Partida Rol por web

Seguía sin sorprenderle la actitud de Vilma por lo que continuó sonriendo con tranquilidad y asintiendo de vez en cuando pero sin decir nada, balanceándose de adelante a atrás suspendiéndose un segundo en las puntas de los pies. 

Se despidió de Ashley que salió pitando. Aquello ya estaba siendo demasiada información. Y entonces Killian miró a Vilma alzando las cejas y haciéndose el niño bueno, aunque con ese disfraz resultaba algo más difícil de creer.

- Oh, ¿y por qué no te gustaría?- sabía la respuesta antes que incluso Vilma, a decir verdad. Pero le apetecía ver la expresión de extrañeza intentando exprimir a su cerebro buscando la respuesta acertada a ello.- Y no vale decir "porque es mi hermana".

Sonríe al ver como se divierte su pequeño.

-Bueno, todo es posible. Seguro que podrás hacer magia cuando seas mayor, pero si no puedes, no pasa nada. Hay muchas formas de crear magia... 

Le gusta que se interese por la magia y que ya puedan hablarle sobre esas cosas. No importaría si hubiese crecido en el mundo mágico, pero sus primero años de vida han sido completamente muggles... que tampoco es malo. Conocer a tus vecinos siempre es bueno.

-Oh, parece que los pastelitos se han hecho amigos - dice cuando los pastelitos se dan, lo que parece, un abrazo.

Era un poco decepcionante que la única razón por la que estaba allí era para hacerme compañía un rato. De hecho podría hasta tomármelo como si le mandasen a hacer de niñera, pero sabía que Clark no lo hacía por algo así. No podía enfadarme con él. Aun así, seguía siendo una decepción que no viniese para darme algo decisivo para la misión y sacarme del colegio. No pude evitar reírme ante su broma sobre pasar una noche conmigo... Hasta que me di cuenta de que no era una broma. Al instante, mi expresión se congeló en absoluta perplejidad y empezó a transformarse en nerviosismo mientras asimilaba lo que acababa de ocurrir.

"No,no,no,no,no,no,no..."

Aquello no podía ser. Clark acababa de ponerme en una situación que no me gustaba nada. Ahora iba a estropearse nuestra relación (y por supuesto el resto de la noche) cuando le rechazase. Un recuerdo muy preciso de cierto día de San Valentín vino a mi memoria. Aled Rhys, tiempo atrás un amigo, me evitaba desde que le rechacé. Cierto era que le había engañado, y a Clark no, pero era lo mismo en cuanto a cambiar la relación para mal. Muy mal. La Voz  se estaba mordiendo las uñas mientras me intentaba confundir.

"Emily, por las barbas de Merlín. Cualquier persona en su sano juicio le arrancaba esa " S" del pecho ahora mismo."

"No. Cualquier persona no. Yo quiero a Sean. Solo a el. No quiero hacer nada que le haga daño. No quiero estar con alguien que no sea él."

"Sí, Sean es perfecto y esas cosas... ¡Pero Clark también!"

"Pero por Clark no siento nada. Sólo somos amigos."

Terminado el diálogo en mi cabeza me di cuenta que llevaba unos segundos pasmada mirando a Clark, y probablemente abriendo y cerrando la boca como una idiota.

- EH...Uh...Yo...¿Clark? Es broma...¿no? - acabé diciendo con una risa idiota nerviosa.

Había esperado todo aquel tiempo de balbuceos de Emily con el fin de que en realidad se lo estuviera pensando de verdad y le diera una respuesta afirmativa. Pero desde luego era esperar mucho. Pasó de mirar de forma intermitente los ojos y labios de Emily para centrarse solo en su mirada.

Nada. No había manera. Al parecer no podía competir contra Sean Pullap. Lo cierto es que se sintió bastante decepcionado pero en aquellos asuntos poco podía hacer. Por tanto, sonrió levemente, dispuesto a no estropear la amistad que tenía con Emily por aquellos sentimientos que algún día llegarían a esfumarse.

- ¿Tú qué crees?- y negó con la cabeza mientras reía.- Soy un tipo solitario. Siempre lo he sido.- miró de nuevo al horizonte, actuando con total normalidad.- Aunque no me importaría que me presentaras a alguna amiga. 

Viendo a Clark de repente tan... ¿Decepcionado? Mirando al horizonte, y tras decir aquello de ser solitario.... Por un instante entendí aquello de "la carne es débil". Probablemente si no estuviese enamorada de Sean me habría lanzado a besarle, sin saber muy bien porqué. Sólo porque el cuerpo parecía reaccionar a aquella mezcla de chico (realmente) atractivo, aquella confesión y aquel aire de melancolía al decir que estaba acostumbrado a estar sólo. Por suerte para mí, mi cabeza y mi corazón estaban en el lugar adecuado y no haría nunca una tontería así, pero entendía porqué otras lo harían. Agradecí que fuese capaz de actuar con normalidad y seguir charlando tranquilamente, y le respondí con una risa nerviosa mucho menos natural que la suya.

- Bueno, dos son lesbianas y la tercera la acabas de ver metiéndole la lengua a otro. Creo que tendrías mejor suerte con otra. - la verdad era un poco triste pensar en que tenía tan pocos amigos, y encima con Eileen las cosas no iban precisamente bien. - O Vilma Williams. ¿sabes quién es? Ella está soltera que yo sepa. es una chica muy guapa, y más lista de lo que parece. Simplemente es ingenua. - ¿Estaba proponiendo a Clark irse con Vilma? Debía estar borracha sin saberlo. Miré a Clark unos segundos en silencio. ¿Podía confiar en él? Confiaba más en él que en la mitad de personas con las que tenía que trabajar en Hogwarts, eso era cierto... - Oye Clark. ¿Tú qué sabes del caso del secuestro, los pétalos negros y demás? - Vamos, de mi caso. Añadí mentalmente.

Lo cierto es que no le extrañaba nada de lo que Eileen le estaba contando sobre Emily. Y lo cierto es que le costó un poco no hacer comentarios irónicos o añadir de vez en un cuando un "te lo dije", pero Eileen no necesitaba que le dijeran lo equivocada que había estado con la auror, sino que la escucharan con atención y poderse desahogar. Continuó acariciando la suave piel de Eileen de forma distraída pero atendiendo en todo momento a las palabras de su mujer. 

- ¿Te dejó cuando estabas drogada?- eso no se lo esperaba para nada. ¿Y si le hubiera pasado algo? Estaba claro que a Emily solo le interesaba su misión y su trabajo. Y lo de trabajar en equipo ya lo experimenté, sí...- aún recordaba cómo iba a su bola en Hogsmead.

Al menos Eileen demostraba haber salido finalmente del embrujo de Emily lo que congratuló a Zoey. No le gustaba verla así pero era mejor eso que permanecer ciega todo el tiempo.

- Me gustaría decirte que no sé qué decir, pero sabes que como abogada que soy siempre tengo réplica. Así que... te aconsejo que no le des importancia a lo que haga, diga o deje de hacer Emily y que te guíes por tu instinto que es francamente mejor que el suyo. Eso, o le echas algo en la bebida.

Sabía que Zoey estaba haciendo un ejercicio de contención y aunque nunca había querido que le dijera cosas malas de Emily, ella sabía que tampoco había querido que le mintiera. Nunca lo había hecho y eso era algo que agradecía.

- Gracias. Que no se te suba a la cabeza pero eres la mejor - le comentó con una sonrisa. No quería que el ambiente entre ellas se tensara cuando estaba tan feliz de verla allí -. Y sobre lo de añadir una poción a la bebida...pueeeeeede que ya lo haya hecho. Aunque no para eso - la miró con una sonrisa astuta bailando en su boca -. He dado con una especie de antídoto. Bueno, no he podido probarlo con nadie excepto conmigo pero a juzgar por los resultados con eh...ciertos boutruckles que he robado...es una especie de antídoto para inmunizar a las personas que no han estado en demasiado contacto con la poción. Sería muy malo meter el miedo en el cuerpo a los alumnos así que la he puesto en el ponche. Considérate debidamente inmunizada. Soy un genio.

Alzó ambas cejas ante la historia de la poción, el robo de criaturas experimentales y el ponche adulterado, incrédula a lo que estaba escuchando. O quizás al contrario, demasiado crédula. Eileen era capaz de cualquier cosa. Siempre había tenido esa vena Gryffindor impulsiva y decidida.

- No sabes cuánto me alegro de que no seas una mente malvada.- así que ahora se suponía que estaba inmunizada. Lo cierto es que había sido un buen plan. Nadie se preocupaba y todos estaban protegidos. Eileen era una heroína secreta. Quizás debería decirle que se ponga el disfraz de batwoman... Sonrió de forma pícara ante ese pensamiento, antes de recolocarse de manera que quedaba de lado, algo por encima de Eileen.- Dímelo otra vez.- pidió.- Dime otra vez que soy la mejor.

Se rió, bastante liberada a decir verdad ahora que había expuesto el plan y no había recibido un rechazo aplastante. Si Zoey creía que era buena idea es que realmente lo era, pues la rubia no tomaba nada con ligereza. A decir verdad, sus decisiones eran puestas en tela de juicio a menudo así que cuando lo aceptaba, era aún más gratificante.

También era cierto que su mujer estaba demasiado juguetona como para tomarse a malas nada de lo que ella dijera. Le acarició la piel del costado con más cariño que deseo, separándose antes de llegar al pecho para acortar el camino hasta su cara.

- Lo eres. Por eso me casé contigo.

Se sentía estúpidamente risueña.

Su expresión ante la información de las amigas que Emily tenía fue bastante graciosa. ¿En serio? ¿Las dos eran lesbianas?

- No sé si creerte cuando dices que dos son lesbianas. A lo mejor no quieres que las conozca.- bromeó.- Aunque cualquiera te insinúa que me mientes de nuevo...- rió, divertido. Sabía de una porque había llevado a su pareja a aquella boda, pero de la otra... ni siquiera le sonaba de quién podía tratarse.-Vilma Williams... bueno, para una noche puede que esté bien. Me presentaré luego.

No es que estuviera desesperado, pero era de los que pensaban que para quitarse de la cabeza a alguien estaba bien eso de destensarse con otra persona. Y lo cierto es que una cantante famosa... no sonaba para nada mal.

Aún así, Emily siempre estaba centrada en el trabajo. No podía dejarlo pasar por un momento y eso era algo que ambos compartían. Por eso mismo él seguía soltero.

- No mucho. Interrogué a ese George e hicimos un trato. Me contó que son experimentos llevados a cabo por alguien muy poderoso. Y le creo porque les paga una cantidad increíble de dinero. Pero él no tiene contacto directo con él. Sin embargo, me proporcionó un nombre.- y no le iba a gustar. Fijo que no.-  George Gerome. Por eso no lo traje a Inglaterra tras el interrogatorio. Emily... no se lo he contado a nadie. Es muy peligroso.

Ya en lugar privado, tras la puerta que minutos antes Ermendrud estaba custodiando, ambos se comenzaron a besar apasionadamente. Él comenzó y desde luego ella continuó. Lo que ahí fuera pareció un casto beso de cuento de hadas ahora se convertía en una explosión de pasión. 

Bajaron, casi sin darse cuenta, las escaleras hasta llegar a la solitaria sala de trofeos. Beth estaba dejándose llevar por la impulsividad, a veces permitiendo que él dominara y en otras ocasiones al contrario. Hasta que en una de esas veces Ermendrud chocó contra una de las vitrinas de cristal quedando entre ésta y la chica, cuyo efecto del disfraz parecía haber desaparecido casi por completo.

Se separaron un poco, aunque sus labios aún se podía rozar, respirando de forma agitada. Ella estaba de puntillas para poder alcanzarle mientras sus manos jugaban con el cinturón del ajustado traje de bombero.

Intentó ahogar una sonrisa pero esta vez, como en otras tantas ocasiones durante aquella noche, no pudo evitar terminar sonriendo. No habían tenido tiempo para estar juntas después de la boda apenas y lo cierto es que ya no era eso lo que importaba, sino el tiempo que habían estado separadas. Zoey se sentía dependiente de Eileen. De su sonrisa, su sarcarsmo, sus ojos, su olor, su estado malhumorado, su estado concentrado... de todo. Necesitaba tenerla cerca para sentirse plenamente feliz. Y saberse correspondida provocaba en ella esa sonrisa tonta que muchas veces intentaba ocultar.

- ¿Crees que podría colarme aquí? No creo que nadie lo notara, excepto la gran cantidad de clientes que esperan una defensa para que no les metan en Azkaban...- añadió haciendo acopio de lo bien que le iba en el buffet.- ... pero siempre podría hacer como que me han secuestrado. Parece que eso está a la orden del día, ¿no?- el humor de aquel tipo no era muy usado por Zoey a decir verdad pero todo se pegaba y desde luego Eileen era bastante sarcástica e irónica.

Abrí la boca para contestarle "¡Es mi hermana!" justo cuando me dijo que no valía esa excusa. 

- Err... Bueno, es demasiado pequeña para ti, pederasta.- Dije encogiéndome de hombros mientras abría mi habitación y, como una caballera le hacía entrar primero, educadamente. - Y este es mi antro.- Tenía un par de pósters de mi grupo y uno del grupo muggle de Violet Taylor ¿Cómo estará esa chica? Hacía tiempo que no veía noticias de ella por ninguna parte. Todo el resto de mi habitación estaba decorado con fotos de mis amigos; Albert, Kat, mi grupo, Jess, Aen, más Kat, incluso tenía una con Max. Mi cabeza también se perdió pensando qué sería de él. Algún día debería escribirle una carta. Pero lo que más había eran fotos de Killian y yo, eso me hacía sentirme menos sola en esa habitación. 

- Como ves eres casi el prota de mi cuarto.- Reí y le guiñé un ojo.- Te echaba mucho de menos.- Me senté en la cama indicándole que me imitara y, del cajón de la mesita, saqué una botella de chupito de fresa muggley dos vasitos. - ¿Te apetece?- Le pregunté rellenando los vasos. - Te deja la boca súper dulce y empalaga, pero esta bueno. - Y se lo puse en la mano mientras, de un trago, me bebí el mío. 

Me encantaba como estaba disfrazado, si se lo había hecho él solo, era todo un artista. Así que me quedé maravillada mirándole la cara. - ¿Te lo has hecho tu? 

Vaya, y la idea de Vilma no le parecía mala. Increíble. Si de verdad le interesaba, se la presentaba... O no. La verdad era que ahora que pensaba en Clark montándoselo con Vilma la idea no me gustaba nada, no sabía por qué. Por suerte la conversación volvió a centrarse en algo en lo que sí me sentía cómoda y segura: trabajo. Era irónico que me sintiese mejor hablando de criminales y terroristas que de citas.

Escuché con atención a Clark y tardé unos segundos en asimilar lo que me estaba diciendo. Cuando finalmente lo hice, mi boca se abrió dejando una expresión de perplejidad ridícula en mi cara.

- ¿¡El jefe?! - Debería haber dicho "mi" jefe, pero estaba acostumbrada a llamarle así. - ¿El tipo este dijo que el jefe está metido en el lío? - Podría ser una falsa pista. Podría haber leído el nombre en El Profeta y pretendía minar el departamento desde dentro. Tal vez cancelar la colaboración entre EEUU e Inglaterra... O no. - ¿Usasteis veritaserum? ¿Legeremantes? - Aquello era difícil de digerir. ¿Cómo podíamos atraparles si el jefe estaba con ellos? Tal vez... Tal vez por eso era tan difícil de dar con información útil y tardábamos tanto tiempo. Me separé de Clark, abandonando el calor de su capa mientras me pasaba las manos por el pelo y caminaba de un lado a otro. ¿Cómo podíamos investigar al jefe sin que se diese cuenta? O peor, si se daba cuenta, ¿Qué haría? ¿Mandarnos a misiones dónde nos tendiese una emboscada? Podría hacerlo perfectamente y nadie lo sabría. Miré a Clark. - ¿Desde cuándo sabes esto? ¿Has estado vigilándole? ¿No ha preguntado porqué no llevamos a George a Londres? - "¿Por qué no me lo dijiste antes?" le acusé mentalmente.

Sin duda Erm sabía percibir y satisfacer las reacciones que iba teniendo Beth, se mostraba sumiso cuando ella empujaba y cuando Beth se mostraba más dócil, Erm contraatacaba con la fiereza de una bestia desatada. A pesar de ser tan salvaje y primario, sabía controlarse lo suficiente como para no hacerle daño cuando le daba mordiscos por el cuello, sabía controlarse como para no parecer un simple animal, pero lo cierto es que, después de tantos años, su fuego interior, su pasión, tanto tiempo encadenada se desató con intensidad... 

... cuando ella jugó con su cinturón, el jugó con el cierre de su sujetador...

Había imaginado con certeza la reacción de Emily. Cada una de sus palabras y preguntas; incluso los movimientos nerviosos. Se dio la vuelta, dando la espalda al paisaje, con los brazos cruzados ante el pecho mientras el viento chocaba contra su nuca.

- Legeremancia. Contacté con una amiga mía de la CIA. Es cierto lo que dijo y no cabe ninguna duda de ello.- él también había preferido que fuera falso, porque la mera perspectiva de que tu jefe estuviera metido en todo aquello provocaba una sensación de desazón e inquietud que no aportaba nada bueno.- No ha preguntado por él porque nunca llegué a informar de que habíamos dado con él en Hawai. Estuve varios días desaparecido, pero la excusa de que estuve siguiéndole la pista porque se me escapó pareció funcionar.- no estaba seguro de que si habría colado o no, pero lo cierto es que Gerome parecía no haber sospechado. A pesar de haber estado alerta, no había observado que nadie le siguiera durante las semanas posteriores a su vuelta- He estado vigilándole como he podido, pero tiene ciertos privilegios como jefe de aurores que le permiten cierta seguridad ante intrusos. Hago lo que puedo, pero dudo que sea suficiente.

Todo aquello era muy problemático, muy mucho. Si Gerome era parte de aquella... monstruosidad, no podía saber en quién confiar. - Si el jefe es parte de eso.... nada nos asegura que no haya más gente del departamento, o del mismo ministerio, metidos en el lío. - razoné en voz alta mientras mis manos se frotaron distraídamente en mis pantalones. Subí la mirada para mirar a Clark de nuevo. Todo aquello, lo ocurrido desde que le conocí, tenía que ser prueba de que podía confiar en él. No tenía sentido que me mintiese y se inventase algo así conmigo, ya que yo era una simple auror. - Clark, no soy muy dada a confiar en nadie. - le confesé. Y aún mayor confesión era lo que seguía. - Pero confío en ti. Y dado que Sean no puede venir aquí y no es seguro que le mande cartas, necesito que me ayudes. Sólo estamos tú, Sean y yo. No podemos arriesgarnos a que alguien más del departamento esté involucrado y vuestras vidas se pongan en peligro. - era obvio que el grupo de Hogwarts no estaba en el lío pero no los consideraba profesionales. - Necesito que Sean y tú trabajéis codo con codo, y que os cubráis las espaldas. Y tú eres el único que puede hacer llegar información de vuestro lado aquí, y viceversa. - No iba a decirlo en alto, pero estaba claro que aquellas sospechas de Sean sobre mi padre y Clark eran reales, así que el auror podía aprovechar aquello para pasearse de allí para aquí. - Nosotros hemos encontrado información, pero sólo se la he contado a Sean, por eso los informes que envío son tan austeros. - le conté a grandes rasgos que al menos uno de los sospechosos de los informes había sido utilizado en experimentos, experimentos basados en una fórmula con sangre de dragón. Cómo aquello mataba o trastornaba a los usuarios y los podía convertir en soldados sin libre pensamiento como George. - Queremos quitarles los dragones, que es la base de toda su operación, para hacerles salir y poder terminar con ellos. Cuando eso ocurra, tendréis que vigilar con lupa a Gerome. Podría ser la clave para llegar a quién sea que está en lo más alto. O eso espero. - le expliqué. Sabía que era un plan con muchas variables y riscos, y no demasiado exacto. ¿Pero qué podía hacer en aquél colegio con un puñado de turistas héroe-wannabe? - ¿Dónde está George ahora? - pregunté entonces. Había algo que me seguía zumbando en los oídos. - El programa de intercambio entre Inglaterra, Alemania y Estados Unidos está en parte organizao por Gerome. Eso no puede ser casualidad. Por lo tanto, los tentáculos de esa organización tienen también a los otros gobiernos agarrados.

Al ver que se abrazaban, a Dean le dio mucha pena ahora comérselos, así que los dejó ahí, observándolos detenidamente mientras Lucas alzaba la cejas y pensaba cosas tiernas. 

- Es tarde. Quizás deberíamos llevar a Dean a la cama.

Pero Dean no estaba dispuesto a irse tan pronto. ¡Acababan de llegar y no tenía sueño! Se quejó mientras Lucas intentaba que su plan de quedarse un rato a solas con Tabatha funcionara.

- No has dormido ni siesta hoy. 

Dean:- ¡Quiero ver a los fantasmas!

Finalmente llegaron a la habitación de Vilma. Se paseó por la zona, con las manos metidas con tranquilidad en los bolsillos, fijándose en las fotografías. Como era de esperar, la mayoría eran de él y ella juntos. La verdad es que siempre lo pasaban bien y nunca habían discutido. Se entendían perfectamente. Ella era la única persona que realmente le comprendía y nunca le había juzgado.

Mientras él terminaba por convencerse de que había sido buena idea ir allí, Vilma se sentaba en la cama y sacaba aquel "jarabe" de fresa. Se acercó a ella, cogió el vaso y se trincó de lleno el líquido pensando que le vendría bien la gran cantidad de azúcar que llevaba. A continuación, y sin previo aviso, se quitó la sudadera y la camiseta.

- Bien, ¿lista?

Él, como siempre, estaba super tranquilo. Como si dominara las situaciones o no le diera tanta importancia. Quizás porque estaba al lado de Vilma y sabía que nunca le juzgaría de forma errónea. Y también probablemente por esa poción tranquilizadora doble que se había tomado aquella tarde a sabiendas de lo que iba a hacer aquella noche.

Primero le rechaza y ahora tiene que trabajar con Sean. La verdad es que la noche iba empeorando por momentos. Emily, lejos de haberse distraído se había tensado más y ahora le pedía algo bastante incómodo de cumplir. Pero las cosas no estaban como para elegir. Aquella misión era realmente peligrosa. Era la misión más importante en la que había participado hasta el momento. El futuro del mundo dependía de unos pocos. Así que no se quejó y trabajaría con Sean Pullap, le gustara a éste o no.

- Y es por eso que necesito una noche en la que pueda destensarme.- comentó.- Sé que es casi imposible pero, relájate, Emily. Haré lo que me has dicho en cuanto me vaya de aquí. ¿De acuerdo? Pero para eso aún quedan horas...- no le apetecía tener a Sean en cada conversación.- ... y si me tocas la espalda verás que la tengo como un bloque de cemento por la tensión. Mira.- se acercó a ella y le colocó los brazos alrededor de su cuello para que tocara sus hombros- ¿Lo notas?

Lo que estaba notando él es que de nuevo estaban demasiado cerca. Volvía a tentar a la suerte y de nuevo volvería a caer por un enorme precipicio.