Partida Rol por web

Besa repetidas veces un relicario que saca del bolsillo.

Ya lo dice la biblia que los negros son malos, salmo 23:02 de la cartas a los corintios “Negro eres y en polvo te convertiras”, no no no es así, “aun cuando camine por el negro valle de las lagrimas no temeré” si el valle es negro es por algo

Jason mira la escena semi-aburrido... le parece interesante cuando el pequeño se pone manos a la obra con su exorcisto...

Este pequeñajo tiene agallas!!!

Mira a sus compañeros de copa y les comenta:

De verdad que no ha sido mi intencion ofenderles, soy muy brusco en las maneras y espero no me lo tengan en cuenta, mi relacion habitual con las personas era el momento previo a enviarles a hablar con San Pedro. Tengo un serio problema de relaciones interpersonales diagnosticado, pero creo que con esfuerzo quizas algun día pueda hablar con alguien sin que piense que quiera aplastarle el craneo contra la pared... son tantos años siendo lo que he sido que...

De repente escucha al niño decir cosas no muy respetables sobre Dalibor.

Chaval, tus mayores no te han enseñado respeto? todos somos iguales ante los ojos de Dios.

Job 33:6

A los ojos de Dios, tú y yo somos iguales; estamos hechos de barro.

Ahora miraba a la niña que estaba intentando interrumpir la conversacion de los mayores.

Niña, sabes lo que significa educación? mira a ver si lo encuentras en tu pequeño cerebro, y si me das la contestacion correcta, te regalo el cubo de rubick.

El escándalo que estaban montando otros neófitos estaba resultando cuanto menos llamativo.

- Plebeyos - dije observándolos por encima del hombro agitando mis perfectos rizos - si me junto con ellos el abuelito se enfadará conmigo.

Entonces, miré a los dos hombres que me habían hablado y me crucé de brazos, molesta.

- ¿Acaso me veo como una pobretona? - pregunté mirando con desdén el cubo de rubick que me ofrecía uno de ellos - me he quedado con vuestras caras, haré que mi papá haga que os despidan - me di la vuelta muy digna y me fui dando saltitos gráciles en busca de algo más interesante.

Demasiado intelectual para una mente insulsa pensaba Jason, estos niños de ahora que solo piensan en las consolas y similares... no saben divertirse con juegos intelectuales. Aunque viendo la actitud... yo creo que tiene una elevada consideración de sí misma. Sí teniente, un agujero como los del palacio de Sadam le vendría bien, pero es cosa de sus padres, no nos podemos meter!!!

Nota mental: Averiguar quien es el padre de la niña para tener una conversación con él seriamente.

Proverbios 22:6  Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

Volví a mi asiento con calma, observando con un dejo de incredulidad y aburrimiento el desagradable espectaculo que estaba montando el hombre. Alcé la cabeza cuando la muchacha grito por un medico pero volví a girarme hacia mi compañía. Eso no era una emergencia médica, era solo un patetico intento de llamar la atención.

"No estoy de servicio"

Voltee la cabeza hacia el hombre que se había presentado antes, con el señor que ahora intentaba hablar con Victoria.

-Gracias, pero por ahora no gusto de nada

Quedaba en la señorita Lilibeth el resto de la oferta. Este era sin duda un grupo bastante particular de voluntarios.

Me levanto.

- Tesoro puedes esperar un momento (refiriéndome a Darla).

Me acerco a ella y me agacho.

- Sé que el señor Jason, no es fácil de tratar, pero espero de todo corazón que le puedas dar un poco de margen. Como hace un rato me ha dicho a perdido a alguien hace poco y creo que habla con dolor por la perdida.

¿Crees que podrías perdonarle por esta vez?

Cuando termino saco un caramelo de limón del bolsillo y se lo ofrezco, pero cuando lo va a coger hago un juego de manos para que a desaparecido. Cuando veo su cara de que no está el caramelo abro la otra mano con dos caramelos.

- Cógelos tesoro son todo tuyos.

El momento en el que Baker se que queda mirandome siento una gran incomodidad, seguido de sorpresa tras su asalto de bebidas y estancamiento en la barra. Decido dejarlo estar. Podría volver a armar jaleo.

Habiendo oído todo tipo de comentarios racistas a lo largo de mi vida. El monólogo de Olegario lo único que me saca es una mueca de irritación y decepción por la forma que lo han educado sus padres. Tras ver las respuestas de Jason a los niños me giro a él y prosigo con la conversación mientras veo que el señor De Viega habla con la niña con el tono suficientemente bajo para que no nos oiga Darla.

Tranquilo, señor Jason. Ninguno de nosotros se ha ofendido. Por muy brusco que suene el mensaje, se ve que la intención no es mala. Por mucho que haya hecho cosas de las que se arrepienta, nunca es tarde para cambiar. Una persona dice más de sí misma con sus acciones que con sus palabras. Viendo como intenta educar a los niños en esta velada para que sean más respetuosos y hacer de ellos adultos de bien y no quiere ofender a nadie, usted muestra una actitud muy respetuosa.

Cojo la bebida a la que me ha invitado Jason, le invito a una (la que el quiera) y digo con felicidad:

Brindemos porque se han acabado las tensiones y porque sea una noche digna de recordar.

Después de mirar sus constantes intentos de comuncarse de forma adecuada, decido asentir con una sonrisa.

-Mucho gusto, Howerd, mi nombre es Victoria -digo con una sonrisa mientras tomo la bebida que me había traído Amanda-. No, muchas gracias, de momento no.

Tras esto miraba a la Darla, la cual empezaba a agobiarme con sus constantes alaridos.

-¿No creen que risistos rojos parece una zampabollos? -digo ironicamente como intentanto hacer alusión a un personaje muy muy muy cerca de aquí con una apariencia similar.

Tras acabar mi copa me levanto del sillon  me acerco a los señores que conversan mas animadamente.

 Si que lo parece si, konichiwa mi nombre es Mizuki, y señor Jason coincido con los demás alguien tiene que enseñar respeto a los niños de hoy. Cada vez estan mas asalvajados. Si me permiten me gustaria brindar con ustedes. Kampai

Me reincorporo y vuelvo a mi sitio.

- Encantada de conocerla señorita Mizuki, yo soy Fabrice De Viega; y tiene razón hay muchos niños que no son rectos en nuestros días, pero tenga en cuenta que los niños aprenden mayormente de lo que ven, y creo que últimamente la gente ha perdido los buenos modales. Por consiguiente los niños los imitan, pero en nuestro deber ayudar a los jóvenes y no tan jóvenes a ir por el buen camino de la sociedad.

Tras aquellas bonitas frases llenas de buenos sentimientos por parte del hombre que cubría su ojo izquierdo tras una máscara me quedé mirándole como las vacas al tren. Arqueé una de mis cejas preguntándome que repámpanos me importaba a mi la vida aquel plebeyo que hablaba a los vasos.

Pero el hombre me ofrecía unos dulces a cambio de perdonarlo y me había hecho un truco de magia, por lo que esbocé una sonrisa y le hice una reverencia. Al menos había alguien en aquel grupo de hombres insufribles que sabía apreciar mi adorable carita.

- Vale - dije cogiendo los caramelos y haciendo otra pequeña y graciosa reverencia - me llamo Darla Richardson, gusto en conocerlo.

Después, me guardé los caramelos en el bolsillo y seguí recorriendo el salón con mi rítmico caminar mientras me comía mi paleta.

Entra en la sala un niño con un sombrero de vaquero, andando cortadamente entre tanta gente; pero reune el valor para levantar la voz.

-¿Alguien ha visto a mi padre? se llama Gavin. ¿Alguien ha visto a un inglés llamado Gavin?

¿Disculpe? Dije al señor (Dr. Thadeus) parecía perdido en sus pensamientos, tanto así que hasta parecía ser que no escucho ni una palabra de lo que le dije.

Las situaciones que se daban alrededor seguían captando mi atención mientras tomaba mi té, los mas jóvenes eran realmente estrambóticos, igual que los hombres calvos que parecían poseer alguna demencia digna de estudiar más en profundidad, de repente una voz me saco de mis profundos pensamientos un hombre se encontraba a mi lado y aprecia dirigirse a mí- Oh si perdone, dígame en que puedo ayudarle- conteste un poco fuera de lugar.
 

En verdad aquella fiesta era el epítome de la organizacional de VFD, que en este caso las siglas significaban aquello que cada uno necesitara.

Con una ligera sonrisa, mejillas sonrojadas y a diferencia de muchos de los presentes la señorita Joueur parecía disfrutar cada historia que cada uno deseaba contar en aquel salón donde: el baile, el teatro, las relaciones, el alcohol y las distracciones tenían lugar de igual a igual y en donde sorprendentemente se juntaban sin desorganizarse. Cada una era única y cada cual la hacia suya, era tan maravilloso como interesante y se maldijo a su yo del pasado, pues la del presente nunca podrá tener la culpa, de no traer su acostumbrada libreta para escribir en ella, cada conversación que sus oídos escuchaban o cada situación que su mirada captaba.

Casi satisfecha se acerco a un sillón ocupado por un hombre entrado en años, con ese casual atractivo que tienen ellos a cierta edad, para las mujeres que buscan fortuna o historias de eras pasadas. Y aunque tal vez no fuera tan viejo para aquello, si parecía estar cansado de la vida y eso solo significaba una cosa. Ya había vivido todo o casi todo. Es decir; un perfecto sujeto de prueba para conocer si esto ya se dio antes en su pasado o por el contrario tenia el privilegio de ser testigo de la novedad mas absoluta.

Se sentó en el reposa-brazos de aquel sillón ocupado por el hombre: sin pelo, blanco, con mentón poblado por barba gris pero recién cortada, traje igualmente gris; un color que denota que ya conoce todo y nada le sorprende. Y mirada cansada. Procurando, por supuesto no arrugar su vestido, pues era de tubo y ceñido y sentarse era todo un esfuerzo para ella, por eso prefirió un lugar mas alto de lo normal, para que le fuera mas fácil levantar y ademas podría evocar al hombre de edad avanzada a una nieta curiosa que desea saber de su sapiencia y alimentar su mente con el pasado, pues siempre es mejor y mas sabio o eso dicen los nostálgicos del acto presente.

-Buenas noches. -No quiso decir señor u hombre, quien era ella para poner títulos, ademas puede que fuera doctor y pasar mas de cinco años en una facultad para ganar un titulo que luego nunca usaran, eso si seria una falta de decoro por alguien que acaba de sentarse a tu lado, invadir un espacio que es tuvo e interrumpir tus pensamientos o distracciones con voz melosa y suave. -Me llamo Vestusta Joueur. Y me preguntaba si estas situaciones de las que acabamos de ser testigos aquí en el salón de esta secreta organizan se dieron antes o nunca antes. Creo que es interesante. -Termino de presentarse al viejo, cansado y miembro del VFD, Señor Xavier Rossentthon.

Rossentthon tenía la mirada fija en la fiesta, como si sus ojos absorbieran todos los hechos y sucesos que estaban ocurriendo, para luego ser procesados por su mente superior. Lo cierto es que no pestañeaba, no se movía… ¿Estaba respirando? Era difícil saberlo, podría estar muerto y nadie se daría cuenta. Solo cuando una hermosa dama se acercó hacia su posición fue que el veterano sujeto pareció reaccionar. Pestañeó varias veces, giró su cabeza hacia la dama, escudriñando su rostro, el cual se ocultaba detrás de una elegante mascara. Se afianzó en su bastó y se paró, para situarse en frente de ella. Tomó su mano con delicadeza, inclinando ligeramente su cabeza sobre ella.

-Xavier Rossentthon- se presentó con voz grave y exhibiendo su mejor sonrisa. Cuando a uno lo despiertan de repente, lo mejor es fingir que no lo hicieron-. Gusto en conocerla- inclinó más su cabeza sobre la mano de la joven, mas no la besó por ser una costumbre en desuso y que podría caer mal. Sus ojos fueron hacia la fiesta-. Me recuerda a cierta reunión… También hubo un exorcismo.

Al ver que los adultos ignoran al niño del sombrero no puedo evitar dirigirle la palabra - Gavin dices - doy una mordida al brownie que había conseguido - necesitaras buscarlo que muchos aquí acabamos de llegar y ni nos conocemos - volteo a ver alrededor y regreso al chaval - Soy Damian, ¿y tu eres?

-No es nada. - reí levemente para demostrar que no importo. -Solo busco conversación... Parece usted muy atento a las persona de esta sala. - Señalo ante su mirada perdida en las acciones de todos los presentes. Era una mirada analítica y fría que le daba la apariencia de ser un hombre serio y calculador. -Como he dicho antes, me llamo Matthew.

Harrison se levantó como un resorte enroscado al que se se le había quitado el fiador. Casi podría decirse que salto del sofá como un gato. El traje arrugado y la corbata aflojada ya habían dejado claro su lamentable aspecto. Se veía además rematado por un pelo mitad despeinado mitad aplastado por el sofá. Había llegado pronto pero ya estaba tan borracho que llevaba ya más de una hora dormido sobre el sofá antes de tan sobresaltado despertar.
Arranco una copa de la bandeja más cercana que pasaba junto a él. -Oh, mi favorita – no se molestó en añadir que su favorita era siempre la que tenía más cerca y por un momento el cuarto le golpeo.
Gente de edades, géneros, actitudes y grados de desnudez diversos. A punto de caer mientras lo decía se sobrepuso en el último instante mientras bañaba con su copa a la pobre Mizuki que ninguna culpa tuvo. Se disculpó con una persona en la dirección opuesta mirando extrañado su ojo tras la máscara.

Antes de poder presentarse no pudo evitar fijarse en un hombre negro de perilla canosa que bebia coca cola sentado en un sillón. No pudo evitar tomar nota mental de él. Quien si no un loco, mantendría la cordura entre tanta locura.

Dio un paso disimuladamente en dirección opuesta y trato de confundirse entre los grupos.

Como esperaba de un hombre entrado en todos los años que se pueden llegar a tener antes de pasar mas tiempo durmiendo que despierto, no tardo en devolver la cordialidad con un ademan de cabeza, un poco exagerado para su gusto, seguramente por que tenia intencion de besar su mano. Algo en desuso como ya dijera otro, pero que no seria descortés si tu cortesía es del siglo pasado y la gente reconoce tu sapiencia.

Vetusta le devolvió la sonrisa, una ligera y suave que acentuaba el rojo intenso de sus labios, igual de intensos que sus ojos negros como el azabache al escuchar las ultimas palabras de aquel respetado miembro aun Vigilante a pesar de su Falta de juventuD.

-Cuente Rossentthon. -Una vez mas sin calificativos, pues él no los uso para presentarse. -¿Cuando, como y quien. Hubo, hizo y tuvo un exorcismo? -Pregunto ella, interesada y ligeramente encorvada, para escuchar mejor.