Partida Rol por web

Sanguinario retrocedió, dos pasos, tres pasos y se situó a la par de Jotunn. Lo cierto es que había ganado mucho tiempo a los enanos, el grupo había desaparecido en el otro extremo del puente, cuyo fin aún no veían. Ahora los dos enanos eran lo que se interponía en el puente. La horda goblin seguía avanzando ganando terreno, mientras aquella luvia, como aceite, caía sobre ellos; y los garrapatos. Bocas afiladas llenas de dientes, uno de ellos se comió a un goblin, y otro saltó al vacío, cayendo al abismo.

Pero uno, especialmente feo, incluso para un garrapato, saltó y rebotó sobre muchos goblins, golpeando con su fuerza a Jotunn.

¡Salid de ahí!

¿Podéis retroceder? -dijo mientas apuntaba con su ballesta y dispara un virote que se pierde entre la maraña de goblins.

-Maldito Rorganson, párate y cubre nuestra retirada con la ballesta -grita desesperado ante tal cobardia

Ese maldito bicho sucio y enclenque consiguio derribarme, desde el suelo lanzo un ataque pero no parece resultar en nada, necesito un arma en condiciones y se quien no necesita las suyas.

-Sanguinario prestame un hacha y sigue retrocediendo, este pincho que me he agenciado no me es suficiente - digo mientras me incorporo, sea como sea la suerte esta hechada y soy ahora mismo lo que marca la diferencia entre la muerte de un grupo, la mia propia y la posibilidad de escapar de de esta.

Finalmente el Rorganson se detuvo, y disparó su ballesta contra la horda goblin, uno de ellos cayó al abismo, con un impacto en su pecho. Parecía que...¡sí! La horda retrocedía, o al menos reculaba. El estrecho puente estaba siendo su perdición. Los goblins se retiraban, no así los garrapatos que mordían sin cesar y atacaban al pobre Jotunn, derribado en el suelo. El enano se incorporó como pudo, pidiendo un arma que no llegaba.

¡No puedo darte un arma! La he perdido, era una valiosa arma forjada por el señor de las runas de Karak Azgal. ¡Odio a los gobos!

Alli andaba incorporandome mientras me daban una buena tunda, malditos gobos sucios, era un bueno momento para retirarnos, hacia mas de 10 minutos que lo era pero aun seguiamos aqui contemplando como piedras el debenir de los acontecimientos.

-No es un bueno momento para llorar por un arma, es un bueno momento para retroceder- digo mientras colaboro mis palabras con hechos

El enano tomo el escudo en una mano y el martillo en otra -Grobkaz -grito en alto para que todo lo entendieran -retiraos me toca cubriros ahora

Algo hizo Thorin, pues en el momento en que sus armas fueron desenfundadas dejó de llover, y la nube mágica se precipitó al abismo como si de un objeto sólido se tratase, iluminando con verdes destellos su caída. Había toda una red de puentes por debajo de ellos, que cruzaban el abismo desde otros niveles. Por si aún no lo sabían, la caída era letal.

Jotunn, y Sanguinario, mano a mano y muy heridos, se retiraron. No era un buen momento, pues tanto Torkim como Rorganson estaban cargando sus armas. El rompeescudos les animaba a seguir corriendo, el grupo enano ya debía haber escapado.

El chamán convocó un ¡puño! gigante que fue directo a Thorin, mientras el propio goblin caía derribado por alguna fuerza maligna. El puño siguió su camino golpeando al enano con una fuerza asombrosa.

El golpe de aquel puño le dejo medio aturdido, agito la cabeza para reaccionar, se giro y corrió todo lo rápido que pudo, para alejarse del radio de acción del chaman, no estaba en condiciones de luchar ahora.

Viendo que en vez de llover agua pura y cristalina, caian gobos, rayos, garrapatos y mierda alfin y al cabo. Solo quedaba una opción. Una opción diferente. La opción de los valientes, y la traduje en dos palabras.

-¡Corred Insensatos!- y dandole una refuerzo a mis palabras sali de alli sin armas con el escudo sobre la cabeza, y corriendo como si hiciera dos meses que no hechaba un trago.

Sólo quedó correr, huir de aquellos goblins, su chamán, sus garrapatos, sus lanzas, sus flechas y el infecto lugar del que hubieran salido todo aquellos cabrones. No se olvidaban de la "retirada táctica" de Rorganson, que corría unos quince metros por delante de ellos. Sabían que les estaban persiguiendo, oían el ruido de pasos atravesando el puente, y de vez en cunado alguna flecha volaba sobre sus cabezas, inofensiva. El puente tocaba a su fin, y no veían al grupo principal...frente a ellos sólo Rorganson, y tras ellos...toda una tribu goblin. O lo que Sanguinario había dejado de ella.

¡oh! dioses, un respiro ¿ahora donde esta el grupo? los heridos, los demas enanos, acaso todos nos abandonaron a nuestras suerte...

... es que no estaban, ni lejos ni cerca ni apollandonos al final del puente quizas algo mucho peor que lo que nos sentenciaba la vida hace unos instantes y aun nos persigue, los haya retenido, matado o vete a saber que peor trance.

-¡¿Veis al grupo?!- digo con cierta desesperación -Por que yo no.- comento tajante, mal día y lo que queda de el.

Corrió por el puente en busca de una escapatoria y de la situación del otro grupo pero este no estaba a la vista del Herrero miro y miro y no encontro

-Ni idea compañeros no los veo, Rorganson tu los has visto por donde iban al darte la vuelta

¿Les hemos perdido? ¿Cómo hemos podido perder a un grupo tan grande?

A su espalda se oían los gritos de los goblins que les seguían los talones. Todos estaban herido, y Sanguinario estaba en un estado lamentable.

¡Seguid avanzando!

Miro y no encontró -Busquemos sino una salida nuestra labor esta echa nos siguen la pista a nosotros no al grupo

Nos llevaban días de ventaja, según parecia parece que el tiempo pasa de otra manera aqui abajo y un experimentado enano como yo no conseguia verlo. Sea como sea Thorin tenia razón la funcion de entretener y atraer a la marabunta de bichos estaba hecha, pero para mi gusto estaba funcionando demasiado bien.

-Sigamos juntos pase lo que pase- si habia que darlo todo estarian hombro con hombro, aunque ahora mismo estaban con un chute de moral los de ahi atras, que no me gustaba nada.

Estaban en una gran sala, tan grande que eran incapaces de ver su principio o su final, parte de las grandes cavernas artificiales del segundo nivel. Gruesas columnas de piedra se alzaban. Lo único que podían ver era el techo, a cuarenta metros sobre ellos. Estaban definitivamente perdidos, y cuando las cosas ya estaban mal, empeoraron.

¡Por todos los diose...! ¡Ayuda! ¡Ayuda!

El Rorganson había "encogido" repentinamente sus piernas, hasta la rodilla estaban cubiertas de lodo, y se iba hundiendo más y más en el pozo.

¡Sacadme de aquí!

El herrero miro a su alrededor -Otra vez perdido -jajaja Esto de estar perdido en estas profundidades empieza a ser muy normal para nosotros jajaja, lo recuerdas Torkim jajaja -para ser humano se solía reír mas de lo normal, la razón pocos la saben pero era así. -Lo que me extraña es que no les veamos con la luz de sus lamparas deberíamos verlos a una buena distancia En ese momento el Cobarde se envolvió un fango extraño.

Cita:

-Rorganson no te muevas tranquilo cuanto mas te muevas mas te hundirás

Cita:

-se acerco lentamente paso a paso tranquilo y comprobando cada pisada -Aquí parece que es seguro -todavía no llegaba hasta las mano del enano pero este extendió el hacha de Jotuun y el herrero la agarro de donde puedo y comenzaron a tirar

Aquello era una mala situación, parece que ser un cobarde es consecuencia de que la mala suerte o simplemente todos los ojos de un grupo, te salven de peligros inesperados.

Arrime el hombro con todas mis fuerzas, pero era un mal momento, corriendo por todo un pasillo con un millar de goblins pisandonos los talones, malditasea cuando tire solo se me escapo el aire estupidamente - ¡¡¡aaaasSSShhhh!!!- nos hace falta una buena vara para darle salirda a esto.

Aun asi el esfuerzo parecio dar sus frutos.

Gracias.

En poco se resumió lo mucho que le habían ayudado los demás enanos. Sus piernas estaban cubiertas de un lodo fresco que le tuvo muy cerca de la muerte. Un problema menos, siguiente crisis. ¿Dónde estaban? En el segundo nivel, de eso estaban seguros, la única posibilidad de salir era seguir ascendiendo, hasta llegar a la superficie, pero se habían desvinculado por completo del grupo y, al parecer, de los enemigos. Aunque siniestros e inquietantes sonidos se filtraban en las profunidades de Karak Azgal.