Partida Rol por web

-Bueno, es un tema un poco menos interesante que el otro. ¿No os parece? Para mi gusto, encontrar la manera de no matar gente en plena calle es algo más... prioritario. Sin embargo, si insistís... Jacob Prestor. Andube buscando algo y lo encontré como  colaborador universitario como cliente de un bufet de abogados de Denver. Quizá debiéramos empezar por ahí.

Parecía que el chico no me había entendido, o quizás es que no me había explicado bien...

- Verás... creo que no me he explicado bien... si haces lo mismo que has hecho con una persona pero con una vaca... asunto resuelto, tú ya no tienes sed y la vaquita puede seguir pastando tranquilamente - maldita sea, le estaba diciendo a un tipo que apenas conocía que le mordiese a una vaca en el cuello.- De todas formas, podéis controlarlo... es difícil, pero se puede controlar... - volví al tema de Preston.- Genial, ese es un buen comienzo, podríamos llamarle por teléfono o ir a verle en persona a alguna parte.

-Lamentablemete, según dijeron las noticias, el tal Jacob Prestor. está un poco... muerto. Creo que podemos llamar al bufete de abogados de Denver o buscar su despacho en la universidad, entrar y revolver. ¿Habéis adquirido vosotros algún poder extraño como el mío?

Sonaba raro, sonaba lamentable y parecía complétamente surrealista por muchas veces que lo repitiese, sin embargo, tenía un "superpoder".

- Bueno, al ser un vampiro lo de un poco muerto era algo de esperar...

El tipo se balancea sentado en la silla que había entre Jane y Richard

- Pero si, esta algo más que muerto. Igual que vosotros pronto si no tenéis mas cuidado

Parecía de lo más cómodo entre vosotros, sin embargo nadie le había visto llegar a aquella silla que cuando entrasteis parecía vacía.

Iba a hablar pero alguien se me adelantó y me dejó con la boca abierta, como un completo gilipoyas... ¿Pero quién cojones era ese tio? y lo más importante ¿De dónde demonios había salido?

- ¡Eh, tú! Ya te estás larg... - pero entonces habló de vampiros, joder, sabía de lo que hablábamos.- ¿Qué sabes de nosotros? - le miré de arriba a abajo, parecía normal.- Mira, no sé qué has creído oir pero... será mejor que te vayas antes de que esto se convierta en un malentendido...

-Vaya.-Susurro con cierta incredulidad.-Reconozco que eso ha estado bien. ¿Sabes algo del tema que nos ocupa? ¿Sobre qué les ocurre a mis ojos? ¿O mejor aún, algo de por qué nos han hecho esto y luego nos han dejado tirados para morir como ratas? La verdad es que te agradecería que nos informaras acerca de ello.

El intento de mentira de Robert no estaba mal, pero si el tipo ha logrado sentarse sin ser visto, es muy probable que no sea del todo normal. Por el momento es nuestra única baza. Solo queda saber una cosa. Amigo o enemigo.

Ryan había tardado más de lo esperado en encontrar el famoso “Joey´s”. Tenía una vaga noción de su existencia, como la mayoría de las almas perdidas que recorren las noches de Denver. Pero nunca había estado allí, y tuvo que dar unos cuantos rodeos hasta reparar en su iluminada fachada.

Cuando entró finalmente en el establecimiento, ya la noche estaba bastante avanzada, y no eran muchos los clientes que todavía pululaban por el lugar. Quizás por eso, los ojos de Ryan no tuvieron demasiados inconvenientes en descubrir al sombrío grupo de personas que se arracimaban en un apartado rincón.

Algunos de sus rostros le eran vagamente familiares, mientras que otros apenas si le decían algo. Solo el de aquella joven parecía haberse grabado a fuego en su memoria. Quizás por lo bella. Tal vez por haber sido la única mujer blanca y de rasgos occidentales en aquella extraña pesadilla… o puede que simplemente por pura casualidad.

En cualquier caso, fue su presencia en aquel rincón lo que lo decidió a encaminar sus pasos hacia allí.

- ¿Eres Jane?... – dijo en un tono bajo y apenas audible, que sonó algo dubitativo – Soy Ryan. Ryan Blake. Me llamaste…

A juzgar por las miradas que le dirigieron los que se hallaban en la mesa, era evidente que la figura inusualmente alta y desgarbada del joven los había tomado por sorpresa. O que los había interrumpido en medio de algo importante. A pesar de ello, el desalineado personaje apenas si hizo caso de sus gestos, y se limitó a permanecer allí parado, aguardando algún tipo de respuesta.
 

No podía creerse lo que estaban diciendo. Tenían que estar gastandole una broma. ¿Todos habían bebido sangre? ¿Vampiros? El rictus en la cara de Jane era inmutable y demasiados pensamientos la asolaban hasta que de repente la voz de Ryan la saco del ensimismamiento.

Jane giro la cabeza y estaba a punto de asentir cuando fue cortada por el desconocido:

- Uh, pero si esta aquí el melenas. Sientate que te estabamos esperando. Tu también te pegaste un buen festín ayer por la noche.

El chico parece de lo más cómodo entre vosotros a pesar del peligro amenazante que suponéis para cualquier ser vivo.

- Solo pretendo ahorraros malentendidos chungos  a vosotros. Me puedo ir si no queréis escuchar, aunque eso sería demasiado aburrido.

Dice en dirección a Robert

- Ojos.. ajos... 

Ahora mira a Attila con atención

- Eso son rasgos secundarios. A algunos les afecta y a otros no.

Luego esboza otra sonrisa y vuelve a dirigirse a Ryan

- ¡Vampiros! Es el tema que nos ocupa

Le espeta cordialmente como si le estubiera poniendo al corriente del cotilleo de la semana.

-Bien, entonces soy todo oidos. ¿Se puede vivir así sin matar a todo el que te cruces?

Deslicé mi mano por debajo de la mesa para tocar la de Jane en un gesto afectuoso. Quería que aunque sólo fuera por un instante se sintiera apoyada por mi, que estábamos juntos en aquella desgracia y que no me separaría de ella.

- Está claro que sabes de lo que hablas - le dije al tipo que acababa de aparecer.- Sólo trataba de ser discreto, supongo que ya sabes por qué... Pareces saber mucho sobre vampiros, y me imagino que a eso has venido - continué.- Pero antes de que nos cuentes lo que sabes quiero saber qué nos vas a pedir a cambio, aquí nadie da nada gratis, eso está claro, así que ¿Cúal es el precio? Y ya de paso ¿Por qué no nos dices tu nombre, amigo?

Cuando el tipo ese habla me pongo algo tenso, en guardia, pero al hablar comienza a soltarnos palabras sobre vampiros. Al final iba a ser verdad todo eso que había mirado Attila.

Miré a la mesa y apoyé las manos sobre la cabeza. ¿Era reamente posible? ¿Me había muerto y ya está? ¿Un tipo me había chupado la sangre y me había convertido en otro tipejo igual que él que se alimenta de sangre de personas?

Me quedé meditando, dandole vueltas a la idea, sin levantar la cabeza de la mesa. Tardaría mucho en asimilarlo tan bien como al parecer lo hacían los otros.

El chico se disponía a hablar en dirección a Attila cuando el comentario de Robert le llamó la atención dedicándole una clara expresión de sorpresa

- Eres listo. Pero la prudencia es aburrida.

Se echa para atrás en la silla y reposa su mirada en cada uno de vosotros excepto Jane que a su lado parece no existir para él

- Me llamo Tony y lo unico que pido a cambio es entretenimiento. Vivir eternamente se vuelve de lo mas insustancial sin alguna novedad de vez en cuando.

De repente hace una pausa como si vuestras expresiones le hubieran rebelado lo obvio

- Ah si, esto forma parte del vampirismo que hablábamos. Vuestro aspecto no cambiará ni enfermaréis de la forma habitual. Así que si uno juega bien sus cartas, esto puede durar y durar...

Dice gestualizando ampliamente con las manos

- ¡Y aquí es donde entráis vosotros! Una gratificante novedad con la que tocar las narices al príncipe.

Se endereza sobre la mesa y responde a la pregunta de Attila

- No se puede vivir sin matar. Necesitáis sangre. Cuanto más tiempo llevéis sin ella, más posibilidades de perder el control y arrasar con lo que tengáis delante.

Ahora Tony miraba fijamente a Ryan

- El resto ya sabéis: la mayoría nos solemos reflejar en los espejos, no hay problema con el ajo. Plata y cruces mas de lo mismo.

El fuego y el sol son letales, osea que recordad el pasar las persianas antes de meteros en el escondite o acabaréis como la chinita.

Las estacas en el corazón no nos matan pero nos dejan paralizados y vulnerables; otro punto para las leyendas.

Todo aquello tenía bastante sentido, seguía pareciendo de película, pero aún así cuadraba con lo que me había pasado a mi, sobre todo aquello de la luz del Sol, supuse que por eso llevaba unos días despertándome de noche y sin ver la luz. Muy perturbador, sin duda, y encima la actitud irónica de aquel tipo no ayudaba mucho, por una parte parecía que quería ayudarnos pero por otra... ¡Vamos! ¿Quién en su sano juicio haría aquello sólo por entrenerse? Si no era quién decía ser desde luego estaba tan jodidamente loco como parecía.

- Eso no es cierto, amigo - dije cuando habló de matar.- Yo no he matado a nadie y aquí estoy, vivito y coleando... si es que se puede decir que estoy vivo... entonces ¿esto que nos pasa no se puede curar? ¿seremos así para siempre? - me quedé en silencio un instante, tratando de digerir mis propias palabras.- Bueno ¿Y quién es ese "príncipe" del que hablas? No conozco a nadie al que le llamen así.

-Hmmm.... el nombre indica un cierto respeto o jerarquía, a no ser que sea sarcástico, pero por el modo de referirte a él no lo creo, aunque no podría asegurarlo al cien por cien. ¿Es alguna especie de vampiro gruñón?

- A veces cuando muere su Sire, los nuevos vástagos retornan

Dice respondiendo a la primera pregunta de Richard y se encoge de hombros:

- Mala suerte.

Sus ojos atravesaron a Jane por primera vez des de que aquel tipo hizo su aparición.

La chica se movió incómoda en su asiento desviando la mirada

- Exacto.- Dio la razón a Attila.- Hay una especie de rústica jerarquía en Denver de la que me considero algo apartado y en la que no se muy bien como encajáis vosotros.

Siguió divertido

- El príncipe es el que manda. Él decide quien forma parte de nuestra selecta sociedad y quien no. El hecho de que sigáis vivos significa que mis esfuerzos para esconder vuestras torpes carnicerías y por ende, vuestra existencia, han funcionado por el momento.

Tony entonces se levantó desperezándose

- Así que tened más cuidado ¿de acuerdo?

Luego se volvió para dirigirse a todo el grupo de nuevo

- Voy a moverme un poco. Veré si puedo averiguar lo que pasa con los demás vampiros de Denver en lo que refiere a...

Señaló con un gesto ambiguo moviendo su dedo indice sobre vosotros

- bueno, a esto.

Luego se giró dispuesto a salir caminando del bar.

- Nos encontraremos mañana a media noche en el "24th Diocese" un garito nocturno de mi territorio.

¡Hasta la vista!

Y desapareció por la puerta sin llamar más la atención 

Ryan no había pronunciado una sola palabra durante toda la escena. Tampoco se había sentado siquiera. Simplemente, había permanecido allí parado todo el rato, con los ojos clavados en aquel sujeto que decía llamarse Tony. Para él, todo lo demás había dejado de existir.

Era una mirada extraña. O, para ser más precisos, “extraviada”. Como la de esos dementes perdidos que recorren las calles en medio de la soledad de la noche, hablando consigo mismos, o pidiendo algún cigarrillo en los semáforos. En conjunto, toda su desgarbada figura conseguía provocar un aura perturbadora. Impredecible. Como si aquel indescifrable cerebro no pudiera terminar de decidir si debía arrojarse a llorar bajo la mesa o empezar a lanzar tarascones a diestra y siniestra.

En cualquier caso, no se trataba tampoco de una mirada completamente alienada. Había un leve destello de luminosidad en medio de las penumbras del miedo y la confusión, algo que sugería la presencia inequívoca de una mente lúcida detrás de aquella máscara de indiferencia y pasividad absoluta. Una mente que empezaba a abrirse camino entre las nieblas del entenidmiento.

Cuando Tony se alejó del grupo, esa mirada lo siguió hasta el final, cuando el extraño sujeto abandonó el tranquilo salón. Luego de ello, Ryan se giró para observar nuevamente al resto.

- ¿Amigo suyo? No recuerdo haberlo visto antes… ¿Y que hay del resto?

Miro a Ryan, tan poco alterable como siempre. Estoico hasta la médula, y al mismo tiempo daba la simple sensación de ausencia.

Sí, ya lo has visto. Nos conocimos en la guardería y hoy le ha dado por venir a saludar a ver que tal nos iba- digo, ante la pregunta que bajo mi punto de vista carecía de lógica - Y los demás pues no sé. A lo mejor también le hicieron esta mierda a esa madre y a esa niña. Tu en cambio pareces estar bastante bien, ¿no Jane? - digo, mirándola. Ahora ya entendía por qué me había parecido tan apetecible la noche anterior.

Pero vamos, la cuestión es que estámos del todo jodidos... eso parece.... 

Jane parecía no lograr salir de aquel estado shock. Su mirada recorría vuestros rostros con detenimiento y con un ligero temblor de sus pupilas mezcla de la incredulidad y el miedo.

Su mente incluso dudaba de que todo aquello que estaba escuchando y viendo fuera real. Se sentía fuera de sí, como una mera espectadora en una de esas películas surrealistas sobre fantasmas que nunca le habían gustado.

La voz de Richard pero, la volvió a poner en el foco de atención de los demás

- ¿..Eh? si, estoy bien

¿Lo estaba? No. Por supuesto que no. Estaba cansada y le dolía la cabeza. Estaba rodeada de depredadores sobrenaturales y todos sus instintos le pedían a gritos que huyera corriendo de aquel lugar

Seguí con la mirada al tal Tony hasta que salió del local y desapareció casi como había aparecido. Desde luego era un tipo misterioso pero con esa seguridad, y todo lo que decía... estaba casi seguro de que decía la verdad y desde luego si así era el tipo pretendía ayudarnos con nuestros problemas. No iba a darle mi confianza ciega, pero ahora sentía que le debía una por lo que al menos acudiría a aquella cita, con o sin los demás.

- Yo no le conocía de nada - contesté a Ryan.- pero parece que él a nosotros si... sabía todo lo del sótano e incluso más - adopté un gesto pensativo.- Creo que todo lo que dice es verdad, o al menos en parte, claro que eso nos coloca en un lugar que parece peligroso. Será mejor andarse con pies de plomo, pero creo que debemos ir a la reunión - después puntualicé.- Yo al menos voy a ir, sólo con que exista esa mínima posibilidad de cura que ha dicho el tipo creo que merece la pena... Hasta entonces quizás podamos averiguar algo de Jacob Preston - me giré hacia Attila.- ¿Preguntarás a los abogados de los que hablabas?