Partida Rol por web

Hathar caminó de vuelta al campamento llevando a Lollenda a través del mar de tiendas de campaña hasta otra nueva zona.

Allí, algunos soldados se afanaban en ayudar a unos pocos refugiados a colocar sus cosas sobre carretas, y Lollenda pudo adivinar que la gente de esa zona estaba atareada en hacer preparativos de viaje. Era toda una mezcolanza de gente, consistente en aldeanos, gente de la villa, soldados moribundos de diferentes uniformes, y otros no tantos que se mezclaban con sus camaradas como compañía para el viaje, a donde fuera que tuvieran intención de moverse.

-A la gente se la recluta, elfa. Dijo Hathar sin dejar de caminar. Y terminado el trabajo, se la deja marchar. Los reclutadores también se encargan de facilitar la marcha a los mercenarios contratados, y a los soldados formales que no están en disposición de continuar aquí. De paso, se procura dar apoyo a los inocentes que se han visto metidos en esta cabronada del demonio. Hathar señaló con la mano una carreta en la que una familia se despedía de otros miembros familiares, entre abrazos y lloros. Si hay algún registro de mercenarios contratados por los nuestros, en el que salga el nombre de ese Rudiger, lo tienen que tener aquí. Mencionó al llegar a la entrada de una de las tiendas, y por la que había bastante ajetreo de gente entrando y saliendo.

Buen trabajo Frau sonrio Maul dejando al fardo dolorido de su jefe en un sitio mas comodo en el interior de la tienda, observando el destrozo...los pobres desgraciados de los combatientes de la ciudad...je, algunos podrian dar gracias de que solo pierden algun miembro...hay fuera hay docenas de cadaveres anegando las calles y la cosa no mejoraba...

El hechicero se dirigio directo a Gabriella, algo que erizo el pelo del cogote de Maul...por que el de la calva no podia; por lo visto el hechicero queria saltarse a los templarios...craso error, lo ultimo que les faltaba era mas broncas pero entre que su jefe estaba out por el dolor y Frau hacia lo que mejor sabia hacer que era mantenerlos a todos vivos; el unico que quedaba para poner orden y concierto era el y Thalber...que no parecia muy por la labor...

Joder...a solas en la palestra..y no como me gustaria...

Disculpe Herr...carraspeo Maul con un sonido que nada tendria que envidiar a un gruñido de un orco hambriento...desconozco de que quiere tratar con Frau Krauss pero si es en referencia a la mision que nos trajo a los templarios a este campo de batalla; honestamente...no es sensato tratar de dejarnos al margen y mas cuando hay un contrato sobre la cabeza de Frau Krauss en referencia a sus actividades previas con un grupo de aventureros....

Y hasta aqui toda mi labia...penso Maul con el cerebro recociendosele poco a poco...no tenia muy claro como tratar con esta gente mas alla de cachiporrazo y tentetieso y medio pero..mas le valia no cagarla o se veia en el frente kislevita en gallumbos y con una mano a la espalda....si bien visto el percal ultimamente casi lo agradeceria....

Espero poder ayudarle en lo que pueda. Pero si he de serle sincera me gustaría que viniera con nosotros. Lo que tenemos entre manos es demasiado importante como para fallar, su ayuda me vendría muy bien.

Thalber observa con fervor y orgullo a Frau Katherina cuando esta ayuda a uno de los heridos. De un par de zancadas se acerca a la mujer y le agradece su gesto -Somos el martillo de Sigmar pero también tenemos el deber de proteger a los inocentes y a los fieles. Usted me ha hecho recordar esta importante tarea Frau, se lo agradezco.

Tras la petición del hechicero, de Vortier, el cazador de brujas busca con la mirada al supuesto jefe del grupo, el cual continúa colapsado por sus heridas. Mientras tanto el verdadero martillo del grupo, Maul, interviene aclarando con pocas palabras la situación al hechicero.

Lo que quiere decir mi aguerrido compañero, el temor de los orcos como puede observar por la sangre de estos que se acumula en su armadura y en su martillo, es que la señorita Gabriella se encuentra bajo nuestra custodia con el único fin de lograr el éxito en nuestra peligrosa y vital misión -Thabler se interpone entre Gabriella y Vortier, apoyando de esta manera a Maul -cualquier cosa que quiera decirle a nuestra querida compañera tendrá que ser escuchada por todos nosotros, templarios de Sigmar

- No hay que darlas.- Katherina se sentía exultante tras su gran trabajo con aquel pobre hombre ahora falto de un brazo, sobre todo después de escuchar las alabanzas hacia ello. Y a pesar de los primeros gritos de la shallyana, la mujer se calmó y comprobó después que su buen trabajo había sido agradecido por la misma con un tono de disculpa.
Mientras tanto, Vortier se dirigía a Gabriella con intención de hablar, pero la sacerdotisa pudo escuchar que sus compañeros templarios se dejaban notar, más aún si cabía, mencionado que la bruja estaba con ellos para lo bueno y lo malo. Lo que el hechicero quería hablar con ella debería ser escuchado por quienes la acompañaban.

Sin embargo, sentándose en la camilla, llena de la sangre del ahora algo recuperado hombre, Kat miró a la shallyana y le enseñó las heridas que más le escocían.
- Se lo agradeceré mucho, Frau. - le dijo con voz calmada, tratando de aguantarse, como desde hacía muchos minutos, las ganas de gritar por el dolor que le atenazaba casi todo el cuerpo.

Luego se giró hacia sus compañeros, aún pendientes de la respuesta de Herr Vortier, y les dijo en voz bien alta:
- Esta señorita ha accedido a tratar nuestras heridas mientras hablamos con él, - dijo señalando con la cabeza al hechicero- así que vayan sentándose aquí para ser examinados. Quizá podamos seguir el rastro de esa cosa más recuperados y con mejor aspecto del que tenemos ahora.- y sonrió un poco al decir eso último. Deseándolo con muchas ganas, pidiendo a Sigmar en silencio que apoyase su noble y peligrosa causa.

Haciendo caso de la sacerdotisa de Sigmar Thalber se acerca a la posición de la shallyana para recibir algunas curas por su parte.

El cansancio y las heridas me hacen cada vez más lento y me confunden. Debo aprovechar estos momentos para recuperarme, debo seguir guiando al grupo.

Buf....suspiro Maul mentalmente por el capote que le habian hechado sus compañeros por que su labia se habia ido a tomar una copa ante la que le caia encima...no obstante con una sonrisa de agradecimiento dejo el martillo en el suelo con un ruido sordo y procedio a quitarse la armadura que llevaba para que la adepta de Shalaya le pudiera recoser el golpe de rebanadora que tenia en un costado y el golpe en un lateral de la cabeza...que estaba convencido era del cabezazo de un orko...jodidos bichos verdes..

Sigmar te bendiga hermana agradecio Maul sentandose con el torso al desnudo, donde tenia una coleccion de marcas de mil batallas, viejas heridas y cicatrices de cortes, mamporros y demas artesanias de guerra pero solo dos sangraban producto de la pelea mas reciente...

Te escuchamos hechicero sacudio la cabeza Maul...solo que sea rapido; hay otras preocupaciones por hacerse cargo...

La novicia, hizo lo que buénamente pudo con los templarios, atendiéndoles una a uno a medida que se iban sentando en la manchada mesa para ser asistidos.

Utilizando los escasos medios de los que disponía, la joven iniciada trató de hacer lo mejor que pudo su trabajo, pero tal vez por el cansancio, o tal vez por el estrés, sus atenciones no parecieron calmar mucho los dolores del maltrecho grupo de templarios, y hubo un momento de tensión, cuando por una equivocación de la joven al intentar coser una herida, Gabriella comenzó a desangrarse alarmantemente.

Por fortuna, la joven reaccionó a tiempo, y tras unos tensos momentos la herida logró ser cerrada.

Al final, las tareas de primeros auxilios fueron poco eficientes, algo no del todo sorprendente dadas las cricunstancias y el precario lugar en el que se hicieron, pero las vendas limpias y el alcohol para desinfectar, ayudarían a que las heridas se mantuvieran limpias y no empeoraran.

Cuando hubo terminado con el último de ellos se disculpó para proseguir con su trabajo.

-Traten de no forzar más de lo imprescindible. Dijo. Sé que no es momento para sugerir algo así, pero sin descanso no mejorarán. Al menos vayan con cuidado. Ahora si me disculpan, tengo a otra gente que atender.

La muchacha tenía grandes y profundas ojeras, y semblante cansado. Cada movimiento de su cuerpo denotaba fatiga, pero resignada a su dedicado deber, recogió los útiles de galeno, y se alejó a atender a otros necesitados en la marea de gente de la estancia.

Mientras la iniciada de shallya hacía lo posible por ayudar a los heridos templarios, la conversación con Vortier dió comienzo, y pese a pausarla por unos tensos momentos a causa del desafortunado incidente con Gabriella, el intercambió de información fluyó.

-¿Acaso me ve con aspecto de poder irme de aquí señorita? Le respondió Vortier a Gabriella. Aunque me inquieta la naturaleza de su misión, despues de lo que nos contaron a Herr Blitzen y a mí, no puedo abandonar mis tareas en Delberz. Menos aún en el actual estado de debilidad en el que me encuentro.

Vortier miró a los templarios cuando estos se metieron en la conversación.

-No veo motivos para ocultar nada. Pero quisiera saber más sobre ese artefacto del que me hablaron, ya que podría estar relacionado con el encuentro que tuve en la ciudad tras batallar contra el chaman orco, y caudillo del ejército piel verde que nos invade. En el día de hoy, he tenido tres encuentros mágicos. Saben del primero, con el chaman, y del tercero, con la señorita Celeste aquí presente, pero no del segundo del que les dije que hablariamos cuando estuvieramos en disposición de poder hacerlo. Y ese encuentro está relacionado con el Caos. Nada de pieles verdes. Así pues, ¿Qué pueden decirme de ese artefacto que mencionaron antes, en las calles?

El inquisidor toma la palabra manteniendo su típica actitud seria y fría, sin mostrar el desprecio que siente por el hechicero.
Creame Vortier que a todos nosotros nos gustaría saber menos de ese artefacto de lo que conocemos. El Caos es peligroso en todos los sentidos, el mero conocimiento puede llevar a un individuo a perder la cordura o a caer en las redes de los demonios -Thalber nuevamente toma la palabra y con ella el liderazgo del grupo -sólo puedo deciros que el objeto, el artefacto, está imbuido por las fuerzas del caos y está propagando una extraña plaga que ya ha matado a bastantes personas. Además de esta información lo único realmente importante es que creemos que el caos se ha apoderado de ese maligno objeto y que pretende acabar con el Imperio gracias a él. Es nuestro deber detenerlo cuanto antes.

De forma voluntaria el cazador se lleva las manos a su amuleto de Sigmar mientras mira a Mandfred -Necesitamos toda la información que nos pueda dar ¡rápido! ¿contra que fuerzas del caos has combatido usando la magia? -las palabras que salen de la boca del hombre transmiten la extrema urgencia de la situación en la que se encuentran.

Gracias por el remiendo hermana sonrio Maul a la joven novicia con agradecimiento, se sentia mucho mejor que en todo lo que llevaban de puñetero viaje, es que estas chicas de Shalaya son un amor..¿ como no quererlas cuando son ellas las que te recomponen siempre que pueden?.

Maul se recoloco la armadura tras sacudir unos cuantos restos que solo le incomodarian; no tenia muchas opciones para llevar algo mas consistente que su armadura actual pero cargar con ocho quilos de acero imperial en marchas de kilometros solo significaba que acababas hecho mierda en segundos y con  todo el camino por delante....

Thalber ya habia tomado la iniciativa, gracias a Sigmar por esas pequeñas mercedes pero Maul presto mucha atencion, principalmente por que estaban a punto de decirle a que se iban a enfrentar y en que condiciones...algo que como soldado apreciaba conocer de antemano...

Tengo la convicción de que elobjeto  en cuestión debe ser activado para conseguir su máximo efecto y que debido a eso debe ir acompañado de.. de.. - Parecía no econtrar la palabra adecuada -Criaturas con dominio de la magia para poder ealizar el conjuro o ritual pertinente

Lollenda permaneció en silencio todo el rato, se limitaba a escuchar a Hathar mientras mantenía el rostro inexpresivo y distante... Por un momento contempló la posibilidad de encontrar sus armas y tesoros, pero la decepción, como un jarro de agua fría la dejó sin esperanzas... solo otra pista de otra pista, parecía abrirse un camino infinito ante ella.

Cuando entraron en la tienda la elfa miró a Hathar y posó su delicada mano en el brazo fuerte y peludo como un oso del humano - Gracias... gracias por tu ayuda... sois un buen hombre 

Herr Vortier pareció asustarse ante la mención de la plaga.

-¿Plaga? ¿Ese artefacto es el causante de algún tipo de peste? Preguntó. Entonces eso explicaría sin ninguna duda la presencia del hechicero y su lacayo... musitó para si mismo. Luego volvió a dirigirse a Thalber. Verán, tras la batalla contra el chaman orco, las corrientes Aethyricas se vieron muy alteradas, pero no lo suficiente como para no sentir la presencia del Dhar en la ciudad. Alguien usó magia oscura en Delberz, y capté su presencia inmediatamente. No solo eso, si no que la naturaleza de esos vientos provenía cláramente del padre de la descomposición.

-Pese a mis heridas y al cansancio de la batalla contra el chaman, me trasladé inmediátamente al foco de esos vientos, en busca de su origen, y vaya si lo encontre. El causante de la perturbación era un hechicero... un brujo del caos. Un brujo de la plaga. Vortier tomó aire. Debido a los votos con mi orden, me enfrenté al mismo pese a mi estado, y aunque no dudo de que en otras circunstancias hubiera erradicado ese cáncer de la faz de la tierra, lo cierto es que me ví superado. El brujo tenía la ayuda de una bestia del caos, un terrible lobo humanoide que casi acaba conmigo, y así lo hubieran hecho los dos seguidores de la podredumbre de no haberme retirado del enfrentamiento a tiempo.

Hathar miró a Lollenda cuando esta le dió la gracias.

-No hay de qué, elfa. Dijo con media sonrisa en los labios. Viendo su autocomplaciente rostro, cualquiera diría que la mujer acababa de satisfacer su varonil orgullo de hombre rescatador de desválidas princesas. Espera aquí. Veré si ese malnacido de Krueger está en las listas de reclutados.

Hathar se alejó dejando a Lollenda descansar alejada del trajín de la tienda, y la elfa pudo verlo hablar con algunos de los encargados del lugar. De uno pasó a otro, y de otro a otro, mientras que todos los preguntados consultaban papeles. Al fín pareció que alguien daba con algo, y respondía satisfactoriamente a Hathar, quien mostraba una mueca de desagrado antes de dar las gracias y despedirse del también barbudo y curtido hombre de batallas.

Hathar volvió a donde había dejado a Lollenda con semblante de fastidio.

-Siento decirte elfa, que llegamos tarde. Le dijo. Al menos esa rata de cloacas de Goldman no mentía cuando nos habló de sus chanchullos. Aquel hombre, señaló al último con el que había hablado, Hermann, ha encontrado en las listas al hijo de perra que buscamos. Rudiger partió a Middenheim en una caravana de refugiados esta misma mañana.

Hemos de dar con ellos y detenerlos antes de que sigan extendiendo su mal por más ciudades -Gabriella estaba enfadada

No se que hacer - dijo al fin, tras varios minutos en silencio después de haber recibido la información... la mujer fría, la mujer decidida aquella elfa dura se acababa de derrumbar ante Hathar, varias lagrimas recorrieron su rostro dandose por vencida. En caravana, casi un día de ventaja de partida... eso supondrá que esta demasiado lejos para la elfa dadas sus heridas.

Enseñó los dientes momentaneamente, furiosa, iracunda... pero parecía más bien una niña furiosa, perdida - no se que hacer - volvió a repetir; pensó en sus amigos, en ir a buscarlos, en intentar recuperar sus enseres, en volver a Ulthuan... no sabía que hacer - estoy perdida...