Partida Rol por web

Al día siguiente, tras una noche tranquila y una mañana normal, comienzan las clases optativas. Cada una se imparte en zonas diferentes, la de Tao parece que se realiza a la altura de la Planta 0 de la Academia, en un punto algo apartado del campo abierto. Hay un sendero que lleva hasta ahí, el gimnasio parece tener una clara influencia oriental en cuanto a decorado y estilo.

Se pueden ver las siguientes caras, algunas conocidas y otras no tanto:

Se puede ver a la profesora Tao en el centro de lo que podría ser considerado un dojo. Junta una mano y un puño y se reverencia ante quienes llegan.

-Quitaros los zapatos, por favor.

Una vez todos han entrado y los saludos han concluído, la profesora comienza a explicar:

-Me alegro que hayan escogido mi clase, meditar y encontrar el balance es la mejor forma de crecer como persona, como mago, como luchador...

-A lo largo de estas semanas, les enseñaré técnicas de relajación y para manipular los elementos. Quizás algunos de ustedes ya puedan manipularlos o quizás nunca han logrado nada por el estilo... Verán que en poco tiempo ya habrán aprendido a hacer cosas de las que nunca se consideraban capaces.

-Comenzaremos por un ejercicio simple. Sentaros en el suelo, cruzados de piernas, y cerrad los ojos... Escuchad el sonido de mi voz, respiren por la nariz profundo y exhalen con suavidad... Imagínense una esfera, imaginen su color y textura... Piensen en como se siente, reconozcan cuál es su elemento. Ahora piensen que esa esfera es todo a vuestro alrededor. Simplemente concéntrense en sentirla...

Parece que pretende que estén así un tiempo. Bueno, al menos se supone que será relajante... ¿Pero de verdad eso les servirá para controlar los elementos...?

El ejercicio perdura durante largos minutos, cada tanto la profesora se acerca a cada alumno y le toca en puntos de presión, ayudando a relajarlos y dejando que poco a poco cada uno pueda sentir mejor las energías. Algunos se percatan un poco más del soplar del viento, otros de cómo fluye el agua en unas bonitas fuentes por el exterior del dojo, hay quienes sienten las llamas de las velas arder y quienes notan la firmeza del suelo sobre donde están sentados... Para muchos de los alumnos, esto es algo nuevo. ¿Serán las propiedades del lugar donde está fundada la Academia, de las que tanto habla la Directora? ¿O quizás serán los inciensos, o como la joven Híbrida que tienen de profesora se dedica a presionar en los puntos clave para ayudarles a dejar fluir el mana por dentro de sus cuerpos?

Akairaku estaba terriblemente nerviosa al aproximarse la hora de la clase. Probablemente era la que más necesitaba de todas si quería solucionar su problema de ser una pirómana accidental. Y no le gustaba la idea de meter la pata en algo tan gordo en publico. Entró casi temblando por la inquietud y se ocultó entre los alumnos, en la ultima fila, cabizbaja. Vio de reojo a algunos que si le sonaban, pero el resto, nada de nada. En esa clase no queria estar cerca de Devi, por si la quemaba accidentalmente. Aunque le parecía buena idea quizas con Adel, probablemente necesitaria estar concentrada.

Observó a la profesora con curiosidad y respeto, sin quejarse ni decir nada en cuanto a la preparación y a la explicación. Obedeció en todo cuanto le dijo, tanto quitarse los zapatos como sentarse. Aunque al parecer, eso de meditar, no se le daba del todo bien. Se distraia con demasiada facilidad, mirando alrededor con un ojo entreabierto. 
Pero al parecer, eso no importaba. Sentia las cosas a su alrededor y como su propio interior estaba medio revuelto por la energia, esa que no tenia ni idea de controlar. 
Cada vez que la profesora se acercaba a un par de metros hacia ella, rapidamente cerraba los ojos y continuaba con el entrenamiento, imaginandose grandes bolas de fuego que la rodeaban, casi sintiendo el calor en la piel. ¿Pero, relajarse? Eso era demasiado dificil. 

Adel entra en el dojo la última, mientras se llevaba una mano a la boca para tapar un bostezo. Se queda mirando a los presentes mientras se coloca en algún hueco libre y suspira al ver que también irá a esa clase Akairaku. Pasa por delante de Kross haciéndose notar demasiado su indiferencia ante él, que ya por ser exagerado ese gesto se nota que realmente no lo es.
-Buenos días. A ver si con un poco de suerte nadie sale ardiendo hoy... -comenta, sonriendo ligeramente y con tono de burla. Le encantaba tener un objetivo con el que meterse día a día, si bien no pretendía ser del todo cruel con ella. Al fin y al cabo, sólo era una chiquilla... O al menos era lo que Adel pensaba. No sabía ni la edad que tenía.
Se descalza cuando la profesora lo dice, y suspira mirando alrededor mientras se coloca bien, con toda la naturalidad del mundo, el pecho bajo el sostén. Y también resalta su escote. Boing. Sonríe, orgullosa de ellos... Y se abraza bajo ellos para alzarlos. Cree que todo el mundo la mira por ellos, y le encanta ser el centro de atención pro eso. 
Después sigue la clase con normalidad, siguiendo los pasos que le indica Tao... Se sienta, concentra... E intenta imaginarse eso que dice. Se imagina una bola de fuego en llamas... Y no puede evitar pensar en la enana pirómana. Bah, pensará en agua entonces. Se imagina una esferita llenita de agua danzando a su alrededor... Y que de pronto cae encima de la cabeza de Akai. Se empieza a reír, imaginándola toda furiosa, como una gata mojada, en llamas. ¿Sería más divertido ver cómo cae en la cabeza de Kross? Seguro que ni le importa... Es un tipo muy raro. Nunca sabes por dónde va a salir ni qué va a decir... Lo que sí es seguro es que va a ser una estupidez. Ya está con un ojo abierto, mirándole mientras los demás meditan. Maldito pelo tieso que lleva, lo que desea poder hacer algo con él. Se ha vuelto ya algo personal. Algún día lo logrará.  

Suspiro profundamente cunado veo a todos los presentes ¿por que le tocará siempre a él la clase con los raros y los alteradores?Me quito los zapatos, aunque sin darme cuenta me los habia dejado en la habitación pero no me habia dado cuenta hasta el momento, así que entre directamente y me coloqué en un lugar libre.

Cierro los ojos y trato de imaginarme la esfera de alguno de los elementos que hay en la sala, trato de imaginarme una esfera de piedra, pero conforme la visualizo mi mente la descarta, la tierra es dura y tosca; paso a imaginarme una esfera de agua es maleable y se adapta al entorno...pero no poseé una dureza o una consistencia que le agrade... trato de pensar en una esfera de fuego,pero solo pensar el calor hace que me estremezca y automaticamente la descarto, no quier ni siquiera pensar en ello...por último pienso en el aire,el aire es gracil y tiene cierta belleza...aunque cambia con suma facilidad;por un momento  me quedo pensando en cual de los elementos es el mio cuando un recuerdo incide en mi con fuerza.... 

...el recuerdo de la batalla y como congelé a un enemigo...hielo...; como sí mi mente lo hubiera captado veo en mi mente las esferas de agua y viento se fusionan, la esfera de agua se endurece mientras el viento pule su superficie dejandola lisa y brillante, como sí fuera una canica reflejando la luz desplegando un arcoiris de colores...

Sin poder evitarlo sonrio, es una grata sensación aunque trato de concentrarme para la siguiente fase del ejercicio, pensar que todo mi alrededor es como esa esfera de hielo, como una ola de frio que inunda la sala....

Y Akairaku, ante ese comentario, se puso todavía mas tensa. Era casi imposible concentrarse o estarse del todo quieta. Movia los dedos de los pies mientras los tenia cruzados, se crujia el cuello, jugaba con el borde de la falda entre las manos... Y sonreia. Muchas ideas pasaban por su cabeza. No iba a quedarse de brazos cruzados mientras se metía con ella. La observó de reojo recolocarse las tetas y luego mirar a Kross. Al final de la clase la picaria con que estaba enamorada de el. Seguro que sería muy divertido ver su reaccion.

Adel no fue la unica que se imaginó a la otra envuelta en el elemento. Akairaku intentó imaginar que cara pondria si de golpe empezara a quemarsele la falda a la peliazul, o la camisa y se le descubrieran los pechos. Quizás hasta tuviera relleno en el sostén y quedase en ridiculo. 
Y por esa idea, se le escapó una risita por lo bajo en medio del silencio de la clase, cosa que hizo que se ruborizara, y buscó formas como esa para concentrarse. Molestar a la gente. Y extrañamente funcionó. Se concentro en imaginar llamitas traviesas que iban quemando prendas o cosas, y por un rato, pudo estarse quieta.

Kross entra con las manos en los bolsillos, se descalza y se sienta sobre el tatami en el primer lugar vacío que encuentra. Mira a quienes tiene de compañeros y enseguida reconoce varias caras.

-Pero por quéee...! Están todos! Todos eligieron esta optativa! Y yo que quería librarme al menos por un segundo de esta peluquera arrogante... Parece como si me estuviera siguiendo a todas partes.-

No se da cuenta de que Adel pasa cerca suyo, en vez de eso estaba escuchando a la profesora sentado con las piernas cruzadas y la cabeza apoyada en una mano, con la mirada perdida en el más allá. Recordaba cómo a ella y a la pelirroja nueva su maestro Nero sí les había dado regalo de despedida y a él no. -Maldito gato pervertido, seguro fue porque ellas son chicas y yo no.- Piensa con el ceño fruncido.

Intentó despejar su mente como había explicado la profesora. Lo único que se pudo imaginar era una esfera de plata, pero eso no era un elemento. Bueno, sí, para los alquimistas lo es, pero para los magos resultaría algo extraño.

Cuando abre los ojos se da cuenta de que esa misma esfera estaba frente a él, -epa- así que rápidamente la toma en su mano y la desintegra, se deshace en varios fragmentos luminosos y no queda ni rastro de ella. -Tendré que pensar en otra cosa...- Luego intenta concentrarse en algo diferente, pero si hace esos ejercicios de respiración por demasiado tiempo corre el riesgo de dormirse, así que se imagina a sí mismo comiendo de un pastel gigante, al hacerlo en su rostro se dibuja una pequeña sonrisa de felicidad.

La calma inundó el lugar... El suave sonido del agua fluir por las fuentes y pequeños canales, los suaves golpes que la profesora le da a campanillas y otros instrumentos que dejan fluir relajantes sonidos, el olor a incienso... La profesora sigue guiándoles con palabras, alimentando sus imaginaciones. Las imagenes que cada uno ve son diferentes, sí, pero todas tratan sobre temáticas similares.

Se sienten los suaves pasos de la profesora acercándose a algunos alumnos. Parece que está dándoles un tratamiento más único a cada uno...

-Shh...-, una voz le susurra con suavidad, parece ser la profesora. Dos manos descansan sobre sus hombros, Akai siente como le acarician los tensos músculos para poco a poco relajarlos. -Tranquila...-, la voz es tan suave que poco más y Akai no es capaz de escucharla.

-No pienses... Solamente siente.-, una de las manos baja un poco. Dos dedos ejercen presión en su espalda, detrás de su corazón. Poco a poco, Akai comienza a percibir el calor de su corazón, cada vez más presente. Se siente como si tuviese fuego dentro, pero no le quema: Siempre estuvo allí.

La profesora se percata de que Adel tiene un ojo abierto. Se acerca y se arrodilla frente a ella.

-Deja tu mente fluír. No dejes que la tierra sea tu carcel...-, le susurra con suavidad, -Cierra los ojos, inspira profundo y sigue intentandolo.-, una amable sonrisa se escapa de su rostro.

-Muy bien...- , una voz suave susurra tras Isen, asegurandole que está haciendo un buen trabajo.

Dos manos parecen acariciarle los músculos tensos de sus hombros antes de bajar con suavidad hasta encontrarse con el punto de su espalda que protege su corazón. Dos dedos hacen presión allí, un cosquilleo le recorre el cuerpo a Isen.

-¿Puedes sentirlo...?-, le susurra. El sonido del agua fluir poco a poco se hace más presente, el líquido se mueve con suavidad, casi podria percibirlo. Casi puede visualizar cristalina agua correr por sus propias venas, siente su propia sangre.

-No, no...-, murmura una voz en un casi susurro, suena pacífico. Es la profesora, de rodillas junto a él, sí que es silenciosa: No se percató de su llegada.

-Que no salga de tu corazón, sino de tu alma...-, parece referirse a esa esfera que creó. Ella cierra los ojos y acerca una mano a su pecho. -Concéntrate en una burbuja. Está llena de energía, dentro... Brilla y relampaguéa, esa energía está en todos lados. Cada persona, cada objeto, incluso el mismo suelo brilla. Todo está iluminado.-, susurra despacio, procurando guiárle.

Finalmente consiguió calmarse un poco, olvidandose de Adel para centrarse en la suave calidez que sentia. Aquello que formaba parte de si misma desde siempre, pero que solo habia sido capaz de notar cuando ardía, igual que su estado de animo. Pero el fuego aparte de ser un torrente, tambien podia ser una pequeña llama. Habia mas formas de sentir el poder, mas que unicamente intentando ser violenta o incluso sin intentarlo, sino enfadandose. Quizás si algun dia aprendiera a usarlo incluso en estado de calma, pudiera comprender de verdad que era aquello que sentia.
Pero le costaba. Quizás fuera la edad, la inexperiencia o la inmadurez la que hacian que fuera una alumna un poco dificil. Finalmente se relajó del todo y meditó un poco, pero no parece durar demasiado en ese estado, hasta el mas minimo ruido del exterior la distraia, aunque ninguno de ellos viniese de la profesora, sino de otros alumnos. 

Me entremezco cuando siento  la sensación que ha despertado Tao  en mi y asiento la cabeza muy poco aunque que se note que la he escuchado; sigo con los ojos cerrados y trato de dejarme llevar por el rio de sensaciones que me invade

Aunque no se tratase de una chica precisamente calmada, Devi sabía relajarse si la situación así lo requería. 

Había elegido esa clase con Tao, creyendo que le ayudaría a controlar su poder, y su sorpresa fue mayúscula al comprobar que sus amigos y compañeros de taller también habían elegido la misma optativa. ¿También querían perfeccionar sus poderes? Recordaba el frío del poder que Issen utilizó contra las sombras, y el calor ardiente que emanaba de Akai cada vez que dejaba salir a flote sentimientos como la ira o el miedo. 

¿También sería ella capaz de enfocar así su poder? 

Como dijo la profesora, todos se quitaron los zapatos -va a oler a queso...- comenta entre dientes con una sonrisa. Y no era de extrañar. Alumnos adolescentes, con las hormonas algo revolucionadas... Eso se dejaba traslucir en los cambios corporales. -"Je... incluso Tao es una pequeña adolescente"-. 

Todavía esbozando la sonrisa se concentra en cerrar los ojos y relajar la respiración. Inspirar... Expirar... Inspiraaaar... Expiraaaar... 

La risa de Akai la desconcentra durante un instante, haciendo que también abra un ojo para mirarla y esboce una sonrisa divertida. A saber lo que se le había pasado por la cabeza, pero se alegraba de que estuviera tan animada. 

Se imaginó a sí misma en el ojo de un tornado, en calma, mientras a su alrededor el aire se movía en frenéticos círculos. Uno más grande que la rodeaba por completo y pequeñas bolas que resultaban ser también pequeños tornados dentro del más grande, también dando vueltas a su alrededor. La simple escena le hacía querer reírse y disfrutar, en cambio se mantenía seria continuando con su pausada respiración. 

Adel escucha lo que le dice la profesora y cierra los ojos, intentando olvidarse de todo el mundo para concentrarse. Se pregunta cómo alguien tan joven como ella es maestra en una academia como esa... Bueno. Al menos es eso lo último que piensa antes de intentar poner la mente en blanco, definitivamente. 
Intenta imaginarse una esfera de agua, le viene a la mente el sonido de la corriente de un río... Se deja envolver por ello. Intenta visualizar cómo es, su fluidez... Su transparencia. Y le viene a la mente el momento en el que se ducha cada mañana y le cae sobre la cabeza y los hombros... ¡Qué gustito...! Se estremece un poco.

Una mano le acaricia un poco el hombro, suavemente. -Estás haciendo un buen trabajo... Sigue así.-, poco a poco baja la mano y presiona un poco en su espalda con dos dedos, justo detrás de su corazón. Poco a poco, Devi puede percibir una especie de... corriente aire quizás, fluyendo por la sala. Parece circular alrededor de cada persona, atraviesa sus mentes.

-¿Puedes sentirlo...?- susurra con mucha suavidad la profesora, -Están todos imaginando... El Aire no solo el elemento del viento al fluir... Es el elemento del pensamiento, de la imaginación, de la razón...-, los dedos que presionaban tras su corazón se mueven a otros puntos de su espalda, hacen lo mismo. Devi no nota nada especial tras ello pero sí que le relaja los músculos un poco.

-Dejala fluír... Piensa más allá de corrientes de viento y ve más allá del Elemento.-, poco a poco le deja ir y se va a asistir a otro alumno.

La profesora le acaricia un poco los hombros antes de ponerse en pie. Suavemente le susurra: -Muy bien... Mucho mejor.-, parece retirarse a asistir a otro alumno.

Akairaku, en los momentos que consigue concentrarse en esas sensaciones, puede llegar a percibir el calor de los demás alumnos en la sala. Algunos brillan más, otros menos, pero todos tienen algo de fuego dentro. El calor de los demás es bastante reconfortante.

Poco a poco, las sensaciones que Isen percibe se van expandiendo. Ya no es solo agua dentro de sus venas, parece más bien como si un líquido fluyese en armonía por su cuerpo, libre de cualquier atadura física. Mientras más se relaja y concentra, lo cual a él en particular no le cuesta demasiado considerando su calma personalidad, más apacible parece ser el fluir.

Eventualmente el ruido de su propio agua es tan suave que consigue escuchar el de Tao. Su agua se mueve más que la de él, aunque parece bastante calma en comparación con lo que empieza a percibir de los otros alumnos, algunos más alborotados. Hay algunos flujos que son tan poco armónicos que hacen imposible escuchar más allá y atentan contra la tranquilidad general, como si vibrasen en una frecuencia que molesta al líquido que fluye en las demás personas.

Pero... ¿Será realmente un líquido, agua fluyendo si contenedor dentro de cada persona? No parece que sea tan literal.

-Muy bien... Estás haciendo un gran trabajo... Sigue así.-, murmura la profesora con suavidad antes de retirarse a atender a otro alumno.

"¿Que si...lo puedo sentir?"

Frunce levemente el ceño al sentir sus dedos en la espalda. Pero no era por el dolor que le pudiese causar, era más bien por la concentración que intentaba enfocar como le estaba diciendo. Aunque, ¿realmente se lo estaba diciendo o había empezado a adormecerse? No lo sabía a ciencia cierta, aunque intentó hacer caso a la voz. 

"El aire... no es solo el viento... es el pensamiento... la imaginación... ¿será también de la creación?" 

Vuelve a centrarse en el ejercicio respirando profundamente, visualizando a sus compañeros, y algo así como una suave tela etérea girando a su alrededor. Giraba con mayor velocidad en sus cabezas, aunque en el resto del cuerpo también aparecía. ¿Lo portaría ella también? Como si su pensamiento funcionara independiente del cuerpo, notó cómo su mente volaba y se separaba, viendo a todos, incluida ella misma, en el suelo, sentados, concentrados. La visión de las espirales se repetía en todos. Eran de distintos colores, aunque a la vez era el mismo. Y si miraba más allá, podía ver a otros profesores con otros alumnos dando otras clases, pero en los que también se presentaba el mismo fenómeno. 

Nunca lo había experimentado, el descubrimiento le parecía divertido, hermoso y sobre todo curioso. ¿Podría verlo también cuando abriese los ojos? No lo sabía, por lo que se concentró en disfrutar de esos momentos. 

La profesora le acaricia un poco el hombro. -Mejor, mejor... Concéntrate en tu cuerpo y en el suelo, en donde estás sentada...-, le dice con suavidad. Parece intentar dirigirla, ¿Sabrá en lo que está pensando o simplemente le está dando consejos? A saber que pretende.