En el séptimo piso de la academia, tras un pasillo largo repleto de cuadros, estatuas y bustos, alfombrado en carmesí, se encuentra el despacho de los Directores tras una puerta doble de madera, semi-abierta. Entrar no es precisamente complicado.
La habitación tiene forma de trapezoide, decreciendo desde la entrada hasta el escritorio y balcón con vistas a gran parte de la ciudad. Se pueden ver estanterías repletas de libros, artefactos y otros elementos útiles para el estudio, además de sillones y más cuadros. ¡Incluso hay un piano de pared en un rincón!
-Tengo que admitir que no me esperaba este tipo de escenas tan pronto en el año.- dice la Directora, sentada en el escritorio de la otra esquina de la sala una vez los ve entrar.
-Quisiera, antes de saltar a conclusiones, que me explicasen qué ha sucedido y por qué han afrontado la situación de la manera que lo han hecho.
Adel está cruzada de brazos frente a la directora... Mirando al lado opuesto de Kross.
-... Supongo que odiaba el estuche que había traído para la clase, y se lo lancé a éste sujeto de aquí para que me hiciese el favor de destruirlo. -frunce el ceño tras decir eso... Tampoco tiene ganas de revivir el motivo de las peleas con él-.
Kross se coloca las manos en los bolsillos. -Es que pensé que era un mosquito. Sabes, que yo odio mucho a esos bichos, aparte de que siempre van a por mi. Debo tener la sangre muy dulce.-
-La señorita tiene razón y la culpa fue mía.- Se inclina para disculparse. -Debido a mi susceptibilidad fui yo el que comenzó la pelea.- Dice mientras se endereza, con el rostro inexpresivo y esa mirada de semi-dormido que trae siempre.
-... Los dos la iniciamos. -suspira-. Él por ser un idiota que se cree muy experto haciendo amigos. Y yo por ser una histérica creída. -mira a Kross, de reojo, aun enfadada con él-. Una histérica creída que no tiene amigos, ¿Verdad, Kross? -le gira la cara. Pero de todos modos no quiere que se lleve él la bronca solo-.
Kross en silencio se cruza de brazos, cierra los ojos y aparta la mirada. No dice una palabra más.
La directora les escucha con atención, mirandoles hablar. Eventualmente suspira, frotandose la frente.
-En el futuro preferiría que eviten este tipo de cosas en primer lugar, en particular si es en medio de la clase, y especialmente si concluirá en alguno de los dos amenazando al otro, o haciendo algo peligroso como... Invocar armas.-
Con eso último estaba refiriendose, obviamente, a Kross.
-Por esta vez lo dejaré pasar, ¿Está bien?- , parece que la forma en la que presentaron el asunto los salvó de más problemas...
¡Al menos no han perdido la tarde en eso! Aunque aún están en el despacho y con la Directora enfrente, podría ser una oportunidad para aprovechar y solicitar algo, o preguntar algo... O quizás un buen momento para escaparse antes de que venga su esposo, quien parecía bastante más estricto que ella.
Adel suspira... En el fondo aliviada de que la cosa no haya ido a más. Mira a Kross de reojo, y después se vuelve a la directora.
-... De todos modos tenía que venir a hablar con ustedes después de la clase... Así que me quedaré a hacerlo ahora. -se lleva las manos a la espalda y espera a que Kross diga-.
-Vale, vale.- Dice Kross frotándose la nuca. -Seré buenito.-
Luego de pasar un rato allí, Kross finalmente sale con lo que venía planeando desde un principio.
-Chance!- Piensa, y luego se dirige a Adel. -Oye, verás, a nuestro taller, le hace falta un miembro.- Habla mientras sonríe. -No querrías unirte? Mira que está muy muy bueno.- Luego mira a la directora. -Puede? Si se une ya seremos cuatro, no?- Mira a Adel de nuevo sonriendo amablemente. -En verdad nos gustaría tener a una persona tan genial como tú entre nosotros.- Se frota la nuca y ríe un poco.
-... ¿En serio? ¿Tan genial como yo dices? -alza la ceja, claramente piensa que habla con un tono sarcástico. Se cruza de brazos, cerrando los ojos y haciéndose la que se lo piensa detenidamente-. ... Un taller. ¿Un taller de qué? Bah, no me lo digas. Me da igual. -frunce el ceño y deja pasar unos segundos...-. Sólo si me das ese batido de frutas y el pastel que me sugeriste como disculpa. -abre un ojo y lo mira-. Y si me dejas que te tiña el pelo. De color rojo. -sonríe un poco, esta vez bajó los humos del todo-.
-Jeh. Podrás tenerlos una vez consigamos nuestro salón para el taller. Y mi pelo se queda como está.- Vuelve su cara de dormido de siempre. -Señora.- Le habla a la directora. -Puedo irme ya? Quisiera lo antes posible encontrarme con un amigo.-
La directora sonríe un poco, mirándoles. Aún no termina de entender qué tipo de relación tienen estos dos jovenes, sin embargo se conforma con sospechar que no pasará nada malo.
-Muy bien. Pueden retirarse cuando lo deseen.
Asiente suavemente antes de agregar: -Recordad practicar lo que os he dado de tarea esta mañana, ¿Sí?
-... ¿T-tarea...? -dice, bastante sorprendida. No recuerda la tarea que mandó... Más bien no escuchó que mandase ninguna tarea. Se lleva la mano a la cara y niega un poco... ¡Qué desastre de comienzo en la academia!-. ...Claro, la tarea. Por supuesto...
Ella se queda ahí, para hablar con Lunaire una vez Kross se vaya.
-Se refiere a las bolas brillantes.- Le dice Kross a Adel. -Tenemos que tocar las bolas intentando hacer luz.- Explica de la forma más ambigua posible, no se sabe si no se da cuenta o lo está haciendo a propósito.
-Entonces ya me retiro, iré a buscar a Flan y a la ardilla para decirles que ya conseguí el cuarto miembro.- Tras decir eso se va.
-Eso mismo.- , le da la razón a Kross. Se le nota en la mirada algo de curiosidad, ¡habría jurado que Kross se había pasado la clase durmiendo y que Adel había estado atendiendo y tomando notas! Supone que cada persona tiene su propia forma de prestar atención...
-Hasta entonces.- se despide Lunaire de Kross, mirandole ir.
Cuando Kross sale por la puerta Adel se cruza de brazos, y cierra los ojos, haciéndose la orgullosa y la enfadada.
-... Qué tipo idiota. -gruñe un poco y después se vuelve a la directora-. ...Quería aclarar unas dudas que tenía... Verá... -se sienta en la silla frente al escritorio, supongo que la hay-. Es que... Dijo en la clase que todo alumno de esta academia está capacitado de hacer magia, y yo sinceramente dudo que yo pueda. ... Estoy aquí porque mi novio me pagó la matrícula, yo jamás he sentido que pudiese manejar maná y esas cosas... Me preocupa, la verdad...
-Hmm...- , la directora se queda mirando a Adel mientras habla, pensando. Eventualmente suspira con suavidad y se acomoda. -Como he dicho en clase, quienes están en esta academia tienen el potencial necesario para llegar a utilizar la mágia en mayor o menor medida. Hay quienes se vuelven artesanos que construyen artefactos con mágia, hay quienes se vuelven importantes magos y trabajan en la Corte de Issaera o investigan en laTorre del Archimago.
-Confío en que podrás lograrlo, con tiempo y esfuerzo. Quien haya pagado por tu matricula es indiferente, yo nunca habría admitido en mi academia a una persona que no tenga talento. Es un desperdicio de tiempo, lamentablemente.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo saben eso de mi? ¿Cómo pueden saberlo? -pregunta con curiosidad-.
La directora sonríe un poco, mirándole.
-Llegado a cierto punto, uno empieza a acostumbrarse a detectar este tipo de cosas.
Aunque es una respuesta un tanto... Ambigüa, cuando menos. -Ten confianza en tí misma. Estoy segura que podrás.
-Ah. Bueno, vale, entiendo. Supongo que si consigo dominar la magia y todo esto lo acabaré entendiendo... ¡Sería una pasada lograrlo! ¿Qué cosas podría llegar a hacer con la magia? ¿Podría cambiar mi aspecto, aumentar mis atributos si quiero? No tendría que ir a la peluquería ni nada de eso... ¿Podría convertir a un idiota como Kross en un sapo? Lo pongo como ejemplo, claro, no es que quiera hacerlo... -mentira-.