Partida Rol por web

- Te puedo colar en mi despacho - añadió en tono conspirador, siguiendo la broma de su mujer -. O realmente podría secuestrarte hasta que tus clientes me encuentren y me quemen en la hoguera por impedir que la mejor abogada de las causas perdidas les defienda. Mmmm...me siento tentada - acabó por decir, eliminando la distancia entre ellas y dándole un beso fugaz antes de apartarse y empezar a vestirse -. ¿Quieres hacer algo especial? Seguro que pillamos algunos chicos a quienes reñir - comentó con tono jocoso -. En realidad me gusta bastante lo de ser profesora aunque los tengo a todos atemorizados - acabó por decir con una risa divertida -. Pero te echaría demasiado de menos si me quedara aquí. Sino, incluso podría llegar a planteármelo.

Me llevé las manos a la boca. ¿Se estaba insinuando de verdad? Contemplé su torso desnudo y empecé a sobre-excitarme de mala manera. 

- Killian...- Dije, entrecortada. - Si esto es una broma es de muy mal gusto. ¿Estás bien? - Estaba, como era habitual en mí, roja como un tomate. Le acaricié, sin poder evitarlo, los brazos subiendo desde las manos hasta los hombros y me quedé mirándole a un dedo de distancia entre su nariz y la mía. - ¿O no es una broma...?

Los nervios se apoderaban de mi cuerpo mientras notaba que me ruborizaba más y más. Encima, Killian estaba con esa manera de ser suya, tan tranquila e indiferente... No podía estar segura de si era verdad o mentira lo que me estaba proponiendo. Le cogí de la barbilla y acercándome a sus labios, le dije: - Responde. 

Menos mal que la seguridad que había adquirido al ser tan deseada por todos desde que me volví famosa llevaba un poco el control de la situación, si no, ya me veía hipando y haciéndome pis encima. 

La verdad era que tras aquello, lo único que quería era ponerme a trabajar e investigar. No puedes darle a una Ravenclaw información nueve y no esperar que se siente a analizarla. Y tal vez el hecho de ser jefa de Slytherin también me estaba afectando, y ahora más que nunca mi deseo por cumplir mi objetivo era enorme. Pero Clark no parecía querer aquello. De hecho, ni él ni el mundo que nos rodeaba. Todas aquellas clases eran una pérdida de tiempo, pero todos parecían disfrutarlas. Yo sólo quería salir de allí para dedicar todo mi tiempo a lo que de verdad me importaba: el caso. Tal vez de manera indirecta estaba entrenando a una nueva generación de aurores con mis clases, pues ya que las daba era seria y práctica (hacer las cosas mal a propósito no estaba en mi naturaleza). Pero mi prioridad era asegurar que TENÍAN un futuro dónde crecer, no que dirección escogían. Me sorprendí ante las acciones de Clark. No sabía bien si su actuación se debía a querer hacer que no había ocurrido nada y éramos amigos, o si se había pasado por las tres escobas antes de entrar en Hogwarts.

- Tienes mucha cara, señor Grint. Me das información para - "excitarme." No digas esa palabra. No en este contexto, que la cagas... - ponerme alerta y ahora que estoy despierta me pides un masaje. - Aquella cercanía era peligrosa, así que bajé las manos. - Te puedo ofrecer algo de beber si quieres. Siempre hay algún alumno de séptimo que lo adultera. Y si ninguno lo ha hecho este año, sé que en las cocinas hay cervezas, y cosas más fuertes. - Yo también fui alumna, y sabía que las cocinas era el lugar más fácil para conseguir alcohol para las fiestas. Todos lo sabían, incluídos los profesores, y nadie hacía nada porque era parte de crecer adolescente en Hogwarts, suponía. - Pero no se lo digas a nadie, que me despiden. - añadí con falsa y exagerada preocupación.

Un buen y apasionado rato después, Ermendrud y Beth descansaban, jadeantes, tirados en el suelo de la sala de trofeos. El encuentro había sido excitante e increíble; con pocas pausas y sí mucho gasto de energía. Pero sin duda alguna había merecido la pena.

Beth había comprobado que ambos se compenetraban a la perfección incluso en ese tipo de actividad. Y lo cierto es que el sexo con Ermendrud había sido el más satisfactorio que había tenido nunca. Y es que nunca antes había probado el sexo con un hombre en condiciones.

Ahora, con la pintura de labios corrida, la ropa medio desperdigada por la sala y el cabello algo despeinado, Beth lo miraba algo sonrojada. No era muy consciente de si había hecho algo inapropiado o vergonzoso dejándose llevar por el momento. Fijo que como mínimo Erm tendría arañazos por la espalda.

¿Y ahora qué?

Ahora se encontraba en la tesitura de si para el alemán aquello había sido simplemente un encuentro sexual o si quería complicarse más la vida. Por su parte estaba claro que quería algo serio con él pero decidiría a que él diera el paso.

- Cuando quieras repetimos.- fue lo primero que le salió decir y no pudo más que empezar a reír, divertida.- ¿He dicho eso? Quería decir que... ha estado genial.- y continuó riendo, echada a su lado, algo avergonzada.

¡Strike dos! Y tocaba disimular de nuevo. Volvió a incorporarse, siguiéndole la broma a Emily, sonriendo de forma encantadora.

- Vale. Me apetece beber algo. A ver si así también descubro a la Emily graciosilla.

Comenzó a caminar hacia el interior del castillo nuevamente, aunque esperaría a Emily porque no tenía ni idea de qué dirección debía tomar. 

Por el camino fue comentando que el castillo resultaba increíble y bastante acogedor. Ilvermorny, donde él había estudiado, también era un castillo bastante agradable. Recordaba los años de estudiante con cariño y diversión.

-... Era un culo inquieto. No podía estarme quieto ni en clase. Además me gustaba mucho hacer bromas en los primeros años. Luego ya cambié un poco.

Llegaron a las cocinas, donde les sirvieron licor a petición de la profesora Van Dyck y se sentaron en una de las mesas. Si les pillaban se les podía caer el pelo.

Vilma, Vilma... al fin comenzaba a darse cuenta de las cosas. Killian no se movió, a pesar de sentir el tacto de los dedos de la chica por su torso y de notar su aliento chocar contra sus labios. Permaneció mirándola unos segundos, en silencio, creando expectación. Hasta que finalmente contestó:

- ¿Por qué iba a estar bromeando?

E inmediatamente, dicho aquello en un susurro, acortó la poca distancia que había entre ellos, besando a Vilma en los labios al mismo tiempo que rodeaba su cintura y comenzaba a tirarla suavemente en la cama. Killian era un experto en aquel arte. 

- Pero si no quieres dímelo y me iré ahora mismo.- comentó, ya encima de ella.

No le extrañaba para nada que Eileen fuera buena en aquel trabajo. De hecho ella era tan versátil que podría adaptarse perfectamente a cualquier tipo de trabajo. Disfrutaba con todo lo que hacía y daba lo mejor de ella en todo momento. Pero la verdad es que se alegraba de que no se lo estuviera planteando seriamente. Estar tan alejadas era bastante duro y desde luego por más de un año...

- Coincido en que sería demasiado duro tenerte aquí. Y sabes que a mí la enseñanza...- y negó con la cabeza un par de veces haciendo una mueca de ligero disgusto. 

Se levantó finalmente de la cama, comenzando a vestirse de nuevo. La verdad es que tener que volverse a poner el disfraz ajustado...

- ¿Por qué no me enseñas tu habitación? No pienses mal, es que podías dejarme algo de ropa. El disfraz pica aunque no lo parezca.- se explicó.- Después haremos lo que quieras. ¿Qué tal con Jeremy?

Por más que Zoey fuera más agradable que ella estaba acostumbrada a mostrar su carácter tenaz en los juicios. Como profesora, resultaría demasiado exigente posiblemente y le costaría demasiado aceptar el fracaso de sus alumnos. No podía ser buena en todo, pensó para sí, encogiéndose de hombros para restarle importancia.

- Te va a ir pequeña - predijo. Nunca se habían podido prestar pantalones a no ser que fueran cortos, en cuanto a camisetas, las cortas de Zoey le iban bien a Eileen y las largas de ésta le iban bien a la primera. Con las túnicas pasaba algo similar a los pantalones -. Anda vamos. Con Jeremy bueno, bien. ¿Sabes que al niñato se le da bien pociones? - preguntó con un deje de sorpresa. Nunca admitiría que una pequeña parte de ella se sentía orgullosa -. Aunque el muy gilipollas...creo que está explicando cosas sobre nosotras. Lo que me revienta es que me vacila un poco en clase y no puedo castigarle porque es el mejor.

-¿No has dormido la siesta? - dice sorprendida - Pequeño esqueletillo... no puedes estar levantado hasta estas horas sin dormir la siesta. 

Sabe que cuando Dean está emocionado puede no dormir la siesta o irse a dormir tarde, pero es pequeño aun y tiene que dormir mucho para que crezca fuerte y sano.

-¿Sabes? Aquí los fantasmas también se ven por el día... podemos buscarlos mañana, pero solo si vas a dormir. Si no duermes, no tendrás fuerzas para buscar fantasmas o ves los cuadros con personas que se mueven y hablan... seguro que eso también quieres verlo, ¿verdad?

Sonríe.

Sabía que la ropa le iba a quedar algo pequeña, pero fijo que con un poco de magia eso se arreglaba aunque fuera levemente. ¡Y al menos no picaría!

- No me extraña que se le den bien las pociones. Fijo que lo lleva en el ADN.- comentó, antes de intentar no reírse ante la perspectiva de que Jeremy fuera diciendo cosas sobre ellas.- Pues entonces les caerás mejor. Alguien que les enseñe educación sexual termina siendo como un héroe para los adolescentes.- Dijo, muy graciosilla.- ¿No tiene pareja? Podrías mantenerlo a raya con esa carta.

Puse expresión de ofendida mientras dejábamos la torre de astronomía.

- Yo soy muy graciosa, lo que ocurre es que soy un gusto adquirido. 

Escuché atenta las historias de Clark mientras le guiaba a las cocinas. Ilvermorny parecía un lugar que merecía la pena visitar, igual que Hogwarts.

- ¿Tú, un bromista inquieto? - le pregunté genuínamente sorprendida. Con el porte calmado que llevaba siempre, era muy difícil de creer. - Te imaginaba más... No sé. El típico chico guapo que es bueno en todo pero es humilde al respecto, con pocos amigos porque no encaja con casi nadie. Disfrutando de su tiempo a solas. - "Eso suena más a Emily Van Dyck. Aunque Emily Van Dyck no es buena en todo." - Y rompiendo muchos corazones de adolescentes con una sonrisa de portada de Corazón de Bruja. - dije mientras los elfos me daban una de las botellas de su despensa. Les di las gracias y fui a sentarme con Clark. Le serví un vaso y me puse otro yo. Miré el contenido unos segundos, dudando, antes de finalmente darle un trago. Era una persona adulta, madura y controlada. No había peligro. Arrugué la nariz y miré la etiqueta de la botella tras tragar el contenido. - Esto es horrible, a palo seco. - Le anuncié a Clark. Tal vez no era taaaaan adulta. - Admito que mucho más que cerveza de mantequilla no suelo beber, pero tenía que hacerme la dura. - Alcé el vaso para brindar por Clark. - Por que el final de esta misión esté cerca, estoy harta de adolescentes.

- También rompí corazones si te hace sentir mejor.- admitió, sonriendo mientras se sentaba con las piernas algo separadas. Aquel traje comenzaba a escocerle.- Y nunca se me dio bien la Adivinación. Sigo pensando que eran pamplinas e hipótesis.

Al ver la cara de Emily tuvo que aguantarse la risa. Estaba claro que no solía darle al alcohol a palo seco. Él se bebió su chupito de un trago, soltando luego el aire por la boca como hacían en el lejano oeste.

- No está tan fuerte.- le intentó picar. Rellenó el vaso y lo chocó contra el de ella en el brindis.- Por eso y porque no acabes con ninguno durante el tiempo que queda.

Obviamente que lo llevaba en el ADN. Sino fuera por eso, el desastre de su hermano no se pondría a estudiar para mejorar en aquello. Pero era un alivio pues dada su condición de licántropo, difícilmente encontraría un trabajo de calidad. Ella podía tratar de enchufarlo si ganaba importancia, pero sino, la vida lo relegaría a la tienda de sus padres y al grupo de gente humilde que acostumbraba a constituir su clientela.

- Ja-ja-ja. No, nada de héroe, los tengo acojonados perdidos para que no se me suban a la chepa. Ahora entiendo lo que disfrutaban nuestros profesores, ¿sabes? Asustar a adolescentes tiene su punto. Y no sé - torció el gesto -. Jeremy me parece un picaflor. Yo creo que no está especialmente por ninguna...pero todavía es un mocoso. ¿Qué va a saber del amor?

No daba crédito a lo que estaba pasando... O sea, sí, Killian y yo siempre habíamos sido grandes amigos, amigos especiales, dormíamos juntos, vivíamos juntos, nos queríamos mucho... Pero en todo momento pensé que a él le tiraban más los hombres. Había traído un número incontable de personas a casa, a los cuales se tiraba mientras yo descansaba en la otra habitación. Aunque, a estas alturas ¿qué más daba si le gustaban más los hombres que las mujeres? Esto era real, estaba pasando, y estaba pasando ahora. 

- Siempre me sorprendes...- Le susurro mientras nuestras bocas se separan y me tumba suavemente en la cama. - ¿Cómo estás tan seguro de que yo quiero esto?- Tenía curiosidad por saberlo, él era el macho dominante y ciertamente, parecía que sabía que yo también había tenido estos pensamientos con él en más de una ocasión. - Claro que lo quiero, Killian.- Le besé suavemente en los labios de nuevo para luego bajar hasta el cuello mientras le acariciaba la espalda. - Ya era hora. 

Kegan continuó bailando con Mía pero esta le preguntó si había pasado algo y como había ido la cosa por allí. Entonces se encontró en una encrucijada, sí que había pasado algo y no debía contárselo a nadie, pero Mía no era una cualquiera y no podía mentirla, mentir a otras personas era algo que, aunque no le gustaba, podría llegar a hacer, pero no a Mía, por lo que finalmente continuó bailando muy pegado a "la futbolista" para susurrarle su respuesta y que solo esta le escuchase.

- Ya están a salvo… y pronto todo estará bien. Pero no puedes decirle nada a nadie, hay espías por todos lados - se separó un poco y continuó bailando de forma animada, disfrutando el poder estar con su novia después de tanto tiempo.

Entendía lo que decía Clark de la adivinación, yo había pensado siempre lo mismo... Pero aún recordaba aquellas adivinaciones siniestras del último año de Hogwarts. La adivinación no siempre eran pamplinas.
- Te sorprenderías. - le contesté enigmáticamente, antes de mimetizar sus palabras con un tono repelente. - No está tan fuerte, bibibibi...

Acepté el brindis y no intenté disimular la cara de disgusto al tragar.

- En serio, Está malisimo. Tendré que mezclarlo con algo. Y espero no tener resaca mañana, o no creo que pueda cumplir eso de no matar a a ninguno...
 

Erm estaba tratando de recobrar la energía que Beth le había arrebatado por su pasional actitud durante el sexo, aunque siendo sinceros, Ermendrud había seguido su ritmo a la perfección, demostrando así lo pasional que él también podía llegar a ser. La miraba de vez en cuando, y cuando sus ojos se cruzaban, Erm se reía de la manera más estúpida posible denotando que, el alemán, se encontraba feliz.

 me parece correcto - le respondió riéndose por la actitud tan graciosa de Beth - y si... ha estado genial - no quería vestirse ni irse de ahí, pero se imaginaba que pronto debería ser así - te mueves muy bien - le concedió con una picara sonrisa 

Estaba divertida con la conversación sobre Jeremy. Eileen siempre se posicionaba como la hermana mayor del pesado de su hermano, sin mostrar mucho interés en el fondo del chico, algo que hacía gracia a Zoey. A ella también le pasaba como Angelina.

- Pues nada. Entonces que se una a mi hermana. A lo mejor juntos conocen el significado del amor.- bromeó en aquella última parte, copiando las palabras de la pregunta de Eileen.- Quizás te sorprenda. ¿Quién sabe? ¡Oh!- dijo entonces, aparentemente emocionada, como si acabara de percatarse de algo sumamente importante.- ¡A lo mejor es gay!- se notaba que seguía de broma. No veía a Jeremy enamorándose de chicos.- Sería más famoso que nosotras. "Jeremy: El licántropo gay"

Iba a protestar abiertamente formando un buen espectáculo pero tuvo que callarse a medio camino de comenzar porque la información y el trato que le ofrecía Tabatha era bastante bueno. ¡Cuadros que hablaban!

- Pero me cuentas un cuento.- pidió además con morritos y el ceño fruncido que resultaba bastante gracioso y tierno.- Y no vale quedarse dormido como papá.

-Nunca me he quedado dormida, ¿verdad?

Da igual que monte el espectáculo ahí. Sabe que si lo hace, ella le va a castigar... y sabiendo lo que quiere, seguramente sea sin ver a los fantasmas. Tabatha no es una persona que se doblega con facilidad y nunca le ha permitido los caprichos a Dean.

-Y puedes decidir el cuento que quieras... ¿has traído alguno?