se podría escapar... Llévate comida para él, ¿eh?

Afirmo con la cabeza... Luego por la noche leeré, me apetece pasearlo para que lo pueda ver todo el mundo, además tiene que conocer la ciudad pienso mientras me levanto y ato la cuerda a mi dedo bien para que no pueda escaparse. Cojo el libro y lo meto dentro de casa, tras lo que me hago con algo de abrigo, dispuesto para que Azazel pueda ver lo precioso que es MittenWald...

Bajo las escaleras despacio para que el pequeño no se asuste y salgo de casa listo y preparado...

- Comida para él, se te olvidaba - le dice Fänrik, con un pequeño tinte de reproche paternal en la voz.

Esperan a que cojas la bolsa de su comida y empiezan a andar, cada uno a un lado de Marcos, siendo Fänrik el que se encuentra en el lado del pequeño halcón.

- ¿Cómo vas a llamarle, hijo? Tienes que decir su nombre en voz alta, o no lo reconocerá...

Se tarda una media hora en ir al pueblo por un caminito precioso rodeado de árboles... La casa no estaba cerca, pero tampoco lejos del pueblo, era un lugar tranquilo y útil a la vez...

Te... tengo que decirlo en voz alta?... Azazel no puede entenderme como mama... Con mi mano libreo cojo la de Victoria y la aprieto, me gusta sentirla cerca, y que está a mi lado... Azazel... digo sonriendo...

Te... te gu... comienzo a pensar mirando a mi madre... Os... gusta? termino diciendo mirando a ambos... sonriente, Si, Azazel me gusta mucho, vamos a ser muy buenos amigos verdad? me quedo mirando al halcón, que parece disfrutar del viento y del aire fresco de MittenWald, y del hermoso paseo.

- ¿Azazel? ¿Porqué, hijo? ¿Qué significa? - preguntó extrañado Fänrik.

- Es una entidad demoníaca - responde Kramer en un alarde de su basta cultura - citada por Levítico, el origen de su nombre es hebreo, significa "la cabra de emisario", o el "chivo expiatorio" ¿Porqué le has puesto ese nombre, hijo? ¿Vas a entrenarle para traer y llevar mensajes? - preguntó sonriente.

- Vaya... Qué tonto me siento a vuestro lado... - Gunnarson se rascó la nuca, algo azorado pero para nada molesto.

Niego con la cabeza ante las palabras de mi madre... Fallen... susurro por lo bajo, Vi esa... película hace un año con... mi respiración se acelera y no puedo evitar sentir un pálpito en el corazón, que es, un recuerdo... porque esta extraña sensación... Ma, ría

Tardo unos segundos en volver en mi, me he detenido dejando de andar, quedándome unos metros retrasado respecto a vosotros... Vi... vi esa película, trataba sobre un demonio que es castigado por sus actos, y condenado a vagar por el mundo de los humanos... De nuevo vuelvo a caminar... pensativo en silencio.

Que... que ha sido esa sensación, porque he sentido eso al recordar su nombre, es como si ella....

- Vaya con María... Poniéndote películas de demonios... - suspiró, como cualquier madre lo haría de enterarse de algo así - Bueno... Sabe que eres un chico listo, es una buena amiga, aunque algo mayor que tú... Como una hermanita mayor, ¿no, cariño?

Las palabras de Victoria resuenan en mi oídos y en mi mente... ¿Como... como una hermana?... si... mama tiene razón...

Asiento con la cabeza, y de nuevo vuelvo a caminar, llegando a la altura de Victoria y Fänrik a los que miro durante unos segundos, en mi rostro aparece una sonrisa, mientras con mi mano izquierda acaricio la cabeza y el lomo de Azazel, reanudando de nuevo la marcha hacia la ciudad...

Si existía algo parecido a un paraíso de tranquilidad, Mittenwald debía ser muy parecido...

Era un pueblo pequeño, mimado por sus habitantes y tan calmo que el pájaro apenas aleteó nervioso cuando un camión pasó cerca.

- Oh, tendrás que acariciarle cuando se asuste por esas cosas: Es muy pequeño todavía y no reconoce algunos objetos - rió Fänrik, acariciándole la cabeza a su hijo.

Siguieron al día unas compras de lo más cotidianas: Pan, azucar, sal, carne, patatas... Incluso el momento que parecía ser el favorito de Victoria, el de comprarte ropa, que en ésta ocasión fué para resistir cómodamente el más ronco invierno, comprando entre otras cosas un buen tres cuartos con forro polar y tela aislante, algo no demasiado grueso pero sí caliente y que permitiera la movilidad.
Tras lo que debían ser las compras de una semana, la familia se detuvo a tomar algo en una cafetería, donde aprovecharon para enseñarle lo básico para pedir algo en alemán, ya fuera un chocolate, un café o un brezel de los que le encantaban a mamá. Te presentaron también a los tenderos habituales como su hijo orgullosamente, y aquella gente parecía adorar a la pareja, pues sonreían encantados de conocerte e incluso el panadero tuvo a bien obsequiarte con un pastelito a modo de "bienvenida", así como el carnicero te regaló una bolsa de carne con la que alimentar a Azazel. No fueron pesados hablando con tus padres, pero sí muy educados y agradables, hablando en inglés lo mejor que sabían para que les entendieras un poco.

Sonriente por cómo se había dado la mañana, Kramer volvía comiéndose un brezel con una mano y sujetándote la bolsa de carne para que fueras cogiendo pedacitos y dándoselos a Azazel, mientras tu fornido padre llevaba todas las bolsas sin poner pega alguna, como si no le pesaran nada. Y fué en ese momento cuando el móvil de mamá sonó.

- Oh... Veamos qué pasa... - te entregó la bolsa de carne y cogió el teléfono - ¿Diga...? Ah, hola... ¿Radar ahí...? - se detuvo. Fänrik la miró con gravedad - Pero... ¿Están todos bien...? - preguntó ella, con gesto preocupado. Era tan buena... - Bien, claro, claro que iremos... En cuanto vengáis a buscarnos, claro... De acuerdo, adiós... - asintió con la cabeza y colgó el teléfono - Han atacado el Ice Hotel. Los muchachos no lo saben, pero la cosa se ha puesto fea ésta mañana: Por lo visto Radar estaba molesta con nosotros por algún motivo y ha tenido una pelea con Lior... - Lior, en el fondo, era una amiga muy apreciada por tu madre, aunque no eran las típicas amigas que estaban todo el día una encima de la otra, pero había alguna foto de ellas dos juntas, ambas serias en el posado - Hemos de ir allí y ayudar en cuanto podamos. Vendrán a buscarnos en breve. Marcos, hijo...: ¿Vendrías a ayudar y a hacernos sentir los padres más orgullosos del mundo...? Puedes quedarte aquí con Azazel, pero yo te lo agradecería mucho, y te convertirías en un guerrero tan fuerte como papá...

Mi mirada se ciñe enfadada en aquel camión que acababa de asustar a mi pequeño Azazel, sus alas se agitan como tratando de salir volando... lo pienso, el camión es de... pero las palabras de mi padre me devuelven a la realidad, debo comportarme. Sonrío a Fanrik y asiento con la cabeza mientras comienzo a acariciar el lomo del animal, mientras poco a poco se va tranquilizando...

El día, espectacular, hacía mucho tiempo que no era tan feliz, y se me notaba en el rostro, todo el mundo en aquel lugar era amable, era cortes conmigo... me regalan un pastelito y luego una bolsa con comida para Azazel... Gra... gracias simple y llano en las dos, me gustaban los regalos, y hoy ya llevaba varios, estaba siendo sin duda uno de los mejores días de su vida.

Tras terminar los quehaceres, ponemos rumbo a casa, pero antes, me detengo y sonrío tanto a Fanrik como a Victoria, me acerco primero a ella y luego a él, y los beso en la mejilla, era mi forma de agradecer lo bien que me estaban tratando, me siento realmente querido, acogido y protegido...

Suena el teléfono, conversación... ha ocurrido algo, ¿en el hotel de hielo? que podrá haber sido... mi padre se pone serio, algo grabe a debido ocurrir... ¿Yo?, ayudaros y convertirme en un gran guerrero como papa fuerte y bueno mi rostro de nuevo se ilumina con una sonrisa.

Asiento con la cabeza Si... pero... ¿Azazel? pregunto pensando en si debería llevarlo, no querría que le pasara nada, quizás el frío del lugar o esa mujer... Lior... lo asustara... no se lo que debería hacer, quizás pueda llevarme la jaula y dejarle en algún lugar para que no se asuste con la gente nueva... además así podré jugar con él...

De nuevo asiento con la cabeza... sonriente... decidido...

María, vestida con el mono negro, sin maleta y estupefacta al no saber nada de aquella misión, se quedó quieta y callada cuando apareció en medio de aquellas ruinas, perdidas en un páramo montañoso...

Dale, en cambio, iba vestida anormalmente discreta y sonreía al notar el aire puro que traía consigo aromas de vegetación, tierra y piedra, no como en el hotel, donde sólo estaba el aséptico hielo.

- ¡Qué detalle! ¡Nos ha dejado en una montaña, con las maletas incluídas... El pueblo está abajo... - miró a Mortymer sonriente - Machote, ¿me llevas la maleta, por favor? Primero vayamos al hotel, luego volveremos a subir aquí. Desde lo alto de la ruina debe verse el puto castillo del Drácula Comevergas... Vamos: Los que vengan follados detrás, que si viene un lobo ellos ya habrán cumplido su última voluntad.

Echó a andar, ladera abajo. María se había quedado anclada al suelo, pero al oír a Dale, salió andando tras ella.

- ¿¡Dónde demonios estamos!? - parecía que María hubiese adquirido la habilidad de hablar inglés milagrosamente - ¿Cómo que el "Conde Comevergas"? ¿¡De qué va ésto!?

Balaguer vestía un pantalón ancho, camisa, jersey y una gabardina que le cubría hasta los pies. Todo era negro, destacando de éste modo su rostro, y sus manos si no las tuviese guardadas continuamente en los bolsillos. Frente a él tenía una maleta y de su hombro colgaba una mochila deportiva. Sacudió la cabeza como lo hacía siempre tras los inesperados y extraños "viajes". Gruñó entre dientes y giró su cabeza observando todo a su alrededor. No era capaz de reconocer nada salvo la constante nieve que lo cubría todo. ¿Cuánto había pasado desde la última vez que puso sus pies sobre tierra o hierba fresca? El frío ya formaba parte de él, calándole hasta los huesos.

Movió sus hombros y se agachó para recoger la maleta sujetándola contra su cadera. Soprendido ante el aspecto de Dale que ahora sí parecía una chica, escuchó sus palabras. Su forma de hablar le crispaba y asqueaba al mismo tiempo. Era como intentar escuchar y entender un puto gallinero en celo. La mano que aún guardaba en su bolsillo se movió en su interior. Tomó aire y observó cómo el vaho surgía de su boca como si fuese su propia alma que se alejaba de su maltrecho cuerpo. Apretó los ojos y retomó la visión sobre sus compañeros.

¿Cómo va a hacer Hugo para que no nos matemos? No me jodas...

Su gesto era serio, un tanto desconcertado por ver a Donovan entre los demás. Al menos la compañía de Michael y la de Mara le ayudarían a no descontrolarse demasiado.

- Ni puta idea. Tenemos que dar caza a alguien, es lo único que sé. Vamos al hotel y que Hugo nos cuente lo que él sepa -dijo apartando el pelo de su cara-. Mara, no te preocupes, que yo tampoco sé nada. Estate atenta, es lo único que puedo decirte.