Partida Rol por web

Ambrosio dejó a Melissa en el restaurante y salió a la calle, el sol descendía lentamente y aún tendrían algunas horas de luz. Suficiente para hacer una visita al gladiador. Descendió al Escalera del Dragón con destino a Puerta Muerta, comparada con la Fortaleza de Skalf el asentamiento del valle parecía un poblado chabolista, pero lleno igualmente de oro, y de posibilidades de obtenerlo. 

Se dirigió al lugar donde residía el Muerdeorejas, una destartalada casa de madera en una calle de tierra y de inseguro suelo. La puerta de madera estaba cerrada con un simple pestillo que cualquier ladrón hubiera podido abrir.

Melissa pagó al cena, que ascendió a tres monedas de plata y salió del restaurante. Más o menos contenta de haber conseguido un médico para sus expediciones. Ahora le preocupaba el dinero que llevaba encima, ya le habían robado un anillo, no estaba dispuesta a que le robaran más.

Óscar Monedero, contable halfling para diversos clanes enanos, o eso se decía en las calles. Su casa estaba situada en el Barrio Foráneo, pero en la parte más cercana al Barrio del Oro, y se notaba en la arquitectura y en la decoración exterior del edificio, con sobrios recargos de finos hilos de oro. Sin llegar a ser una muestra clara de ostentación. Incluso Melissa no estaba muy segura de que fuera oro de verdad. Sí tenía un bonito jardín de coloridas flores y algunos utensilios de jardinería estaban a la vista. El interior estaba bien decorado pero había algunos rastros de tierra en el suelo y en las escaleras que llevaban al piso superior, residencia de Monedero. Melissa se encontraba sentada en una cómoda silla con cojín mientras el halfling sentado en una alta silla para compensar su altura garabateaba algo en un papel.

Estaba a solas con él en un elegante aunque discreto despacho, un par de cuadros colgaban de las paredes, uno representaba alguna comida halfling y otro era de Skalf matando al dragón Graug. También había un par de tapices y una alfombra en el suelo, también manchada de tierra. Al otro lado de la puerta podía oir los pasos de un guardaespaldas, también halfling que se paseaba por la casa.

Bien señorita, ¿qué tipo de servicio quiere de mí?

Miro hacia los ornamentos de la habitación asintiendo con agrado, me gusta en cierto modo y me traen recuerdos de otra vida más opulenta.

-Buenas noches- me dirigo al halfling- quiero guardar mis tesoros en un sitio seguro, ¿es este el lugar?- tomo asiento- explíqueme un poco las comisiones y porque debería guardar aquí mi dinero.

Tengo una posición tiesa en la silla, alerta a cualquier cosa, esperando una mala reacción para ponerme a gritar, seguro que se piensa que una chica como yo no puede tener dinero.

El halfling sacó una larga pipa de madera con forma de cuchara y empezó a rellenar el extremo con hierba para fumar.

Mis servicios, que es lo que parece interesarle tienen un coste semanal de tres coronas de oro, la semana comienza el primer día de la misma, es decir el Wellentag, Día del Trabajo, y supone el pago de la semana completa. Independientemente de la cantidad depositada en mi casa durante todo el tiempo que dure el depósito el pago será el mismo, sin variar.

El halfling terminó de preparar la pipa y buscó nervioso unas cerillas o algo para encender, tanteó la vela de la mesa como sopesando si usarla para encender la pipa pero finalmente desistió.

Ahora las ventajas, que son dos. Completa disponibilidad de su dinero, podrá venir a una hora razonable a pedir su dinero y siempre estará listo. Y la certeza de que estará seguro. En caso de que le sea robado el dinero, cosa harto improbable, le abonaré el 100% del dinero que estuviera depositado. ¿Está contenta? ¡Ah!, una cosa más. La cancelación de la cuenta supone una tarifa de 5 coronas.

Ambrosio se sorprendió un poco por la precariedad de la vivienda de aquél enano que ganaba buenas sumas luchando en la arena, o al menos eso sabía por sus ojos y comentarios. Pensó que seguramente el gladiador tendría alguna deuda o adicción a las apuestas, cualquiera de los dos problemas beneficiaba la causa del cirujano.

Sin esperar demasiado más en aquél lúgubre lugar, el espigado hombre golpeó con firmeza la rústica puerta unas cuantas veces para asegurarse de ser escuchado. Luego permaneció allí erguido solemnemente a la espera de una respuesta.

Me pongo roja de furia ante lo creo que es un robo "pipa" en mano. Pero bueno, no me queda otra si quiero tener algo de dinero guardado para una emergencia.

-No me gustas, no me gustas nada- voy revolviendo dinero en mi bolsa- y por eso, si te lo roban, no me conformaré sólo con el 100 %- sonrio maliciosamente- pero como eso es imposible, no tenemos que preocuparnos ninguno de los dos.

Saco el dinero, unas 120 coronas, y a parte pago las 3 coronas de la semana. Que cuento DOS veces antes de dárselas.

Oiga señorita. No tolero que use ese lenguaje contra mí. Si no le gustan mis condiciones hay otros muchos banqueros en esta ciudad, sólo tiene que usar la puerta para marcharse.

Y como por arte de magia la puerta se abrió y en ella apareció el guardaespaldas halfling, con la mano en el mango de su espada corta, mirando de un lado a otro en busca de peligros.

No echtá en casa, zeñor. -dijo una voz femenina desde una ventana cercana- Aido al Pozosangre a ve' un combate.

La mujer estaba colgando la ropa recién lavada en una cuerda que unía dos casas que los vecinos usaban como tendedor.

Sonrio pacificamnte y miro al guarespaldas para luego dirigirme a l Halfling.

-Acepto sus condiciones maese Oscar- asiento con la cabeza-sólo quería ahcer una pequeña comprobación, aquí tiene mi dinero y pretendo seguir haciendo ingresos regularmente- añado- ofreciéndome como espada de alquiler si tiene algún moroso que se revela a pagar.

Le tiendo la mano para cerrar el trato.

El banquero miró con cara de pocos amigos el dinero que Melissa extendió sobre la mesa: 120 coronas.

Yo no utilizo matones para cobrar mis deudas. Acudo a la ley.

-Por supuesto, por supuesto...- saco las joyas y también se las entrego.

Veamos señorita Melissa. Firme este documento en el cual figura la cantidad depositada en mi casa. 120 monedas de oro, un anillo de oro y un brazalete de oro. Todoq ueda bajo la responsabilidad de la Casa Monedero, con domicilio en Karak Azgal, calle tal...

El halfling terminó de redactar el documento.

Firme aquí, con una X bastará.

Firmo con mi nombre completo y apellidos, no se que insinuará pero mi firma es muy bonita...